Partida Rol por web

Renacer

Capítulo 2: Una cita con el Demonio

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21/11/2009, 03:04
Walter Bailey

 Gratamente sorprendido de que Margaret este al corriente de todo, Walter se permite el lujo de relajarse un poco. Era reconfortante saber que no le guardase ningún rencor por lo ocurrido. Riendo animadamente ante el comentario de los X-men, se imagina lo absurdo que estaría con unas mallas ajustadas.

Salen de la habitación de Margaret y Walter caminando a su lado no puede dejar de lanzarle miradas esquivas. Es tan bueno saber que no la ha perdido que no podría explicarlo con meras palabras.

Finalmente se paran ante la puerta del despacho del Sr. Petersen. Walter, aun tiene fresca en su memoria, la azarosa discusión que habían mantenido ambos la noche anterior. Bueno, siendo sinceros a la verdad, el había intentado hacerse el duro y había sido vapuleado al instante por el contundente monologo de Petersen. No, probablemente esa reunión no será algo agradable para su persona. Haciendo de tripas corazón entra junto a los demás en el interior del espacioso despacho.

Mira curioso a su alrededor y acaba deduciendo que esa sala es un fiel reflejo de su anfitrión, anticuado, ordenado, serio y con todos los puntos para ser un intransigente. En definitiva, alguien que exigía tanto a sus empleados como lo que se exigía a sí mismo.

Dejándose llevar por Margaret acaba sentándose a su lado. Entonces el Sr. Petersen se gira hacia ellos de una manera que Walter no puede dejar de evocarle al Doctor No y el resto de los malos de opereta de James Bond. Tentado de reír por la ocurrencia se esfuerza por mantener la compostura y atiende a toda la exposición de Gregory.

Cuando este acaba, Walter realiza una media sonrisa y levantando las manos en un teatral gesto de rendición comienza a exponer su opinión al respecto de lo dicho.

-          Soy el primero en admitir que no soy Rambo precisamente, así que lo del entrenamiento me parece muy bien, pero creo que tengo algo que añadir a todo esto...- Se aclara la garganta para darse fuerzas para hablar.- Bueno, durante la noche estuve dándole vueltas al asunto y… ¿Ha nadie se le ha ocurrido que tal vez estén planteando la situación de una manera equivocada?- Durante unos segundos se hace el silencio y la mirada de Walter recorre a los allí reunidos.

-          Bueno, esto… quiero decir…- Poniéndose rojo como un tomate intenta encontrar las palabras adecuadas para no quedar como un tonto.- Tal vez en vez de dedicase a perseguir a una esquiva asesina experta en ocultar su rastro, deberían centrar sus esfuerzos en encontrar a las personas especiales que están en la lista y ponerlas en un sitio seguro…- Poniéndose serio mira a Gregory fijamente y sin flaquear.- Tienen la lista, saben quienes son esas personas y cuentan con la ayuda de un muchacho que puede teletransportarse de un lugar a otro en un abrir y cerrar de ojos. Sandra será muy buena asesina pero no puede ser más rápida que Robert y si ponen a sus víctimas fuera de su alcance, únicamente tendrían que esperar a que ella venga a ustedes y para entonces estaríamos preparados para ella.- Golpea el escritorio con el nudillo para dar contundencia a su ultima declaración y con una sonrisa satisfecha se recuesta levemente en su silla.

-          Además, no olvidemos que Sandra solo es la cara visible de todo esto, deberíamos descubrir quién es la… “persona” que mueve los hilos.- 

Por alguna razón que no alcanzaba a comprender, le costaba ver la presencia que había sentido en el interior de Sandra bajo el mismo prisma de un simple ser humano.

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21/11/2009, 15:21
Gregory Petersen

Aguardo en silencio mientras el señor Bailey me expone sus ideas. Finaliza su declaración con un golpe de nudillos en la mesa. Entonces lo miro fijamente a los ojos. -Ya habíamos pensado en esa posibilidad, señor Bailey. Pero hay una pega...

Tardo unos segundos en comenzar, poniendo en orden todos mis pensamientos. -Sandra es una mujer muy astuta. Y como ha dicho, creemos que hay alguien más detrás. Curiosamente, siempre nos ve llegar. Cada vez que trazamos un plan, ella lo supera sin complicaciones. Como sabrá, si reuniéramos a todas las personas de la lista, a parte de lo que nos costaría esconderlo, con que Sandra se infiltrara entre nuestras defensas tendría a todos sus objetivos en un mismo lugar. Y no podemos permitir eso.

Aclaro la garganta. -El caso es, que yo tengo una idea algo distinta. Sabemos que Sandra puede vernos venir, así que esto debe mantenerse de manera muy confidencial. Hay algo que Sandra odia, y que la pone nerviosa. Y es que alguien no haga caso a sus órdenes. Por eso no se dio cuenta de que Zack iba a ayudaros. Usaremos eso en su contra. Expondremos a Margaret ante ella, es ahora mismo la persona que más odia. La atraeremos y la atraparemos. Zack deberá esforzarse al máximo.

Finalizo mi argumento, dejando un incómodo silencio reinando en el despacho. Margaret está muy callada, sopesando la situación. -Obviamente, la seguridad de Margaret es un tema importante. Por lo que no será realmente ella el "cebo". Una de nuestras agentes tiene la habilidad de adoptar la apariencia de los demás. Ella se pondrá en el lugar de Margaret.- Recorro con la mirada los rostros de los presentes. Zack permanece serio, sin mediar palabra.

-Si están de acuerdo, comenzaremos enseguida con el entrenamiento.

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21/11/2009, 18:52
Walter Bailey

 Walter frunce el entrecejo pensativamente. La declaración de Gregory sobre que Sandra siempre se les avanzaba a cualquiera de sus planes le tenía escamado.

