Partida Rol por web

Los siguientes en pasar, son Zachariah y Caécus, aunque con al primero están a punto de no pasársela al final lo hacen. no sois capaces de sacar conclusiones de las lucecitas que tiene.

Aeregan sonrió cortés durante un breve instante recuperando el semblante serió característico de la alta nobleza cuando trataba con la plebe o gentes de baja cuna. Se dejó hacer sin hacer ademán de mirarles y esperó a que le dieran paso para poder continuar con esa farsa. 

Caín se adelanta para que examinen su nivel de armonía. Aunque quiere que le hagan la prueba adopta una actitud, porque quiere que su examinador la perciba, de desconfianza hacia el artefacto utilizan. Como si quemara o desprendiera un mal olor.

El asesino sabe lo que es, y sabe lo que ocurrirá si lo acercan a Zaddion. No está seguro de cómo actuar. Se le presenta un dilema entre querer confirmar sus sospechas y que Zaddion sea descubierto como psíquico. Por otro lado, ya reaccionó como los conspiradores esperaban ante aquella bebida misteriosa. Caín acababa de decidir que sería a Zaddion a quien protegería aquella noche, y no a los supuestos nobles.

Uno a uno sus compañeros fueron siendo examinados por los medidores de armonía, que como bien sabían todos no eran otra cosa que detectores de psíquicos, de hay que todos pasasen tranquilos y sin demasiadas complicaciones.

Les dedique a todos una amplía sonrisa por pensar en mi, pero en fin, la mitad era de ese "otro grupo" de acólitos. Si, no me fiaba de ellos... Apenas me fiaba de mis compañeros, menos de mi mismo... menos aún de unos desconocidos.

Di un paso al frente valorando mis posibilidades, echarse atrás ahora sería demasiado sospechoso. Mi mirada se cruzo con la de Caín -al parecer el si que me ha dedicado un pensamiento.- entendí que me cubriría las espaldas. Di otro paso hacía los controles de armonía, sabía lo que iba a pasar, era estúpido disimular.

Extendí los brazos en cruz para que me examinaran #Curioso, me sentía particularmente armónico a día de hoy...

El consejero revisa a Aeregan cortésmente y luego pasa a Zaddion; contenéis el aliento y alguno que otro mueve la mano hacia la zona en la que debería estar su arma si no fuera disfrazado.

- Ciertamente, tu nivel de armonía es superior - dice dirigiendo una mirada significativa al otro consejero - podéis pasar, adelante - hace un gesto con el brazo para que entréis.

Me mantuve en posición de descanso después de que me registrasen a la espera de lo que hiciese mi "jefe"

Un día de estos tendré que tener una conversación con una de esas máquinas...

Zachariah espera pacientemente a que Octus entre y le sigue en un infructuosamente discreto segundo plano.

Gracias.- Contesté una vez los guardias nos dejaron entrar a la fiesta.
 

Avanzáis por un pasillo flaqueado por puertas hasta llegar a una sala enorme iluminada por cientos de velas, algunas de ellas enormes, permitiendo a los nobles presumir de su "luz de estrellas" fashion. Un escenario ha sido colocado en el centro de la corte y escucháis susurros de un gran espectáculo para la vista. Descubría a Lady Borella que también se percata de vuestra presencia y se acerca a vosotros seguida por su pequeña prole de aduladores. Os cuenta que un joven y popular noble llamado Elsergi Krin ha dispuesto al parecer el evento de apertura de la diversión de la velada.

La multitud calla cuando una figura enmascarada sale de entre ella caminando hacia el escenario. Envuelta en una túnica gris, la figura de la máscara parpadea llena de vida, revelando cambiantes características holográficas que estudiando a la multitud con interés. Llamadme Chorus, entona, y preparaos para una historia de aflicción. Entonces da comienzo a una de las grandes tragedias de la historia imperial, la Caída de Cyperen; una obra sobre las tribulaciones de un comandante imperial que es finalmente traicionado y asesinado por la gente que gobierna, primitivos ciudadanos a los que ha intentado proteger desesperadamente a lo largo de varias décadas. Una figura irregular y tambaleante entra pronto en el escenario. Aunque va vestido con ropa elegante, está claramente despeinado y demacrado por el hambre. Chorus declara Salve Cypereen, dando comienzo a la obra de verdad. Lo que sigue a continuación es una hora en la que la figura enmascarada va y viene actuando alrededor de Cypereen que parece perdido y fuera de lugar.

