Partida Rol por web

El Teniente frena el vehículo frente a unas escaleras de hierro envejecido que suben por un pequeño agujero a través del techo. Por ahí se llega al exterior.

- Esta es la esclusa MCC58. Recordad que nos veremos a las veintitres cero cero horas en la esclusa MCC26.- A través de un callejero de Madrid explica al Sargento, aunque todos atendéis la explicación, donde se ubica dicho acceso.- Suerte.

Al final se detienen, y el teniente Furia inicia una breve explicación más el recordatoria con algo de jerga militar.

Aunque las palabras van dirigidas al sargento, Abraham asiente ante las palabras del teniente. Mientras su mente va recordando aquellas palabras con sumo detalle, nunca se sabía podría llegar el caso de encontrarse solo o con víctimas que no pudiesen valerse por sí mismas.

Un último gesto de asentimiento, y luego un saludo típico, seguido del vocablo “señor” aquello no era más que un saludo formal…

Luego se sitúa cerca de  su superior a la espera de sus órdenes.

¿Quién subirá primero?

- Nos veremos más tarde teniente- Dijo secamente el sargento y saludó firmemente, el teniente parecía un gran hombre y muy veterano pero era momento de estar con sus soldados.

- Bien escuadra, este es el mapa de la zona, puede que no sea 100% fiel a la realidad pero son los datos que nos ha podido proporcionar el mando. Bombas, te ocuparas de detectar si hay alguna trampa explosiva en la puerta de la esclusa, se supone que esto está vigilado y el enemigo todavía no ha llegado hasta aquí, pero no quiero correr riesgos innecesarios, comprobarás la puerta, si todo está bien, tú John reconocerás la zona, si todo está tranquilo, nos haras la señal y comenzaremos a avanzar hacia el hotel en formación de combate, así que Smith irá separado de nosotros 20 metros por delante para hacer de explorador y el resto iremos en cuña, conmigo a la cabeza.- El sargento hizo una pausa para coger aire y observar la cara de sus hombres, esperaba que estuvieran preparados.

- Cuando veamos el hotel nos juntaremos como escuadra y después de reconocer el terreno nos acercaremos por este edificio de la derecha, cubriendonos con él, puede que esté en ruinas. No tenemos equipo de asalto así que entraremos en el hotel por abajo, tened presente que si han tenido tiempo de fortificarse en el hotel, eso puede ser una trampa gigante, avanzaremos lentamente, Abraham cubrirá la retaguardia, John las ventanas y puertas adyacentes que nos encontremos y bombas y yo entraremos a la cabeza.- Esta vez se dirige solo a bombas- Repito, avanzaremos lentamente hijo, he visto demasiados hombres que por descuidarse un momento han acabado quemados hasta los huesos, esparcidos por la habitación o practicamente sin cara...- Vuelve a dirigirse a toda la tropa- Así que ya sabeis, cuidado, y es mejor pegar dos tiros para asegurarse, que luego lamentarse, los rehenes seguramente estén en la cuarta planta, así que ahi arriba tendremos que tener más cuidado a donde disparamos, sobre todo los calibres 7.72 y superiores.

- Recordad, son robots, son duros de pelar así que tendremos que ser precisos y contundentes, aunque se me ocurre que hay la posibilidad de que no nos cueste avanzar debido a armamento improvisado o trampas ocultas, aún así, cuidado. Lo principal es rescatar a Wataba, el resto son bajas asumibles, así que en cuanto le tengamos, nos volveremos siguiendo las instrucciones del Teniente Furia, ¿Alguna pregunta soldados?-

- Todo entendido, señor.- En la cabeza de John se empezó a formar el plan de acción a seguir. Era bueno que él estuviera de avanzadilla, ayudaría a cumplir con el objetivo.

John escucha atentamente al teniente furia y posteriormente al sargento, nada del otro mundo, otro dia la misma mierda, solo esperaba poder utilizar sus explosivos al menos alguna vez. 

-Nada que objetar, pero siempre es triste desarmar una bomba que alguien ha plantado con todo su cariño, aunque sea un puto alien.

Dice mientras echa un vistazo a la esclusa buscando cualquier indicio de bombas trampa.

Observas con atención la esclusa...Al parecer no hay peligro a la vista. Se puede salir sin temor.

 James concluye su examen.

Despejado, podemos salir sin convertirnos en ceniza.

- Muy bien, John, es tu turno, a tu señal saldremos, preparados soldados para avanzar en cuña a mi ritmo- Dijo el sargento mientras amartillaba su fusil para tenerlo preparado.