Con un deje de emoción no puede evitar rememorar sus ya casi olvidados estudios de criminología. Tenía varias teorías rondándole la cabeza sobre como podría la asesina predecir los movimientos de la Compañía,  pero si estuviese en lo cierto…

-          Como ya he dicho estoy dispuesto para comenzar el entrenamiento.- Declara mostrándose confiado de sí mismo.

No sabía porque, pero estaba seguro que en unas horas, cuando estuviese a punto de sacar los pulmones por la boca, no estaría tan de acuerdo  de lo que acababa de decir.

-          Pero antes, creo que hay varias posibilidades que explicarían como Sandra se adelanta a todos sus movimientos…- Mordiéndose el labio distraídamente se dirige a todos los ahí presentes por igual.- Bueno, no sé si lo sabrán, pero la otra noche no fue la primera vez que vi a Sandra.- Rascándose el cuello con nerviosismo intenta dejar que las ideas fluyan libremente de su cerebro a la boca.- Verán, el mismo día que descubrí mi… “talento” conocí a una mujer ¡Bueno de hecho no la conocí!- Se reafirmo rápidamente para que Margaret no se pensase nada raro.- Era una chica oriental a la que me enviaron para hacerle una instalación telefónica en su casa y… bueno digamos que ella estaba esperando una visita…- Mirando a los demás espera unos instantes para ver sus reacciones y continua.- En un momento dado, la muchacha me saco de la casa y me dijo que me marchase rápidamente de allí que “ella” estaba llegando. En aquel instante no sabía que pasaba pero cuando me marchaba de allí vi a Sandra de refilón y…-

Suspirando mira al techo enojado consigo mismo, no puede perdonarse el no haber podido salvar a aquella desconocida.

-          Varios minutos después volví a la casa y la mujer estaba muerta.- Declara conciso.- Creo… creo que ella tenía la habilidad de ver el futuro… y sería posible que aquel que colabora con Sandra también lo pueda ver…-

Aclarándose la Garganta continúa su declaración.

-          En cuanto a la otra opción que e comentado… también es posible que la amenaza sea más “mundana” y  que entre ustedes halla un espía que informe a Sandra de los movimientos de la compañía…-

Por supuesto no tenía ninguna prueba que pudiese sostener ninguna de sus afirmaciones, pero por eso mismo eran meras teorías. ¿No?

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21/11/2009, 19:04
Gregory Petersen

Escucho con atención las teorías del señor Bailey. -Comprendo sus sospechas sobre lo de la posibilidad de que trabaje junto a alguien que pueda ver el futuro. Déjeme pensar...- me llevo la mano a la barbilla, pensativo. Pero la respuesta llega a mí cabeza en pocos segundos. La única persona que conocemos que puede ver el futuro es... -Adam.

Zack se sobresalta, sus ojos se abren de par en par. Tú y Margaret no entendéis nada.

-Maldito bastardo... Sabía que nos la acabaría jugando. ¡Y nada menos que uniéndose a Sandra! Es la única posibilidad que se me ocurre, pues espías no tenemos. Aquí solo tenemos gente de confianza, y cada semana hacemos un examen sobre su lealtad. Me parece más correcta la posibilidad de que trabaje con Adam. Él puede ver el futuro, y está resentido con nosotros...

Vuelvo a juntar las manos sobre el escritorio, preparándome para contar la historia. Aclaro la garganta y entrelazo los dedos. -Hace unos años... descubrimos que un chico tenía el poder de ver el futuro. Su nombre salía en la lista. Era Jacob McCain. No tardamos mucho en interesarnos por su poder. Hacía poco que el E.R.E. había pasado entre el Sol y la Tierra. Según nuestra información, era un niño que soñaba cosas que pasaban en un futuro no muy lejano. Enseguida nos dirigimos al lugar donde vivía. Los Angeles. Pero allí no encontramos a Jacob. Pues había muerto hacía pocos días...

Separo las manos y vuelvo a entrelazar los dedos. -Pero pese a eso, en la misma calle, había otro niño, Adam. Su nombre también estaba en la lista, aunque nunca nos habíamos fijado en él. Descubrimos que era amigo de Jacob. Y que también... compartía la misma habilidad que él. La sorpresa fue mayúscula, y no desaprovechamos la oportunidad. Hablamos con él, le hablamos de su habilidad. Pese a que se mostraba desconfiado, accedió a venir con nosotros.- Hago una pausa, dejando que asimilen la información. -Estudiamos su poder. Pero experimentar con el futuro no era algo muy agradable que digamos. Un día se nos reveló, y se escapó. Se llevó por delante a uno de nuestros mejores agentes. Aún no sabemos cómo lo hizo...

-Quizá ahora se ha aliado con Sandra. Él es perfectamente capaz de predecir nuestras actividades. A estas alturas ya tendrá un dominio muy elevado de la precognición. Pudo con una de nuestras agentes en Cambridge. Esquivó varios disparos, la dejó inconsciente, y se fue dos minutos antes de que nuestros hombres llegaran para socorrerla. Durante años habíamos desconocido su ubicación, nuestra agente se lo encontró de casualidad.

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22/11/2009, 17:02
Walter Bailey

 Ante la reacción del “simpático” Gregory, Walter no puede dejar de quedarse perplejo. El nombre de Adam no le dice nada, pero desde luego por lo que dice Petersen tiene toda la pinta de tenérsela jurada a la Compañía.

