Partida Rol por web

Renacer

Capítulo 2: Una cita con el Demonio

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06/11/2009, 21:56
Margaret Bregman

Ya llevaba un rato escuchando ese agobiante sonido en la cabeza. Y nada más ver a esa mujer me di cuenta de que ella era la causa de mi malestar. Nos ordena que nos quedemos quietos, y mis sentidos se disparan. Todo mi cuerpo vibra, mostrándome la mentira en sus palabras. La fulmino con la mirada, e ignorando lo que ha dicho Walter me levanto.

-¡¿Pero se puede saber qué es esto?! ¡¿Quién le ha permitido a usted venir a interrumpirnos?! ¡Y encima me hace escuchar ese agudo e insoportable sonido!- Doy un paso hacia delante, plantándole cara. -No me importa quien sea, pero quiere que se largue y nos deje en paz...- Clavo mis ojos en los suyos. -Mentirosa...

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06/11/2009, 23:26
Walter Bailey

 Sorprendido Walter mira a Margaret totalmente estupefacto. ¿Cómo que ella puede moverse? Por la sorpresa reflejada en la mirada de la pelirroja deduce rápidamente que de alguna manera a usado su poder sin percatarse, para liberarse de la presa mental a la que él aun estaba sometido.

Desde luego, estaba claro porque después de tantos años en el trabajo ella era la supervisora y él un mero empleado. Pero aunque las dotes de mando de Margaret eran totalmente intimidantes, de poco servirían contra una persona como aquella. En una situación normal estaría agradecido por ese giro de tuercas, pero en aquel momento era lo peor que podía ocurrir. Había desviado por completo la atención de aquella psicótica centrándola de nuevo en su persona y cortando en seco su intento de entretenerla. Sumiéndose de nuevo en la desesperación solo se le ocurre una acción desesperada.

-          ¡¡¡MARGARET POR EL AMOR DE DIOS CORRE!!!- Exclama de golpe.- ¡¡¡HUYE DE AQUÍ, ESA MUJER ES LA ASESINA QUE MATO A LA MUCHACHA ASIATICA!!!-

Ahora solo puede rezar, por que Margaret haga caso a su advertencia y salga de allí como alma que lleva el diablo. Porque si no, todo estaría acabado. 

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07/11/2009, 21:16
Director

La escena sucede muy rápido. Margaret se gira para mirarte, completamente atónita. En ese momento la Pelirroja aprovecha para agarrarla fuerte del brazo y someterla. La deja arrodillada en el suelo, y rápidamente desenfunda su pistola para apuntar a su cabeza.

-Nunca había tenido a un objetivo tan problemático...- dice. Su tono denota su sorpresa. Parece ser que nunca antes había tenido dificultad para hacer su trabajo. -Y parece que alguien aquí sabe más de la cuenta...- alza la cabeza para mirarte. Sus ojos, claros y brillantes, pero diabólicos también, se clavan en los tuyos. Por un momento sientes todo su odio, todo su rencor...

-Je, lo veo en tus ojos. Amas a esta mujer.- Dice, mientras aumenta su presa sobre Margaret. Ésta se remueve, intentando liberarse de su captora, pero es demasiado fuerte. -No suelo hacer objetivos extras, pero no me conviene tener a un testigo rondando por ahí, supongo que lo comprenderás...

En ese momento la tensión es máxima. La Pelirroja hace ademán de apretar el gatillo, pero entonces alguien más irrumpe en la escena. -Detente Sandra. Tu estúpido juego se ha acabado.- Un hombre, de unos 30 años aproximadamente, apunta con otra pistola a la Pelirroja, que parece llamarse Sandra.

No puedes evitar suspirar aliviado ante un "salvador" que ha llegado para rescataros, a Margaret y a ti. 

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08/11/2009, 03:08
Walter Bailey

 Walter maldice por dentro cuando aprovechando el descuido de Margaret la Pelirroja le realiza una presa que la deja indefensa. Durante uno instantes sus ojos son solo para la pistola encajada en la sien de la persona que ama. Las palabras de la asesina le hacen reaccionar y sus miradas se cruzan, puede ver el mal más profundo que jamás ha visto, un odio furibundo y sin control, mucho más de lo que él jamás ha soñado en experimentar. La sensación es realmente aterradora.

El resto de las palabras de la mujer pelirroja, resuenan en su cabeza a medida que se acercan al que obviamente va a ser el clímax final. La asesina jala el gatillo dispuesta a reventar la cabeza de Margaret de un disparo a bocajarro en cualquier momento. Después, inevitablemente él recibirá el mismo trato, pero eso no le importa. Por un segundo el corazón se le detiene, y entonces un desconocido interviene apuntando a su agresora con un arma.

Walter agradece a Dios por hacer llegar a la caballería justo a tiempo.

El hombre parece conocer a la Pelirroja, llamándola con el nombre de Sandra y le conmina a detenerse. La esperanza vuelve a crecer en su interior y emocionado decide advertir al desconocido.

