Partida Rol por web

Tras la discusion y el cambio radical de Alvaro, me acerco hasta el, poniendo mi pequeña mano en su hombro y sonriendole. - No les hagas caso... No te pongas asi, nunca me podria haber imaginado que te me pusieran en plan disgustado y te callaras. ¿!Tu callado!? Inadmisible, antinatural.... - Le sonrio ampliamente, buscando anirmarle y me siento a su lado, mirando a mi alrededor - Creo que discutir no sera la mejor opcion ahora mismo... asi que mejor nos callamos todos y relajados, intentamos averiguar que hacemos aqui y por que cojones soy un crio... - Entonces desvio mi mirada a la asiatica - ... y por que Waltercito esta ahora tan guapa y mona - Termino con una carcajada tan infantil como burlesca.

El pequeño se acerca a Álvaro tras la discusión. Posa su pequeña mano sobre su hombro, con intención de animarle. Entonces sonríe.

- No les hagas caso... No te pongas así, nunca me podría haber imaginado que te me pusieran en plan disgustado y te callaras. ¿!Tú callado!? Inadmisible, antinatural.... – se sienta a su lado y mirando a su alrededor. - Creo que discutir no será la mejor opción ahora mismo... así que mejor nos callamos todos y relajados, intentamos averiguar que hacemos aquí y por que cojones soy un crio...- El niño desvía su mirada hacia la mujer asiática. ... y por que Waltercito esta ahora tan guapa y mona.

Termina con una infantil y burlesca carcajada.

 Manteniendo silencio Walter enrojece ante las palabras de Joel y se muerde el labio inferior con claro nerviosismo y vergüenza. Aquella situación le resultaba tan incomoda que durante unos instantes se limita a permanecer en su rincón sumido en sus pensamientos mientras escucha de fondo la discusión que mantienen Joel y la mujer desconocida. Poco después escucha como William en su versión crió vuelve a reírse de el por la su transformación en mujer.

La mujer asiática enrojece ante los comentarios de los que parecen ser sus compañeros. Comienza a morderse el labio inferior con nerviosismo. Finalmente abre la boca para intervenir.

-¡He ya basta!- Exclama de golpe fulminando a William y ha Joel con la mirada. -No es momento de frivolidades... e perdido mis poderes, así que menos risas porque si ocurre cualquier putada no podre sacaros de aquí ni protegeros.- Responde con voz seria.

Con confianza se mueve hacia el centro de la sala y mira a los que parecen ser los componentes del otro grupo.

-Ha ustedes no les conozco, pero deduzco que se encuentran en nuestra misma situación, por lo cual creo que lo mejor sería presentarnos adecuadamente, he intercambiar toda la información posible antes de que el Maestro de Los Sueños comience con otro de sus "juegos".- permanece unos segundos en silencio. Finalmente suspira mientras se pasa la mano por la nunca y niega con la cabeza.

-Pese a que por mi aspecto actual, parezca raro, me llamo Walter Bailey y hasta hace varias semanas trabajaba como instalador de equipos telefónicos para la empresa "Terra Networks" pero entonces descubrí, que tengo una "habilidad especial" y todo se fue al garete...- Un parpadeo nervioso traiciona su aparente compostura.- Soy telépata, y puedo escuchar los pensamientos ajenos y visionar los recuerdos de las personas que me rodean... Aparte soy un creador de realidades lo que me permite crear ilusiones mentales para manipular la realidad a mi antojo...

-El "simpático" bocazas es Joel.- Comenta señalándole sin mirarle siquiera.- Un timador nato y un salido que tiene la aptitud de ser casi indestructible.

-Y el muchachito, no tiene nada de niño y se llama William, un abogado que literalmente "explota" carbonizando todo lo que halla a su alrededor cuando se disparan sus emociones.

El pequeño frunce el ceño mirando a la asiatica - No creo que lo que haga o deje de hacer ahora importe... Cuanto menos sepan de mi poder, mejor para todos. Ya sabes, por el echo de que puedan acercarse a mi y darme la mano sin miedo... - Finaliza con un suspiro. - Walter, deberias relajarte tu tambien. Vale que quizas ahora no puedas salvarnos el culo pero si todos nos relajamos, seguro que saldremos de aqui rapido y cuerdos. -

Tras apenas un segundo en el que parece que ha terminado de hablar, exclama - !Ademas! Yo no exploto - Finaliza sonriendo levemente, intentando calmar el ambiente y sosegarlo.

