Partida Rol por web

Ya habéis sido avisados. Algo grande va a suceder, y está en vuestras manos evitarlo. No dudéis, toda ayuda será bien recibida. En momentos como éste no hay tiempo para pensárselo dos veces. Por un motivo u otro, vuestra vida se ha desviado de la rutina. Quizá es la oportunidad perfecta para demostrar lo que valéis.

El momento está llegando, hermanos. Lo hemos estado esperando durante mucho tiempo, y por fin lo tenemos a nuestro alcance. Está escrito en el cielo. Cuando la luna enmascare al sol y extienda su falso crepúsculo por el cielo, el momento habrá llegado. El poder del iluminado se intensificará, y con puño de hierro someterá a todos aquellos que le sean infieles. ¡Aclamad a nuestro próximo señor! ¡Aclamadlo, pues él nos liberará de la sombra!

Gritos, vítores… Todo es poco para el profeta que habla del futuro. Su dedicación le ha permitido reunir a un gran grupo de seguidores. Todos ellos darían su vida por el iluminado que los salvará. Todos ellos lo servirán sin dudar. Todos ellos… claman venganza.

Gritad más fuerte, hermanos. Alzad la voz para que el iluminado os escuche. Él os atenderá y ayudará. Él cuidará de vosotros. ¡Él os dará la venganza! Y cuando el falso crepúsculo llene el cielo, ¡seremos más fuertes que nunca!

Frederick y Kate, Nueva York

Hace ya unos días que planeáis este golpe. Según la señora Dawson, en un edificio de Nueva York, la organización científica guarda unos documentos muy importantes que os podrán ayudar en vuestro cometido. El problema es que no es precisamente un lugar abandonado como el que habéis usado para refugiaros. Por suerte el suministro eléctrico no había sido cortado, o eso os ha dicho la señora Dawson, que supervisa vuestra misión actual desde allí mediante unos transmisores que lleváis. Parece que se le da bien la informática.

El objetivo es muy simple. Robar los documentos referentes al sujeto cuyo código es “0001”. El lugar está vigilado por varios agentes armados. La señora Dawson sospecha que los dos agentes especiales con poderes también deben andar cerca. Pero, en principio, con la velocidad de Kate la cosa debería ser pan comido. La señora Dawson puede daros acceso al interior hackeando as cerraduras electrónicas. El resto es cosa vuestra.

Os encontráis en la calle, frente al edificio. A estas horas el lugar está bastante transitado, así que pasáis desapercibidos entre la multitud. Tenéis un plano del lugar. Hay una entrada principal y una trasera. Debéis colaros por esta última. Por desgracia, al forzaros en la sala de archivos activaréis la alarma, y la salida por cualquiera de las puertas quedará anulada. Debéis escapar desde la azotea, volando. Frederick ha estado practicando mucho estos últimos días, y por lo menos puede asegurarse de que en medio de un vuelo no comenzará a caer en picado.

Ha llegado el momento, el resto ya depende de vosotros.

Anton y Adam, Nueva York

Lleváis unos días alojados en un hotel. Parece que a Adam el dinero no se le acaba de ninguna forma. Siempre que le preguntas esquiva el tema. Desde que llegasteis a la ciudad en avión no habéis vuelto a saber del tipo que os encontrasteis en pleno vuelo. Adam dice que se encargó de él y que no hace falta que te preocupes.

Adam ha estado muy concentrado últimamente, tratando de ver el futuro. Ha estado unos días sin poder ver nada claro, pero ahora ya ha comprendido del todo sus últimas visiones. Tenéis que dirigiros a un hospital, a ayudar a alguien. Y después de eso tenéis que ir sin falta a un edificio en concreto de Nueva York, donde debéis salvar a dos personas de la Corporación.

No tardáis en subiros a un taxi y en dirigiros al hospital que ha visto Adam en sus visiones. –Allí hay una chica que vi hace unos días, la noche que te salvé de Sophie. Estaba dentro de un edificio que se derrumbó. Ella está bien, pero hay otra chica en su misma habitación. Ésta no tuvo tanta suerte.- Adam te va susurrando, tratando de que el conductor del taxi no se dé cuenta. –Necesito que cures a esa chica. Ella puede ayudarnos en un futuro no muy lejano. Luego tendremos que dirigirnos a un edificio de la Corporación. Dos personas corren peligro, están tratando de infiltrarse ahí y conseguir unos documentos. Nosotros tenemos que salvarles cuando les capturen.