-          ¡Tenga cuidado!- Le exclama a su “salvador”.- Esa tal Sandra parece que es una telepata que puede controlar a las personas con tan solo hablarles…-

Telepata, esa palabra resuena en su cabeza. ¿Y el no era una especie de telepata también? Bueno, tal vez no dominaba a la gente a distancia como hacia aquella hija de perra, pero después de todo podía leer los pensamientos de la gente ¿no? Tal vez pudiese usar sus poderes para anular lo que fuese que aquella mujer del diablo le había hecho y liberarse de aquella parálisis como había pasado con Margaret. Nunca había usado sus poderes para mirar dentro de él mismo. ¡Por Dios! si hacia escasas semanas que no tenía ni idea de la existencia de su “habilidad”…

No sabía a ciencia cierta si aquello funcionaria, pero desde luego si no lo intentaba no lo sabría. Mejor eso, que quedarse ahí a la expectativa de lo que pasase y con Margaret en peligro mortal. Suspirando procuro relajarse, y proyectar su poder dentro de él mientras intentaba moverse del sitio.

Ojala pudiese cruzar los dedos para darse suerte.

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08/11/2009, 21:12
Director

Sandra y el tipo que acaba de llegar se quedan mirándose a los ojos, aunque la pelirroja no se distrae en la presa que le hace a Margaret. Cuando te concentras en tu interior, poco a poco, comienzas a aislarte de todo lo demás. Tu mente se adenta en si misma, y comienzas a ver lo que hay en tu interior.

Entonces puedes oír algo. Es la voz de la pelirroja. "No os mováis... No os mováis... No os mováis..." La orden resuena en tu cabeza, manipulando tu cuerpo y evitando tu voluntad. Puedes sentir la presencia de la pelirroja como unos grilletes, aferrados fuertemente a tu mente. Pero a parte de tu propia mente, y la orden de Sandra, sientes algo más.

Tu telepatía capta una tercera presencia en ese extraño vínculo mental. Hay alguien más... Alguien cuya mente fluye a través dela pelirroja. Pero no osas siquiera indagar un poco más en ella. Su presencia, demasiado imponente, te intimida un poco.

Cuando te das cuenta escuchas los gritos de un hombre. -¡Sandra, por favor, no!- y después el silencio. Sandra mantiene a Margaret bien sujeta y se aleja de vosotros, apuntándola con su pistola como si de una rehén se tratara.

-Lo siento, Zack.- dice la pelirroja. -No puedo evitar mi destino. Él me ha escogido para hacer esto.- Entonces la pelirroja encañona a Margaret con su pistola y aprieta el gatillo, pero antes de eso puedes ver como el hombre que hay cerca hace un extraño movimiento con la mano. De pronto la pistola se desvía hacia abajo, y Margaret recibe el tiro en la espalda en vez de en la cabeza. Sandra sale corriendo y no tarda en perderse en la oscuridad, pronto recuperas tu mobilidad.

El corazón se te encoge cuando ves a Margaret tirada en el suelo, y un charco de sangre que se va formando debajo de ella. No puede ser...

Antes de poder hacer nada más, el hombre suelta un "¡Mierda!" y se acerca a Margaret. Enfunda su pistola rápidamente, y su expresión no tarda en relajarse. -¡Eh! ¡Sigue viva!- Entonces la carga en sus brazos, y te dirige una mirada. En su cabeza puedes oír "Rápido, vámonos." Acto seguido el hombre comienza a correr con Margaret en brazos, en dirección contraria por donde ha escapado Sandra.

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09/11/2009, 03:11
Walter Bailey

 Por una fracción de segundo se queda bloqueado. Ha pasado tanto en tan poco tiempo… El penetrando telepáticamente en su mismo interior, la asesina y la terrible presencia que se escondía detrás de ella, el disparo a Margaret… su salvador había dicho que estaba viva, pero la sangre… había tanta sangre…  

Mira en la dirección por donde ha desaparecido la Pelirroja, una parte de él ansia ir detrás de ella y matarla, pero solo es un mero técnico de una empresa telefónica y ahora no hay tiempo para nada de eso. Margaret esta herida, tal vez de muerte y es mucho más importante para él, así que empieza a correr detrás de su salvador.

-          Dios por favor haz que no se muera.- Boquea mientras su vista comienza a desenfocarse por las lagrimas apenas contenidas.

Corre y corre perdiendo el resuello como nunca lo ha hecho antes en su vida, hasta alcanzar al desconocido al cual la pelirroja ha llamado Zack. Estaba claro que esos dos se conocían muy bien, probablemente no debería fiarse tan a la ligera, pero aquel no era momento para suspicacias. Margaret estaba herida, y sus únicos pensamientos eran para ella, lo demás carecía de importancia. Tenían que llevarla a un hospital, pero ahora mismo si atorada mente no sabía indicarle cual podía ser el más cercano. Tal vez el tal Zack sabia donde había uno, o al menos parecía muy seguro de adónde encaminaba sus presurosos pasos, así que se limito a seguirlo mientras intentaba tranquilizar a Margaret y a el mismo. No había tiempo para pararse a hablar así que intento hacerlo telepáticamente.

