Partida Rol por web

-Muy bien Chico, eres un gran piloto.-Las toberas de expulsión de la naves soltaron chorros de vapor condensado. Donovan había sido un buen hombre y además honrado, pero él era comerciante no piloto y necesitaba de uno para llevar su nave.-Si dentro de una semana sigues por aquí, te contrataré para que manejes a mi "Zalamera" hasta el próximo destino. Demonios, tal vez hasta te suba el sueldo en el próximo contrato.-

Bajais la rampa del carguero mientras unos droides se acercan al elevador de acceso a la bodega y comienzan a cargar unas cajas metálicas. 

La enorme circunferencia de Ultaar se hacía cada vez más grande, y pronto ya no se pudo ver el contorno desde la cabina de la nave. Jenssar realizó los últimos ajustes de entrada atmosférica, mientras revisaba las señales de comunicaciones de tráfico e incidencias.

Nada. Ni siquiera una buena tormenta eléctrica para darle un poco de emoción al aterrizaje. O un posible alerta a causa de este pirata “Mynock” que tanto se hablaba en estos días. Jenssar consideraba que el acercamiento y el aterrizaje en un planeta nuevo era el momento más interesante, y peligroso, de todo un viaje. Pero parecía que su llegada a destino iba a ser tan ordinaria como el vuelo por el hiperespacio. Se tentó ante la idea de alguna pirueta para presumir de una aterrizaje digno de un As, pero se contuvo. Lo último que quería ahora era darle una impresión de temerario a su actual jefe, Donovan Clay. El humano le caía bien. Decidió impresionarle con el aterrizaje más suave que hubiese experimentado nunca, y por el espacio profundo que se lo daría.

Ajustó los vectores de acercamiento y solicitó permiso de aterrizaje, transmitiendo los códigos de la nave. Mientras esperaba respuesta, repaso los indicadores y controles del carguero. Era una buena pieza de maquinaria, pero le faltaba bastante mantenimiento. Jenssar había dedicado gran parte del tiempo muerto en hiperespacio para hacer control y revisión de algunos sistemas importantes de la nave, solo por el gusto de hacerlo. Algunas de las cosas que encontró no le dejaron nada tranquilo, y se lo había comentado a su jefe.

El afirmativo a aproximación y aterrizaje desde el control de espaciopuerto le trajeron de sus cavilaciones. Bajó la potencia de los impulsores y comenzó a cargar los retropropulsores. El espaciopuerto ya estaba a la vista. Jenssar dirigió la nave hasta el hangar designado e inició la secuencia de aterrizaje.

La verdad que hasta él se impresionó de lo suave que fue. La falta de vientos en ese momento sin duda ayudo. Sintió la mole de la nave descansar sobre sus apoyos, y apago los retropropulsores. En ese momento, Donovan Clay entró en la cabina. El mercader no sería piloto, pero conocía el decoro mínimo de no molestar a un piloto cuando se encuentra en maniobras delicadas.

Ante el sincero cumplido, Jenssar sonríe y responde –Gracias Sr. Clay. Ha sido un placer volar para usted. Si, no dude en contactarme cuando esté por salir, pero ya le dije, no puedo prometerle nada sobre mi paradero de aquí a un par de días, ni siquiera una semana, jejeje. Deme un instante que ya salgo con usted.

Clay se retira, dejando a Jenssar solo en la cabina. Revisó los sistemas de seguridad postaterrizaje y un rápido chequeo de atmósfera exterior, simple rutina, para luego activar la rampa. Mientras los pasajeros y demás tripulantes descendían, apagó los motores de soporte vital y realizó una serie de rápidas anotaciones en la bitácora de la nave, que luego copio a la suya propia. Nadie se las pediría, pero nunca había dejado de registrar sus horas de vuelo.

Se incorporó de la silla del piloto, recogió un par de cosas y las guardó en su baúl de viaje, el cual de colgó al hombro listo para abandonar la nave. Comprobó su blaster de bolsillo escondido y su pistola blaster en el cinto. No esperaba problemas, pero nunca se sabía cuando se llega a un espaciopuerto por primera vez.