-          “Coñe, si encima resulta que he dado en el clavo”- Piensa entre el asombro y la complacencia.- “Al final parece que sí que servía para algo más que operario de telefonía…”-

Pensativo comienza a examinar todo lo que puede recordar de aquel entonces, y bajo un segundo examen varias cosas se le hacen obvias. La instalación de la red telefónica con la conexión de un PCR-T/L se hacía normalmente en casas que habían sido compradas recientemente y que aun no habían tenido tiempo siquiera de realizar dicha instalación. Ahora estaba claro que era lo que había ocurrido. La mujer asiática había sido perseguida por Sandra, pero como podía ver el futuro siempre se había podido mantener alejada de ella. A saber cuánto tiempo llevaría en aquella situación… Hasta que se había mudado a aquella casa y entonces todo cambio… la asesina contaba con otra persona que podía ver el futuro, y toda ventaja que podía tener gracias a su habilidad quedo anulada. ¿Cuan desesperada podía encontrarse en aquel momento en el que se dio cuenta de que finalmente no podría huir al caprichoso destino?

Apretando fuerte la mandíbula se promete que parara los pies a Sandra y a cualquier otra persona implicada en los asesinatos. Tenía que impedir que sucesos como aquel no quedasen impunes.

-          Muy bien ¿Qué es lo que vamos a hacer entonces?-

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22/11/2009, 19:53
Gregory Petersen

Durante unos segundos me quedo recostado en mi sillón, reflexionando sobre la situación. Si Sandra tenía de su lado a Adam, el problema se había complicado muchísimo. "Podríamos recurrir a... no, sería demasiado peligroso..." El debate entre lo que es correcto y lo que no se desarrolla a gran velocidad en mi interior. "Hay que detener a Sandra sea como sea. Pero si ponemos todos nuestros recursos en ello podría morir gente inocente."

Finalmente me decido. El tiempo va en nuestra contra, y no hay tiempo que perder. Si el asunto requiere artillería pesada, tendremos que emplearla. -Zack, avisa a Robert y a Jimmy. Tenemos que detener a Adam. Que se teleporten a Cambridge. No hay tiempo que perder. De paso mataremos dos pájaros de un tiro.

-Pero... señor... Jimmy está ahora en Nueva York, haciéndose cargo de esa misión... Y Robert está...

-No importa, las prioridades son las prioridades.- Digo en un tono firme. No voy a admitir réplicas cuando actuamos a contrareloj. -Cuando Sophie esté recuperada se unirá a Mark en Nueva York. Susan ahora mismo se está encargando de otros asuntos, así que de momento no podrá ayudarnos. Tú, Zack, te encargarás de enseñar a estos dos a defenderse. Yo me encargaré de reunir a los fundadores. Hay que celebrar una reunión urgente. ¡Vamos!

 

Zack se levanta y os lleva fuera del despacho. -Lo siento, chicos. Eso se está volviendo muy complicado por momentos.- dice mientras saca un teléfono móvil de un bolsillo. Teclea rápidamente un número y se lleva el móvil a la oreja. -Robert, soy Zack. Tienes que dejar tu actual misión. Ahora tienes que dirigirte a Nueva York y buscar a Jimmy. Dile que hay que buscar a Adam, él ya sabrá qué hacer. Por cierto, pasa por aquí y lleva a Sophie allí, para reemplazar a Jimmy. Tenemos que actuar rápidamente.- Zack cuelga y os comienza a guiar por los pasillos del edificio.

-Esto no me gusta nada. Si realmente Adam está ayudando a Sandra a matar, tenemos un grave problema. Creo que esto se nos está yendo de las manos...

Después de pasar unos minutos recorriendo la interminable sede de la Corporación, llegáis a una sala enorme. Os recuerda a un gimnasio, pues está llena de artilugios para ejercitar los músculos. Incluso tiene un cuadrilátero para praticar el combate. -Bueno, esta es la sala de entrenamiento. Aquí pasaremos un tiempo, hasta que estemos listos para ir a por Sandra. La verdad es que el detalle del tiempo en contra nos perjudica enormemente. Pues en estos momentos tenemos a algunos agentes ocupados. Espero que almenos nos de tiempo a repasar lo básico...

 

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23/11/2009, 01:21
Walter Bailey

 Turbado por la rapidez de los sucesos, Walter acompaña a Zack sin separarse de Margaret.

Por lo visto se acercaban tiempos difíciles para la buena gente, no podía dejar que nada la dañase más de lo que ya lo había echo. Por su cabeza rondaban preguntas que sabía que nadie podría responder. ¿Cuántas personas sufrirían las consecuencias de lo que sus palabras habían desencadenado? Solo esperaba que fuera para bien, pero solo el tiempo pondría en su lugar a la verdad. Bueno, el tiempo o Margaret…

Mientras caminan por los enrevesados pasillos de la sede de la Corporación, no puede dejar de pensar en Margaret y su “poder especial”. Realmente sopesando los pros y los contras, para ella no debía de ser agradable en muchos momentos, después de todo la sabia la cantidad de mentiras y medias verdades que la gente común decía a diario. En cambio para él era ciertamente una bendición… ¿Quién quería saber todos los pensamientos de la persona que quería? Por supuesto si a alguien se le diese la oportunidad de tener la habilidad de poder hacerlo, muchas personas dirían que si sin pensarlo. Pero para él no era así. Primero porque no le parecía correcto, y segundo pero no por ello menos importante, encontraba que la confianza era algo vital en una relación de pareja. ¿Cómo podría decir alguien que confiaba en su pareja, si a cada momento tenia la opción de entrometerse en su cabeza para ver si lo que decía era mentira o no? Simplemente no dejaría opción a creer en la persona que amaba y entonces la relación estaría basada en un engaño sostenido por un sentido egoísta. No poder leer la mente de Margaret era realmente lo mejor que podía haberle pasado…

Mirándola con los ojos iluminados siente la necesidad de entrelazar sus manos, pero no quiere presionar la situación así que decide esperar a un momento de tranquilidad para poder plantear la situación con la calma que merecía.

