Partida Rol por web

Proyecto Mutante X (X-Mutant Project)

#1. Jason Greenwood

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21/03/2012, 09:55
Directora

01 de abril de 2006. Arcadia (Kansas). Amanecer.

El sabor salado y metálico en su boca te despierta de un largo y doloroso letargo. Abrir los ojos duele, de hecho, te duelen hasta las pestañas en estos momentos y tu ojos no logran enfocar nada. Crees estar en tu cuarto, ese suele ser el único detalle amable que suele tener tu padre, el Gran Jonah GreenWood, te suele devolver a tu dormitorio después de hacerte entender que has tomado lo que él llama una "mala decisión". Sí, por el número de golpes y patadas en las costillas que has recibido por cada mala opción cualquiera llegaría a pensar que tu vida es un enorme error en la existencia del mundo porque no paras de recibir castigos "divinos" a través de los puños del Gran Jonah cada vez que cometes uno.

Te cuesta recordar cual fue esta vez, los fragmentos del día anterior están difuminados dentro de tu cabeza: recordabas la escuela, había ido bien, no habías suspendido mates y el entrenador no te había echado del equipo, de hecho te parece ver la imagen del Coach, Bobby Singer, dándote una palmada en el hombro. No entendiste en ese momento gran cosa, aunque te hizo sentir extrañamente bien. Y sobretodo fue un gesto por parte del Coach raro, dado que era un hombre poco dado a ese tipo de cosas. Coach era un hombre entrado en sus cincuenta, con más malhumor y cara de perro que nadie que jamás hayas conocido y que parecía tener siempre más malos días que buenos, así que la palmadita te dejó simplemente desconcertado.

Y luego qué pasó? Llegaste a casa. Parecías más o menos contento, como años atrás, cuando la vida aún no te había tratado excesivamente mal, con unos padres excesivamente religiosos que te querían como lo que eras, su hijo primogénito. Ciertamente eran y seguían siendo unos creyentes fanáticos, pero vamos no más que el resto de granjeros y vecinos de Arcadia, eso en el pequeño mundo rural de Kansas es de lo más corriente.

Erais pobres, bueno, no lo habíais sido siempre pero las últimas cosechas habían sido algo desastrosas y los animales son caros de mantener, no era ningún secreto que vuestra granja no iba bien aunque todo el mundo insistía en que la economía iba bien y todos conseguían hacerse ricos con sólo darle una patada a una piedra. Tú intentaste darle unas cuantas patadas a varias piedras pero no te cayó ningún pavo, como mucho el mordisco de alguna culebra y poco más. Menudo timo.

Pero todo cambió cuando pasó Aquello, aquel chico que te llamó paleto, sangrando por la nariz como un jeyser y nadie se explicaba porqué. Arcadia es un pueblo pequeño, en seguida te señalaron con el dedo, como antaño lo habían hecho con las brujas. Tu no sabías porqué pasó eso y menos aún que la gente se compadeciera de aquel niñato consentido y maleducado de fuera y no te creyeran a tí, que eras de Arcadia de toda la vida, nacido y criado entre sus tetas secas y rancias. Lo cierto es que desde entonces hubo algo de malestar aunque nadie más volvió a nombrar el incidente tras marcharse el chico de vuelta a su Manhattan de acero y cristal. Pasó a ser una de las muchas anécdotas del pueblo, que no tenía pocas, quizás porque no querían pensar en ello sus ciudadanos o tal vez porque tampoco les pareciera realmente importante, un incidente aislado sin mayor importancia. Todos en Arcadia pensaron eso menos tu padre. Él recuerda ese detalle de tu vida cada día de vuestras vidas y culpa de ello a tu madre, también a diario. Eso se solía traducir en golpes, patadas, gritos y un largo etcétera de justificantes absurdos para el director indicando que: "Jason GreenWood no podrá asistir a la escuela durante unos días porque sus primos de Arkansas han venido de visita y le han contagiado..." "han enfermado varios caballos y le necesito en la granja"... Seguir las clases de ese modo te es complicado pero al menos de momento tienes buenos "contactos" entre tus compañeros de clase que te pasan los apuntes de las clases que has ido perdiendo. Nadie habla del tema, eso también es normal en el Kansas rural.