El soldado Kolk escucho atentamente, asintiendo de vez en cuando a los vocablos proferidos por el sargento. Dicha su posición en aquel plan Abraham sujeto con más fuerza su arma.

Estaba preparado.

Un comentario gracioso de “Bombas”, y luego solo quedaba esperar a Jhon.

-Apoyare desde atrás, pero no os quedéis con todo lo que os llevéis por delante dejadme alguno- comenta sonriendo dejando que el silencio volviera a reinar otra vez entre ellos.

Con un asentimiento, John sube por la exclusa y sale al exterior. No sabe que puede encontrarse ahí, pero no espera demasiado. Como el sargento ha mencionado, esta es una zona libre por el momento. Aun así, evitando riesgos innecesarios, prepara su arma.

Sales al exterior.

El sol ya ha comenzado a esconderse en el horizonte, por lo que la oscuridad llena las calles de Madrid. Un silencio frio recorre la avenida y te hace recordar lo que era una ciudad bulliciosa de hace bastante tiempo...Pero esos años ya pasaron.

Echas un vistazo a tu alrededor. No hay nada extraño ni con aspecto de alienígena. Todo parece tranquilo.

Pensando en una posible emboscada, John hace un reconocimiento por las calles adyacentes, fijándose a la par en posibles movimientos en  las ventanas. Esos bichos no nos van a pillar por sorpresa.

Te mueves por la calle con sigilo. Todo parece tranquilo hasta que en una avenida ves un objeto extraño; tiene forma circular y va moviendose en el aire impulsado por alguna fuerza que sale de su base. El aro más grande de su estructura gira trescientos sesenta grados mientras avanza.

Intuyes que debe ser algún equipo de vigilancia alienígena, que debe estar haciendo rondas por la ciudad. Afortunadamente no os ha localizado y se aleja de tu posición.

John se queda algo nervioso de ver allí el aparato. Puede haber más. Así pues, vuelve con mayor sigilo si cabe, hasta la posición de la entrada. Una vez allí le da su informe al Sargento.

- Sargento, las calles parecen estar despejadas, pero me he encontrado con un aparato de vigilancia aérea. No me ha detectado, pero parece que va realizando rondas por la ciudad. Puede haber más de uno.

La puerta volvió a abrirse y John apareció portando noticias.

- Mierda...estamos jodidos, seguramente sean termosensibles..., ¿Has comprobado la frecuencia de pasada?, si es así bien, si no, tendremos que lanzarnos al destino y tener suerte, no tenemos tiempo, habrá que contar con que no analice las emisiones térmicas...si alguien lo ve, que haga una señal, y nos tiraremos cuerpo a tierra, intentando estar lo más ocultos posibles a su visión ¿Entendido?, tenemos que movernos rápido, ya sabeis como actuar...

Después de sus órdenes se dispuso a salir tal y como lo habían comentado, John iría delante y apartado unos 20 metros del grupo como explorador, y el resto en posición de combate en forma de cuña, separados 3 metros uno de cada uno

- Lo lamento, señor, pero el examen preliminar no me dio oportunidad para tomar la frecuencia del objeto. Corría el riesgo de delatar mi posición, por lo que preferí reportarme antes. Pese a todo, si vuelvo a localizar al objeto les avisaré con antelación.- Siguiendo las órdenes, John volvió al exterior, y avanzó hasta la posición indicada, mientras los demás formaban en sus respectivas posiciones.

James amartilla el arma contra su hombro, traga saliva y sigue al sargento.

-Esto no hace sino que mejorar.(Notese el tono sarcastico)

Abraham se mantiene a la espera, observando su rededor., cuando al poco rato de desaparecer de la vista, Jhon, vuelve.

Bien un poco de dificultad al asunto le dará algo de emoción.

Abrahan no puede reprimir una sonrisa.

-Sin riesgos no hay premio…- comenta en una especie de susurro, aunque este puede ser oído por sus compañeros.

Luego simplemente coloca su cuerpo en una posición semi-agachada con su arma en ristre preparado para todo lo que se le viniera encima. Sin más inicia sus pasos, según como su sargento había ordenado, poniendo sus ojos en cada sombra o juego de luces.

Avanzáis por las calles en formación y en silencio sin encontrar ninguna oposición. Sólo queda girar a la izquierda para llegar a la avenida donde está situado el hotel.

Pero John, que está en la esquina asomándose, levanta la mano para que todo el mundo se detenga.