Justo cuando te acaba de explicar la situación el taxi se detiene. Habéis llegado al hospital. Adam se baja del coche y paga al taxista. Cuando bajas el taxi se aleja rápidamente. Suspiras mientras observas el edificio. Hay que concentrarse en ayudar a esa chica.

El plan de la mujer no parecía demasiado difícil, entrar coger y salir volando ( esto último literalmente ). También nos había dejado claro que la cosa se podía complicar si es que aparecía gente con otras habilidades como las teníamos nosotros, pero ya habíamos dicho que lo íbamos a hacer así que hace ya algunos días que perdimos la oportunidad de retirarnos.

En todo este tiempo no había querido llamar a Sarah, por miedo de que me localizaran y también había dejado apagado su teléfono móvil. Sabía lo suficiente de las tecnologías como para saber que dejarlo encendido sería como marcar una X en un mapa y mandárselo a los que nos perseguían por correo certificado.

Esos días de planeo y de preocupación también los aprobeché para dar unos paseos a Fred a altas velocidades, para que se acostumbrara, ya que si teníamos que entrar al edificio como una exalación iba a necesitarlo entero si la cosa se complicaba. Además su vuelo parecía haber mejorado bastante. La verdad es que le ponía fuerza de voluntad y seguro que no tardaba en hacerlo con los ojos cerrados, ya que seguramente, tendría incluso más arrojo que yo misma.

Observé unos instantes el edificio, resoplando antes de volverme hacia mi compañero y hablar con él.

- Bueno, pues aquí estamos, espero que todo salga bien. Si no es así, que sepas que ha sido un placer haberte conocido. - Mi intención no era ser una " ceniza " sino más bien, decirle que a pesar de la situación me había gustado conocerle. - Cuando estés preparado dame la mano que vamos a echarnos una carrerita hacia el interior para bajar el desayuno.

La realidad siempre termina superando a la ficción.

Jamás podría haber imaginado que la apacible señora Dawson fuese quien es. No solo conoce la existencia de gente con poderes, sino que esta metida de lleno en un mundo de profecias y conspiraciones. ¡Incluso es toda una hacker!

Me he esforzado mucho durante el entrenamiento. La inconsciente valentia me ha llevado a tomarmelo muy en serio. Me siento un heroe, un heroe de pelicula.

Cada vez controlo más mi vuelo y poco a poco voy acostumbrandome más a la velocidad, aunque sigue sin gustarme no tener el control sobre ella. Aun sigo detestando ser la mochila de Kate... aunque al menos ya no me mareo.

Estamos a un paso de comenzar la aventura. El corazón me late a cien por hora y nota como la adrenalina me invade.

-Estoy listo. -digo mientras estrecho la mano de Kate-

 Frederick estrecha férreamente la mano de Kate, esperando lo que tiene que venir. Entonces Kate, rauda, se desplaza a una velocidad vertiginosa hacia la puerta trasera del edificio. Vais tan rápido que nadie parece darse cuenta de vuestra presencia. Kate se adentra en un estrecho callejón que hay junto al edificio. Como os había indicado la señora Dawson, allí se encuentra una puerta de metal. Parece que no tiene cerradura.

La señora Dawson, que está monitorizando la misión, os habla por los transmisores. –Bien, chicos. Vamos a comenzar. Primera puerta, abierta.

Escucháis un “click”, y la puerta cede como si alguien le hubiera dado un empujoncito. Entráis en el edificio y la puerta se cierra detrás de vosotros. Habéis accedido a un pasillo. A vuestra izquierda hay unas escaleras. Más adelante, a la derecha, hay una puerta. Y al fondo del pasillo podéis ver como éste se conecta a otro, horizontal.

Unos alógenos iluminan pobremente el lugar. Todo está sumido en el más absoluto silencio, parece que ha sido un acierto entrar por detrás. La señora Dawson vuelve a hablaros por los transmisores. –La sala de archivos debe de estar en la primera planta, tendréis que subir por las escaleras. Cuando subáis os encontraréis con un pasillo con varias puertas a un lado y otro. Ignoradlas e id hacia el fondo. Entonces accederéis a otro pasillo, id por la derecha hasta llegar al fondo. Entonces, a mano derecha, encontraréis una puerta diferente a las demás. Estará reforzada mediante una aleación especial, de un color oscuro. Después de salir de la sala de archivos tendréis que volver hacia las escaleras y seguir subiendo hasta arriba del todo. El edificio tiene 4 plantas más por encima de la primera. Cuando lleguéis a la sala de archivos os seguiré dando indicaciones. En principio no deberíais encontraros con nadie, de momento. Hoy los agentes deberían estar concentrados en la puerta principal y en la segunda planta.