Pero volviendo a tu estado actual, esta mañana el Gran Jonah, apodo que le había quedado en el pueblo a raíz de su carrera como quaterback (todo el mundo le llamaba así, tú siempre pensaste que era algo deprimente), había ido al banco a por un nuevo crédito para poder pagar los destrozos del último tornado que había arrasado el estado entero de Kansas. No volvió contento, su cara lo decía claramente. Tu madre en cuanto lo vio llegar se escondió en su cuarto de costura, el refugio de sus vergüenzas y humillaciones y alivio de su soledad (el único rincón de toda la casa, aparte de la cocina, donde ella era la reina, la que mandaba y no su tiránico marido al que no tenía derecho a llevar la contra, como bien la habían enseñado su madre y su abuela y todas sus amigas del pueblo, hacerlo habría supuesto la muerte social completa en Arcadia y ella no quería eso, qué le quedaría sin sus concursos de tartas y sus bailes de country de los viernes por la noche?). Tú te lo tenías que haber olido lo que te esperaba pero simplemente no lo viste llegar con suficiente rapidez y para cuando eras consciente de lo que estaba pasando, el Gran Jonah ya estaba usando tu cara como saco de boxeo y tus costillas dieron con el viejo y gastado suelo de madera que cubre toda la cocina. Esta vez tuviste la suerte de al menos ser capaz de apartarte a tiempo de la mesa y no darte de nuevo con su esquina cantonera como la última vez. Eso te dolió horrores, lo recuerdas muy bien.

-Todo esto es culpa tuya, maldito crío! Dios nos está castigando por dejarte nacer, fuimos blandos y ahora lo estamos pagando!!- es lo máximo que recuerdas de la "discusión", lo único es que estás casi seguro de que tu nunca dijiste nada, sólo gemir y recibir los golpes. Sólo "habló" él.

-Eres una aberración a los ojos de Dios!- y esas fueron sus últimas palabras, o al menos lo que oíste en última instancia antes de caer desmayado por los golpes. Lo siguiente es el ahora, la sangre en tu boca, la oscuridad, el dolor y la mente confusa. Pero tu olfato está bien y no huele como en tu cuarto, a no ser que el Gran Jonah haya optado por otro método de torturarte llenando tu cuarto de estiércol de caballo, porque es a lo que huele ahora mismo...

 

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02/04/2012, 10:30
Jason GreenWood

Uf. Au. Mierda... Aaah...

Abro los ojos, pero... uf.. ah... casi preferiría haberme quedado inconsciente. Me siento como si... uf... como si me hubiese pasado una apisonadora encima. Ugh... Intento incorporarme, pero me fallan los brazos y vuelvo a caer tumbado, boca arriba. Vuelvo a abrir los ojos, pero apenas distingo dónde estoy. Me noto un ojo hinchado y... uf, oh Dios...

Como puedo, me giro en el suelo hasta quedar boca abajo, gimoteando de dolor. Noto cada fibra de mi cuerpo vibrar por el dolor. Incluso partes del cuerpo que ni siquiera sabía que existían... me duelen. Me apoyo en los brazos para medio incorporarme, levantando ligeramente el torso y escupo al suelo. Sangre. Jadeando por el esfuerzo, logro poner una rodilla en el suelo e intento levantarme... pero una vez me he incorporado lo suficiente, caigo al suelo otra vez. Y ahí me quedo, gimoteando y retorciéndome de dolor. Noto el tobillo derecho arder una barbaridad, además de pinchazos como si me clavasen agujas.

Por segunda vez, intento incorporarme, intentando que el pie toque lo suficiente el suelo. Vuelvo a escupir. Más sangre. Y las lágrimas no paran. Cualquiera diría que, después de 3 largos años, ya estaría acostumbrado a los golpes de mi padre... pero no. Siguen doliéndome. Y no físicamente, sino al orgullo. Sin embargo...

La culpa es mía. Sí. Indudablemente, la culpa es mía. Por ser un monstruo. Soy un puto engendro y papá me lo hace saber a golpes. Y yo lo sé: soy un monstruo. Lo sé, pero...

