Partida Rol por web

HOy es un dia tranquilo en la pizzeria, se para una moto en la puerta. Baja una mujer pelirroja cobre una botas de tacon con un mono negro de motorista y entra acercandose al mostrador pidiendo algo al dependiente y mira por el local con sus ojos verdes.
Puedes ver que tiene unos pendientes bastante caros en sus orejas a juego con sus ojos

William estaba, como siempre, atendiendo a algún cliente y limpiando el establecimiento, cuando una guapa mujer llega en una moto que muchos les gustaría tener a la pizzería.

Estaba claro que no era del barrio, nadie aquí se puede permitir una moto o unas joyas de tanto valor, y ese era justo el tipo de personas que más le interesaban a William. Parece que hoy puedo dar un buen golpe, aunque no se si debería, tal vez si ligo un poco con ella consiga su dirección y pueda sacarle algo. William cada vez se acercaba más a la chica con disimulo mientras pasaba la fregona hasta llegar a un par de metros con el cubo al lado, William pasaba de un lado a otro el mocho de manera un tanto frenética, hasta que por "descuido" golpeó el cubo derramando gran parte del agua sobre los pantalones de la chica.

William, cabeza de chorlito, has empapado a la señorita. Hugo, el dependiente gordito y calvo le miraba de manera asesina. Lo siento señor, no volverá a ocurrir. Cogiendo un trapo, William se puso al lado de la chica y se agachó intentando limpiarla. Lo siento señorita, de verdad. Al acabar la tarea la miro a los ojos con una sonrisa. Tal vez pueda invitarla a algo por las molestias.

No te preocupes, no pasa nada tengo un par de trajes mas en casa murmuro sonriendo dejando el casco sobre el mostrador William no te preocupes, pero para que te sientas bien puedes invitarme a algo cuando acabes el turno. Estare por la zona tengo que ver a alguien, a un viejo amigo. cogo la piza que la dan y salo con el casco en el brazo dedicandote una sonrisa ademas de un guiño

William pasó el resto de la tarde limpiando y atendiendo, sin ningún incidente especial, al acabar el turno se fue a casa, comió lo de siempre, una fría sopa de sobre con picatostes, al acabar se metió en la ducha pensando en aquella chica, era muy guapa, pero lo que más le atraía era su riqueza, y el riesgo que supondría robarle, tras acabar de secarse se vistió con su mejor traje y bajó a la calle, con unos pocos billetes en la cartera, no corría prisa encontrarla, así que se pasó por el bar de siempre, la música rock caldeaba el ambiente, lleno de heavys, hipies y demás gente, se acerco a la barra y pidió una coca-cola en botella de cristal, y que le dieran la chapa, eso era lo que más le importaba, después de estar un rato y casi olvidando lo que tenía pensado, empezó a buscar a la chica.

Esta apoyada en su moto en la entrada del parque hablando con alguien por su movil ultimo modelo. La conversacion es bastante acalorada. Cuelga y da un suspiro echando un poco el pelo hacia atras. Monta y se pone el casco, arranca sin mucho exito. Se desmonta y se arrodilla para ver que pasa

Me acerco hasta ella y al llegar a su lado me agacho al lado de la moto para observarla también, después de unos segundos giro la cabeza hacia ella. ¿Necesita que la ayude señorita? Estar por aquí de noche y con todos estos lujos es un peligro, y más si se es una bella dama. Tras levantarme esperando a que haga lo mismo le tiendo la mano. Usted ya conoce mi nombre, pero no se si se acordará, William Panisse, pizzero, y usted es... Tras su respuesta le sonríe de manera amistosa. Aún le debo esa invitación, dígame, ¿le apetece ir a algún bar o lugar especial?

Adrianne murmuro mirandote y quitandome el casco con una sonrisa mientras mi pelo cae en una casaca sobre mis hombros Acepto gustosa esa oferta hasta que se enfrie el motor creo que la force en el camino. Y no te preocupes nadie me haria daño por aqui, se defenderme

Los dos extraños pasearon por la calle hasta un bar cercano, de ambiente muy diferente al anterior, en el se observaban adornos de lugares tropicales y exóticos, con las paredes pintadas con colores y formas exuberantes, allí se reunían varios extranjeros de zonas ecuatoriales o calurosas, la música que sonaba era muy tranquila, algo que relajaba a William, al llegar a la barra un joven camarero que parecía cubano se acercó para atendernos. Hola William, hacía tiempo que no te pasabas por aquí chico.

William se ofreció un taburete a Adrianne mientras el cogía otro para si. Ya sabes Morris, he estado muy ocupado. El cubano respondió con una sonrisa antes de sacar vasos de tubo, después metió varios licores de frutas en ambos y nos los acercó. Esta vez invita la casa. Tras lo cual se fue a seguir con sus tareas, momento n el que William giró hacia la chica, a pesar de que quería robarle sentía una gran atracción por ella. Y dime, ¿qué hace una dama tan refinada como tu en un barrio como este?

