Partida Rol por web

El grupo de inquisidores y aliados comienza a enzarzarse en un debate sobre la losa que aparentemente da acceso a un pasadizo secreto. Sin embargo por ahora nadie osa tocarla, el temor a una terrible trampa y a una muerte dolorosa e inminente tiene ralentizados a nuestros héroes. Apenas se han dado cuente que el horror no ha hecho más que empezar, bajo la superficie de este sacrosanto lugar, bajo este mausoleo, el Caos espera agazapado, seguramente prevenido de vuestra llegada por invisibles secuaces. Lo extraño hasta ahora es ¿ que pasó con los soldados y clérigos de la Ley que entraron hace poco ? no parece haber señales de ellos, a no ser que.... esas armaduras chafadas sean de alguno de ellos y además..... si es así, donde está la sangre, los huesos. Es pronto para saber y solo se puede especular, esperaremos a ver que hacen nuestro grupo de héroes.....

-No creo que haya otra forma de avanzar, -observé- más que por éste pasaje. Pero tienen razón, podría ser una trampa... Tengo una idea -dije luego de vacilar un rato- ¿Por qué no le pedimos a tu amigo que presione la loza? -dije señalando a la criatura que Meera estaba controlando- Por otro lado, me gustaría saber si esas armaduras abolladas pertenecen a nuestros camaradas.

- " Ama, los seres de dos patas dicen cosas a mí y yo no aceptar órdenes de nadie, solo de la camada, ellos no ser de mi camada, solo ser comida que va con ama " - dice enseñando los dientes a Fonkin y a Vincent, mientras se mueve a cuatro patas por el suelo con las alas recogidas.

Escuchaba los comentarios que se cruzaban entre Meera y el batidor del equipo del bien, sin duda que mi transformación hacia lo maligno se confirmaba con esas actitudes.

- Meera no hace mal en recordar cosas o señalar lo evidente, a veces se olvida lo fundamental o se dan nuevas ideas. Si Fonkin, hay que mover esa losa, a una mala trataré de moverla yo, sujeta la antorcha que trataré de moverla.

Le cedo la antorcha a Fonkin antes de estampársela en la cara al altivo Vincent mientras me preparo para mover la piedra ya que nadie más parece dispuesto a hacerlo. Sitúo mis pies acomodando el cuerpo para tener más estabilidad a la vez que tenso los músculos de los brazos al contacto con la losa que se movía ligeramente, el esfuerzo se notaba en el sudor que comenzaba a surgir por la frente, se movía ligeramente, esperaba que fuese suficiente para facilitar otro movimiento posterior.

Dejad a Larag en paz!  El es un aliado! Tratadlo con respeto!

A continuación le pidió que ayudara al valiente Alfonso a mover la piedra. Ayudalo amigo!

Concentrándose en Bulko le ordenó que avanzara para que ayudara a ambos.

Una cosa estaba clara, Alfonso los tenía bien puestos.

-Oh, no sabía que te habías encariñado con ella -dije intentando disculparme- Intentaré no volver a utilizarla como sacrificio.

Luego Alfonso me entregó su antorcha para intentar mover la losa. La tomé, todavía un poco confundido por la celeridad de aquella acción. 

Ya que tenía la antorcha, continué estudiando los restos de armaduras. No tardé mucho en confirmar mis sospechas.

-Estas armaduras son de los que vinieron antes. Lo que no entiendo es dónde están los cuerpos.

Se echó a un lado mientras los otros se esforzaban por mover la losa; no iba a aunar esfuerzos con un no-muerto. Con suerte, aquello desembocaría en algún lado donde pudieran separarse y seguir cada grupo su propio camino, sin tener que aguantar la presencia de tan sacrílegas criaturas.

Alfonso tira con fuerza de la losa de piedra y con un gran esfuerzo logra levantarla ( Fue 22 ), bajo ella una escala de metal fija a la pared de un pozo circular que lleva hacia lo desconocido. 

" Veis un hueco circular que desciende hacia una profunda oscuridad. El hedor de la muerte sube en una ráfaga de aire.... " 

Manchas de sangre reseca bañan alguno de los peldaños que descienden....

DM: Si descendéis por la escalerilla decidme el orden por favor.

Observó en silencio la escalera que descendía a la oscuridad. A la cálida luz de la antorcha, se podían apreciar las manchas de sangre reseca que manchaban el corroído metal, y un aroma a putrefacción ascendía por el agujero como la enfermiza bocanada de un muerto. Habían dado el primer paso, y Rappan Athuk respondía de esa forma, dando la bienvenida a nuevas víctimas que alimentaran su leyenda negra. Empero, el Caos no sabía lo que estaba a punto de recorrer sus entrañas.

—Será mejor que vaya primero —dijo asomándose al hueco.

El hedor a muerte asaltó mi nariz como si un millón de espinas se clavaran en mis fosas nasales. Eso y las manchas de sangre daban testimonio del peligro al que nos enfrentábamos. Debíamos decidir nuestra formación. Vincent se adelantó y ofreció ir primero.

-De acuerdo, y los demás... ¿en qué orden vamos?