Me dirijo hacia la puerta. Y es casi como un logro impresionante, porque todo mi cuerpo se está resintiendo y, sólo intentar desplazarme ya provoca que jadee como en el partido con más desgaste físico por mi parte. Miro a mi alrededor, no sin cierto dolor en mis ojos. ¿Por qué me ha encerrado en el establo? Probablemente para que me entere de que no soy mejor que cualquiera de los cerdos o caballos. Y tiene razón.

Un nuevo ataque de lágrimas, que no puedo parar por mucho que lo intente. Ojalá perdiese el conocimiento y no me despertase nunca. Sería lo mejor... un monstruo menos. La culpa es mía. Él tiene razón. Yo soy la aberración a la naturaleza... no él.

Abatido y molido a palos, pretendo volver a casa para ducharme y.... "Ojalá no vea a papá"

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04/04/2012, 19:19
Directora

Con la moral por los suelos y pringado de mierda de caballo (en el mejor de los casos, en el peor de vaca), intentas salir del establo, pero al intentar abrir la puerta de listones de madera te encuentras que está cerrada por fuera. El Gran Jonah te ha dejado encerrado con tu miseria con los animales de la granja, sin aviso previo. O tal vez si te dijo algo? Te viene a la memoria un pequeño flash, la voz de papá diciéndote, entre neblinas, que debías limpiar y cepillar todos los animales y que no entrarías en casa hasta terminar. Está claro que hoy no es tu día...

-Está claro que hoy no es tu día...- se oye una voz femenina, procedente de alguna parte del establo. Parece que haya leído tu mente. Será uno de los caballos el que está hablando o tal vez esta vez tu padre se ha pasado golpeándote y tienes una conmoción cerebral de esas que te hacen tener alucinaciones y crees que una de las vacas te está hablando y leyendo la mente?

Notas de juego

Tirada Intuición a verde.

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04/04/2012, 19:37
Jason GreenWood

Casi me tiro contra la puerta cuando ésta no se abre por primera vez, pero finalmente me deslizo por ella hasta sentarme. No tengo intención alguna de limpiar la mierda del establo, ¡ni siquiera creo que pudiese hacerlo! Y lo peor será que acabaré haciéndolo...

- ¿Hay alguien ahí?

Ayudado de la puerta cerrada como punto de apoyo, me levanto otra vez y comienzo a meterme más al interior del establo. Voy mirando, esperando que haya sido sólo mi imaginación.

- ¿Hola?

¿O me ha dado un golpe tan fuerte que ahora, aparte de monstruo, loco?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Obviamente, ni me empano.

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05/04/2012, 21:25
Directora

La puerta en la que te apoyas permanece igual que hace un momento, sin abrirse y sosteniéndote firmemente. Tu voz suena solitaria y lo único que oyes como respuesta es el mugido de las vacas y el resollar de los caballos en sus cubículos. Afuera todavía está oscuro y en el interior del establo apenas hay luz, procedente de una lámpara eléctrica. Todo parece en calma. Y por más que intentas encontrar el origen de aquella voz, no lo consigues.

-Mmmmmu Soy una vaca, que esperabas?- al final responde la misma voz femenina. Parece que sí, que te debes haber golpeado mucho la cabeza porque una vaca acaba de responderte, aunque no tienes ni idea de cual...

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07/04/2012, 13:53
Jason GreenWood

- Eh... ¿Una vaca?

Me llevo una mano a la frente. Sí. Creo que papá se ha pasado esta vez. Vuelvo a pasear la mirada por el establo, deseando en mi fuero interno que sea una broma de alguna vecina (claro que hacer tantos km para una puta broma...), porque yo no quiero estar loco. No quiero. He visto lo que pasa con ellos y, entre elegir monstruo o loco, prefiero monstruo.

- Vamos a dejarnos de jueguecitos, ¿eh?

Llego a la posición de las pocas vacas que tenemos, parándome a mirarlas un buen rato. Enarco una ceja. ¿Qué coj...? ¿Cómo ha podido hablarme una vaca? Jodido imbécil. Tras soltar un bufido y un "esto es increíble", me doy la vuelta dispuesto a salir del establo. Me niego. Me niego a limpiar la mierda de Tribu y los demás caballos.

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10/04/2012, 19:35
Directora

Oyes una risita por detrás tuyo, a tus espaldas, procedente de la misma voz femenina que te ha hablado hace un momento. Algo se remueve cerca, entre los caballos esta vez.

