Partida Rol por web

Profesionales Pokemon

Jin Ryuga

Cargando editor
24/10/2013, 23:46
Director

  Aunque allí también encontraría datos especificos de la especie el Horsea no parecía de avanza edad, más bien al contrario, era muy joven, tal vez poco más que Charmander. Por los movimientos podía deducir que no tenía gran experiencia y su nivel era bastante bajo, algo que sólo podía medirse después de mucha experiencia entrenando o tal vez poniendolo a prueba en un combate. Su peso, según la pokédex, era más bajo del habitual, cinco kilogramos cuando su peso ideal era ocho. Aunque no ocurría así con la altura, en la pokédex también se informaba a cerca de la altura media de esos pokémon, 0,45 metros.

Cargando editor
24/10/2013, 23:50
Hitomi

- ¿Se ha dado bien? - tono monocorde, como si no quisiera meterse en su vida pero quisiera ser amable a propósito.

 Su mirada seguía siendo de juez, propia de alguien que evalua cada movimiento y que sin duda piensa en que ha llegado algo tarde a desayunar. Ella ya está terminando y sus pokémon ya han desayunado hace un rato, parece leerse en su mirada algo que Jin oyó de su padre alguna vez "los pokémon tienen un metabolismo diferente al de los humanos, en ocasiones más resistentes pero también más vulnerables al cambio y a la falta de una rutina"

 - No he querido molestar a la enfermera... - expuse, dando a entender que me interesaba si había algún pokémon en problemas, había varias opciones, una de ellas era que no confiara en que Jin lo solucionase, aunque no había ningún tono que lo delatasa, y otra, que estuviese dispuesta a hacer cualquier cosa para evitar que un pokémon sufriera. Quizás ambas.

 - Y ayer te acostaste tarde.

 Lo sabía. Aunque Jin no podría saber como.

Cargando editor
25/10/2013, 00:06
Jin Ryuga

Los ojos casi se me dan la vuelta al ponerlos en blanco cuando veo a Hitomi y me veo obligado a retirar los ojos de mi pokédex...

¿Es que alguna vez podrá meterse menos en mi vida y más en la suya?

No, no caerá esa breva... es un sueño imposible, sería más fácil que me encontrase un Articuno dentro de dos horas y lo capturase. Suspiro vigilando como come Horsea y los demás pokémon, Abra será el que necesite más fuerzas hoy pero el que más me preocupa es sin lugar a dudas Horsea.

Será mejor que se lo diga... antes de que moleste a la enfermera cuando la vea en algún rato libre...

-Brock y la enfermera Joy me pidieron que intentase que Horsea comiese algo, porque ellos no pudieron hacer nada...- Me encojo de hombros mientras sigo vigilando al pokémon -está asustado y tiene miedo a los humanos, como no lo podían atender tuve que quedarme hasta tarde para convencerlo de que se viniese conmigo.

Suspiro mirando al trío de pokémon.

-Me costó bastante pero al final accedió a que fuese su entrenador...- miro a Horsea, en su barreño de agua particular, ladeando la cabeza -Aún necesita coger más confianza, pero solo necesita ver a buenos entrenadores y pokémon... y paciencia por mi parte claro. Así que ahora más vale dejar que desayune tranquilo, después... ya veremos.

Retiro la mirada de Horsea y miro a Hitomi:

-Como comprenderás, me importaba más el estado de Horsea que perderme un par de horas de sueño... Hice lo que debía de hacer, si quieres reprochármelo adelante.

Espero alguna reacción de Hitomi, que esperaba que fuese orgullosa o pasitista. Sin embargo estoy en guardia a que pueda intentar algo con Horsea, el cual dudo que esté preparado.

-¿Tienes algo planeado hoy?- Pregunto a la chica, vigilando a mis pokémon para que Abra comiera, Horsea no se escondiera y Charmander no hiciera ninguna trastada.

¡El equipo perfecto para un futuro psicólogo!

Cargando editor
18/02/2014, 02:20
Hitomi

 - ¿Seguro que no quieres cederme a Horsea? Yo ya tengo un pokémon de tipo agua, será menos traumático para él, convivir con Charmander puede traerle problemas a tu bebé. - Charmander no estaba atento a la conversación y sería una suerte, porque tratarle como a un bebé podía no resultarle agradable. ¿quién era el futuro psicólogo allí? No estaba claro dado que Hitomi parecía comprender el problema de que un pokémon de tipo agua esté con uno de tipo fuego tan rebelde.

 - Seguro que no... - le evitaría responder, si no lo deseaba.

 - No puedo ir al curso de Sabrina, a menos que me prestes a Abra - siempre estaba dispuesta a darles una mejor vida a los pokémon de Jin - por lo que me centraré en comprar lo necesario para las siguientes etapas de nuestro viaje mientras tú vas.

 Espero que tomes notas. - tenía en mente que las compartieses con ella - si termino pronto veré si puedo encontrar mi propio Abra en las afueras.

