Partida Rol por web

Tras pagar salís de reservado y notáis que el ambiente del local se ha cargado un poco más si cabe, el humo es como una neblina y hay más parroquianos que antes. AL rodear la barra un grupo de operarios, por el mono grasiento que visten están discutiendo acaloradamente cuando uno de ellos choca con Caécus y se vuelve: ¡Eh, túuuu! ¿Porrrrr qué no miras porrrr donde vasssss? - su lengua está algo pastosa.

Vorlin Orday sale de la taberna y atraviesa la plaza donde se encuentra el Santo Ladrador hasta llegar a una calle donde se para y se gira para controlar la gente de la plaza. Su vista por ti pero no parece haberte reconocido. Espera como quince segundos más con la vista puesta en la puerta del local. A continuación comienza a andar por la calle.

Calma hombre calma - le dijo al borracho apartando a Caecus con delicadeza - no ha pasado nada aquí ¿vale? - su tono era realmente amable y no quería problemas allá abajo, ni mucho menos. Instó a sus compañeros a irse del lugar.

- ¿Y tú queeeeé coño quierrrres? - dice dando un manotazo en el hombro a Aeregan como para apartarlo - Estoy hablannnndo con éste.

Alguien que te invitará a una copa si dejas tranquilo a mi amigo - sonrió amable ocultando el asco que le despertaba aquel despreciable ser de baja estofa con su aliento infecto de alcohol

Permanezco atento evaluando el grupo en el que se haya nuestro "interlocutor"

-Maldito borracho de mierda. Joder. La gentuza que no sabe beber debería quedarse en su casa en lugar de ir a liarla a los bares. Siempre lo he dicho.-

Caecus comprobó que su pistola aún estaba oculta bajo las túnicas de adepto que vestía, mientras Aeregan le apartaba del borracho con delicadeza. Si había pelea en aquel antro recibiría como mucho una buena somanta de palos.

- ¡Oh!, ¡Perdón!, Cuanto lo siento.- Borracho de las narices.- Dijo con un tono lo más neutral posible.- Tendré más cuidado la próxima vez.

El aerodeslizador estaba a punto de convertirse en una fea calabaza y no tenían tiempo que malgastar pegándose con cuatro borrachos en un bar si querían que la tapadera de Strophes funcionase.

- ¿Queee pasa? ¿Crrrrees que no puedo pagarmmmmmmeee una copa? le dice a Aeregan. Sus compñaeros se giran para ver la causa de sus gritos, él se gira y les dice: Primmmmerrrro me empujan y ahorrrra me van a invitarrr ¿quién les ha dicho que me hannnn echado?

Ahora Aeregan había pasado de una actitud cordial a una totalmente opuesta. Se mantuvo firme, envarado en toda su estatura y le dedicó una mirada peligrosa a aquel borracho - escúchame miserable despojo, si me quieres como amigo, puedo ser el mejor del mundo, pero si me tocas las pelotas - el guardia imperial que llevaba en su interior acababa de brotar como un mal hongo - puedo suponer tu peor pesadilla ¿comprendes? - sus armas estaban a la vista, como debía ser según las normas que le hicieron ver al entrar - así que ahora, déjanos en paz, o te aseguro que te arrepentirás 

Por fin algo interesante en días sagrado Emperador, dales algo que los liberes de los tabus y al fin se muestra la verdadera condición del ser humano.

¡Bronca de bar! ¡Si es que se me pone hasta dura!

¿Alguien se ha dado cuenta? Yo no me fijo en ellos, claro que ellos no son tan atractivos como yo...

Y mientras todo esto ocurria en su mente, sus labios se limitaban a murmurar entre dientes, mantras o maldiciones incoherentes, que esperaba nadie se percatara entre tanto bullicio y drogas. ¿Quien se iba a fijar en otro colgado mas?

No había nada de que preocuparse, se decía Caín a sí mismo Que hubiera controlado la puerta del local era normal, nada indicaba que fuera a zigzaguear por las calles de la colmena y volver sobre sus pasos para despistar a un perseguidor, ¿verdad?

Orday se adentra en la calle al principio pasando entre el gentío como si se hubiera tranquilizado. Va evitando atravesar corros de gente, zonas vacía de la calle o galerías por donde no pasa nadie pero de pronto se gira para mirar hacia atrás y acelera el paso. No te cuesta seguirle porque la cantidad de gente le impide salir corriendo. Pasados unos treinta metros, se mete rápidamente entre dos edificios medio derruidos por lo que antes sería un callejón y ahora ha queda bastante bloqueado por los escombros.