Partida Rol por web

Hoy es el dia en que todos vosotros os convertireis en entrenadores pokémon, tal vez deveria ser un dia especial, quizas vuestros padres os tendrian que haber levantado para daros una fista y deciros que estan ogullosos de vosotros, pero nada de eso a pasado, como cada dia habeis tenido que cumplir con vustros obligaciones y como cada dia habeis tenido que acudir a la escuela, por la tarde en el estadio casi al anochecer recivireis vuestro primer pokemon, pero ahora no podeis hacer mas que soñar con quien sera vuestro futuro compañero.

Las primeras horas de clase se han pasado rapido cada uno pensando en sus diferentes cosas, y ahora es el momento del recreo todos sabeis quienes son los elegidos de ese año para ser entrenadores, no se habla de otra cosa en el pueblo y por supuesto ese dia en el patio de la escuela no hay mas que cuchicheos a vuestro alrededor, muchos apuestan por quien sera el primero al que le roben sus pokemon, otros hablan de que seguro que muchos os quedais en el pueblo, por las zonas mas alejadas de los oidos de adultos se puede escuchar incluso alguno que dice que seguro que alguien se une algun equipo terrorista o algo parecido.

Me levante antes que saliera el sol, debia quitar las malas hierbas del campo antes de marchar a la escuela. Mientras realizo mis tareas, mi mente vaga sin control. Mi pokemon. Hasta casi logra arrancarme una sonrisa. Casi. Mis padres se levantan al mismo tiempo, cada uno tiene su tarea establecida, como si fueramos engranajes perfectamente coordinados. Con mi padre hablo poco, casi lo justo y necesario. Casi siempre para no perturbar a mi madre...

-Me voy- dije simplemente tomando mi mochila y apurando el paso. Estaban acostumbrados a mi forma de ser, asi que no hay despedidas y buenos deseos.

En la escuela no hay mas que susurros y miradas. No todos los dias se recibe un pokemon, de hecho casi todos hacen apuestas para ver a quien se lo robaran primero. A mi no. El que lo intente se llevara una desagradable sorpresa... Cuando me doy cuenta tengo los puños apretados y mis ojos deben estar perforando el horizonte. Veo que muchos me miran raro, no me importa, solo son niños.

Voy a clases, tratando de prestar atencion, normalmente soy aplicado, pero ahora mi mente esta en otro lado. Miro a mi alrededor... ¿Cuantos de ellos seran buenas personas? ¿Cuantos querran ayudar a los demas? ¿Contra cuantos debera luchar?

Estoy subido en lo alto de un murete que normalmente me llegaría a la altura del pecho. Bajo él, apoyado contra la pared, Pat permanece quieto.

-Jo, que nervios - Comento - Me pregunto qué pokémon nos tocará... a ti tiene pinta de que te darán un geoudude, te pega - digo a modo de broma, en el fondo sé que con lo apasionado que es por los pokémon bicho, seguro que consigue uno.

Yo en cambio... ¿Qué pokémon me gustaría más? ¿Qué tipo me gustaría más? ¿Preferiría uno grande? ¿Uno pequeño? ¿Rojo? ¿Azul? ¿Violeta quizás?

Soy un mar de dudas, y a lo lejos veo a Ryuto, también parece nervioso.

-Hoy nos dan pokémon a Xavier, Ryuto, Laxus, Samy a mi hermana a ti y a mi, ¿no? - tomo aire - jo, que nervios - reitero.

Missy mascaba chicle de forma exagerada, abriendo la boca y moviendo la mandíbula al hacerlo. Miraba fijamente a su hermano Chad, y a Ryuko, ese inconsciente que se creía que podía salvar el mundo.

Pero la realidad era que debían adaptarse. Estaba allí, pensando, mirándoles, sin hablarles, sin acercarse y sin socializar con ellos. No era su estilo. Ella se dedicaba a acechar, básicamente, y, cuando tuviese una buena razón, actuar.

Por ahora, todo aquello era simplemente el preludio de un cambio. Con su primer Pokemon, todo cambiaría. Hubiese intentado capturar uno antes de forma ilegal, pero decidió esperar, dios sabrá por qué. Quizá un resquicio de honor y valor moral.

Podría decirse que vigilaba a su hermano para que no le pasase nada, pero la realidad era un poco más complicada.

Las horas muertas la aburrían. Ir a la escuela ese día le parecía algo completamente absurdo, y no sabía ni por qué no se había saltado las clases.

Apoyó la espalda contra la verja y cruzó los brazos, molesta.

La sensación del tiempo se hacia interminable. No podia dejar de pensar en que pronto me convertiria en un entrenador pokémon, al igual que mis padres y mi hermano, y tambien ella. Era un dia especial para todo el mundo, pero las circunstancias no acompañaban. La guerra amenazaba en todas partes, y ya ni siquiera comprendia el porque. ¿Quien eran los buenos y los malos? Todos no provocaban mas que destrucción.

Dirigí una mirada despectiva a los que hablaban de unirse a los bandos de la guerra. Estupidos que solo buscan violencia. Innecesario. Las vidas de personas asi sobran.
 