 Aunque por lo que he leído, es muy poco común en esta zona. - Por eso lo has capturado. Por pura suerte, como todo.

 - Si te parece bien compraré también lo que puedas necesitar y así no tendrás que perder tiempo preocupandote por los útiles básicos de cualquier entrenador. - Un momento. ¿Había sido un reproche o en realidad prefería que no perdieses el tiempo con eso?

 - ¿Crees que te dará tiempo a llegar al curso?

 Suelen poner trabas. - era la pequeña pero visible conciencia de Jin taladrandole el cerebro cada segundo.

Cargando editor
18/02/2014, 02:56
Jin Ryuga

Me aburres...

Horsea nunca se sentiría cómodo con ella, por el simple hecho de que Horsea no ha sido capturado si no que ha elegido venir conmigo por sus propios medios. Puede que no se sintiese cómodo con Charmander por ser de tipo fuego, pero ¿acaso lo que opinase Horsea no tenía importancia?

Charmander parece ir avanzando, muy deprisa para el poco tiempo que llevamos juntos. Horsea está confiando en mí poco a poco, incluso conseguí que después de lo sucedido viniese conmigo... Abra es un tema aparte, es irónicamente el que menos problemas me da, a pesar de que no suele ser habitual eso en los pokémon psíquicos. Pero eso sólo indica lo que yo he opinado siempre: los pokémon a su forma son tan complejos como los humanos. Si he conseguido todo eso... algo estaré haciendo bien como entrenador y como psicólogo. Al fin y al cabo he estado toda mi vida rodeado de aquellas criaturas, de todos los tipos.

-Hitomi, si de verdad entendieses a Horsea ni siquiera pensarías en esa posibilidad...- y si de verdad entendiese a Charmander no lo habría llamado bebé, ese pokémon es tan testarudo que es capaz de evolucionar tan sólo para demostrar que no es un niño... -déjalo por el momento, si veo que estará mejor contigo... pues sí, te lo cederé- lo haría, si eso es mejor para Horsea a pesar de que Hitomi fuese... Hitomi. Pero ahora no lo sabemos y Horsea prefiere estar conmigo, o al menos se fía de mí directamente.

En cuanto a dejarle a Abra... no ¿Qué se ha pensado? Los pokémon no son cromos, si alguna vez la necesita se la podría prestar o si eso le hiciera a Abra algún bien. Pero ahora mismo el cursillo lo tengo que hacer yo, yo soy su entrenador.

-Hitomi...- digo, de forma cansina y mirándola aburrido a los ojos -haz lo que quieras, si quieres hacerme ese favor por mí genial, gracias, si no...- Me encojo de hombros, ahora mismo tengo muchas cosas en la cabeza, estoy cansado y lo que menos quiero es irritarme por lo que diga Hitomi.

-Si me lo haces... seguramente necesite pociones, puede que algún antídoto y esas cosas- digo -pero claro, eso tú ya lo habrás tenido en cuenta ¿no?- Pregunto, sonriendo de medio lado. Al fin y al cabo ella es la lista: Hitomi la perfecta.

No sé porqué razón viene conmigo, parece que simplemente disfruta haciéndome rabiar. Y yo debo ser tonto por haberle dicho que sí, que me acompañase

-Sí.- Contesto -Llegaré.- Prefería pensar que lo decía para que la dejase en paz y no por mi propio bien, es muy irritante, demasiado irritante... Pero siempre es así, parece que no va a cambiar así que ya me muestro más cansado que irritado. Seguramente porque no quiero que Horsea me note de mal humor...

Suspiro cansinamente, antes de recoger mis cosas para poder ir al curso que impartía Sabrina -la cual además de ser una especilista en pokémon psíquicos... es considerada la mujer más bella de la región- Sí, normalmente eso poco me interesa, ¡pero es Sabrina! Una experta en pokémon y además una belleza ¿qué chico no la admiraría? Sonrío de medio lado por esos pensamientos.

-Tal vez si llego pronto pueda sacarme una foto con ella...- Murmuro, para mí mismo mientras me voy levantando para irme.

-Nos vemos luego, entonces ¿no?- Pregunto, a modo de despedida.

Cargando editor
19/02/2015, 14:51
Jin Ryuga

El ambiente me resultó caluroso que al entrar al curso. No había sido consciente del tiempo que había pasado con Abra en el curso de Sabrina, no había rastro de la gente que había estado discutiendo en la puerta, intentando pasar dentro. Tampoco estaba Sara, y sentía un hambre verdaderamente atroz.

Sin duda alguna había perdido la noción del tiempo. Parecía que había estado en otro mundo, no había sido consciente del aumento de temperatura ni del paso de las horas.

El parque parecía la mejor opción a tomar de vuelta al centro pokémon, cualquier sombra por leve que fuera la agradecería en esas horas de calor. Parecía el único loco que se había atrevido a salir al exterior.