-Lo siento. no quería molestarte, es sólo que... bueno, hace días que no veo a nadie- responde la voz, que definitivamente es de una chica, probablemente de tu misma edad -No me delatarás, verdad?

Por otro lado, la puerta del establo sigue cerrada a cal y canto y la luz del sol poco a poco va filtrándose por entre las rendijas de los tablones de madera que conforman las paredes y techo del establo, anunciando la llegada del amanecer y el inicio de un nuevo día, sábado, día de mercado en el pueblo, al cual acuden todos los vecinos de Arcadia y de los pueblos más cercanos para vender sus productos, beber mucha cerveza y bailar al ritmo de country hasta caer desmayados. Pero sobretodo hay rodeo y muchas chicas con faldas tejanas muy cortas y camisas de cuadros arremangadas, enseñando canalillo y barrigas planas, más que dispuestas a pasarlo bien.

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11/04/2012, 00:38
Jason GreenWood

Me doy la vuelta, pero no veo a nadie. ¡Por Dio... joder! ¿¡Me estoy volviendo loco!? ¿O tal vez por el hecho de haber blasfemado negando a Dios hace una semana? No veo a nadie pero... ¡escucho la risita! Ay, ay... Pero vuelve a hablar. Y la noto, como si estuviese cerca de los caballos. Con cierta sensación de miedo e incomprensión, me acerco hacia donde creo que es la fuente de la voz.

- ¿Por qué iba a delatarte? Yo... sí que no te veo -Me siento un poco estúpido hablando a la nada-. Me llamo Jason.

Cada vez tengo más claro que hablo con alguien, a quien no puedo ver, por lo que sin duda nada es obra de ése Dios del que habla papá, que me está castigando por mi existencia o mis múltiples -en secreto- injurias. A la mierda Dios, no existe. Lo sé.

No me molestas, pero... ¿puedo verte?

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11/04/2012, 19:03
Kaylee

Un caballo resopla levemente al oír la voz de Jason y su cercanía. Tribu está al otro lado, piafando y mirando a Jason con cara de "no me has cepillado aún, cabrón! a que esperas?". Algo se remueve entre dos caballos bayos hasta que finalmente unas pisadas que hacen crujir el heno y la hierba seca que hay en el suelo, delatan a la persona que está oculta.
- Hola -Una chica rubia con unos ojos muy claros y una sonrisa preciosa sale de la nada -Yo me llamo Kaylee. Siento haberme metido en tu establo pero no encontré un sitio mejor para pasar la noche... Espero que no te enfades, no le hice nada a los animales y bueno, ehm... Como te encuentras?- señala hacia tus heridas en la cara.
 

Jason: No sé cómo lo logro. Pero lo hago. Es un gran triunfo para mí y, joder, me siento realmente orgulloso de mí. Lograr mantener la boca cerrada, en vez de dejarla abierta como un estúpido, es un mérito sin precedentes. No hago mucho por ocultar el descaro con el que la miro de arriba abajo, lo cierto es que pocas veces he podido hablar con una chica de ciudad y... bueno, este, digamos que las chicas de granja no son tan jodidamente femeninas como las de ciudad. Ni por asomo.

- Claro, no te preocupes, puedes entrar en mi establo las veces que quieras y... -Me callo, parpadeando repetidamente y pugnando con una terrible erección "sin-venir-a-cuento". - Estoy "bien", me curo rápido.

Verdad a medias, lo cierto es que me siento como si una apisonadora hubiese pasado por encima de mí, pero... ¿cómo mostrar debilidad ante una chica tan guapa?

- ¿Por qué has tenido que dormir en el establo? ¿Te has escapado?

Kaylee se aparta un mechón rubio que le cae sobre la cara y bufa divertida con la situación. Lleva una camiseta de tirantes de color violeta marronoso y unos tejanos ajustados de color negro, junto con unas zapatillas converse de color lila, a juego con la camiseta.

- Bueno, he tenido una... ehm... situación complicada -Se pasa uno de sus finos y delicados dedos por el cuello, jugueteando con el collar-correa que lleva atado alrededor de éste.