Parece que os ha dado muchas indicaciones de golpe, tardáis unos segundos en acabar de asimilar toda la información. –Buena suerte.

Me paré lo suficiente para dar tiempo a la mujer a abrirnos la puerta y ya de paso mirara a Fred a ver si se encontraba bien. Ya sabía que estos paseitos no le gustaban más bien nada, pero era la mejor forma de entrar sin que nos vieran. Además, no sabía por qué era tan reacio a la velocidad, yo por mi parte, estaba deseando que me diera un paseo por el aire, aunque siempre y cuando no me dejara caer..

Asentí con la cabeza de nuevo, mirando a mi compañero y volví a agarrar su mano para subir las escaleras y echar a correr ignorando todas las puertas como ella había dicho hasta llegar a la del fondo, la que no era como las otras.

Imaginaba que habría cámaras de seguridad en todas partes así que al llegar a ella la exámine, pero sin dejar de moverme, ya que tendrían que pasar una grabación a una velocidad muy lenta como para percatarse de nuestra presencia. Ahora lo suyo era comprobar si la puerta estaba abierta o si la señora Dawson nos la podía abrir.

Sonrió, ayudar a otros me gustaba, veríamos a ver a quien tenia que salvar ahora. Espere a que fuera a entrar y le seguí. El me había salvado ya dos veces, así que confiaba y bastante en el. Dudo que me tendiera una trampa. Pero la prioridad ahora esa chica. Veríamos a ver que le ocurría. Aun no sabia si mi poder tenia limites, espero que no por si se encontraba muy mal.
Con paso decidido iba detrás de Adam. Todas estas dudas rondaban mi mente hasta el momento en el que me llevo hasta ella.

 Adam y tú os adentráis en el hospital, pero ni siquiera os paráis en recepción para informaros de la habitación a la que tenéis que ir. Parece que Adam ya sabe exactamente lo que tiene que hacer. ¿Y cómo no? Es alguien que puede ver el futuro, aunque a veces parece que las visiones no se lo muestren todo. Aunque por suerte, parece alguien que no se deja impresionar por nada. Siempre está preparado para todo.

-Seguramente te preguntarás si tu poder tiene límites en cuanto a la capacidad de regeneración. Por nuestro bien, te diré que he visto como consigues ayudar a esa chica. Y luego ella nos ayudará a encontrar a alguien. Tuve que dejar mi teléfono móvil en el avión.

Seguís caminando por los pasillos, en busca de la habitación a la que tenéis que llegar. Por el camino Adam te advierte de que te eches a un lado, y justo después de apartarte pasan unos médicos corriendo con un paciente en camilla. Por un momento te da la sensación de que Adam ha estado ensayando todo esto, pues le sale a la perfección.

Finalmente llegáis a la habitación. En su interior hay dos pacientes, dos chicas. Una de las dos, la que queda más cerca de vosotros, está dormida. Adam se dirige hacia la que está más apartada. Ésta está conectada a varias máquinas.

-En coma.- Dice Adam, tajantemente. –La ingresaron porque quedó atrapada en el derrumbamiento de un edificio, aunque estaba estable. Entró en coma cuando su poder se manifestó.- Adam fija su mirada en la chica, como si estuviera apreciando algo proveniente de ella. –Tienes que despertarla del coma. Estoy seguro de que podrás.

-Ya hemos llegado -digo entre susurros, haciendo gestos dando a entender lo importante que es no hacer ruido. Aunque es obvio no puedo evitar hacerlo-

En realidad, la situacion me queda grande. Ni siquiera se si la señora Dawson me esta escuchando al otro lado por el transistor. 

Al igual que Kate, inspecciono la puerta como puedo entre tanto movimiento. Si correr sobre llano me disgusta, el subir la escalera a esa velocidad no ha hecho mas que afianzar mi opinion sobre las dichosas carreritas.

De momento sigo con mi papel observador, intentando no perder los nervios ante lo que me espera.

Después de otra de las rápidas carreras de Kate, conseguís llegar hasta la puerta que os ha indicado la señora Dawson. Kate se percata de que hay cámaras de seguridad, pero parecen apagadas. Se ve que la señora Dawson ya se ha encargado del asunto.