Ni siquiera Hitomi parecía haber tenido prisa para venir, aunque fuera sólo para saber lo que había pasado, criticar mi actuación, o decirme lo que ella hubiera hecho en mi lugar.

Por mi parte estaba contento con el avance que había dado con Abra, la entendía infinitamente mejor de lo que me había imaginado que podría entenderla en tan poco tiempo. Y aunque fuera algo menor, había conseguido un autógrafo de Sabrina y de sus pokémon, aunque la de Haunter había amenazado con tapar todas las demás. Ese pokémon tenía su propio sentido del humor... me dije a mí mismo que si el resto de Haunter eran parecidos yo necesitaba uno, al menos mientras Hitomi viajara conmigo.

Tenía la mente puesta en el frescor del centro pokémon y, por encima, en la comida que allí servían. Ya no sólo era mi estómago, mi boca también salivaba con el pensamiento de comida.

Cargando editor
19/02/2015, 16:20
Director

 Un sollozo....

  ...lento, pausado, casi recreado. Jin no sería el único que lo estaba escuchando.

 Una mujer de pelo largo, oscuro y lacio, de aspecto muy suave y liso estaba sentada con las piernas flexionadas una para cada lado. Las manos en el suelo en una posición clara de impotencia, las lágrimas caian al suelo de arena perdiendo su humedad en la tierra.

 Frente a ella un tipo vestido de negro. Con aquel calor era casi imposible que aguantara sino porque estaban a la sombra del parque. No había nadie más.

 El hombre tenía un gesto amenazante, serio.

 - Entonces, ahora son mios.

 Es muy posible que aquel tipo hubiese golpeado a la mujer en el abdomen. Estaba encojida y casi no podía incorporarse, aunque quería hacerlo.

 El hombre comenzaba a colocarse un cinturon con pokéballs que claramente no era suyo alrededor de la cintura. También tenía una especie de maletin que tenía escrito alguna clase de nombre en él, parecía de mujer, tenía una florecilla como chapa al lado del nombre, si Jin se fijaba, del mismo tipo que la goma del pelo de la mujer, una florecilla pequeña de color rosado.

 - Esta tecnología es justo lo que necesitamos.

 Explicó regocijandose mientras la chica guardaba silencio.

 Lo mejor sería no meterse en lios. ¿Qué diría Hitomi entonces? Aquel tipo realmente parecía peligroso. Del tipo de persona que puede arrebatartelo...todo. Incluso la vida.

Cargando editor
19/02/2015, 17:49
Jin Ryuga

Sólo estaba pensando en eso; en comida. Pero un sollozo me sacó de la cabeza los distintos tipos de helado con los que podría calmar mi hambre y, a la vez, el calor agobiante que estaba haciendo.

La escena que estaba viendo me sorprendió, más aún por ser aún de día. Pero ciertamente las calles y el parque estaban desiertas. Estaba claro que nadie iba a acudir en ayuda de esa mujer... yo traté de ocultarme tras ver como el hombre le arrebataba lo que parecían sus pokémon.

Había visto el maletín, pero le daba menos importancia a eso que a los pokémon que podría aber dentro de las pokéball de ese cinturón.

No tenía ni idea de qué hacer, y a decir verdad hubiera deseado no haber pasado por ese parque.

Ese hombre, fuera quien fuera, resultaba terrorífico.

Odiaba lo que estaba haciendo, y también sabía que seguramente había golpeado a esa mujer. No quería pensar qué clase de persona sería yo si no hacía absolutamente nada pero, por otra parte, ¿qué podía hacer yo contra alguien así?

Yo también estaba asustado.

Seguramente yo sólo nada, pero ese hombre no tenía pokémon, ese tipo de gente no dudaría en usarlos para amenzar a esa mujer, sin embargo le había quitado a ella los suyos...

Ahora sí que tendría que estar Sabrina aquí...

Ella sabría qué hacer, sus pokémon y ella podrían enfrentarse a ese delincuente. Seguramente pudiera salvar a los pokémon inocentes de esa muchacha... Mis pokémon no eran tan fuertes, y yo tampoco podía enfrentarlo, no cara a cara.

Saqué la pokéball de Abra y la miré ¿por qué iba a combatir si no podía hacerlo? Estaba claro que no podía luchar contra él, pero sí podía huir... más o menos. Sin embargo tenía qué decidir qué era más importante: el cinturón o el maletín. Para mí no había duda.

Abra podría entender mis deseos, gracias a sus poderes psíquicos y a lo que Sabrina me había enseñado, tal vez podría entenderme lo suficiente como para saber lo que deseaba sin que lo tuviera que gritar. Con su teletransporte, sabiendo huir como sabía, podría coger el cinturón y a la mujer en un segundo, volver ante mí, y después llevarme de vuelta al centro pokémon.