Ante las palabras de la mujer asiática el pequeño frunce el ceño mientras la mira. -No creo que lo que haga o deje de hacer ahora importe... Cuanto menos sepan de mi poder, mejor para todos. Ya sabes, por el echo de que puedan acercarse a mi y darme la mano sin miedo...- finaliza dejando ir un profundo suspiro.

-Walter, deberias relajarte tu tambien. Vale que quizas ahora no puedas salvarnos el culo pero si todos nos relajamos, seguro que saldremos de aqui rapido y cuerdos.- se mantiene en silencio durante varios segundos. Entonces exclama. -!Ademas! Yo no exploto- sonríe levemente, tratando de calmar el ambiente.  

Sonrío amablemente a William y le guiño un ojo, quitándole importancia a mi mosqueo. Sin embargo, a Walter, lo fulmino con la mirada por ese comentario que acababa de hacer sobre mí. Yo lo había halagado excesivamente desde que me había dado cuenta de que era él, es decir, bromeaba con él... Y él por el contrario seguía siendo igual de formalito y... hasta más bocazas que yo. En estos momentos, ellos ya sabían de todo sobre nosotros, y nosotros no teníamos ni idea de nada sobre ellos. Por eso creo que le ha tocado la telepatía... Porque debería callarse la puta boca y hablar con la mente, que al menos, no la caga tanto. Una vez termina de hablar, niego con la cabeza.

- Y dale, ojos de almendra. ¿Quién es Joel? Mi nombre es Álvaro Pereda, joder... Y según la sala soy un pederasta. Nada de timador, ni de salido... ¿Y qué es eso de casi indestructible? - Le miro a los ojos, con ganas de entrar en su mente e hincharlo a patadas, porque nos había dejado con el culo al aire. Ellos ya sabían lo que hacíamos, nosotros no sabíamos lo que ellos hacían. Quién sabía si en este juego, el niño quería que "malos" y "buenos", y no me consideraba entre ninguno de ellos, o de ambos, se conocieran y esas cosas... - No, no te he pedido que me respondas, te estaba pidiendo que te callaras.- Digo unos instantes antes de que intente responderme. - Aunque si nos quieres hacer un resumen de tu ficha antropométrica...pues adelante.- Vuelvo a negar para mí. Miro a los otros tres. Luego vuelvo la vista hacia William y le revuelvo el pelo. - Pequeñín... ¿Por qué no incineras a Lucy Liu? - Finalmente, me pongo en pie, encarando a la asiática. - Walter, me llamas bocazas... Pero lo tuyo no tiene nombre. - Pienso unos instantes lo que voy a decir, y finalmente, encuentro un buen anzuelo para llamar la atención y desvelar las intenciones de nuestros otros tres acompañantes. Sandra es la clave...

- Sí, tío, no me mires así. En primer lugar, no vuelvas a hablar de mí de esa forma, no te lo permito por muchas tetas y culo que tengas ahora. Tú que eres tan prudente... ¿Te parece lógico lo que acabas de hacer? Quién te dice que no son colegas de Sandra - este nombre lo pronuncio más alto, en busca de alguna reacción por parte de los otros tres - ¿Tu puta intuición? ¿ O la telepatía que ya no tienes? - Vuelvo a negar para mí. - Es que no lo entiendo, tío... Tú que hablabas de tener cuidado y de que el puto Maestro de los Sueños ese de los cojones podía estar escuchándonos y no se qué paranoias varias, vas exhibiéndonos ante los demás como si fuéramos monstruos de feria. No, Walter, las cosas no funcionan así. Yo me he guardado el hecho de desvelar nuestras identidades porque aún no sabemos con quién estamos, y tú vas... Y lo revientas. - No puedo evitar exhalar un suspiro. Mis ojos se vuelven hacia la mujer afroamericana, y la niña, con la que no sé si aún está hablando, aunque imagino que no. Avanzo unos pasos hacia delante, tranquilamente, por si acaso me pide que me detenga o algo por el estilo. - Sé que te dije que me iba a callar la puta boca, pero aquí el gordito sabe cómo hacerme hablar. Oye, ¿Cómo os llamáis? Además de Anton y Fred - Sonrío pícaramente. Asiento a su respuesta y luego, le lanzo otra pregunta, esta vez más bien dirigida a ella y a la pequeña. - Imagino que vosotras también sois wonderwomen... ¿Habéis escuchado ese crujido? El de antes de que Walter abriera la boca... - Esperando la respuesta, niego para mí, y murmuro para mí mismo también. - ¿Por qué siempre a mí, joder?... ¿Por qué?... - Niego de nuevo, mientras vuelvo la vista a Jessie y la pequeña en espera de su respuesta.