Que aburrimiento. Me apoyo en una pared y me dedico a pasar el rato. De vez en cuando alguna mirada se posa en Missy, pero en cuanto me doy cuenta de que se percata, enrojezco y fijo la mirada en el suelo.

- Otro día más en este maldito pueblo. - pienso al despertar. Por fortuna hoy seré una entrenadora Pokemon y podré largarme de este cuchitril.

Sin más pensamientos en la cabeza me visto y tras coger una manzana y un trozo de pan para comer de camino a la Escuela salgo de casa tranquilamente.

Por el camino me cruzo con varios compañeros de la escuela pero como cada día decido ignorarlos a todos ellos. Al fin y al cabo no son nada. Meros Palurdos, la mayoría ni siquiera llegará a ser Entrenadores Pokemom y de los que lo consigan la inmensa mayoría se quedará aquí pues sus puntos de mira son tan cortos que no les permite ver más allá de esa opción.

Por fin llego a la escuela. La mañana transcurre lenta y tranquila en clase. Al llegar el recreo mis compañeros salen en tropel al patio para empezar las habladurias y demás. Cuando todos han salido de la clase me levanto tranquilamente y sin ninguna prisa me encamino al patio del colegio para sentarme cómodamente bajo un árbol a ver como todo el mundo se vuelve loco con los dimes y diretes. Intentando averiguar que pasará en breve. Qué Pokemon asignarán a cada uno de los entrenadores. A quién le robarán el Pokemon antes ... En este caso las apuestas marcan claramente a Pat como el favorito de la gente y la verdad, no me extraña. También se asegura que Laxus se irá del Pueblo para afiliarse en el Bando Enemigo aunque creo que en el fondo lo que todo el mundo quiere hacer es perderlo de vista y que deje tranquilo a todos los habitantes de Pueblo Semilla.

El tiempo sigue pasando despacio mientras me recosto plácidamente en el árbol esperando a ver si Missy llega. ¿Estará nerviosa? - pienso. Seguro que su hermano está hecho un flan pero ella ...

Observo como Ryuto parece más nervioso de lo habitual. Extrañamente está distraido pensando seguramente en su futuro inmediato al igual que el resto de los Futuros Entrenadores.

Un poco más allá se encuentran Chad, Pat y Xavier. Un primer vistazo confirma mis pensamientos sobre Chad. Parece un Postre de Gelatina. Los temblores son claros hasta desde mi posición. Xavier parece más tranquilo y Pat, bueno, ¿a quién el importa ese crío?

Por fin localizo a Missy. Está apoyada en una verja. La miro fijamente y cuando nuestras miradas se cruzan le hago una señal con la cabeza para que venga a sentarse conmigo.

Missy, al encontrar su mirada con la de su amiga, sonrió. Infló el chicle en una burbuja de color rosa y la explotó con la lengua. Entonces, con o sin miradas clavadas a su alrededor, se levantó de donde estaba y echó a andar con aire altanero bajo el árbol.

Cruzó todo el patio, sin importarle lo más mínimo el balón que pasó silbando al lado de su oreja, y se sentó al lado de Samy, recostándose tranquilamente contra el árbol. Se bajó la gorra para cubrirse tranquilamente los ojos hasta la mitad y se colocó las manos sobre el regazo. Tenía una pierna sobre la otra y parecía estar en una posición, para ella, perfectamente cómoda.

- ¿Qué harás si no te dan un Pokemon de tipo fuego?- preguntó asomando una sonrisa pícara bajo la gorra.

En medio de las habladurias de la gente y los comentarios sobre todos vosotros, podeis ver como un pequeño grupo de chicos se congrega alrededor de una chica que esta enseñando algo, no podeis ver que es pero por la forma en que cada vez se reune mas y mas gente, podriais esperar que fuera algo impresionante, por lo menos ese esta haciendo que se olviden de vosotros.

Me giro hacia Pat, seguro que él piensa que está enseñando un metapod, y seguro que Laxus pensaría que les estaría enseñando las bragas.

Al fin llego el recreo, sali casi al final, cuando el salon estaba practicamente vacio. Mis ojos recorrieron el patio, aburrido, no queria hablar con nadie, pues solo soltarian las mismas tonterias una y otra vez. ¿Que pokemon te gustaria? ¿Que haras? ¿No tienes miedo que te lo roben? Ya habia respondido a eso en su momento, con monosilabicos, pero lo habia respondido.

Vi a Chad muy animado, como si toda su energia no pudiera ser contenida y necesitara hacer algo pronto. Pat a su lado sonreia contento. Esperaba que no estuviera pensando en cometer otra de sus estupidas bromas. Missy y Samy reposaban bajo un arbol y casi imagino su conversacion. Aparto la mirada molesto y esta se cruza con Xavier, solo y apartado como siempre. Me da mala espina y no se porque. Solo falta cruzarme con Laxus...

Un creciente cuchicheo llama mi atencion. Un grupo cada vez mas numeroso se reunen alrededor de una joven. Con lentitud enfilo mis pasos hacia alli, tal vez pase algo interesante. Al menos me distraere...