Se acercó hasta la rampa dónde le esperaba su empleador. Salió tras Donovan Clay, siendo el último en abandonar la nave como de costumbre.  Al despedirse con un apretón de manos, no pudo evitar comentar –Recuerde lo que le dije de los repuestos de los condensadores de estribor. Necesita reemplazarlos cuanto antes. Clay sonrió y asintió con la cabeza, pero Jenssar dudo si realmente le tomaba enserio. De todas formas, el humano se fue caminando a hacer sus negocios, y Jenssar se volvió para contemplar el espaciopuerto de Ultaar, y ver que le deparaba esta vez.

El droide de seguridad portuaria encargado del muelle se adelanta con claras intenciones hacia ti.-Alto. Si es tan amable. La zona de paso está cerrada por motivos de seguridad. Deberá permanecer estacionado.-
El droide se planta ante ti sin dejarte avanzar ni un solo paso. En su mano derecha, una pistola blaster apunta hacia el suelo.
 

Vaya vaya... que buen comienzo... Por esto mi tió jamás desembarcaba si podía evitarlo...

Jennsar se plantó en seco, intentando ver si por descuido se había metido en alguna zona sensible o espacio restringido, pero apenas si había dejado la rampa. Esto es extraño... no había alertas de seguridad... Miró alrededor y trató de ver si está ocurriendo algo que pueda tener a la seguridad en guardia.

Dirigiendose al robot. -Soy capitán registrado de Astronave, y acabo de desembarcar. Pretendo ir a la Comandancia del Espaciopuerto. ¿Por dónde puedo pasar que no sea zona restringida?

El droide sigue con la mano levantada ofreciendo el alto, volviendo a activar el protocolo estándar.-Si es tan amable. La zona de paso está cerrada por motivos de seguridad. Deberá permanecer estacionado.-

Pff.. argumentar con este droide será tan infructuoso como con mi última novia...

Cojo mi ordenador portatil, busco el código de llamada del espaciopuerto de Ultaar y llamo con mi comunicador, a ver si hay suerte y consigo que me expliquen que pasa. Mientras voy mirando a ver que está causando la alarma.

La zona está despejada a excepción de los droides de carga, Donovan Clay, el droide de seguridad y tu mismo. Introduces el código de marcación del espaciopuerto esperando una respuesta a tanta incomodidad cundo un disparo de blaster llama tu atención y la de todos los presentes. Otro disparo y otro mas le siguen a continuación, el droide portuario levanta el arma apuntando hacia la puerta de entrada al muelle. 
Por el rabillo del ojo ves una sombra moviéndose, por encima de los muros de separación de los muelles de carga una silueta corre frenética seguida de otra. El droide de seguridad dispara pero la silueta contraataca alcanzando al droide que cae encima de una de las cajas apiladas. Donovan desenfunda la pistola enseguida y se cubre tras el droide de carga.-Mierda, ilegales. Jenssar sal de aquí o te tomarán por uno de ellos. Los droides no atienden a razones.-  

Desenfundo y asiento con la cabeza a Clay. Trato de ver si hay alguna salida cercana, o si de lo contrario, lo mejor es parapetarme contra algún bulto o similar. ¿Hay más droides de seguridad cerca?

Observas rápidamente a tu alrededor vislumbrando la puerta de salida principal que lleva al recinto del espacio puerto y una "salida" alternativa, el almacén de carga del hangar, donde los droides dejan las cajas descargadas de la nave. 

El sonido de pasos metálicos apresurándose por la puerta principal te indica que dentro de poco tendrás compañía, y no será grata.

Jenssar mira el droide destruido a sus pies, luego al blaster, aún sin disparar, en su mano. Al cuerno! Y se lanza a la carrera hacia el hangar. Seguro que esos droides no se paran a preguntar quien ha sido...

Corro hacia la via libre disponible y busco un lugar en el cual esconderme.