- Me alegro que te... cures rápido, la verdad es que ese hombre fue muy duro, es tu... padre? -Pregunta sin mala intención. Clava sus ojos claros en ti, sonriendo levemente.

Jason: No puedo evitar seguir mirando a la chica y, si no me acerco más, es por miedo a que no pueda controlar mis impulsos primitivos y alguien acabe notando la dureza de otro alguien. Oh, vaya, incluso ya he dejado de intentar evitar que toda la sangre se acumule en un punto, dando la batalla por perdida. Definitivamente: me pone mucho. Demasiado.

- Sí, es mi padre. Pero... lo hace por mi bien, no es culpa suya, sino mía, no le juzgues. Es duro cuando debe serlo.

No tengo muy claro por qué sigo apoyando la "versión" de papá. Ni por qué engaño a los pocos que han sospechado algo. Pero lo cierto es que me matan más las miradas compasivas que los puños.

- Imagino que... hmm, esto... te gustaría una ducha -Toda mi fuerza de voluntad para impedir decir "y a mi verte duchándote"-. Te la ofrecería encantado pero... estamos encerrados.

Kaylee: Se queda un momento en silencio, tras oir tu respuesta, como pensando. Se acerca un poco más a tí, en un acto de demostración de confianza.

- ¿Y qué has hecho para merecer "algo" así? -Te pregunta, con un leve mohín en la boca, cuando pronuncia las últimas palabras. Su pelo se ve precioso, cuanto más se acerca a ti. -No me iría mal una ducha, desde luego... -Te mira con cierto ademán algo pícaro.


Jason: Me quedo mirando la cara de Kaylee cuando hace un mohín con la boca, sin poder evitar y fantasear con todas esas... ¡no! ¡Jason, no! Control. Desvío los ojos unos segundos y, joder, cuando vuelvo a mirarla y la veo tan cerca... 

Toda mi vida he tenido bastante claro que inteligente, lo que se dice inteligente... no soy. Mis aptitudes son las suficientes como para mantener las notas, pero jamás he sido considerado el listo de la clase... ni por asomo. Y, sin embargo, creo captar una señal en sus últimas palabras y algo me dice que a ella no le importaría que la viese duchándose.

- Soy un... -Me callo, mirándola. No querrá saber nada de mí si se lo digo. De hecho, seguramente saldría corriendo-. No soy del todo normal y mi padre cree que es porque he ofendido a Dios. Pero no hablemos de éso, prefiero buscar la manera de salir de aquí para que te des ésa ducha. Qué menos, cuando has tenido que dormir incómoda en el establo.

Me muerdo el labio y, con mucho miedo, finalmente le toco el pelo. Es lo más suave que he tocado en... mucho tiempo, probablemente desde siempre. La erección ya es, indudablemente, algo que no se puede esconder. Y, por supuesto, ése peso en el estómago con cierta sensación a maravilloso. Al darme cuenta de lo que hago, retiro la mano casi tan rápido como si me hubiese quemado y le pido disculpas, ruborizándome ligeramente.

- Er... la ducha, sí.

Kaylee es una chica de ciudad, de hecho, fue una chica popular en su escuela, está acostumbrada a llamar la atención de ese modo, así que tras lo pasado últimamente, se siente tremendamente halagada y complacida de que estés en plena erección y no se aparta ni se incomoda cuando le acaricias el pelo.

- No es malo no ser normal, yo tampoco lo soy- te sonríe traviesamente y te coge la mano. Mira y acaricia la palma de tu mano, con delicadeza. Aunque está encantada con la situación, tira de ti y os dirige hacia la puerta -Date la vuelta y no mires- te pide, de repente.

Jason: Siento un leve cosquilleo cuando me coge y acaricia la palma de la mano, notando la suavidad de la suya propia y fantaseando en cómo sería tocarla toda ella. Enarco una ceja ante su petición, lo cual se hace tremendamente difícil al estar yo detrás de ella y verle el culo. Uf. Me cuesta cumplirlo, pero me doy la vuelta y no miro.
- ¿Ya?

Kaylee mira primero a Jason para asegurarse de que no mira y luego se agacha delante de la puerta, pegándose bastante a ella. Parece que está pasando los dedos por las maderas que conforman la hoja doble de la puerta hasta que se oye un ruido seco y finalmente la chica de cabello rubio abre la puerta doble, dejando entrar la luz del sol en el establo.