Desviando a un rincón sus elucubraciones presta atención a lo que ocurre a su alrededor dándose cuenta de que se encuentran en lo que parece un enorme gimnasio.

-          Vaya, parece que después de todo nuestras habilidades especiales no nos servirán para esto y tendremos que sudar la camiseta como cualquier otro hijo de vecino.- Comenta haciéndose el gracioso.- En serio Zack ¿No tendréis por ahí a alguien que con solo tocarme me convierta en Bruce Lee o algo así?- Pregunta con una sonrisa llena de picardía y una inocente mirada.

En realidad en cuanto al tema del esfuerzo físico no las tiene todas consigo.

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23/11/2009, 23:01
Director

Zack comienza a reír sin parar, su contagiosa risa llega también a Margaret. -Hay gente que puede convertirse en un momento en un Bruce Lee, pero por desgracia no es algo que se pueda hacer en los demás.- te dice. Después de unos segundos más de risa, se pone serio. -Bueno, no hay tiempo que perder. Comenzaremos con autodefensa...

...

Nueva York...

El hombre permanecía atento. Llevaba un casco en una de las orejas, y un microfono para hablar. Frente a él, un monitor mostraba la imagen de la ciudad, desde el cielo. La supuesta cámara se movía a rápidamente, planeando entre los edificios. Parecía que buscaba algo. Y él también lo estaba haciendo. Su afinado oido rastreaba el área circundante, buscando algún indicio... El más mínimo sonido habría bastado, pero parecía que el objetivo se había alejado demasiado. Abrió los ojos, cansado. -Vuelve Mark, por esta noche no hay nada más que hacer. Ya seguiremos más tarde, necesito descansar.

Pero parecía que el descanso no iba a llegar. En ese momento se materializaron de trás de él un joven y una mujer. El hombre se giró en su butaca, para observar a los recién llegados. -Buenas noches. Soph, me alegro de que ya estés recuperada. ¿Qué sucede?

El joven le explicó la situación al hombre, que escuchaba con atención. -Entonces, es importante. Mark, tengo que irme a realizar otra misión, Sophie se pondrá en mi puesto.- Como a respuesta se escuchó a un búho ulular. Entonces dejó el micrófono sobre una mesa y se acercó al joven. -Buena suerte, Soph.- fueron sus últimas palabras antes de desvanecerse junto al joven. La mujer cogió el micrófono y se lo acercó a la boca. -Buenas noches, Mark. Yo seré tu nueva compañera.

...

Sede de la Corporación...

Ya es tarde, el tiempo se te ha pasado volando. Tú y Margaret lleváis todo el día con Zack aprendiendo autodefensa. Por suerte, su control de la gravedad sirve para evitaros algunos golpes contra el suelo. Aprendéis técnicas básicas, aunque en el fondo sabéis que de poco os servirá contra Sandra, que va armada. Cuando acabáis con el entrenamiento, estáis completamente agotados. En cambio, Zack, sigue igual de fresco que al principio. Se nota que lleva mucho tiempo dedicándose a esto. -Bueno, chicos. Por hoy ya es suficiente. Si queréis cenar tenemos un bufete libre. Pero yo os recomendaría que os fuerais a duchar primero. Os habran dejado ropa limpia en vuestras habitaciones. Yo tengo que ir a ocuparme de unos asuntos... Podéis encontrar solos el camino de vuelta, ¿verdad?- dice, riéndose. Entonces, sin daros tiempo a replicar, sale de la sala.

Margaret está sentada, jadeando, en el suelo. -Vaya, nunca pensé que acabaría tan agotada...- Se deja caer sobre el suelo. -Pero he de decir que es un alivio. Desde que estoy aquí no he vuelto a escuchar ese molesto sonido.

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24/11/2009, 01:48
Walter Bailey

 Jadeante y sudoroso Walter no puede dejar de sonreír ante el comentario de Margaret. Desde luego ella lo había hecho mucho mejor que el que con su torpeza habitual había estado entorpeciendo más que otra cosa. Al final le había pillado un poco el tranquillo, pero a costa de acabar como si le hubiesen molido a palos. Sin embargo por paradójico que fuese, se sentía más vivo que nunca.

-          Je, eso es porque por extraño que parezca la gente de por aquí parece que no suele decir mentiras.- Comenta dejándose caer pesadamente a su lado.- Zack es un buen tipo, podemos confiar en el.-

Suspirando profundamente coloca sus manos sobre su barriga mirando al techo pensativamente. En el fondo sabe por qué tiene esa sensación de vitalidad e ilusión cuasi juvenil, la respuesta estaba estirada a su lado. Pasase lo que pasase, mientras estuviese al lado de Margaret no habría nada ni nadie capaz de detenerle. Entonces se da cuenta de que en esos momentos estaban solos, ¿Seria tal vez el momento adecuado para decirle lo que sentía por ella?

Girando la cabeza hacia Margaret le mira fijamente con los ojos iluminados y el rostro encendido por una sonrisa nacida de lo que sentía en su interior. Tenía que hacerlo, era ahora o nunca conseguiría reunir el valor suficiente para hacerlo.

-          Hay algo que he de contarte…- Comienza al fin dándose ánimos desde lo más profundo de su ser.- Hasta hora no he tenido el valor de decirlo, pero después de lo de lo de la otra noche me he dado cuenta de no puedo arriesgarme a perderte sin que sepas que tengo algo que decirte…- Poniéndose rojo como un tomate intenta continuar con lo que quería explicar.- Pero antes que nada tendría que saber una cosa… ¿Que tal se te da la comunicación?-

Sin saber muy bien por qué ha hecho esa pregunta tan absurda, intenta seguir con la línea de pensamiento en un intento de explicar que era lo que quería decir con todo aquello.