Por fin, gracias a la fuerza de Alfonso, que parecía haberse incrementado desde que estuvieron en la isla, la losa fue retirada. A Harold no le agradaba demasiado las discusiones y las tensiones que había en el grupo, no porque le cayeran bien los Inquisidores, sino porque esa división podía ser su muerte contra el caos. Pero así era el mal: siempre lo emponzoñaba todo, incluso las cosas que les podían beneficiar. Frunció el ceño tras su casco, pero no dijo nada durante la discusión.

Sin embargo, cuando todos hubieron pasado por el túnel secreto de la sala, y vio lo que allí había, no pudo contener un gruñido. Un agujero oscuro, con una escalerilla de dudosa estabilidad llena de sangre, bajaba hasta lo desconocido. Inmediatamente comenzaron a proponer en qué orden bajar, pero ir por allí a ciegas podía ser su perdición.

-Esperad. Puedo iluminar una piedra, o una de las armas rotas, y hacer que desprenda luz, para luego tirarla por el hueco. Así, mientras cae, nos irá mostrando todo el túnel hacia abajo, y también su final. Por lo que sabemos, podría acabar en un charco de ácido, o en las fauces de un dragón negro, y ni nos enteraríamos. 

Parecía increíble lo que había sudado para el escaso tiempo que nos llevó mover la losa ya que ayudaron los compañeros al ver cómo se comenzaba a mover, un alivio cuando pude dejar el esfuerzo y el paso se hallaba libre para nuestro paso hacia las profundidades del lugar.

Respiro mientras recupero el aliento, escuchando a los demás y ojeando el negro hueco que se adentra en la tierra.
- Fonkin, quizás la sangre que baja por la escalera sea de los que nos han precedido y hayan arrastrado sus cuerpos hacia abajo, quién sabe si hay experimentos como los hacía el pensante bajo el volcán ensamblando restos de cuerpos para crear golems o seres similares, o quizás sean alimento para alguna criatura.
-Si Vicent va primero y la gárgola segunda, yo iré el tercero por si hay problemas que requieran combate.

Tomé de nuevo la espada pensando en si sería mejor llevar la antorcha o la espada en la mano.

No le hacía ninguna gracia tener a aquél ser guardándome las espaldas. No confiaba en ninguna criatura esclavizada de esa manera, y mucho menos dirigida por la mano de aquella bruja sacrílega. Podía hablar de honor cuanto quisiera, pero estaba seguro de que, en algún momento, los inquisidores del mal les traicionarían. Empero, no le quedaba otro remedio que aceptar, aunque al menos pondría condiciones.

—No quiero luz, puedo guiarme en la oscuridad y prefiero no alertar a posibles enemigos. Dejadme descender un trecho antes de seguirme, por si acaso es una trampa, no caigamos todos. Contad hasta veinte despacio, y que baje el siguiente.

Dicho eso, se metió en el agujero y empezó a descender. Y mientras lo hacía, no pudo dejar de pensar en que incluso aquél olor a muerte era preferible a la cercanía de esos monstruos dominados.

-De acuerdo, ya que somos ocho, yo podría ir cuarto, para prestar ayuda en cualquier dirección. Sólo quedaría decidir dos posiciones.

El pozo circular continúa descendiendo durante 30 pies hasta un oscuro pasillo con el suelo lleno de porquería. Hay manchas de sangre en los toscos muros del corredor, al parecer una de ellas bastante reciente, grande y con la forma de una mano, situada en la pared norte del pasillo. El pasadizo se dirige hacia el este adentrándose en la oscuridad.

¿ Quien ve en la oscuridad y quien en la penumbra ? ya sea por medios mágicos o no.

El tamaño del túnel es de 10 pies de diámetro, suficiente para que se pueda mover con dificultad un ser de tamaño grande

Aquella sala con todas esas armaduras aplastadas y las antorchas astilladas le hizo comprender lo peligroso que era quedarse allí mas no comprendía cómo pudo pasar eso, no entendía la naturaleza de esa trampa.
Se sentía un poco claustrofobico por estar encerrado en cuatro paredes y las discusiones entre los inquisidores lo ponían de mal genio poniendo a prueba su paciencia que no era mucha, gruñía seguido mostrando su descontento con toda esa situación.

Alfonso quito la placa dejando en evidencia la escalera y el olor a putrefacción que salió de allí fue muy denso, de inmediato supo por donde se habían llevado los dueños de aquellas armaduras, inmediatamente Vincent tomó la iniciativa para descender y algo en el le inspiraba confianza se notaba la gran pericia que tenía para pasar desapercibido. Grogt bajó siguiendo los pasos de Alfonso pero a diferencia de este, para el druida fue muy incómodo bajar por aquellas escaleras gracias a su tamaño y nada cambio al llegar al pasillo porque se le dificultaba moverse por aquel estrecho lugar tanto que pensó en volverse humanoide otra vez pero decidió esperar un poco más por si llegaban a un lugar más amplio para él.

Finalmente, pese a no disponer de luz (lo dicho por Vincent era cierto), llegaron abajo sin percances. 

-Ahora sí que necesitaremos luz. Pero no te preocupes, no tiene mucho radio. Ve por delante, Vincent, en la oscuridad, y te seguiremos. 

A continuación movió la mano en un patrón preciso y trazó sobre el aire la runa de la luz, que destelló en escarcha que se formaba ante el movimiento de sus dedos. 

-Mi señor es la luz, que disipa las tinieblas del mundo. 

Tocó el guantelete, y de pronto una luz azul, como el sol a través del hielo, salió de él.