Sabiendo lo bien que se le daba el teletransporte, ese hombre no tendría tiempo prácticamente de hacer nada. Pero tenía que decidirme ya y ser rápido, antes de que ese hombre terminara de abrocharse el cinturón. Tenía hacer a la perfección y a la primera lo que Sabrina me había enseñado, tenía que volver a entenderme con Abra y, ella, tendría que entenderme a mí...

Si se entera de esto, mi madre me mata... si Hitomi no lo hace antes.

Cargando editor
26/02/2015, 01:18
Abra

 Abra estaba preparada. Más aún cuando su conexión con Jin se había fortalecido tanto. Aún les quedaba mucho tiempo para seguir adelante, Abra tenía miedo, miedo de enfrentarse a aquel tipo, el mismo miedo que le contagiaba Jin con su actitud. Si él se asustaba...si él dudaba, ella dudaba. Pero de algo no dudaba Jin, y era de que podían huir, asique Abra sabía que podía huir. Y lo haría. Pero antes tenía que hacer algo mucho más noble. Salvar a los amigos y aliados de otra entrenadora.

 Abra se desvaneció y el hombre no pudo reaccionar directamente cuando Abra apareció a su lado tomó suavemente el cinturón y se desvaneció con él. La idea no dejaba lugar a la interpretación, llevarlos al centro pokémon.

 Abra desapareció y lo hizo dejando el silencio en el aire sólo roto por un sollozo que se detuvo al instante, chocado por aquella aparición heroica. La mujer miró a Jin entonces y extendió la diestra hacia adelante para decirle que se detuviera.

 - ¡Vete! ¡Corre!

 Desesperada pensando que ahora que había perdido su botín el hombre los mataría a los dos si hacía falta.

Cargando editor
26/02/2015, 01:35
Director

 - Eso ha sido un error. Chico. - se parecían. El cabello del mismo color, el rostro simétrico, pero ligeramente diferente, pasaría por su hermano mayor si se lo propusiera. Con aquella gorra negra y el cuello alto que apenas dejaba ver su barbilla podía parecer cualquiera, salvo por los ojos ambar ahora parecidos a la sangre que amenazaban con estallar en cólera mientras su cuerpo transmitía calma, la calma de un potencial asesino.

 - No volverá a tiempo para que no te machaque. - Golpeó su mano ahora vacía contra su puño y sorteó a la mujer para irse caminando a zancada larga hacia Jin. Parecía saber exctamente que habría llevado a los pokémon a un lugar seguro.

 - Y eso es porque la distancia es demasiado larga. - le explicó mientras estaba a punto de avalanzarse sobre él - No puede volver del mismo modo que se fue, tendrá que hacerlo en saltos menores. - parecía saber de lo que hablaba.

 Cargó su puño y aumentó el ritmo de las zancadas con la intención de lanzarle un puñetazo en la cara. No se andaba con juegos.

 Jin podía reaccionar de muy diferentes formas, tenía tiempo de hacer algo rápido, no de contraatacar, pero sí de tratar de esquivarlo, bloquearlo o huir. Incluso de algo tan mecanizado como sacar a uno de sus pokémon de la pokéball para que le ayudase.

Cargando editor
13/03/2015, 18:59
Jin Ryuga

Mierda. No era eso lo que tenía en mente...

Al ver que Abra no aparecía a mi lado entendí que, o bien no había entendido mi deseos, o no nos habíamos entendido a la perfección ninguno de los dos. Sabía que eso era un riesgo ya que, al fin y al cabo, era la segunda vez que lo hacíamos.

Podía haber sido peor...

Era un consuelo vano que me daba a mí mismo, pero lo cierto era que no sabía cómo podía ser peor.

El tío al que le había quitado los pokémon parecía verdaderamente furioso, dispuesto a matarme con sus propias manos. Mientras la mujer insistía en que huyera...

Sí, eso era lo más inteligente. Pero por otro lado Abra acabaría volviendo en unos minutos y si yo no estaba ahí se encontraría sola. Sabía que tendría que quedarme, aunque sólo fuera por la pokémon que tenía a mi cargo.

Me mordí el labio inferior, intentando saber qué podía hacer contra él. Estaba claro que no podía enfrentarme a él, ni intentar golpearle... las peleas nunca habían sido mi fuerte. Era muy delgado, excesivamente, y un tortazo de ese hombre seguramente me partiera la nariz... como poco. Necesitaba ayuda, y mientras Abra volvía para sacarnos de ese lío no podía contar con la suya.

Como su de un tauros furioso se tratara ese hombre cargó con el puño en lugar de con cuernos. Aunque a mis ojos eso no lo hacía menos intimidante... Desde luego sí sabía de qué hablaba cuando despareció Abra pero si sabía tanto de pokémon ¿por qué no usaba ninguno?

La única opción que tenía era apartarme, eso y Charmander.