-          Porque de eso trata la vida en pareja. Sinceridad, amor…yo diría que al cincuenta por ciento, mitad y mitad. O más bien a tercios si cuentas con el respeto. Pero no son partes iguales, porque la sinceridad es más importante que el amor y el respeto, creo yo...- Deteniéndose percibe de que su exposición se ha desviado del tema central convirtiendo su declaración en poco más que un confuso trabalenguas.

Suspirando nuevamente se da cuenta de que no hacen falta palabras para explicarle lo que siente. Dejándose llevar por un impulso, se gira en el suelo y apoyándose en su codo se inclina sobre Margaret y posa sus labios sobre los de ella con extrema ternura. Desea que aquel instante sea eterno, pero finalmente vuelve a levantarse permaneciendo inclinado encima de ella mientras se aclara la garganta con nerviosismo.

-          Margaret Bergman, se que eres mi supervisora y que esto nos coloca en una embarazosa situación laboral, pero, te quiero.- 

Notas de juego

 Joer, ya era hora que nos diesen un poco de "intimidad" XDDD

Aunque seguro que en realidad la mitad de la agencia esta escondida por la habitación inmortalizando tan embarazoso acontecimiento XD

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24/11/2009, 22:14
Margaret Bregman

Asiento al comentario de Walter. Zack realmente es alguien de fiar. Nunca me ha contado una mentira. Aunque a decir verdad, desde que estoy aquí nadie me ha contado mentiras. La verdad es que es como una liberación, no tener que escuchar ese estridente sonido.

Mi corazón aún late con fuerza, pero parece que no va a tener tiempo para descansar. Walter se estira a mi lado, y comienza a hablar. Sus palabras disparan mis sentidos, y me ponen algo nerviosa. “Hay algo que he de contarte” “Hasta ahora no he tenido el valor para decirlo.”

Siento como mi corazón bombea cada vez con más fuerza. ¿Será eso lo que quiere decirme? ¿Está dando el paso…? Las preguntas se formulan a toda velocidad en mi cabeza. La verdad es que yo siempre me había sentido algo tímida como para dar el primer paso, y decirle a Walter lo que sentía. La verdad es que si era él el que se adelantaba, iba ser un alivio. Pero entonces su pregunta me desconcierta. ¿Qué tiene que ver la comunicación con eso?

No me da tiempo a decir nada, Walter sigue con su discurso. Y la verdad es que siento que si intento decir algo, las palabras me saldrán disparadas de la boca, inteligibles.

Poco a poco se va acercando al tema principal del que me quiere hablar. Mi corazón sigue acelerándose. Y puedo escuchar mis propios latidos. Entonces se acerca lentamente a mí. Los nervios se vuelven más intensos. ¡Va a hacerlo!

Y entonces sucede. Ese pequeño instante que parece una eternidad. Esos pocos segundos que quedan grabados a fuego en la memoria. Cuando parece que flotes sobre una nube, y que todo esté teñido de rosa. Por un momento todo lo demás abandona mi mente. Mi habilidad, la corporación, Sandra… Absolutamente todo. Y sólo la imagen de Walter y yo juntos se apropia de toda mi consciencia.

Cuando se separa de mí se le ve nervioso. Yo, que ya me siento relajada, le respondo acompañada de una agradable sonrisa. –Yo también te quiero, Walter.

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25/11/2009, 01:26
Walter Bailey

 Ya estaba hecho, por fin le había dicho lo que sentía y la respuesta no podía llegar a ser más liberadora. Ella sentía lo mismo por él. No le hace fala ningún poder ni habilidad especial para saber que no puede ser más feliz que en ese instante. No tiene hambre, no siente el cansancio producido por el duro entrenamiento, de hecho su mente es incapaz de pensar en nada que no sea Margaret. Inclinándose sobre ella de nuevo vuelve a besarla con una urgente ternura. Cuando sus labios vuelven a separarse tortuosamente, ambos se miran a los ojos como si intentasen encontrar el alma del otro reflejados en ellos. No hacen faltas palabras para saber cuan hermosos son sus sentimientos. Por desgracia aunque lo deseen con todas las fuerzas, no disponen de todo el tiempo del mundo. Era irónico pensar que la felicidad abarcase tantos nos...

Levantándose del incomodo suelo Walter extiende su mano hacia ella.

-          Vamos.- Le dice con una sonrisa permanente.- Tenemos que hacer caso a Zack y ducharnos e irnos a cenar. Te acompañare a tu habitación -

Juntos, comienzan a recorrer los pasillos del megalítico edificio desandando el trayecto por el que les había guiado Zack. Por suerte para ellos tienen suficiente sentido de la orientación como para llegar hasta la puerta del dormitorio de Margaret sin percances de remarcable interés.

-          En unos minutos te pasare a recoger para ver si encontramos el comedor… Suponiendo que haya alguno claro…- Comenta Walter graciosamente a modo de despedida.

Guiñándole el ojo confabuladoramente, la ve desaparecer tras la puerta, que se cierra con delicadeza. Walter lanza un tremendo suspiro de enamorado mientras alza los brazos en un gesto de victoria.

-          “Muy bien genio, por fin has hecho algo a derechas”- Se felicita mentalmente con alegría inconmensurable.

Entonces, la puerta vuelve a abrirse y el brazo extendido de Margaret le coge de la camisa pillándole por sorpresa y le hace pasar al interior de la habitación antes de que pueda decir “esta boca es mía”.

Cerrando la puerta tras de él, Margaret le atrae hacia ella con una picara sonrisa, cogiéndole aun de la camisa hasta que los dos se funden en un beso apasionado. Por unos instantes Walter permanece así, con su torpeza habitual, sin saber muy bien como reaccionar. Hace tanto tiempo que no ha estado con una mujer tan maravillosa como ella… De hecho es la primera vez que puede decir que ha estado con una mujer de la que se encontrase singularmente enamorado.