Corres en silencio hacia el hangar de carga mientras un droide introduce una de las cajas. Dentro la iluminación es tenue con montones de cajas y contenedores, habiendo muchos lugares donde esconderse. Por el sonido de los pasos un par de droides deben haber entrado en el muelle de atraque. Te escondes detrás de un contenedor de aspecto hexagonal bastante grande, esperando pasar desapercibido. Los droides están hablando con Donovan, parece que les vuelve a llamar intentando conseguirte algo de tiempo.
Al final los droides entran en el hangar de carga registrando cada centímetro. Maldices tu suerte y el palneta al que acabas de llegar, apoyando la espalda contra la pared del contenedor. Una puerta pequeña, de servicio se encuentra enfrente. Puede ser tu única vía de escape. Echas un vistazo a los droides. Están a medio camino, podría funcionar. La cerradura es un tipo J-12 no muy difícil de forzar. La indecisión se apodera de tu mente, permanecer escondido o intentar forzar la cerradura...

Jenssar enfunda su pistola y tantea su caja de herramientas de bolsillo, como para asegurarse que sigue allí. Avanza lo más rápido y silenciosamente que puede hasta la puerta. Por el rabillo del ojo encuentra una gran tuerca metálica en el piso, la cual toma en su mano. Llega a la puerta, y en ese momento se vuelve para comprobar dónde se encuentra los droides. AL ver que están entrando al hangar, arroja la tuerca con todas sus fuerzas contra unos contenedores metálicos en el otro extremo, y al instante se pone a trabajar en la cerradura.

Comienza a trabajar con sus implementos. Los segundos parecen horas, y la cerradora no parece terminar de ceder. Maldición! Ábrete maldita hojalata!

La tuerca rebota contra las paredes metálicas de unos contenedores de agua y cae al suelo. Los drides activan su sistema de alarma y se dirigen hacia la zona revisando el lugar donde provenía el ruido. 

Una pequeña chispa asoma en el panel de la puerta y el sudor recorre la frente de Jenssar. Los droides vuelven al protocolo de búsqueda y continúan su rutina en el hangar de carga. Se acercan hacia la zona donde se encuentra la puerta de servicio con el característico sonido metálico de sus pasos. 

Vamos nena, no me hagas esto... Jenssar vuelve a concentrarse en la cerradura. Ajusta las herramientas en la ranura, hasta que finalmente la luz se vuelve verde y la puerta se abre. La abre, cruza y la cierra nuevamente, de forma lo más silenciosa posible. Muy bien... Mira alrededor a ver en dónde se ha metido ahora.

El pasillo esta iluminado por luces laterales fluorescentes, conectadas a los cables de alimentación que reptan por la pared. Los tubos de agua, combustible y energía forman hileras de colores neutros a lo largo de la pared. El pasillo de mantenimiento no era muy largo, acabando diez metros mas allá en una intersección.
Al frente el pasillo seguía sin cambios hasta una puerta. A la izquierda un elevador de carga llevaba a los niveles mas bajos y mejor protegidos del espaciopuerto. A la derecha una puerta de único sentido con un cartel luminoso encima de ella que pone "salida" se abre hacia una pequeña plaza con gente. Al otro lado de la plaza una cantina metida en un soportal ofrece un buen refugio para pasar desapercibido. Con letras luminosas verdes se puede leer en básico; Cantina de Kanto. 

Bien, bien... estoy casi fuera de peligro. Jenssar se disponía a salir por la puerta hacia la cantina y perderse con la gente, pero se paro un instante. Acababa de encontrar un muy conveniente acceso "informal" al espaciopuerto, y valía la pena intentar aprovecharlo. Se paro un instante a ver la puerta, buscando la manera de modificar su sistema de cerrado para que pudiese abrirla desde fuera en el futuro, a través de un código de seguridad o algo similar.

Sin problemas con lo de binario, pero solo tengo un datapad, asi que supongo que no se podrá. Si no fuese posible, o si me llevase mas de 15 minutos, me olvido del tema y me voy a refrescar a la cantina.

Al salir memorizo el lugar del acceso, puede ser algo que intente en otro momento.