Me eché a un lado para intentar evitar el golpe mientras abría la pokéball que me habían dado mis padres. Ese hombre podía tener toda la fuerza que quisiera, y Charmander ser pequeño... pero este último sabía escupir fuego, aunque fuera poco. Con un poco de suerte entre los dos podríamos hacer algo, aunque también era probable que me quitaran la licencia de entrenador por usar un pokémon contra una persona, prefería eso a acabar muerto a golpes.

-Chamusca a ese tipo, vamos; Ascuas.

No estaba para ninguna de las rabietas de Charmander y tampoco ninguno de sus juegos, con un poco de suerte el pokémon entendería eso por el tono de mi voz.

Cargando editor
14/03/2015, 04:45
Charmander

 -Chaaaarrrrr! ¡Chaaaarmandeeer!

 ¡Nadie podía meterse con Jin! ¡Para él era lo úncio que había en este mundo! y reaccionaba muy bien ante las peleas. Charmander no dudo en atacar al hombre...¿estaba justificado? Daba miedo que un Charmander tan pequeño no tuviese duda alguna de lo que era el bien o el mal, o tal vez...que no le importase golpear a los humanos. Lo hacía constantemente con Jin, amistosamente, pero esto era diferente. Charmander estaba defendiendole. ¡Entendía la situación! o sino...estaba a punto de nacer un monstruo.

 - ¡Char-Charmander!

 el fuego lo rodeó, Jin podía sentir su calor abrasador, intenso, joven pero poderoso. Charmander se estaba esforzando mucho más que con Abra, estaba dispuesto a herir de verdad a aquel humano malvado.

Cargando editor
14/03/2015, 04:55
Director

 - ¡Jjajaja! ¡Pero que ruín eres! - sin duda se había quemado la mano. La sacudió con fuerza echandose hacia atrás como pudo. Aquello había sido un golpe muy bajo.

 - No eres capaz de librar tus propias batallas. ¿Eh?

 Miró al Charmander, dispuesto a atacarle y contuvo el deseo de patearlo o darle un golpetazo con el revés de la mano. Había sentido el fuego y no quería que su ropa se prediese en el inteto o dañarse. Por otro lado, también había considerado la posibilidad de llevarse a ese también. Sólo por darle una lección al chico.

 - Está bien... - Jin y menos el Charmander no habían logrado intimidarle.

 

 - Adelante. ¡Arbok!

 Dale un final más digno del que merece a ese lagarto.

 Y de su pokéball sin siquiera sacarla del bolsillo salió una luz roja. El pokémon parecía tener la capacidad de salir de ella por voluntad, con una malévola voluntad de destrozar...en este caso, con ansias de comerse o derrotar a aquel pequeño Charmander.

 - ¡AAaaARRRR-BOK!

 

 Amenazó con sus colmillos, era casi cinco veces más grande que Charmander y le llegaría a Jin casi por los hombros. Era un pokémon grotesco o..bellisimo, dependiendo del lado de la batalla en el que te encontrases. Parecía entrenado para golpear fuerte, rápido y mortalmente. Los dibujos en su cuerpo eran amenazantes, completamente intimidantes, aunque Charmander, cabezudo, no se paró a pensar, simplemente se mantuvo allí, en pie, dispuesto a que Jin le apoyase y le dijese que hacer.

 Ser tan pequeño tenía una ventaja, tenía la iniciativa. Pero si se equivocaban, lo pagarían caro.

 - Adelante Arbok. Destruyelo.

 Le dio libertad. Pero aún así, Arbok se mantuvo ligeramente pasiva, amenazando con sus colmillos. Parecía querer saborear el momento

Cargando editor
14/03/2015, 06:52
Jin Ryuga

-Yo ruín, ¿y qué eres tú? El ideal de caballero...

Esas palabras sí que me habían ofendido, viniendo de un ladrón y un abusón que no había dudado en tratar así a esa mujer y, posteriormente a mí. O buscaba mosquearme o de verdad era capaz de confundir ser ruín con ser pragmático.

Charmander le había dado una lección, de eso no cabía duda, toda su mano estaba abrasada pero el tío se había reido como un loco.

Ese hombre no era un ladrón corriente, de lo contrario no habría reaccionado de esa manera. No había sido consciente de que pudiera representar un peligro mayor que el de un simple ladrón dispuesto a quitar una vida; ese hombre parecía estar loco de verdad.

Sólo podía esperar que Abra no tardase en volver, con un poco de suerte la enfermera Joy, Hitomi... o incluso Brock la reconocerían. Puede que incluso recibiera más ayuda de la esperada cuando volviera... pero no podía contar con ello. Tendría que apañármelas y, llegado el momento, esperar poder salir de ahí de una pieza.

Mis ojos se dirigieron a la mujer para ver si estaba bien o había aprovechado para marcharse. Ignoraba si tenía un pokégear, un navegador pokémon o cualquier otro aparato... pero si así era no había mejor momento que ese para que lo usara.

¿Arbok...? Pero... ¿tiene pokémon?