Las gráciles manos de Margaret comienzan a desabrochar los botones de su camisa y Walter finalmente se recobra de su inicial sorpresa. Cogiéndola de la cintura la levanta del suelo casi sin esfuerzo, mientras ella cruza grácilmente sus piernas alrededor de él como unas sensuales tenazas. Con la respiración agitada por la excitación, Walter, la lleva hacia la cama mientras vuelven a besarse con pasión desenfrenada y cuando llega hasta el lecho la deja caer sobre el mullido colchón. Colocándose sobre ella, no puede más que pensar en lo perfecta que era y en lo feliz que le hacía estando su lado. Mientras hacen el amor, solo espera poder corresponder su felicidad.

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26/11/2009, 21:38
Director

Varias horas después, te encuentras plácidamente dormido junto a Margaret. Pero aunque estés dormido parece que tu mente sigue trabajando. Pero de pronto, como si tuvieras un sueño, te encuentras materializado en algún lugar desconocido. Un lugar lleno de oscuridad.

 

La oscuridad te comienza a engullir. Todo el espacio pierde su luz, y quedas cegado por la abrumadora tiniebla. Como si de un truco mental se tratara, comienzas a sentirte mareado. No comprendes nada, te sientes totalmente desorientado. Pero no tardas en tocar fondo.

En lo más profundo de tu mente, donde pareces haberte manifestado en cuerpo, caes sobre un duro suelo. La caída no es fuerte, pero puedes sentir el dolor que te recorre la espalda. El lugar comienza a tomar forma, pasando del vacío a una estación de tren.

Es un día nublado, todo está tintado con un gris monótono y cansado. No logras reconocer el lugar en el que te encuentras. Lo único que consigues ver más allá del andén es una densa niebla.

Miras a todos lados, pero no ves a nadie. Todo está sumido en el más sepulcral de los silencios. Pero de pronto, como una mancha de sangre sobre la nieve, ves aparecer la pelirroja, Sandra. Tus piernas no responden, te ves completamente atrapado. Ella se acerca a ti, a paso calmado. Su mirada vacía se enfoca hacia ti, vislumbrando el horror de tu cara.

¿Ha venido a por ti? ¿Pero dónde estáis? Entonces Sandra se planta frente a ti, y te mira fijamente a los ojos. En ese momento no ves maldad, ni nada de lo que viste en vuestro primer encuentro. Sólo ves la mirada de una niña arrepentida, una niña que necesita el perdón. Cuando abre la boca para decirte algo se desvanece, como si la hubieran borrado del mapa.

Aún no sales de tu asombro. No tienes ni idea de lo que está pasando. Sigues mirando a todos lados, por si la pelirroja vuelve a aparecer. Pero en su lugar solo ves una figura que se acerca. Te sobresaltas al principio, pero luego te fijas más. Es un niño, de unos 12 años. Camina hacia ti, pero ni siquiera te mira a los ojos.

Cuando se planta frente a ti, tu cuerpo retenido recupera su libertad. Con un gesto te indica que te sientes, un banco aparece detrás de ti. No puedes evitar acatar su orden, y entonces se sienta a tu lado, y se presenta. –Hola, Walter. Puedes llamarme, el maestro de los sueños. Encantado de conocerte. Hacía tiempo que quería verte. Supongo que tendrás muchas preguntas. Dónde nos encontramos, por ejemplo.

El niño sonríe, parece que está dispuesto a hablar. En ningún momento te parece peligroso. Pero desde el primer momento has sentido algo extraño proveniente de ese pequeño.

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27/11/2009, 18:14
Walter Bailey

 Aun conmocionado por la mas que extraña experiencia, Walter no puede hacer otra cosa que obedecer a la petición del desconocido muchacho y se sienta en el banco con leves escalofríos que aun le recorren el cuerpo.

De alguna manera cuasi instintiva sabe que se encuentra en el interior de su propia mente, pero ¿Qué demonios era todo aquello? ¿Cómo podía ser que el dolor de la caída fuese tan real? Y no solo eso, también sentía la ligera película de sudor que comenzaba a caer por su frente y la fría textura del banco en el que estaban sentados. El andén y la profunda niebla que se arremolinaba a su alrededor eran tan perturbadoramente reales y a la vez ajenos y distorsionados que resultaban estremecedores.

¿Y la aparición de Sandra? Desde luego no había sido como en sus anteriores encuentros, ya que esta vez no vio amenaza alguna en ella, sino más bien arrepentimiento y tristeza… una insondable tristeza…  No sabía que quería decir todo aquello, pero desde luego debía de tener que ver con el chaval que tenía sentado a su lado y que se hacía llamar “Maestro de los Sueños”. Si todo lo que le rodeaba era un sueño, y estaba creado por el tal “Maestro de los Sueños” ¿Cómo podía saber si aquel era el verdadero aspecto de su interlocutor?

A primera vista no parecía amenazante, pero también podría ser que se le hubiese presentado en esa forma para que se confiase, después de todo ¿Quién no se fiaría de la bondad de un niño?

La verdad es que en el fondo se siente bastante frustrado. Ahora que todo parecía que iba a ir bien, se le aparecía otro freak con intenciones desconocidas y encima lo hacia dentro de sus sueños. Frunciendo el ceño se da cuenta de que si están en su cabeza debería ser capaz de usar su habilidad sin ningún problema, o al menos eso esperaba. Mirando fijamente al muchacho expande su telepatía tanteando el terreno a ver si puede percibir mejor que era eso extraño que sentía provenir del pequeño.

