Partida Rol por web

Salgo de alli, y veo a Crowley escuchando musica con su mp3. Le pego un cachete a la cabeza (xD) y le digo: -Eres el siguiente.

Miro al señor Vladimir de arriba abajo, como estudiando su "proposición", luego con una medio sonrisa le respondo. parece que pegar tiros no eran la única afición que compartian.

Me levanto y sin decir nada más, me voy a la cocina a entregar el arma.

Mientras se aleja, yo me acerco y le susurro a la oreja:

-Me alegro de que se plantee la idea...

Me aclaro la garganta, -¿escuché bien?-, me congelé...-¿Estás diciendo que quieres tener un hijo conmigo?- pregunté atónita..

- No dijistes antes que hasta nuestros hijos estarian bien con esa plata o te refieres a que nuestros hijos por separado... Porque pense... Pense.. Dejalo.

 Mientras quedo mirando a la nada y luego besaba de a poco a Liz.

Y mi paciencia se desborda cuando noto que alguien golpea mi cabeza, saco la navaja y se la pongo al cuello al tipo raro con sombrero horrendo.

-Vuelve a tocarme y te mato.- Le digo apretando la hoja en su piel, le empujo y lanzo la navaja a la puerta de la cocina clavandola. -Ahí tienes mi arma Samuel....- Le espeto volviendo a sentarme en el sillón.

-Lo dije, pero sin pensar en si eran tuyos, mios o nuestros... acabamos de conocernos cariño y no me veo preparada aún para tener niños- Le sonrio, lo beso y continúo -Aún así... como dije antes, me gustas.. y mucho... quizás algún día cuando acabemos con la que se nos viene encima... podría ser...quién sabe...lo que si está claro, es que hay que practicar mucho para tenerlos... ya me entiendes... ¿Qué me dices?- Añado lo último arqueando las cejas, dirijiendo mis besos hacia él una vez mas, entreteniendome en sus labios, besando su cuello... acariciandolo... -No se por qué, pero me vuelves loca-

En cuanto me pone la navaja en el cuello me rio.

-¿Que me harias con eso? Tendrias una bala en la cabeza antes de tocarme.

Me dirijo a Samuel:

-Bien controlado a este. No es peligroso, pero puede molestar.

Simplemente le devuelvo la sonrisa, eso, confíate.... Pienso poniendo de nuevo un tema....

Samuel desclava la navaja de la puerta con suma facilidad, luego la examina un segundo, no parece enojado por el arrebato de Taylor. Luego lo mira y le sonrie, hay promesas en ese gesto al parecer inocente.

-Gracias corazon- le dice una vez mas sonriendo.

Me acerco a Samuel, y lo aparto a un lado.

-¿Realmente te fias de este? Deberiamos librarnos de el, puede causar problemas. Si hubiera tenido mi arma encima ya estaria muerto...

Estoy tranquilamente en mi asiento, cuando Vladimir y Taylor entran en una especia de disputa, Taylor le pone la navaja en el cuello a Vladimir, despues lo lanza y Vladimir lo amenaza con matarlo. donde me he metido? esto que es?

Me levanto algo asustada, me acerco a Taylor y a Vladimir.

Señores, ¿que es esto? ¿es que no podemos tener un viaje tranquilo? todos estamos nerviosos por la muerte del señor Nallop, pero esta no es la manera de actuar, no creen? estaba rodeada de gentuza, de niñatos malcriados, fabricantes de armas y engreidos insoportables. espero que este vuelo no dure mucho tiempo, quien me mandaría a mi venir??

Se escucha un chasquido, luego cierta interferencia y la voz del piloto que llega de todas partes.

-Escuchenme todos, estamos muy retrasados. Quiero que todos tomen asiento y se abrochen el cinturon. Despegaremos dentro de unos minutos- otro chasquido y la comunicacion muere.

Hacia Paula:

-Es este niñato, que no soporta una broma. -A Crowley (A una distancia moderada xD)-Si sigues usando la navaja de ese modo tan callejero, nunca conseguiras matarme. Moriras intentandolo.

Me siento donde se siente Paula, quiero saber mas de esa amiga de Edgard, no tenia muchas amigas que no fueran algo mas...(xD).

-Disculpe, quisiera saber mas sobre esa mujer de la que hablava antes, la amiga de Edgard.

- Hay que practicar demasiado Liz... Tu tambien me vuelves loco Liz, me encantan tus besos.

 Mientras tambien comienzo a besar su cuello y acariciarla, mientras mis manos comienzan a bajar por todo su cuello, mientras mis labios siguen besando y besando cada vez mas.

Cuando veo que se tranquilizan más o menos las cosas, me siento en mi sitio de nuevo y me pongo el cinturón. respiro profundamente, seguramente si el señor Vladimir hubiera tenido el arma, la cosa hubiera acabo mal, muy mal. por suerte, no era el caso.

No tiene importancia y no hay mucho más que contar. le respondo.