Esas palabras me dejaron tan helado como la mirada de la serpiente gigante que apareció ante mí. El alma se me cayó a los pies.

Charmander era un pokémon superdotado para el combate, si no era por su habilidad era por su increíble espíritu de superación y lucha, pero esa batalla tenía toda pinta de acabar mal, para él y para mí. Era nuestro primer combate contra otro entrenador, y no me cabía duda de que su pokémon estaba más evolucionado y tenía un nivel muy por encima de Charmander. Sabía que la ventaja de tipo no tenía porqué decidir un combate pero ¿el nivel y la evolución? Eso era otro cantar, barreras aún más difíciles de superar que las ventajas de tipo...

Lo teníamos verdaderamente difícil. Pero teníamos que aguantar, aunque fuera por no dejar a Abra sola cuando volviera.

Estaba claro que no podía intentar atacar de frente, y entablar un ataque cuerpo a cuerpo sería una verdadera locura. Esperaba que el tamaño de Charmander nos diera la velocidad, o contaba con ello o no teníamos nada. Tendríamos que mantenernos alejados de Arbok y atacar a distancia, un mordisco, un golpe de su cola, y Charmander podría acabar verdaderamente mal. Y desde luego, no deseaba que Charmander pudiera quedar atrapado por el ataque repetición de ese pokémon serpentino, no era un Ónix, pero para mi Charmander como si lo fuera.

Tuve mi pokéball a mano por si tenía que retirar a mi pokémon.

Muy bien...

Charmander sólo sabía usar malicioso, que no afectaría a ese Arbok en absoluto, no era un pokémon que se dejara intimidar por un Charmander bebé. Arañazo requería acercarse demasiado; sólo tenía ascuas. Esperaba que ese Arbok no conociera demasiados ataques a distancia y si los conocía que Charmader fuera más rápido que estos.

Si al menos hubiera aprendido pantalla humo...

-Charmander aléjate y no te acerques, mantente alejado de la cola y los colmillos. No dejes que te de, usa tu velocidad y tu tamaño para escapar de todo movimiento que intente hacer contra ti, no te servirá la fuerza.

Arbok no parecía dispuesto a hacer nada, y su entrenador se mantenía expectante, esperando ver como Arbok sin ninguna instrucción acababa con nosotros...

Vamos Abra... date prisa, por favor.

Las ascuas eran muy débiles, y no teníamos fuego suiciente, no se me ocurría qué podía hacer para vencer a ese monstruo... estaba completamente en blanco y el calor que hacía no ayudaba en nada... ¿seguro? El calor del sol siempre aumentaba la potencía de los ataques de tipo fuego*, y hacía mucho calor.

Tendríamos que probar nuestra única baza, antes sí me había parecido que su ataque era más potente... tal vez... Habría que ver si eso dañaba a Arbok lo suficiente, con la ayuda del calor que hacía, para poder tener esperanzas de ganar.

-Charmander, vuelve a usar Ascuas.

Recé. No porque el ataque dañara a Arbok, sino para que si contraatacaba a Charmander le diera tiempo a esquivarlo. 

Notas de juego

*Me baso en el Ataque de día soleado y en Sequía (habilidad especial de Groudon), como dijiste que hacía un calor agobiante... si no querías meter este tipo de cosas obvialo, Jin se equivoca y ya ^^.

No sé si puedo realizar algún ataque indirecto, así que pregunto, porque dado que no sé demasiaod sobre el terreno poco puedo imaginar: ¿Estamos sobre adoquines o en hierba? Imagino que lo primero, pero si es lo segundo prendería la hierba que está delante de Arbok para que tuviera que rodear o quemarse para atacar...

Cargando editor
14/03/2015, 08:08
Director

 - Eres...¿algo así como un entrenador? No puedes llamarte así con un pokémon tan sumamente débil. - Le instigó mientras guardaba las manos en los bolsillos. Tal vez preparado para coger la pokéball y retirar al arbok, o simplemente para ocultar la herida en su mano que si no era importante tal vez le hubiese picado lo suficiente como para no querer mostrar debilidad.

 - Su fuerza y su velocidad no serán suficientes.

 Sentenció.

Aleccionandolo.

 - En un uno contra uno, no tiene nada que hacer. No en una pelea justa. - Ni me molestaré en decirle como tiene que hacerlo. Arbok puede acabar con el sin ayuda.

 Arbok se contoneaba y reaccionó con velocidad ante Charmander. Las ascuas impactaron en su piel, brillante, que se ennegreció con ceniza mudandose al instante, no había sido suficientemente potente como para causarle quemaduras. Eran ataques muy débiles, fuertes para un pokémon de esas caracteristicas. La salud de Arbok aún no estaba en peligro, los ataques eran efectivos, pero necesitaría mucho más para derrotar al pokémon serpiente.

 El cuerpo de Arbok se contrajo y como un muelle consiguió propulsarse saltando hacia adelante sobre el Charmander, con los colmillos por delante.