Álvaro sonríe amablemente al niño, tratando de quitar importancia a su enfado. Sin embargo fulmina con la mirada a la mujer asiática, y no tarda en negar la cabeza y volver a abrir la boca.

-Y dale, ojos de almendra. ¿Quién es Joel? Mi nombre es Álvaro Pereda, joder... Y según la sala soy un pederasta. Nada de timador, ni de salido... ¿Y qué es eso de casi indestructible?- entonces le mira a los ojos. Todos os sentís extraños ante esa mirada, sentís como si pudiera llegar a penetrar en vuestros interiores con solo estar a su alcance. Se escucha un crujido de nuevo, esta vez más leve. -No, no te he pedido que me respondas, te estaba pidiendo que te callaras.- hace una corta pausa, sin dar tiempo a que le respondan. -Aunque si nos quieres hacer un resumen de tu ficha antropométrica...pues adelante.- mira a los otros tres. Luego mira al pequeño y le revuelve el pelo. - Pequeñín... ¿Por qué no incineras a Lucy Liu?

Entonces se levanta, en un brusco movimiento. El aro metálico de su cabeza parece moverse lentamente, como si no estuviera completamente sujeto. El hombre encara a la asiática. - Walter, me llamas bocazas... Pero lo tuyo no tiene nombre. – durante unos segundos sigue fulminando a la mujer con esa penetrante mirada. -Sí, tío, no me mires así. En primer lugar, no vuelvas a hablar de mí de esa forma, no te lo permito por muchas tetas y culo que tengas ahora. Tú que eres tan prudente... ¿Te parece lógico lo que acabas de hacer? Quién te dice que no son colegas de Sandra- este último nombre lo pronuncia en voz más alta, enfatizándolo. -¿Tu puta intuición? ¿O la telepatía que ya no tienes? – Vuelve a negar para sí mismo. -Es que no lo entiendo, tío... Tú que hablabas de tener cuidado y de que el puto Maestro de los Sueños ese de los cojones podía estar escuchándonos y no se qué paranoias varias, vas exhibiéndonos ante los demás como si fuéramos monstruos de feria. No, Walter, las cosas no funcionan así. Yo me he guardado el hecho de desvelar nuestras identidades porque aún no sabemos con quién estamos, y tú vas... Y lo revientas.- exhala un suspiro. Sus ojos miran ahora a la mujer afroamericana y a la niña. Avanza unos cuantos pasos hacia ellas.

-Sé que te dije que me iba a callar la puta boca, pero aquí el gordito sabe cómo hacerme hablar. Oye, ¿Cómo os llamáis? Además de Anton y Fred- sonríe pícaramente mientras asiente con la cabeza. -Imagino que vosotras también sois wonderwomen... ¿Habéis escuchado ese crujido? El de antes de que Walter abriera la boca...- ahora parece no haberse dado cuenta de los demás crujidos, pues todos los demás los habéis escuchado perfectamente.

-¿Por qué siempre a mí, joder?... ¿Por qué?...- pese a que murmura estas palabras en voz baja todos alcanzáis a escucharlas, por un momento, en vuestras mentes...

En ese momento se escucha un crujido aún mayor que todos los que habíais escuchado antes. Y el origen es el aro metálico que tiene Álvaro en la cabeza. Todos os quedáis absortos, observando como el objeto plateado comienza a vibrar, entonces se parte completamente y cae a los pies de su antiguo portador.

Sólo por unos segundos…

Un torrente de voces…

Una cascada de emociones…

Todos los pensamientos de Nueva York concentrados de nuevo en un único punto…

Álvaro cae de rodillas al suelo mientras siente que por su cabeza pasan miles de imágenes y sonidos que no consigue atribuir a nada coherente. Por unos momentos siente su cabeza a punto de explotar. Y luego… nada… El más absoluto silencio.

Todo vuelve a la normalidad en su mente, excepto por una extraña sensación de vacío que le producen los aros metálicos de los demás.

Joel, el don de tu avatar ha sido liberado. Ahora mismo escuchas el silencio más absoluto, pero poco a poco sientes como tu conciencia se expande por el ambiente, captando pensamientos ajenos. Lo único que permanece vedado a ti son las mentes de las personas que hay en la sala. Y muchas otras más que consigues localizar más que nada por la sensación de vacío que te producen los aros metálicos.