-          Parece que me conoces, así que estamos en clara desventaja.- Responde mostrándose serio y alerta.- De entrada se que no he sido yo quien te ha invitado a meterte en mi mente, por lo cual unas cuantas respuestas no estarían mal para empezar a igualar los marcadores.- Continua mirado a su alrededor mostrándose bastante compungido.- ¿Qué es todo esto? ¿Quién eres realmente y que quieres de mi?- 

Notas de juego

Perdón por tardar en responder pero estuve muy ocupado ^^ 

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28/11/2009, 23:48
Director

El niño sonríe. Pese a su aspecto, sigue haciéndote sentir algo de desconfianza. El pequeño mira a su alrededor, donde la niebla os rodea. –Éste es mi reino. Estamos en tu mente, pero yo hago mis propias reglas. Aquí dentro soy completamente omnipotente.

Vuelve a mirarte. Su mirada te inquieta. Sientes que detrás de ella hay algo perturbador, algo  que lo vuelve imponente. –No puedo darte mi nombre, pues lo perdí hace mucho tiempo. Estoy aquí para ayudarte. Yo tengo respuestas, yo puedo ayudarte a llevar a cabo tu cometido.

Entonces, delante de vosotros, se materializa de nuevo la pelirroja. Pero esta vez la vuelves a ver como la temible asesina que conociste. –Ella es Sandra. Ya la conoces.- El niño la mira, con indiferencia. –Ella tiene un poder muy especial. Puede dar órdenes a los demás, y ellos las cumplirán. La Corporación la reclutó justo por eso. Y así lo hizo con todos los demás.

Entonces todo a vuestro alrededor se desvanece, excepto el banco en el que estáis sentados. Frente a vosotros se materializa una escena. En ella se ven a dos hombres y a siete niños. La edad de los pequeños está comprendida entre los 7 y los 10 años. Entre ellos puedes ver al mismo niño que tienes al lado. Los hombres hablan de algo con los niños, pero no puedes escuchar nada. Sólo puedes ver como mueven los labios, articulando palabras.

-Escogieron a 7 niños y niñas, huérfanos. Todos ellos presentaban habilidades extraordinarias. Pero no como las de los demás, ellos tenían un rasgo que los diferenciaba de todos los demás. Ellos, pese a tener el gen evolutivo casi sin desarrollar, ya poseían habilidades como los que ya lo tienen completamente desarrollado. Ellos, al crecer, podrían ser los más poderosos…

El niño se gira, mirándote fijamente a los ojos. –Lo comprendes, ¿verdad? Ellos se mueven por intereses. No deberías confiar tan a la ligera en sus bonitas palabras y en sus medias verdades. Aunque no conviene ser su enemigo directo. Recuerda mis palabras, Walter Bailey. Tú tienes un don muy especial, úsalo con sabiduría.

Entonces el pequeño se levanta. Y la escena se desvanece. Todo vuelve a convertirse en la estación de tren. -Si quieres preguntarme algo más, adelante. Sólo nos quedan 3 minutos. Si me quedo más tiempo me descubrirán.

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29/11/2009, 14:33
Walter Bailey

 Walter parpadea cada vez más nervioso. Lo que aquel “niño” le estaba contando era muy turbador. ¿Pero podía fiarse de su palabra? había leído la mente de Zack y sabía que podía confiar en él, pero ¿esa confianza podía aplicarse al resto de sus compañeros? Ciertamente el Sr. Petersen no les había intentado mentir, por que de ser así Margaret lo sabría al instante. Sin embargo, ella no podía detectar las verdades que no se decían ¿no? Maldiciéndose por su exceso de confianza, Walter se mordisquea el labio inferior con nerviosismo. ¿Debería haberle leído la mente al jefe de Zack? Probablemente aquel cabronazo les había conducido por donde había querido. Después de todo trabajaban para una “Compañía”… estaba claro que tenían que sacar algo de todo aquello. En un mundo capitalista era imposible la variante empresarial que no estuviese basada en el lucramiento personal fuese en el sentido que fuese.

La verdad es que no sabe si aquel “chico” estaba siendo sincero con el o le utilizaba para un propósito oculto, pero de una cosa estaba seguro, empezaba a cansarse de que le manipulasen personas para realizar planes sin su consentimiento. Si creían que era un estúpido lo llevaban claro por que no tenia ni un pelo de tonto.Fijando sus ojos en los del autoproclamado “Maestro de los Sueños” comienza a concentrarse en su telepatía con la intención de explorar a fondo la mente de su interlocutor.

-          ¿Como demonios van a poder detectar tu presencia en mis sueños?¿Y cómo sé que puedo confiar en ti?- Pregunta con pretendida calma contenida.­- De momento no me has respondido que quieres de mi… - Continua sin apartar la mirada con el ceño fruncido.- Aunque deduzco que tiene algo que ver con ese “cometido” que he de llevar a cabo, y no con el hacerme de consejero espiritual.-

Y entonces, aunque sabe que probablemente no pueda hacer nada, usa su telepatia sobre el muchacho.

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29/11/2009, 17:06
Director

El niño se cruza de brazos. -La Corporación dispone de sofisticados métodos para detectar y evitar poderes. No puedo estar mucho tiempo burlando sus sistemas de seguridad.- Entonces el pequeño mira hacia los lados, como si esperara que algo fuera a irrumpir en la escena.

-No puedo decirte mucho más. De aquí a una semana Sandra estará en Nueva York. Ahí la podréis atrapar. Aunque la única forma de acabar con la amenaza es matando a Sandra. No se esperará que la encontréis allí. Pero por encima de todo, no dejes que la Corporación la capture. Si lo hacen las consecuencias serían gravísimas. Hay que acabar con ella, Walter Bailey. Recuerda mis palabras.