Octus entra en el salón tratando de comedir sus zancadas, más habituales de hacer la ronda que de un noble acomodado. El arbitrador sonríe a Lady Borella y tras saludar con una cortés reverencia se coloca cerca de la anfitriona tratandod e hacerse un hueco entre los aduladores.

Permenace atento a la obra, intentando conseguir algo soble lo que conversar con la aristócrata, pero el espéctáculo es aburridísomo y si no fuera por la prótesis facial, se le habrían cerrado los ojos.

Situado en un cómodo segundo plano me dediqué a observar los movimientos de los asistentes a tan excelsa reunión hasta que comenzó la obra. No sentía la menor simpatía por ninguno de aquellos nobles tan pagados de si mismos en sus fastuosas fiestas.

Sonreír lo mejor que pude, deseando encontrar pronto las pruebas que nos permitiesen someter al mayor número posible de ellos al sumarísimo juicio del Emperador. 

Por lo menos hasta que comenzó la función; en ese momento pasé a fijarme en el desdichado enmascarado que parecía estar bajo los efectos de algún potente narcótico.

Me quedé en silencio escuchando atentamente a Chorus mientras me iba dando cuenta de ciertas cosas...

Una historia sobre un capitán traicionado por los suyos...sombras de herejía acechaban las mentes de quienes compusieron esta obra de teatro...

Caín apreciaba el valor de la cultura como nexo de unión en el Imperio, y cómo su entretenimiento paliaba las quejas de miles de millones, pero bien sabía que las obras de los artistas podían esconder significados no tan ocultos.

Mientras divagaba en tales pensamientos no perdía el contacto visual con Zaddion, incluso acercándose a él un poco más que a los demás. Solo por si acaso.

Aeregan había puesto su mejor y más ensayada cara de poker. No conocía muy bien la obra que se iba a representar, pero sin duda que el tipo autodenominado Chorus daba mala espina... la mascara cambiante y su actitud de ir de un lado para otro durante la representación hostigando al actor que encarnaba a Cyperen. Aeregan no tenía claro si eso formaba parte del espectáculo o era una improvisación, y, a jugar por la confusión del actor, una en la que este no estaba metido. 

Zachariah observa a todos lados sin apartarse del lado de Octus.

Zaddion está demasiado ocupado intentando localizar a quien pudiera venir contra él por haber dado positivo en el medidor de armonía.

No te cuesta mucho detectar que el pobre Cyperen actúa extrañamente por ir de drogas hasta los ojos.

En el clímax de la obra, Chorus afirma ¿Qué destino es aceptable para tal persona? Antes de que nadie pueda responder, el claramente asustado Cyperen susurra El Emperador os castigará, quedando la amenaza en el aire durante unos largos segundos hasta que Chorus responde ¡Y tu hijo te vengará!, empalando al hombre por detrás con su espada de energía. Los nobles aplauden salvajemente mientras el cadáver se desploma en el escenario. Chorus se desprende de su máscara revelando unos hermosos rasgos y una sonrisa tensa muestra sus perfectos dientes de diamante, antes de inclinarse hacia la multitud que le vitorea.

Aeregan se mantuvo impasible, lo tenía que hacer así para no levantar sospechas y se quedó frío, aplaudiendo a imitación del publico sin dejar de mirar al escenario. No sonreía demasiado, como acostumbraba, aunque internamente estaba profundamente asqueado por lo que acababa de ver... la gente de la alta sociedad de ese planeta estaba podrida, pero la misión no había terminado aún. Aeregan había visto cosas realmente peores en los campos de batalla donde estuvo, pero no por ello era ajeno... solo, disimuló como el buen sangre azul que era.