-Ya puedes mirar. Sólo estaba atrancada- sonríe, muy segura de sí misma mientras se incorpora y se pone de pie, alisándose las perneras del pantalón y recolocando su camiseta, de la forma más pulcra posible -Qué tal ahora la ducha prometida?- finaliza, pícaramente.

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11/04/2012, 23:55
Jason GreenWood

Me doy la vuelta al notar la claridad que entra en el establo, viendo cómo Kaylee la ha abierto sin apenas dificultades. ¿Atrancada? Estaba casi seguro de que... estaba cerrado por fuera. Casi casi me siento desilusionado, no sé por qué absurda idea creía que al volver a mirar vería las tetas de la chica.

Pero lo cierto es que no me preocupa. Y menos cuando, tras ofrecerle el paso, puedo deleitarme con las formas de su trasero y su cuerpo en general. Me pongo prácticamente a su altura unos segundos después. Probablemente ella se haya dado cuenta de la maniobra para verle el culo, pero eh, ¿qué más da?

- Lo que no te puedo ofrecer es ropa de repuesto. La de mi madre... -Me callo. Mejor no- y la mía te irá grande, lo siento.

Comienzo a dirigirme hacia casa. Aún falta rato para que papá y mamá vuelvan, pero no sé si estaremos mucho rato a solas. Lo suficiente como para que se duche y relaje un poco. Luego tendremos que irnos, porque fijo que a mí me cae una somanta palos pa' echarse a temblar.

La hago parar en la puerta y, primero, compruebo que no haya nadie.

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13/04/2012, 11:59
Kaylee

-No importa, en serio- te sonríe al pasar y desde luego se ha percatado perfectamente de como le has mirado el culo, de forma viciosa, pero de nuevo, no parece importarle el tema (de hecho, parece divertirse cada vez más con tus reacciones).

-Sólo la ducha estará bien, ya conseguiré ropa limpia en otro momento, no hay problema. Ahora mismo "mataría" por una ducha y dormir unas horas en una cama blanda- sonríe de nuevo, y el tono en que dice matar te hace denotar, hasta a tí, que igual no se refieres sólo a "me muero por ello", si no a un "estoy dispuesta a pagar en especias por ello" -Bueno, comer algo también estaría bien, si no es abusar mucho, claro- intenta de nuevo, impelida por tu amabilidad y ofrecimientos generosos y "altruistas".

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13/04/2012, 12:12
Directora

Cuando salís del establo el Sol está saliendo en un bonito amanecer, el cielo se ve limpio, adornado con los colores dorados y rojizos de la salida del astro rey. La casa de tus padres permanece inalterable, oscura, como una sombra estática, recortada contra el amanecer. Al llegar a la doble puerta, tanto la mosquitera como la puerta en sí, están sin el cerrojo echado, así que no supone dificultad alguna para tí entrar en la casa. Todo parece estar en la penumbra gris de una casa adormecida, nadie parece haberse despertado todavía. El dormitorio de tus padres está arriba, al igual que tu dormitorio y el baño grande. Abajo, en la planta baja donde estás con la chica desconocida, hay la entrada al sótano, el cuarto de la costura de tu madre, en el cual nunca entras, un excusadero con báter y un plato de ducha pequeño, el salón y la cocina amplia. Pero también está Ralph, el sabueso gruñón de tu padre, su viejo perro de caza que siempre le acompaña a todas partes y que probablemente sea al único que tu padre trata bien (o al menos mejor que a tí y a tu madre).

Notas de juego

Tirada de sigilo: agilidad+estilo de combate a verde.

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13/04/2012, 15:54
Jason GreenWood

Me detengo un momento ante sus palabras, casi es como si se estuviese vendiendo por una ducha y una cama. Cierta parte de mí, agradece la situación y ansía tomar las riendas, aceptar la proposición y dejarme llevar por mis instintos más primarios y, joder, follármela y punto. Otra parte de mí... bueno, digamos que no lo ve con buenos ojos. Seré un paleto y no sabré cómo es la vida de la ciudad, pero nuestra hospitalidad no tiene nada que ver con ofrecimientos de polvos. Me siento insultado.