-          "No te preocupes Margaret te vas a poner bien ¿de acuerdo? te vas a poner bien..."-

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09/11/2009, 21:34
Zack Newton

Con la chica en brazos, me dirijo rápidamente hacia mi coche. "Suerte que lo he dejado cerca..."  Giro mi cabeza unos instantes para ver como el tipo que iba con ella me sigue. Luego vuelvo a fijar mi mirada al frente. "Maldita sea, tendría que haber llegado antes..."

Llegamos al coche y abro rápidamente una de las puertas. Dejo a la chica en los asientos de atrás. -Tendría que haber traído algo para este tipo de casos...- murmuro. -Tú, sube.- le digo rápidamente al hombre. -No perdamos más tiempo.

Me subo al asiento del piloto y espero a que suba. Cuando cierra la puerta, enciendo el motor y piso el acelerador a fondo. El motor ruge con fuerza mientras nos proyecta a toda velocidad por la calzada. -Escucha, no podemos ir a un hospital. Harían preguntas sobre la herida de bala, pero conozco un sitio.- Doy un volantazo, esquivando a un coche que se me había cruzado. En pocos segundos sigo con el recorrido. -Los tipos para los que trabajo tienen unas instalaciones médicas muy buenas, de las mejores...- añado, no conviene ponerlo nervioso. Bastante tiene con haberse topado con Sandra.

Las luces difuminadas de las farolas iluminan el interior del vehículo de forma intermitente, aportando algo de drama a la escena.

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09/11/2009, 23:03
Walter Bailey

 Walter sube sin pensárselo en los asientos de atrás del coche. Con el corpachón un poco apretujado se pone de cuclillas al lado de Margaret dejado espacio para que ella pueda permanecer estirada lo más cómoda posible. El vehículo arranca a toda velocidad esquivando coches bruscamente y ha de cogerse con fuerza al respaldo del asiento de atrás para no caer sobre la herida.

Cogiendo la mano de la semiinconsciente Margaret, la aprieta como si ese mero acto pudiese evitar que se le escapase la vida poco a poco.

-          Shhhh, tranquila todo va bien, en un momento estaremos en el hospital.- Le susurra trémulamente intentando en vano parecer tranquilo.

Siente que el tal Zack le habla sobre un hospital o algo parecido, pero en esos momentos todos sus sentidos están por Margaret y no entiende que le está diciendo, así que se limita a asentir vagamente a lo que sea que le está explicando. Tan solo quiere que un medico salve a Margaret, pero para que llegue viva sabe que a de taponar la herida o acabara desangrándose.

Nunca se había encontrado con una herida de bala, pero durante su infancia y juventud, Frederick (su padre) le había enseñado curar a las reses y demás animales del rancho cuando estos se accidentaban o se herían de gravedad. No podría cerrar la herida ni extraer la bala, de eso ya se encargaría un cirujano, pero podía darle a Margaret unos minutos que podrían ser valiosos  para que se salvase, o como mínimo mitigar los daños colaterales producidos por la bala.

Rápidamente se saca la americana del traje, ignorando la cartera que se le  cae de uno de los bolsillos interiores. Acto seguido se afloja el nudo de la corbata y se la saca desanudándola por completo y la deja sobre su regazo. Para cortar la hemorragia, sabe que lo primordial es taponar la herida para que la sangre deje de manar. Pero primero, hay que limpiar la herida y para llegar a esta a de mover a Margaret. Armándose de valor la coge con suavidad por los hombros y las piernas y la gira de lado exponiendo la espalda hacia él. Un pequeño chorro de sangre le mancha el pecho pero lo ignora por completo.  Es hora de ponerse a trabajar.

Manteniendo la cabeza fría durante todo el proceso, se dedica a hablarle en susurros tranquilizadores para desviar su propia conciencia de lo que se proponía a hacer.

Con las dos manos rasga la parte trasera del vestido, para que no le reste visibilidad a la hora de ver la herida y a falta de una gasa usa el puño de la americana limpiando cuidadosamente la zona afectada para acto seguido presionar con fuerza sobre el agujero de entrada. Respirando agitadamente, mantiene la presión mientras el coche prosigue con su alocada carrera por las calles de la ciudad. A medida que el tiempo pasa, siente que el flujo de sangre comienza a remitir y con cuidado cambia el puño de la americana, por el otro que aún permanece seco y sigue constriñendo. Después recoge la corbata que había dejado en su regazo y usándola como  venda improvisada la envuelve alrededor de la estrecha cintura de Margaret y la usa para mantener la chaqueta sobre la herida a modo de gasa, para que continúe obstruyendo la salida de sangre. No era mucho, pero tiempo era lo único que podía ofrecerle…

Física y emocionalmente agotado, Walter se deja caer en el rincón que hay entre el asiento delantero y de las piernas de Margaret y se pasa la mano por la frente para quitarse el sudor producido por la tensión. Horrorizado se da cuenta que tiene las manos llenas de sangre aun caliente, y que sin saberlo se la ha esparcido por la cara. Rápidamente se intenta limpiar el rostro sin mucho éxito pasándose el antebrazo de la camisa por la parte que aun no está manchada.