 Era un picotazo venenoso.

 Charmander no dudo en hacerse a un lado como Jin le había aconsejado, debía evitar los golpes si quería sobrevivir. Contaba a su favor que Arbok jugaba con su presa y no estaba empleandose a fondo.

 ¡Abra reapareció a tu lado en ese momento!

 Te miró, estaba de pie, aparentemente despierto salvo porque sus ojos seguían cerrados. Se mostraba cansado, llevar cosas consigo estaba resultando agotador, y lo era más aumentando el peso o la distancia. Estaba preparado para llevarse a la mujer si se lo pedía, aunque esperó, prudentemente. La mujer no estaba del todo fuera de peligro, aún sentada en el suelo, en shock, contemplando a un arbok que podría matarla si su entrenador diese la orden.

 El suelo era de adoquines, había bancos cerca y una fuente detrás del atacante, a unos cuantos metros, suficiente lejos como para no ser una opción para nada. El calor ayudaba al Charmander a gozar de más fuerza, pero aún así, en un enfrentamiento, si recibía daño, sería insuficiente. El nivel y la evolución eran un factor a tomar muy en cuenta. sin embargo, estaban rodeados de vegetación, de hecho, sobre sus cabezas todo estaba cubierto por el follaje de las copas de los árboles, era el único lugar donde podía encontrarse algo de fresco.

Notas de juego

Me gusta que juegues con el entorno, mientras no presupongas que haya cosas que no estaríoan ahí por sentido común, sin problema, sientente algo más libre. Sino pideme una descripción más detallada y ya está.

Cargando editor
14/03/2015, 09:14
Jin Ryuga

Arrugué la nariz, furioso, cuando llamó débiles a mis pokémon. Sí, puede que físicamente su Arbok fuera más fuerte, pero Charmander le había dejado un buen recuerdo... y sabía lo que un pequeño Charmander podía hacer, aún tenía un recordatorio de que no debía subestimar a ningún pokémon, por pequeño o mono que pareciese. Sí, mi Charmader no era tan fuerte como Arbok... y ese Arbok tenía la capacidad de mudar la piel, no le afectarían las quemaduras del ascuas...

Mi corazón latió a cien por hora, cuando vi como Charmander esquivaba el ataque... sólo porque Arbok estaba jugando con su presa...

Bien, dadnos tiempo, subestímanos... nos biene de perlas.

Y en ese momento Abra apareció a mi lado, sabía que me pedía indicaciones.

Vi a la mujer, a poca distancia de Arbok, Charmander luchando contra él y mi rival burlándose de mí. Necesitaba una buena distracción, pero Abra tendría que usar toda su capacidad... la que fuera, aunque no pudiera llevarnos al centro pokémon, bastaría con sacarnos de allí, después nuestras piernas harían el resto. Ese hombre no nos encontraría, no podría saber a donde habríamos ido, y podríamos llegar al centro.

-Así que débiles, tu mano no parece opinar lo mismo...

Provocarlo no era una buena idea, a no ser que deseara que no se fijara en la mujer hasta el último momento.

No podía atacar a Arbok directamente, sólo el calor del día nos daba ventaja. Pero tal vez ese calor fuera suficiente para crear una enorme distracción, para conseguir que no nos siguieran y, sobre todo, para atacar a Arbok directamente. Y para ser sincero: el parque en esos momentos, por muy bonito que fuera, era lo que menos me importaba.

-Muy bien, veamos lo débil que es Charmander. Charmander, incendia los árboles, quémalo todo.

Aprovechando esa locura y la posible sorpresa de mi rival me dirigí a Abra, esperando que me escuchara tal y como había hecho antes.

-Abra, tienes que hacerlo ahora mientras Charmander distrae a Arbok. Trae a la mujer a mi lado, haré volver a Charmander y nos llevarás a la mujer y a mí juntos lo más cerca del Centro Pokémon que puedas. Basta con  llevarnos lo suficientemente lejos de este hombre. Sé que es mucho, pero también sé que puedes hacerlo, lo has hecho antes Abra... ¡Vamos!

La animé.

Sabía que tenía que creer en Abra, no podía dudar de ella. Si lo había hecho antes con dos personas podría hacerlo de nuevo. Sabía que acabaría agotada, pero podía conseguirlo, podía sacarnos de ahí a todos en pocos segundos, la mujer estaba cerca y no le costaría traerla hacia mí. Después venía lo difícil... pero sabía que podía hacerlo.

Notas de juego

Ok. Pregunté por eso, para no presuponer que había algo. Imaginaba que había árboles porque ya lo mencionaste pero no si estaban lo bastante cerca.

Cargando editor
19/03/2015, 06:56
Director

 Charmander obedeció, no parecía tan motivado en enfrentar al Arbok como en zafarse de sus ataques por lo que la orden de Jin fue acatada con total presteza. Las llamas brotaban de su cola y de su interior a través de la boca, no eran llamas demasiado potentes pero si más que suficientes para prenderle fuego a todo ese techo de follaje.