- ...Claro, veré qué puedo hacer -Respondo, pensando en si coger algo de comer o pedirle algo a mi madre. Siempre me prepara algo después de las palizas, imagino que por la culpabilidad de no hacer nada, así que nada le impedirá hacer comida para dos... sin saberlo, claro. No pueden saber que está ella aquí.

Entrar en la casa es fácil, lo han dejado todo abierto... como siempre. Probablemente para que pueda arrastrarme como una cucaracha al interior. Seguro. Pero, ¡ah!, nada es fácil. Cómo no, una trampa: Ralph. Como lo despierte y ladre, despertando a mi padre, ya puedo empezar a temblar.

Casi podría haberme ahorrado el pasar por delante del Chucho (así lo llamo yo) de puntillas con lo profundamente dormido que parece, tumbado de lado y moviendo las patas como si corriese. Casi podría decir que está soñando con que me persigue campo a través. Su pasatiempo favorito es, al fin y al cabo, gruñirme y ladrarme. Bien dicho lo de "los perros se parece a los dueños", joder, los dos son unos hijos de puta.

Cojo la mano de Kaylee mientras subimos al piso de arriba, con calma y en silencio. Compruebo que de la puerta de mis padres se oyen las respiraciones de ambos y nos dirijo al baño grande, cerrando con pestillo después. Tras un buen rato, me giro y miro a la chica.

- Esto... ehm... -Susurro- No creo que les hiciese mucha gracia verte aquí, por lo que... Me daré la vuelta y esperaré a que acabes.

Cumpliendo mi palabra, me giro para darle un poco de intimidad... por mucho que me muera de ganas de mirar. De paso, aprovecho para comprobar mis heridas del cuerpo. Ni de coña están tan mal como pensaba, no es ni la mitad de grave que la de hace dos semanas y ya ha recuperado mucho mejor color que cuando he despertado. Lo jodido es ¡AY! ¿ves? Una costilla rota. Éso dolerá un par de días.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La recuperación es algo pasivo y, aunque no se curará tan rápido como Lobezno, imagino que los moratones y cosas simples se irán curando poco a poco. De no ser así, dímelo eh.

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24/04/2012, 19:09
Kaylee

Kaylee obedece al pie de la letra tus instrucciones para cruzar la casa hasta alcanzar el baño tan preciado. Mira al perro, que dormita tan ancho en el suelo de la cocina, como si no pasara nada. Se queda distraída un momento mirando al animal, parece recordarle a algo, pero en seguida lo deshecha de su pensamiento, en cuanto nota tu mano cogiendo la suya. Se deja arrastrar por las escaleras, en completo silencio, hasta subir a la planta de arriba, donde está el cuarto de baño más grande. Al pasar por delante de la puerta de tus padres todo parece en calma y se oyen unos suaves ronquidos, el sueño de los borrachos, pero ningún movimiento brusco. Alcanzais finalmente vuestro destino y conseguís cerrar con el pestillo sin que nadie se entere de nada. Kaylee mira a su alrededor, como intentando orientarse o simplemente por saber donde demonios se ha metido esta vez. Se gira y te mira de frente cuando de nuevo oye tu voz. Sonríe levemente y se pone algo roja al enterarse de que va a tener "vigilante".

-Tú mandas, es tu casa- responde finalmente, en un susurro y cuando te giras, empieza a desnudarse lentamente, sin poder evitar echar alguna mirada hacia tu espalda, por si acaso. Primero se descalza, haciendo palanca de un pie contra otro, luego se desabrocha los pantalones y se los quita, dejándolos sobre la tapa de la taza de váter, luego se quita la camiseta y con la ropa interior aún puesta, se acerca a los mandos de la alcachofa de la ducha, para dejar correr el agua mientras se calienta.

-Puedo hacerte una pregunta?- y sin esperar tu autorización, continua -Siempre vives así?- te pregunta de repente, con voz suave.

Cuando observas tus moratones y heridas están mejor de lo que creías en un principio, parece que o el viejo se está ablandando o tú te estás haciendo más fuerte porque vale que tienen mal aspecto, asi negruzco-liloso, pero lo cierto es que a cada minuto que pasa, te duelen menos, es pura resistencia y salud!