Con la mirada perdida se apoya incómodamente en la puerta y mira a Zack fijamente mientras este continua conduciendo. Tiene un millón de preguntas en la cabeza para hacerle, pero no encuentra la manera de darle salida a ninguna de ellas. Iracundo consigo mismo se obliga a reaccionar.

-          ¿Qui… quién diablos sois vosotros?- Pregunta al fin en un hilo de voz.- ¿Por qué esa tal Sandra quería matarnos? ¿y para quien trabajas?-

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Primeros auxilios
Dificultad: 43-
Resultado: 16 (Exito)

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10/11/2009, 22:07
Zack Newton

Me quedo unos egundos completamente concentrado en la conducción, pero luego me dirijo hacia el compañero de la chica en un tono neutro.

-Formo parte de una organización. Una organzación de científicos que estudia a la gente como tu, tu amiga, yo, Sandra...- me despisto durante unos instantes, pensando en esa malnacida. Cuando me doy cuenta veo que me he desviado un poco del carril, doy otro volantazo. -Espero no estar siendo demasiado violento con a conducción...- le comento.

-Sandra es una asesina. Antes trabajaba con nosotros, fue nuestra compañera. Pero un día, por alguna causa que aún desconocemos, enloqueció, y comenzó a matar a gente especial. Su primera víctima fue uno de los fundadores de la organización, aunque juraríamos que él no tenía ningun poder. Su siguiente víctima fue un obrero ruso. Fue un duro golpe para nuestras investigaciones, ese hombre tenía un poder que nos habría servido para estudiar la procedencia de tales habilidades.

Llegams a las afueras de Los Angeles, piso el acelerador a fondo, no deberímos tardar demasiado en llegar al portal... -Sandra es muy peligrosa, y como habrás podido comprobar, puede obligar a la gente a hacer lo que ella quiera, solo con la voz. Excepto a tu amiga, creemos que su poder contrarresta al de Sandra. Y aunque suene un poco egoísta, por eso no podemos dejar que muera.

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11/11/2009, 00:18
Walter Bailey

 Lo que menos le importa a Walter en esos momentos es la brusquedad de la conducción. De hecho si les ayudaba a llegar antes a donde fuese que les llevaba aquel desconocido “salvador” pues mejor que mejor.

No sabía que pensar de todo aquello. El rollo de la organización que se dedicaba a estudiar a la gente “especial” como ellos, no dejaba de sonarle a algo realmente feo. Cuasi podía verse como si fuese una rata de laboratorio y eso no le gustaba nada.

Una cosa de las explicaciones de Zack le escamo un poco. Hablaba de la tal Sandra como si trabajase sola, pero él sabía que no era verdad. Cuando se encontraba paralizado por el poder de la asesina, había sentido una tercera presencia en su interior que fluía a trabes de Sandra. Una presencia tan intensa y amedrentadora que le había hecho rehuir a su contacto de manera cerval e instintiva. ¿Sería posible que los de aquella organización no supiesen nada al respecto, de que alguien más actuaba a través de Sandra?

Zack no parecía un mal tipo, tal vez podría explicárselo, pero la organización para la que trabajaba… Si de ahí había salido una asesina como aquella ¿Cómo podía confiar en ellos?... No, se guardaría la información para él, mas tarde le podría ser útil si había que negociar con quien fuese que daba órdenes Zack.

Todo aquello era muy confuso, pero una cosa estaba clara. No tenía ninguna intención de dejar que aquellos desconocidos usasen a Margaret, como un arma contra aquella asesina psicótica.

Tiene más preguntas rondándole la cabeza, pero hay una que sobresale por encimas de las demás. Sorbiendo la nariz se aclara la garganta dispuesto a hablar.

-          Margaret y yo no sabíamos de nuestras habilidades hasta hace bien poco.- Comienza a comentar mas para sí mismo que para Zack.- Ella de hecho ni siquiera sabía que es lo que le ocurría y no habíamos hablado de ello con nadie…- Frunciendo el ceño mira a Zack fijamente y le pregunta con fría lógica.- ¿Cómo es posible que esa hija de perra y vosotros supieseis de nosotros y nuestras habilidades?-

Y acto seguido usa su telepatía sobre la mente de Zack. Con Margaret en aquel estado estaba solo en todo aquello y necesitaba poder confiar en alguien. Su habilidad le diría si las palabras de su salvador eran verdaderas o mera palabrería.

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11/11/2009, 20:30
Zack Newton

Noto que intenta leerme la mente. Quizá ahora no sea hora de hacerle desconfiar. No opongo resistencia alguna, y mientras conduzco a toda velocidad pienso en las respuestas a sus preguntas.

-Verás, hay una lista. Fue hecha por uno de los fundadores de la organización... la primera víctima de Sandra. Creemos que se la robó, aunque nosotros también tenemos copias. El cómo se hizo esa lista es un misterio, muchos se lo preguntaron, aunque nunca respondía. Por desgracia se llevó el secreto a la tumba.