 Las hojas no tardaron en prender y en descender como una lluvia de fuego sobre el Arbok y también...sobre la mujer.

 Era el momento de Abra para cogerla y salir de allí, la pequeña pokémon se teletransportó a su lado cogiendo su mano con las suyas, más pequeñas, un contacto extraño que dejó a la mujer anonadada, jamás había tocado a un Abra, mucho menos le había dado la mano y sentido su seguridad para verse envuelta en un vórtice que la desplazaría a quien sabe donde.

 El Abra desapareció con la mujer, liberandola de la lluvia de fuego. Y reapareció en pocos instantes para terminar el trabajo. Llevarse a Jin y a charmander de allí. Pero...no era tan rápida después de todo, y el esfuerzo la hacía ir más lento. Apenas se veía nada entre el humo y las hojas en llamas, pero el sol se abrió paso cegando al Arbok por completo, como un golpe de calor y luz invencible, casi parecía que Charmander hubiese realizado un rayo solar. El calor alimentaba ahora las llamas mientras el Arbok zarandeaba su cabeza para evitar el sol más que las llamas que caían del techo de hojarasca.

 Cuando contraatacó, Abra acababa de aparecer junto a Charmander para sacarlo de allí.

 En sus ojos se reflejó la luz del sol, brillando como dos estrellas bajo su luz con un brillo extremadamente eléctrico. Fue un flash en negro que hasta Jin pudo sentir. El entrenador apenas se vio afectado, pero Charmander y Abra...

 Abra estaba en pie y de repente cayó hacia atrás completamente paralizado, como si fuera de piedra. Estaba completamente quieto, pero seguía muy vivo.

 Charmander no comprendía lo que estaba pasando y dio un paso hacia atrás, no se creía capaz de proteger a Abra. Era un paso lento, apenas si podía moverse, la paralización no había tenido el mismo efecto en él.

 El hombre tras el Arbok se zafaba del fuego con elegancia, hasta encontrar un lugar algo más seguro por el momento.

 - Eso ha sido ingenioso. Además de un delito. - compartió con las ascuas crepitando como música de fondo en aquel combate.

 No dirigió a su Arbok.

 - Se ha tomado ese Deslumbrar como un reto. - le quitó importancia a los logros de los pokémon de Jin, no en vano había utilizado un movimiento que supuestamente no podía nisiquiera aprender - te ha servido para salvarla. De todos modos, su vida nunca fue mi objetivo.

 Sólo quería el dispositivo y los pokémon.

 Algo en aquel chico empezaba a impacientarle, por eso aconsejó a Arbok.

 - Acaba con esto.

 Abra estaba a su merced y el Arbok estaba dispuesto a ignorar a Charmander para tomarse su primera presa. Se movía con odio, un odio que no parecía generado por su entrenador y sus órdenes. Atacando al más débil. De lo que no se habían percatado es de que las quemaduras de Arbok ya eran una realidad, algo que espoleaba aún más si cabe el sadismo de aquel pokémon.

 

Cargando editor
01/05/2015, 01:07
Jin Ryuga

Había servido de algo. Esa cantidad de fuego y calor, la falta de humedad, hacía que la habilidad de Arbok de recuperarse de los estados disminuyera, si faltaba humedad las serpientes no podían mudar tan facilmente, y Charmander había quitado toda la humedad del ambiente obedeciendo mis indicaciones. Las llamas que caían sobre Arbok le estaban quemando...

Pero Abra quedó fuera de juego demasiado rápido.

Justo cuando apareció al lado de Charmander quedó paralizada por el Deslumbrar de Arbok y, con esa jugada, había conseguido que mi esperanza de huir formara parte del humo que se elevaba en el aire. No podía esperar huir de ese Arbok sin la ayuda de Abra.

La serpiente se encaró hacia mi pokémon más débil cuando su entrenador parecía estar perdiendo los nervios. Sonreí de medio lado, nervioso, y levanté la pokéball para hacer volver a Abra... Si querían llevarse a uno de ellos tendrían que pasar por encima de mí. Al menos Arbok no era invencible y, sorprendentemente, tenía más daño que Charmander.

Mi única esperanza era que la cabezonería y tenacidad de Charmander pudieran con el nivel de su rival.

Y esperar que no tenga más pokémon...

Ignoré a ese entrenador, consciente de que tenía que salir de esa como fuera. Aunque sabía que si salíamos de ahí de una pieza, me esperaría una buena bronca... como poco.

- Charmander, concentra todos tus ataques en una de las quemaduras de Arbok, usa ascuas.

Tal vez si aumentaba la gravedad de esas quemaduras, Arbok quedara bastante debilitado, si no podíamos derrotarlo al menos ralentizarlo para poder huir a pie. O tal vez, el fuego llamara la atención lo suficiente como para que alguien acudiera...