-A ver, chicos. Esto va a costar un poco. Voy a tener que forzarla desde aquí…- Pasan unos segundos. Simplemente esperáis que la puerta se abra sin más, pero os sorprendéis al ver como una extraña descarga comienza a rodear la puerta, concentrándose en la cerradura electrónica que tiene a un lado. Finalmente, la cerradura emite un leve pitido antes de apagarse por completo, y escucháis un “clack”. La puerta ha cedido y ahora podéis acceder al interior.

La verdad es que no estáis seguros de lo que os vais a encontrar en esa sala, pero nada más entrar vuestras dudas se disipan. Aparenta ser una sala de archivos normal y corriente, llena de archivadores y estantes con cajas. –Los documentos que buscáis son algo antiguos. Deben de estar en una caja más vieja que las demás. Generalmente las más antiguas se van acumulando al fondo de la sala. Debéis buscar en la sección de Proyectos, letra A. Encontraréis una caja  en la que pone Ares. Debéis extraer los documentos referentes al sujeto “0001”, Harry Sanders.- Se escucha una pausa, parece que la señora Dawson se ha entretenido con algo. –Chicos, tratad de no tocar nada más. Y daos algo de prisa, no podemos perder más tiempo.  

En cuanto la señora Dawson abrió la puerta pasamos al interior y por suerte, no fue demasiado difícil localizar los papeles que veníamos a buscar. Sonreí a mi compañero al abrir la caja, aunque lo hice usando las mangas de mi ropa como guantes, tratando de que mi piel no tocara en ningún momento nada, y mucho menos, que mis huellas dactilares quedaran grabadas. No tardé nada en estar lista para volver a salir de allí corriendo y le volví a tender la mano a Fred mientras susurraba.

- Bien, una carrerita hasta la azotea y luego te toca enseñarme las vistas de la ciudad desde el cielo. ¿ Preparado?

Esperaba que tuviéramos el suficiente tiempo para salir de ahí antes de que sucediera nada extraño o de que nos encontraran, ya que no me apetecía tener que pelear con nadie, más que nada, porque mi concepto sobre las peleas era darle un buen sopapo a un tío al que se le iba la mano en un bar de copas. La gente que tendría que defender todo esto sería sin duda muy peligrosa, pero mirándonos a Fred y a mí, podíamos dar cualquier cosa menos miedo.

Maldita sea... otra vez las escaleras...

Poco a poco mi valentia se ha ido convirtiendo en frustración. Basicamente mi unica función hasta ahora, ha sido la de paquete. Y sinceramente no me gusta la idea de ser un secundon siempre a rastras de Kate. De nuevo me esperaba otro viajecito a toda velocidad escaleras arriba.

Pero eso esta a punto de acabar. Una vez arriba, es mi turno. Ya era hora...

Quiero colaborar activamente, quiero servir para algo más que para quejarme constantemente de la velocidad. Yo tambien quiero ser un heroe.

-Si, lo estoy. Una vez arriba sera mejor que te agarres bien, te voy a devolver todos estos paseitos... -sonrio levemente con un poco de chuleria, tengo ganas de revancha-

Me acerco a ella y pongo una mano sobre su cabeza tratando de canalizar mi poder. Dejo fluir la energía que me invade al cuerpo inerte y trato de entrar en ella con mi energía para expandirla por su cuerpo. Ello me causa cierto cansancio así que me siento a su lado en la cama, teniendo aun la mano sobre su frente. Me costaba saber si le estaba ayudando, pero me empezaba sentir algo mas débil. Lo cual podía ser una buena señal.

 Sientes como tus energías te abandonan, lentamente. Adam permanece callado, como si estuviera viendo por segunda vez la misma película. De momento parece que lo estás haciendo bien…

Pasan los minutos, y cada vez te sientes más cansado. Adam cierra los ojos, tratando de vislumbrar el futuro de nuevo. Luego los abre y se acerca a ti. Posa su mano sobre tu hombro y se dirige a ti con palabras tranquilizadoras. –Ya está. Es suficiente.

Sin darte tiempo a levantarte ves como la chica abre los ojos. Se frota los ojos varias veces hasta que recupera la vista completamente. Cuando os ve a su lado se asusta. -¿Quiénes sois? ¿Qué hacéis aquí?

Adam sonríe y os presenta. Tras varios minutos consigue convencerla de que os ayude. ¿Pero ayudaros a qué? Te sientes confundido, esa chica acaba de despertarse de un coma, ¿cómo puede ayudaros? Sea como fuere, parece que las palabras de Adam consiguen arrancarle un testimonio. –Bien pues, poco después del accidente en el derrumbamiento me ingresaron aquí. Cuando ya me estaba recuperando comencé a sentir una extraña sensación. En ese edificio me separé de mi hermano, que se quedó ahí dentro… Yo tenía muchas ganas de saber donde estaba. Y… un día, al cerrar los ojos, pude verlo. Estaba en un lugar que no pude reconocer. Una habitación pintada de blanco, antiséptica. Una habitación como de hospital. Pero no como las de este, ni como las de ninguno que conozca.