A lo lejos diviso el punto de recogida, en seguida nos enviarán a Robert para realizar el teletransporte, gracias a Dios que tenemos a ese chaval de nuestro lado. -Bueno, nuestra organización estudia a la gente especial, y también tiene a algunos trabajando para ella, como yo. Pero a la hora de la verdad, el número de personas con poderes que trabaja para ellos es muy reducido. No creo que seamos más de 15. La mayoría quieren irse a sus casas, y tener una vida normal. Nosotros nos encargamos de ayudarles a controlar sus poderes.

Finalmente llegamos al punto de recogida, un lugar desierto a las afueras de Los Angeles. Justo al lado de la carretera veo a Robert. En ese momento dejo de ceder mentalmente. -¡Rápido!- le digo mientras bajo del coche y abro la puerta de los asientos traseros. Ayudo al tipo a bajar a su amiga y hago una presentación rápida. -Este es Robert, tiene el poder de teletransportarse. Él os llevará a la sede de la organización. Allí le brindarán a tu amiga asistencia médica. ¡Rápido! ¡No hay tiempo que perder!- Miro al chaval, la verdad es que nos sorprendió bastante que quisiera trabajar con nosotros. Su poder es muy útil para desplazamientos...

-Llévalos directamente a las instalaciones médicas. Si ves a Sue avísala.

 

 

Acto seguido Robert se acerca a ti y a Margaret. Posa sus manos sobre vosotros dos, y cierra los ojos. Comienza a concentrarse, y entonces el lugar comienza a verse borroso...

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12/11/2009, 00:27
Walter Bailey

 Después de varias semanas escuchando los pensamientos de todo el mundo con el que se cruzaba, Walter no sabe que es lo que le sorprende mas, si la impecable sinceridad de Zack, o la patada en el culo mental que recibe una vez que este activa de nuevo “sus defensas mentales”.

Guardando el decoro suficiente, como para ponerse rojo por haber sido pillado infraganti espiando en los pensamientos ajenos, Walter baja del coche. Tal vez luego habría tiempo para disculparse, pero ahora mismo el reloj corría en su contra. Saca a Margaret del vehículo con sumo cuidado, ayudado por Zack y con un gruñido de esfuerzo la levanta llevándola en volandas.

Entonces mira a su alrededor y se percata de que a parte de la presencia de un muchacho, están virtualmente en medio de ninguna parte.

-          Pero qué coño…- Musita sin saber muy bien que pensar.

Entonces Zack le presenta al chaval, que al parecer se llama Robert, comentándole que su poder es el de la teletransportación y que los va a llevar directamente a la central de su organización.

¿Teletransportación? Pero según había estudiado cuando estaba en la universidad, Einstein había dicho que eso era imposible ¿no?

         “¡Claro idiota! tan imposible como la telepatía o el control mental…”- Pensó con amarga ironía.

Realmente Walter no sabe si entre sus intereses estaba el que los átomos de su cuerpo fuesen descompuestos, para posteriormente ser recompuestos en otro sitio diferente. Pretende mostrar su indecisión al respecto, pero antes de que pueda decir esta boca es mía, el muchacho se le acerca y posa su mano sobre su hombro.

-          Ho mierda...- Consigue pronunciar antes de que el mundo a su alrededor se difumine en un instante, momento en el cual cierra los ojos con fuerza, con la esperanza de llegar al otro lado de una pieza.

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12/11/2009, 20:43
Director

Todo se oscurece por un momento. Las más profundas tinieblas os engullen durante milésimas de segundo. Luego sientes un fogonazo de luz, y una extraña sensación de mareo. Cuando te das cuenta te ves a ti, junto a Margaret y a Robert, en una sala de apariencia antiséptica. Tiene varias sillas y dos puertas, te recuerda a una sala de espera.

De pronto entran tres personas, en apariencia médicos, que traen una camilla. Sin darte tiempo a resistirte, pues aún te sientes algo mareado por el teletransporte, suben a Margaret en ella y se la llevan por donde han venido. Robert se queda contigo y te ayuda a sentarte en una de las sillas. -¿Quieres un vaso de agua o algo? No te preocupes por lo del mareo y las náuseas, es normal en las primeras teleportaciones...- te sonríe agradablemente.

...

-Tendrás que quedarte aquí solo unos minutos. Nuestro personal está ahora ocupado con Margaret, y yo tengo que ir a buscar a Zack. Volveremos enseguida...- Dicho esto, se aleja unos cuantos pasos de ti, y cierra los ojos para concentrarse. En pocos segundos se desvanece, como si se hubiera desintegrado al instante. Su teleportación te recuerda a los típicos vídeos en que se hace una pausa para hacer desaparecer algo, y luego siguen grabando.

Notas de juego

Durante el pequeño lapso de tiempo "..." puedes pedirle un vaso o algo a Robert, tardará unos minutos en traertelo y luego se teleportará.