En tu cabeza resuenan varias palabras. “Catalizadores” “Onda mental” “Efectos secundarios” “Sucesos imprevistos” “Proyecto Hermes en marcha…”

Después de escuchar la conversación de la gente, que al parecer ya se conocía, paso lo del aro, me quede perplejo en un primer momento pues no entendía o que realmente pasaba. Mi curiosidad anterior, que me había mantenido en silencio parece que estaba a punto de acabar.

Antes de decirle nada me paro un segundo y escucho durante un rato todo lo que dicen mirandoles con mi inocente mirada. La discusion entre ellos a desvelado datos interesantes sobre quienes son ellos y además a dejado en evidencia quienes son mis antiguos compañeros.

Vuelvo a pegar otro tiron de la chaqueta de Jessie/Kate y le susurro al oido:

-Kate, soy yo, Fred y me parece que Anton tiene que ser el viejo. -digo mientras señalo a Leonard, haciendo quizás demasiado evidente que nosotros tres formamos un grupo-

-No se si fiarme del resto. Parecen bastante alterados y entre ellos hay tension. Debemos ser prudentes con la información que les cedemos. No quiero caer en más trampas.

La pequeña vuelve a darle un tirón a la ropa de Jessie tras lanzar una última mirada a los otros tres. Entonces le susurra algo a su oído.

-Kate, soy yo, Fred y me parece que Anton tiene que ser el viejo. – dice mientras señala al anciano. Que observa la escena con incredulidad. Parece haberse asombrado bastante ante el suceso con el aro metálico de ese tal Álvaro.

-No se si fiarme del resto. Parecen bastante alterados y entre ellos hay tension. Debemos ser prudentes con la información que les cedemos. No quiero caer en más trampas.

Como un acto reflejo, a pesar de que sabía que no era una niña pasé la mano por su pelo, como quien intenta calmar a una criatura y respondo al susurro:

- Creo que aunque no me caigan nada bien, esta prueba nos incluye a todos, así que me parece que como mínimo debemos presentarnos y decir lo que podemos hacer.. esos aros rotos..

Estaba empezando a montar ese puzzle dentro de mi cabeza y ahora al menos, comenzaba a vislumbrar una pequeña luz al final del túnel, aunque seguro que no me iba a servir de mucho en todo esto.

Me incorporé tras hablar con la muchacha y entonces me presenté yo, aunque tratando de omitir lo que habían dicho en sus presentaciones o en sus comentarios.

- Aunque esta mujer se llame Jessie.. - dije tocando el cuerpo que me había tocado.. - Mi nombre es Kate y mi única habilidad es la de ser rápida, muy rápida.. - Bajé mi vista hasta mirar a la muchacha. - No veas lo que hecho de menos la adrenalina..

No quise dar ningún detalle más, aunque tampoco tenía ninguna habilidad tan espectacular como la de aquellos. Comenzaba a sentirme como el patito feo en todas partes.

Jessie pasa su mano por el pelo de la niña, como tratando de calmarla. Entonces le responde con un susurro.

Entonces se reincorpora y se encara a los demás. Se presenta.

- Aunque esta mujer se llame Jessie.. – dice, tocando con suavidad su cuerpo, como si tuviera entre sus manos algo que no es suyo.  -Mi nombre es Kate y mi única habilidad es la de ser rápida, muy rápida.. – baja la cabeza para mirar de nuevo a la pequeña. - No veas lo que hecho de menos la adrenalina..

Después de un rato de silencio y de examinar a los presentes. Además de ver su alrededor Anton n el cuerpo del viejo por fin dio muestras de vida. Al oír a la negra decir que era Kate sonrió.

Bueno yo soy Anton, supongo que te acuerdas Kate. – yo me acordaba del tipo de avión que hablaba en mi cabeza pro así decirlo y esto resultaba ser algo similar, tenia que ser algún tipo de efecto en nuestras mentes – No se lo que esta pasando, realmente. Pero esto me recuerda lo que me paso con Adam en el avión. Había un tipo que hablaba en mi cabeza, además de controlar mi cuerpo de alguna manera. Puede que sea lo mismo, aunque estando todos aquí reunidos me resulta muy raro.

Al decir esto me gire para poder examinar la “pared” y lo que tuvieras a nuestro alrededor. Yo no tenia ningún poder mental pero si era persistente sin duda. Algo debía indicarme que era todo esto y por que pasaba.