Durante el rato que te ha estado hablando has estado intentando penetrar en él mediante tu telepatía. Pero una y otra vez te has chocado con un muro impenetrable. Te recuerda en cierta manera al de Zack, pero este parece aún más inquebrantable. El niño parece percatarse de tus esfuerzos.

-Será mejor que no te intentes meter en mi cabeza, Walter Bailey. No te aseguro que sobrevivas a la experiencia, mi poder es muy peligroso.- te advierte mientras te mira severamente. Definitivamente, no es un niño normal con un poder. Es algo más...

De pronto se gira y comienza a andar hacia la niebla del andén. Hasta fundirse finalmente con ella. Tras desaparecer, la estación de tren comienza a desvanecerse, poco a poco. Como si su presencia fuera lo que sostuviera el mundo onírico.

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30/11/2009, 01:12
Walter Bailey

 Sin saber muy bien que decir ni que hacer, Walter se limita a mirar como el “muchacho” desaparece entre las brumas. Apretando los puños con fuerza siente como una furiosa frustración le recorre por dentro. ¡Maldita sea! ¡parecía un puto títere sin cabeza! ¿Se suponía que tenía que evitar que nadie capturase a Sandra? ¿Y cómo coño iba a hacer algo así? El muchacho le dijo que tenía que matarla, pero él no era un asesino.

Ciertamente cuando Margaret había sido herida por la pelirroja, tuvo unas ganas inmensas de ir detrás de la asesina y acabar con ella definitivamente, pero en honor a la verdad, no se veía capaz de matar a nadie. Y mucho menos a sangre fría.

Levantándose del banco frunce el ceño pensativamente mientras todo a su alrededor se desvanece como la ilusión que realmente había sido.

-          Nueva York… ahí es donde encontraremos a Sandra.- Comenta al vacio mordiéndose el labio inferior con aprensión.

Mirándose a las palmas de las manos, elucubra sobre los acontecimientos que supuestamente estaban por llegar. Tenía una semana… Una semana para decidir si debía hacer caso de las palabras de aquel desconocido, y matar a una asesina en serie. Su muerte seria por un bien general ya que así se aseguraría de salvar muchas vidas, pero ¿Era justo perderse a sí mismo en el proceso? Ciertamente el mundo no era justo con nadie...

Pese a saber que en esos momentos no es nada más que una proyección mental, siente como si le estrujasen el corazón y le faltase aire. Necesitaba salir de allí desesperadamente.

Cerrando las manos y sus ojos con fuerza, desea con toda su alma desaparecer de aquel oscuro e infinito vacio.

-          Es mi mente, por favor Dios déjame salir de aquí.- recita ahogadamente como un salmo.

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30/11/2009, 22:53
Director

Al concentrarte sientes una extraña sensación. El estómago se te revuelve mientras un extraño mareo te abruma. Notas como el espacio se distorsiona, incluso el banco en el que estabas sentado acaba convirtiéndose en una forma abstracta.

Cierras los ojos, en cierta parte debido a la extraña situación y a las náuseas que te produce. Y cuando los vuelves a abrir ves un techo blanco, inmaculado. Te reincorporas sobre la cama en la que te encuentras, y te percatas de que estás en una habitación como de hospital. A tu lado está Margaret, dormida.

Un silencio sepulcral reina en la habitación. Lo único que escuchas es tu agitada respiración, y la suave y acompasada respiración de Margaret. ¿Ha sido un mero sueño? ¿O ha sido algo real?

Débiles rayos de sol se filtran por la cortina que cubre la única ventana de la habitación. Tu cabeza aún te da vueltas. Realmente sientes que alguien ha hurgado en tu mente. Pero todas las preocupaciones se van momentáneamente de tu cabeza cuando vuelves a centrarte en Margaret. Su sonrisa angelical parece resplandecer por sí misma. Parece que está teniendo un sueño agradable…

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01/12/2009, 22:10
Walter Bailey

Bueno, al menos era bueno saber que uno de los dos dormía plácidamente. Con una media sonrisa Walter vuelve a estirarse a su lado con el temor del corazón aplacado por un momento. Margaret tenía esa increíble habilidad para hacerle sentir bien consigo mismo. Aquel “poder” que tenia sobre él era más maravilloso que cualquiera de los demás que había visto en los últimos días.

Con la respiración profunda  aun agitada por la experiencia recién vivida mira a su amada durante varios minutos apartando así cualquier otro pensamiento que no estuviese relacionada con ella. Finalmente con la agradable sensación de estar profundamente enamorado vuelve su cabeza hacia el blanco techo con la mirada perdida en la nada de sus pensamientos.

El otro día se había preguntado, que sería capaz de hacer una persona por amor. Ciertamente ahora sabía la respuesta… Walter permanece allí con los ojos humedecidos, mientras una lágrima recorre su rostro cayendo lentamente sobre la almohada. Por amor… por Margaret era capaz de matar… y aquello era tan terrible como cierto.

A veces el amor más puro podía convertirse en lo peor de uno mismo.

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02/12/2009, 18:18
Director

El agradable silencio pronto se ve perturbado por el sonido de unos pasos. Se oyen detrás de la puerta. Alguien se detiene frente a la puerta. Pasan unos segundos, no se vuelve a escuchar nada más… Pero entonces alguien llama con los nudillos.

No te sobresaltas, pues ya te lo habías esperado. Aunque durante los primeros momentos no consigues articular palabra alguna. Alguien gira el pomo de la puerta, dejándola entreabierta. Divisas a Zack al otro lado. –Walter.- te llama en un susurro. -¿Puedes salir un momento? Tenemos que hablar.

Miles de ideas rondan en tu cabeza. ¿De qué querrá hablar contigo?