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12/11/2009, 23:58
Walter Bailey

 Walter parpadea aturdido. Durante unos momentos la habitación da vueltas a su alrededor. Sin fuerzas para resistirse o protestar, deja que los tres médicos le quiten a Margaret de sus brazos y se la lleven de la habitación.

Sin dejar de pensar en ella, no deja de preguntarse cuan patético debe parecer ahí plantado con cara de idiota y las piernas temblequeando. Aun así acepta la ayuda de Robert sin remilgos y se deja llevar hasta la silla donde se deja caer pesadamente.

Ante la pregunta del chico solo atiende a limitarse a afirmar con la cabeza. Robert sale de la sala y un rato después vuelve con un vaso lleno de agua fresca.

Por unos instantes piensa en leerle la mente. ¿Acaso no podría haberle echado algo al agua? Un tranquilizante o algo para dejarlo KO y así poder librarse de él mientras ellos hacían con Margaret lo que demonios fuese que querían. Rápidamente se reprende, ¿Es que acaso el resto de su vida se tenía que ver sumida en la suspicacia y la paranoia? Su padre le había enseñado bien que el poder corrompía, y el suyo no era para menos. Porque si este se volvía imprescindible en su vida, si se dejaba controlar por él, podía correr el riesgo de convertirse en un monstruo, como lo era la asesina que había intentado acabar con ellos esa misma noche.

Zack ya había demostrado con creces su buena fe. ¡Les había salvado la vida por el amor de dios! Era hora de dejar de comportarse como un paleto de pueblo y mostrarse un poco más “receptivo”.

Finalmente coge el vaso y cabeceando afirmativamente le agradece el gesto con un titubeante.

-          Gracias…Robert…-

Un poco más centrado, mira como el muchacho desaparece ante él como por arte de magia. La verdad es que dejando aparte los mareos y el malestar, su habilidad era impresionante. A falta de un término mejor para definirlo, la experiencia de ser teletransportado era… fascinante.

Olvidándose de sus anteriores suspicacias bebe un trago del vaso.

Notas de juego

 Pregunta para el master: ¿Cuantos años se supone que tiene Robert? XD

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13/11/2009, 20:38
Director

Los segundos se convierten en minutos. Los minutos en horas... Después de quedarte ahí sentado durante un rato, pierdes la noción del tiempo. Lo único que te mantiene en vilo es el estado de Margaret. Ahora mismo no sabes como está, ni si la herida es grave... Ni siquiera sabes qué haces realmente ahí sentado.

El tiempo pasa, y Robert no aparece, ni Zack, ni los médicos... Nadie. La sensación de mareo ya hace un buen rato que ha desaparecido, y en la sala reina en turbador silencio. Finalmente escuchas un ruido, unos pasos. Provienen de detrás de la otra puerta, la que no lleva a donde están los médicos. Parece ser que alguien se acerca. Después de unos segundos, la puerta se abre algo bruscamente, y por ella entran Zack, Robert, y un tercer hombre al que no reconoces. El tercer individuo destaca entre los demás pues es el más viejo de todos.

Éste, en un tono muy cortés, te saluda. -Bienvenido a nuestras instalaciones, señor Bailey. Me complace tenerlo de invitado, aunque las circunstancias no sean las más adecuadas...- Esboza una leve sonrisa. -Supongo que estará cansado. Encontrarse con Sandra no es nada agradable. Si lo desea, dispone de una habitación para descansar. No se preocupe por su amiga, está en buenas manos.- le hace una señal a Zack.

Zack abre la puerta y la mantiene abierta, invitándote a salir de esa sala antiséptica y silenciosa. Robert te sonríe, inspirándote confianza.

Notas de juego

Robert es bastante joven. No tendrá siquiera 20 años. Entre 18 y 19, o eso te parece. :D

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14/11/2009, 01:00
Walter Bailey

Las horas han discurrido, pero Walter no ha pasado el tiempo ufano. Durante ese tiempo de receso ha estado dando vueltas a los sucesos que le han acontecido no solo esta noche, si no a lo largo de estas últimas semanas. La extraña cadena de coincidencias que le llevaron al descubrimiento de su poder, la mujer asiática que fue asesinada, el segundo encuentro con Sandra, lo que vio en su mente, el disparo a Margaret y la huida de la asesina. Los recuerdos de la persona que quería posiblemente herida de muerte le encienden por dentro y su impotencia ante la situación le resulta frustrante… ¿Qué hacia él ahí sentado perdiendo el tiempo? En más de una vez a de contenerse para no patear la silla que tiene al lado.

Ha calibrado los pros y los contras de lo poco que sabe de la organización a la que Zack y Robert pertenecen. La cuestión de todo aquello, estaba en encontrar la manera de cómo solucionar el entuerto de manera mínimamente diplomática. Desde luego no quiere parecer desagradecido, pero tampoco piensa dejarse tomar el pelo como un pardillo. La ayuda había sido bien recibida, pero entre sus objetivos, no se encuentra el dejar que aquellas personas se aprovechasen de Margaret de ninguna de las maneras. No se hace ilusiones, el está solo y la organización debía de contar con muchos efectivos, así que si quisieran quedarse con ella por la fuerza estaba claro que no podría impedirlo. Pero tiene información que la organización desconoce y aunque sabe que es poco, tal vez le pueda sacar partido. Cuando el grupo compuesto por Zack, Robert y el hombre desconocido entran en la sala, Walter está preparado.