 

Notas de juego

Sí, si no son heridas graves, en principio golpes normales, especialmente los ocasionados por humanos sin poderes, se curan rápidamente, vamos que no te haré tirar curación por ello, a no ser que fuera toda una pandilla que te dieran una paliza xD

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24/04/2012, 20:07
Jason GreenWood

Uso toda la fuerza de voluntad del mundo para no girarme, lo cierto es que es casi como tuviese un ojo en la nuca ya que prácticamente puedo imaginarla desnuda al oír el sonido de la ropa al caer al suelo y... uf... me estoy poniendo cachondo. Carraspeo y sigo observando distraidamente mis 'heridas de guerra'. Ahora que lo pienso, es el primer momento que tengo para hacer un examen.

- ¿Te refieres a meter furtivamente a chicas al baño y parecer un acosador por quedarme aquí? -Pregunto, girándome levemente por instinto, captando una imagen por el rabillo del ojo y rápidamente volviendo a girarme, rojo como un tomate. Me callo durante un buen rato, mirando la puerta con seriedad.

Lo cierto es que no es pan de cada día, pero sí de cada semana. Con suerte, si papá está lo suficientemente 'contento' se limitar a gritarme, insultarme o a despotricar contra mí por culpa de que una mosca le haya fastidiado la sopa... lo cual es soportable.

- No, no todos los días.

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01/05/2012, 19:46
Jonah Greenwood
- Tiradas (1)
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01/05/2012, 19:57
Kaylee

Kaylee se queda en silencio, como sopesando tu respuesta a su pregunta poco oportuna y la manera en que has esquivado el tema candente. Tras eso, comprueba que el agua está ya a la temperatura deseada, cierra el grifo, entra en la bañera que teneis por plato de ducha y una vez cierra la cortina de ducha de peces pintados, se va quitando la ropa interior. La lanza por encima de la barra que sostiene la cortina así que aunque las braguitas de encaje llegan a buen destino, el sujetador te cae en la cabeza, sin que ella pueda evitarlo. Se ríe por lo bajo y vuelve a abrir el grifo y empieza a ducharse, en silencio. Empieza a enjabonarse el pelo y el cuerpo, con calma cuando ves que el pomo de la puerta del baño, frente a la que estás plantado como un vigia, empieza a moverse. Seguidamente, se oye un puño aporreando la puerta.

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01/05/2012, 19:58
Jonah Greenwood

-Abre la puerta, maldito crío!- y sigue forzando el pomo para abrir la puerta. En breves ya sabes que intentará, probablemente derribarla a lo bruto, como si la puerta fuera un equipo rival de football americano...

Siempre has sabido que tu padre tenía un oído fino, fruto de su pasión por la caza, pero esto es verdadera mala suerte, para una vez que te pasa algo bueno y se jode todo!

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01/05/2012, 19:58
Kaylee

Kaylee no parece haberse enterado de nada hasta que oye el grito de tu padre y pega un bote en la bañera, cerrando el grifo de golpe. Asoma la cabeza por un lateral de la cortina de ducha, asustada, esperando que hagas algo o le digas qué hacer, porque al fin y al cabo, es tu casa y encima ya había visto como se las gastaba el tipo que hay al otro lado de la puerta...

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02/05/2012, 21:23
Jason GreenWood

Suelto una pequeña risita cuando cae el sujetador en mi cabeza, cogiéndolo y observándolo con detenimiento antes de dejarlo encima de la tapa bajada del retrete.

¡Joder! ¡Mierda, mierda, mierda! Me había puesto aquí para vigilar e impedir que mi padre entrase y viese a Kaylee, pero ahora que pasa... ¡no sé qué hacer! Me quedo engarrotado, completamente quieto y con la mente desconectada. Veo cómo el pomo gira violentamente y escucho los golpes de mi padre, pero parezco completamente petrificado.

Cuando al fin reacciono, lo primero que hago es esconder la ropa de la chica y hacerle señas para que se esconda dentro, acercándome para abrir la puerta. Al hacerlo, doy rápidamente dos pasos hacia atrás, completamente acojonado.

- Pa... papá... iba a ducharme, yo... estaba calentando el agua.

Siento verdadero pánico por lo que pudiese hacer si encuentra a Kaylee. ¿Qué haría entonces?