La chica agacha la cabeza y Adam se acerca a ella para consolarla. Y acto seguido le pide un favor. Necesita que encuentre a la chica que la salvó en el derrumbamiento. Ella se ve extrañada. -¿Esa chica pelirroja que me salvó? Creo que es amiga de mi compañera de habitación.

Adam comienza a perder su sonrisa, y le pide de nuevo que encuentre a la chica. Adam, como si ya viniera preparado de antemano, se saca un plano de Nueva York y un rotulador del bolsillo de la chaqueta. Extiende el primero y le tiende el rotulador a la chica. Ella al principio parece no saber qué hacer. Pero después de concentrarse durante unos segundos marca un pequeño círculo en el plano. –Allí está.

Mire el mapa, no conocía nada New York así que tampoco me decía mucho el lugar que señalo la chica. Su poder era curioso, al menos eso parecía. Si podía localizar a las personas de esta manera nos seria de mucha ayuda.

Tenemos que ir ahí ahora Adam?

Le pregunte mientras miraba a su amiga y pensaba si la tengo que curar o no.

Os agarráis fuertemente de la mano mientras subís por las escaleras a toda velocidad. Podéis escuchar como una alarma comienza a sonar, parece que la señora Dawson no ha podido evitar que os descubran antes de tiempo. Pese a saber que os han detectado seguís a toda velocidad hasta arriba del todo. Os topáis con la puerta de acceso a la azotea, que cede con un empujón.

Kate se detiene en pocos metros ante la puerta. Frederick tarda un poco en volver en sí. Ante vosotros se encuentra la señora Dawson, sonriendo. Pese a lo extraño de la situación sentís una gran confianza. –Muy bien, chicos. Sabía que lo conseguiríais. Ahora necesito que me deis los documentos. Rápido, el destino de todos depende de ello.

Aún no acabáis de creéroslo. ¿Qué hace ahí? ¿Y por qué parece tan ansiosa por tener los documentos? Pese a las dudas, notáis que tenéis que ir ante ella y entregarle los papeles. 

Adam frunce el ceño, parece que conoce el lugar donde ha ido a parar la chica a la que busca. Tras darle las gracias a la chica le dice lo siguiente. –Tu hermano está encerrado en algún lugar de Pennsylvania. No intentes encontrarlo aún, estate pendiente del cielo. Cuando sea el momento lo sabrás, y entonces deberás ir a encontrarte con él. Hasta entonces, trata de vivir una vida normal.

Dicho esto Adam te coge del brazo, apresuradamente. –Rápido- te susurra al oído. –No hay tiempo que perder, les han tendido una trampa. Pero ahora ya sabemos donde están. No tardaremos en llegar, espero que el futuro cambie…

Salís del hospital y Adam para un taxi, cuando subís en él Adam le comunica rápidamente al taxista vuestro destino, y le ofrece un cuantioso pago por llegar lo más rápido que pueda. Vuestra improvisada carrera ha comenzado.  

Me detuve delante de la puerta, pero había algo que no me cuadraba. Sí, aquella mujer me inspiraba una confianza casi ciega, pero después de haber estado en la carcel la confianza se te hace como una utopía, por muy cerca que estuviera de alguien me costaría confiar y más, si a esa mujer no hacía demasiado que la conocía.

¿ Qué hacía ahí esa mujer? Esto todo me olía muy pero que muy mal y por mucho que Fred confiara en ella, supuse que también se habría dado cuenta de que uno más uno en este caso resultaban ser más de dos.. y las matemáticas nunca mienten..

No teníamos mucho tiempo antes de que vinieran a darnos caza y no, no iba a volver a dejar que me encerraran de nuevo y mucho menos, porque nos acabaran de tender una trampa y hubiéramos caído como idiotas en ella. Si Fred podía volar y yo correr.. ¿ por qué no podía haber también alguien que cambiara por ejemplo de forma? No me iba a quedar a averiguarlo.

- Eso no te lo crees ni tú! - Respondí a la mujer a la ver que usaba la velocidad para empujarla, ya que necesitaba que a Fred le diera tiempo a concentrarse para que nos pudiera salvar el culo a los dos.