Calibra al desconocido, obviamente debe de ser uno de los jefes de Zack y Roger.

El tono cortes del tercer individuo le desconcentra un poco de su objetivo, pero se esfuerza por permanecer inflexible y con un gesto comedido se levanta del asiento.

-          Sí que me preocupo por ella y si no les importa me gustaría poder verla para asegurarme de cuál es su estado.- Responde con voz ligeramente desafiante pero tranquila en todo momento.- Se que la quieren para pararle los pies a Sandra, y no pienso permitirlo… Margaret es una persona, no un arma para que nadie la use cuando le convenga.-

Mientras habla, se acerca a ellos plantándose delante del “jefe” e ignora la puerta abierta por Zack, permaneciendo en el interior de la sala.

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14/11/2009, 22:00
Gregory Petersen

Mi agradable sonrisa desaparece de mi rostro a medida que el señor Bailey comienza a plantarme cara. Finalmente le hago un gesto a Zack para que vuelva a cerrar la puerta. -Me temo, señor Bailey, que no comprende la gravedad de la situación.- miro a Robert. -Rob, ve a buscar la lista en mi despacho. El tercer archivador empezando desde arriba.

Robert cierra los ojos y desaparece. Entonces vuelvo a encararme al señor Bailey. -Como comprenderá, su amiga ahora mismo no debe ser molestada, pues está descansando. Nos ha costado una hora entera estabilizarla. Su estado se ha complicado , y no sabemos por qué. Cuando recupere las fuerzas la someteremos a unas sencillas pruebas para solventar algunas dudas.

Junto mis manos frente a mi cintura. -Su amiga es la única persona que conocemos que tiene inmunidad a la persuasión de Sandra. Y lo lamento, pero no podemos dejarla ir.- Camino hacia un lado, mirando al vacío. -Durante años, la Corporación se ha encargado de estudiar y velar por la gente especial. Todo comenzó con un proyecto llevado a cabo por un grupo de científicos. Éramos 6 al principio, aunque ahora solo quédamos 4. Uno de nuestros compañeros fue asesinado por Sandra. Fue la víctima número 1 de una larga lista.

Me doy la vuelta, mirando fijamente a los ojos al señor Bailey. -Éramos jóvenes, y teníamos un sueño. Tal sueño consistía en estudiar estos fenómenos. Estos "milagros". Queríamos ayudar a la humanidad, pero hemos acabado estropeándolo todo.- Me callo y miro al suelo durante unos instantes, rememorando los viejos tiempos.

Justo en ese momento aparece a mi lado Robert, con la lista plegada en las manos. Me la entrega y se retira junto a Zack. -Bien, señor Bailey. ¿Ve esta lista? En ella constan 2038 nombres. Es el número de personas especiales que conocemos hoy en día.- Despliego la lista, que abarca dos metros y medio. Casi un tercio de los cientos de nombres que aparecen están escritos y tachados en rojo. -Como verá, hay nombres en negro, y hay nombres en rojo tachados. Los nombres en rojo tachados son las víctimas conocidas de Sandra. De toda esta lista solo hay una sola persona que sabemos a ciencia cierta que puede evitar el poder de Sandra. ¿Me está diciendo que no quiere que su amiga contribuya a salvar a todos los demás? Hay niños, jóvenes, adultos y ancianos en esta lista. Piense en ellos, en sus vidas, detenidamente.

Comienzo a plegar la lista, satisfecho con mi argumento. -Si le soy sincero, la culpa es en parte nuestra. Porque nosotros adiestramos a Sandra. Por eso, se lo ruego, no se interponga.- finalizo mi alegato con una mirada severa, dirigida al señor Bailey. -Si desea algo, estaré en mi despacho. Zack, Rob, no hay mucho trabajo por hacer. Tiempo libre.- dicho esto me dirijo a la puerta y me voy de la sala, en dirección a mi despacho. El único lugar donde gozo de verdadera tranquilidad...

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15/11/2009, 07:01
Walter Bailey

 Walter parpadea descolocado. La verdad es que se esperaba un argumento parecido, pero no  una exposición tan contundente, ni que Sandra hubiese asesinado a tantas personas. Eran tantas…

Impotente solo le queda ánimos para observar como Gregory sale de la sala. En cierta manera sabe que su comportamiento ha sido egoísta, pero ¿No era igual de egoísta exigir a Margaret que volviese a arriesgar la vida contra una asesina entrenada? No… seguro que había otras maneras de conseguir pararle los pies a Sandra. Y si era necesario, el mismo se encargaría de descubrirlo.

-          No es justo.- Se limita a comentar con gesto afligido.- Margaret no es ningún soldado, ni tan siquiera es consciente de que tener ningún poder, si la enviáis contra Sandra la matara sin contemplaciones.-

Sin saber que mas decir y totalmente agotado, su mirada salta de Zack y Robert como buscando un poco de apoyo. 