Buscar a alguien pero no he tenido suerte murmuro dando un sorbo a la bebida sonriendo ¿Dama refinada? solo tengo mucho dinero y poco tiempo para gastarlo. Ya te he dicho que no te preocupes no me pasara nada se defenderme William Panisse

Eso no te lo discuto. William le dio un sorbo a la bebida que tenía ante el. Mucho dinero y poco tiempo para gastarlo, lo siento monada, pero voy a hacer todo lo posible por quitártelo. Tras un rato hablando sobre cosas sin importancia William ya se había terminado su cóctel. Y dime, ¿estás soltera?

Si, soltera y estoy de paso por la ciudad. Me ire mañana hacia el mediodia murmuro dejando la copa a medio terminar sobre la barra y te susurro al oido NO se como me lo vas a quitar si no sabes donde vivo siquiera Me levanto y me marcho tras guiñarte un ojo con una sonrisa en los labios

Oh madame, siento haber sido tan grosero, espero sepa perdonarme. Con una sonrisa de diversión William siguió a la sensual chica con la vista. En fin Morris, ponme una coca-cola, en lata. Su golpe de esta noche era totalmente fallido, sin embargo algo le estaba empujando fuera del bar, además de Morris, el cual estaba cerrando el establecimiento. Chico, he visto las miradas que le lanzas, ¿por qué no la sigues?

William le lanzó una sonrisa sarcástica, después de lo sucedido no tendría ninguna oportunidad con la chica, sin embargo, esta podía ser su oportunidad de replantearse la vida, un pensamiento alocado pasó por su cabeza, y corrió a su casa, metió rápidamente su ropa en una mochila, su identificación, la tarjeta SIP, la de crédito, la cartilla y todo el dinero que tenía, después bajó a la calle y cogió la vespa con la que hacía los repartos, y salió con toda la velocidad que pudo tras la búsqueda de Adrianne.

Conduces durante horas pero parece que su rastro ha desaparecido de repente. Como vino se marcho, vuelves a casa cabizbajo. En la puerta hay una nota
NO sabes buscar bien. TE doy dos dias para encontrarme

O también sabe hacerse invisible, o me esta tomando el pelo. William cansado, subió a su casa lentamente por las escaleras, al llegar se limitó a lanzar la mochila a un lado y a tirarse en la cama, encendió la tele y pronto se durmió, a la mañana siguiente se levantó despeinado y con el traje de la noche anterior arrugado, estaba a tiempo de ir a trabajar, pero no tenía intención de volver, volvió a ducharse y metió el traje en la mochila, luego se vistió con un jersey negro de cuello alto, unos vaqueros y unas deportivas negras, volvió a coger su mochila y bajo a la calle, que esa mañana era bastante fría. Bien, si me da dos días debo aprovecharlos. Antes de empezar la búsqueda se acercó a la gasolinera en la vespa, mientras llenaba el depósito recargó su móvil y compró un bocadillo, después de un corto paseo se lo comió ávidamente en un banco de un parquecito agradable, lo primero que tenía que hacer era buscar su moto, ella andaría cerca.

La unica idea que se te pasa por la cabeza en este momento es ir a ver a alguna de las tiendas de motos. Si tenia problemas con ella como parecia posiblemente haya ido a llevarla a reparar y si no seguro que podrian encontrar una moto asi de cara. Aunque tambien podrias preguntar por el barrio dijo que habia ido a buscar a alguien y alguien como ella no pasa muy desaprecivida

Al parecer no tenía mucha suerte con la búsqueda, y mientras volvía al barrio pensaba alguna manera de buscarla, William pronto llegó al barrio y siguió la búsqueda por la zona, al parecer era una mujer escurridiza, finalmente decidió dar unas vueltas por el barrio antes de ir a algún taller de motos donde tuvieran las piezas necesarias para reparar motos de tal cilindrada en caso de que se estropearan.

En el barrio si la han visto nadie quiere decir nada. Solo te queda el taller de motos, sabes que hay uno muy bueno cerca del desguace. No suelen preguntar mucho a sus clientes pero si sabes hacer las preguntas adecuadas seguro que la encuentras

Desanimado, pensando que ese día no la encontraría, William se acercó al mejor taller que conocía, aunque no lo visitaba mucho y no conocía al dueño por su nombre, al llegar allí se quitó el casco y lo dejó encima de la moto mientras se internaba en la tienda, mientras hacía esto un joven muchacho salía de ella con varias piezas recién compradas, sin prestarle mucha atención William se acercó al dependiente y se paró a mirar las piezas que estaban a la venta, esperando a que le atendieran.

¿que deseas? murmura dejando un par de cajas sobre el mostrador y mirandote tras arquear una ceja No busco gente, asi que puedes irte por donde has venido

William sonrió ante la indisposición inicial del dependiente. En realidad soy yo quien busca a alguien, y creía que tal vez podría pasarse por este lugar. El dependiente parecía cabrearse con la pregunta. Me parece que no he utilizad el tono correcto, intentemoslo de nuevo.

No me interprete mal, la persona que busco tiene una bonita Ducati 999 r, y tal vez se haya pasado por aquí, últimamente tenía problemas con la moto. Esperando de nuevo para ver si la disposición del dependiente cambiaba, aunque parecía que no mucho.