Cuando Missy llega a mi lado y se sienta me relajo aún más de lo que estaba.

- ¿La verdad? - le respondo. No lo sé. Supongo que tendré que cogerlo igualmente, ¿no? Mientras no sea un Jigglypuf creo que podré soportar cualquier otro Pokemon. - añado con un escalofrío. Díos. No soporto ese Pokemon.

De repente todo el patio se empieza a congregar alrededor de una niña. La cual les enseña algo muy entusiasmada.

- ¿Qué crees que está pasando ahí? - pregunto a Missy.

Missy levantó mínimimanete con el dedo índice la gorra, lo justo para ver el panorama. Entonces volvió a bajarla.

- ¿Importa de verdad?- preguntó, quizá retóricamente- Nos vamos a largar con viento fresco. Salvo que sea algo importante o útil para el viaje, no me interesa. Al menos, ya no.

Lo cierto es que sentía curiosidad, pero, ¿qué más daba? Posiblemente no volviese a ver a esa niña, y no era una persona importante para ella. Además, no parecía haber mujeres alrededor, así que... casi prefería no saber qué estaba haciendo la chiquilla.

Estaba ligeramente nerviosa, debía reconocerlo. Aquel día era, en cierto modo, importante. Era frío y mortecino como los demás, pero al final del mismo recibiría su pasaje al nuevo mundo. Podría forjarse un camino.

- Prefiero ultimar los detalles más importantes, Samy. ¿Cómo estaremos en contacto cuando partamos?

No pienso perderte.

Yo todavia estoy en mi mundo pensando en lo que se me viene encima.Hoy es el dia, empezaré mi viaje. Por fin podré llevar a la practica todas las teorias y conocimientos que he conseguido observando pokemon.Todas esas picaduras, electrocuciones , quemaduras, mordiscos y demás habran valido la pena. Estoy lleno de alegria pero los cuchicheos no me dejan tranquilo,, la rabia me invade al pensar que alguien puede intentar robarme y recuerdo la última vez que me encontré con unos delincuentes por el bosque.Jeje, fué divertido, gritaban mucho pero.

Veo que se ha formado un corro de gente alrededor de una chica,en mi mente encajan dos piezas, Mucha gente+más interesante que nosotros=tengo que verlo.

Poniendome mi sombrero de paja me pongo de pie y cojo  a Chad del brazo.Vamos, tenemos que ver que es.

Pat casi me tira de lo alto del murete, pero consigo caer de pie.

-Menudo entusiasmo - Me quejo pero no de forma seria - Venga, vamos a ver qué pasa, que si no no vas a dormir a gusto.

- La verdad es que no. - respondo a su primera pregunta. No importa.

- ¿Por qué ibamos a separarnos? - le digo a Missy. Podemos salir juntas de aquí, de Pueblo Semilla, y vivir nuestra vida. Sin nada que nos ate.

Noto que Missy está nerviosa. Más de lo que esperaba en ella. Así que intento tranquilizarla.

- No te preocupes. - le comento apoyando mi mano en su hombro. Verás como todo sale bien.

Algunos os acercais a la muchedumbre que rodea a la chica, hay tanto hombres como mujeres y todos parecen emocionados, ahora al acercaros os dais cuenta de que muchos por no decir casi todos lo que estan observando son mas jovenes que vosotros.

Cuando mirais veis que la chica tiene una pokeball en su mano y que justo delante de ella hay un pequeño Ratttata que observa curioso a todos los que estan alli.

La gente parecia emocionada de ver a mi pequeño Rattata, al final habia sido buena idea llevarlo a clase aunque los chicos a los que les darian su pokemon ese dia seguro que se ponian celosos o se enfadaban, pero bueno que importaba yo ya tenia mi primer pokemon.

- Me lo regalo mi abuelo esta mañana por mi cumpleaños, es mi primer Pokemon- dije a todo el mundo esperando ver sus reacciones.

En mi mente acudo a la información que se sobre los Rattata.

Rattata

pokemon rata

Tipo: normal

Se alimentan de nueces, larvas, insectos y casi todo lo que pueden encontrar, suelen encontrarse por todos lados y són muy molestos. No les gusta que les tiren de la cola. Su mordedura duele mucho.

-Wow, bonito pokemon, le has puesto nombre?

Un pokemon. Casi me lo esperaba. Observe a la niña, mas joven, completamente feliz, las mejillas rojas y los ojos brillantes como estrellas. Espero que le dure, las cosas estaban dificiles y los buenos momentos escaseaban. Habia mucha agitacion a su alrededor, antes era algo normal tener un pokemon, ahora era casi un milagro.

-Al menos por ahora- me dije mucho mas seguro. Ya habia tenido suficiente, no me gustaban tanta aglomeracion de gente, asi que empece a retroceder. Mi turno de tener un compañero estaba cerca.

Antes de irse le dedico un simple asentimiento de cabeza a Reiko, a modo de felicitaciones. No era de los que saltaban de alegria o saludaban efusivamente. Era una persona adulta, a pesar de mi edad.