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15/11/2009, 20:46
Zack Newton

Observo con atención la escena, Gregory le ha dicho la verdad, y es algo realmente contundente. Cuando abandona la sala me hago a un lado. -Oye, Rob. Ve a hacer lo que tengas que hacer. Yo acompañaré a Walter a una habitación.

Robert sale por la puerta, y después de unos segundos me acerco a Walter. -Verás, no vamos a enviar a Margaret contra Sandra. Como tú has dicho, Sandra la mataría, aún sin poder usar su poder. Lo que estamos haciendo ahora mismo es estudiar el poder de Margaret. Estamos intentando descubrir cómo funciona, para así buscar alguna manera de pararle los pies a esa asesina.

Me lo quedo mirando mientras me acerco más a él y poso mi mano sobre su espalda. -Vamos, te acompañaré a tu habitación. Necesitas descansar, han habido muchas emociones fuertes por hoy.- Lo arrastro levemente hacia la puerta y la abro con una mano. -Seguro que tienes muchas preguntas. Si quieres mañana te dedicaré un rato para solventarlas, ¿de acuerdo?- le digo en el tono más convincente posible.

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16/11/2009, 02:55
Walter Bailey

 

Walter estaba totalmente abatido. Las palabras de Zack le hacen darse cuenta de lo realmente cansado que se encuentra. Agotado seria una manera más adecuada para definir su estado anímico. Dejándose arrastrar sin oponer ningún tipo de resistencia, asiente vagamente a la promesa de Zack de responder a sus preguntas a la mañana siguiente.

Sin prestar la más mínima atención a su entorno, es guiado pausadamente por Zack. Mientras salen de la sala  y recorren los pasillos del edificio, él no puede dejar de darle más vueltas al lo que Gregory le ha dicho antes. Tenía buenas razones para soltarle lo que le había dicho. Una asesina andaba suelta, muchos inocentes estaban en peligro y alguien tenía que pararle los pies. Aun así, la última palabra en el asunto la tenia Margaret, si ella accedía a ayudar a la compañía a detener a Sandra aceptaría su decisión sin rechistar, aunque desde luego no pensaba separarse de su lado.

En su fuero intento, no puede dejar de ver algún que otro error en como la compañía había enfocado el asunto. Aunque realmente ¿Qué sabia el de dicho asunto? Era un mero empleado de Terra Networks, poco más que un paleto de pueblo con un título universitario que ni siquiera le servía para el trabajo que realizaba. Alli habían vidas humanas en juego. Debía descansar, y recuperarse de todo lo sucedido. Tal vez cuando se despertase por la mañana lo viese todo más claro y pudiese valorar las cosas por su propio peso.

Finalmente llegan a la habitación. Cuando Zack abre la puerta y enciende la luz, el cuarto tiene todo el aspecto de ser parte de un hospital. Aun así la cama parece suficientemente cómoda, y eso es lo único que es capaz de captar su atención. La promesa de un merecido descanso.

Lentamente se separa de Zack y se acerca al lecho. Sorbiendo con la nariz se sienta en el borde dejándose caer a plomo. Suspira poniéndose las manos sobre el rostro y se masajea un momento la frente, para posteriormente apoyarlas sobre sus rodillas. Con lentitud cuasi mecánica mira hacia abajo observando sus ropas manchadas de sangre reseca. En algún remoto lugar de su mente, la razón le comunica que debería quitársela, pero está demasiado cansado incluso para eso. Con un gesto desganado usa sus propios pies para descalzarse los zapatos y se estira tal cual sobre la cama con los brazos ligeramente extendidos a los lados. Un temblor eléctrico le recorre el cuerpo de arriba abajo y gruñe con satisfacción apagada.

Zack apaga las luces y comienza a cerrar la puerta, entonces Walter se acuerda de algo importante. Se remueve mirando hacia la puerta con los ojos entrecerrados.

-          ¡He Zack!- Exclama débilmente atrayendo la atención del susodicho.- Hay algo que no he tenido oportunidad de comentaros… Antes, cuando Sandra me tenía retenido use mi habilidad sobre mi mismo para ver si podía liberarme y pude ver en el interior de ella y descubrí algo…-

Haciendo un esfuerzo sobre humano para que sus ojos no se cerrasen, continúa su explicación en un hilo de voz.

-          Resulta que no está sola en esto…- Con dificultad para ordenar sus ideas intenta exponer lo que sintió en aquel momento con la suficiente claridad.- Había alguien con ella, o más bien dicho que fluía a trabes de ella… alguien o algo mucho peor que Sandra, una presencia tan imponente que ni siquiera me atreví a acercarme telepáticamente…creo… creo que Sandra no es más que un títere de esa persona y que…-

A media frase el sueño le vence al fin y sus parpados se cierran inamovibles. Un único pensamiento alcanza a recorrer su mente en esos instantes.

-          "Tengo que ver a Margaret…"-