Partida Rol por web

Salieron del Gran Comedor tan solo para encontrar a Jackson tirado en el suelo, apoyado contra la puerta. No tenía buen aspecto. Pero claro, tampoco lo había tenido antes de salir, algo que era de lo más normal tras la batalla de información que había tenido lugar en su interior hacía tan solo unos momentos. 

Arianna dejó que fuera Liam el que hablara, quien se limitó a disculparse. No le quedaba muy claro que era lo que sentía Liam, de qué se disculpaba. Pero lo que importaba es que ya estaban los tres y nadie más a la vista. Claro que no podían fiarse de esa tranquilidad aparente. 

- Será mejor que busquemos otro sitio para hablar.- dice, en lo que es apenas un murmullo, pues le da reparo romper el momento entre los dos chicos. La puerta al Gran Comedor no era el mejor lugar para confesarse secretos y contarse verdades. 

Isaac tenía muy buen aspecto. No te sorprendió. Se sobreponía a las cosas tan bien como Janeth, y en este caso él no había sido afectado directamente por ninguno de los ataques. Aunque te hubiese gustado, esa explicación lógica no fue suficiente para evitar que sintieras un pequeño resentimiento hacia él. Era la única persona que había estado a tu lado desde lo del Faye y querías que así siguiese siendo. Pero, ¿hasta cuando aguantaría apoyando a la depresiva Vinny?

- Sabía que encontraría aquí - te sonrió - no quería que te fueras sin hablar contigo y... darte algo.

Su mano rozó el pantalón a la altura de su bolsillo pero no sacó nada. El corazón te dio un vuelco. La última vez que te habían dado un regalo habías estado con Ryan. De nuevo, sacó tiempo para quitarte los restos de lágrimas de la tus mejillas. Estaba empeñado en hacer que desaparecieran.

- Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿verdad? - solo Isaac era capaz de hacer esa pregunta sin ni siquiera inmutarse. Ni mejillas sonrojadas, ni duda ni debilidad en su voz. Analizándolo detenidamente, se podía decir que Isaac Fisher tenía más seguridad en sí mismo incluso que Ryan Jackson.

Por fin sacó aquello que estaba ocultando. Era una caja pequeña, las típicas en la que se guarda una joya. Sentiste de nuevo como tu pulso se aceleraba. ¿Estarías reviviendo lo ocurrido con Ryan? ¿Podrías soportarlo en ese estado? Antes de que ni siquiera pudieses decir nada, Isaac ya había sacado su contenido. Era un anillo en una fina cadena. No esperó a que reaccionaras. Antes de que te dieras cuenta ya lo tenias colgado del cuello.

Mathew estaba absorto en sus pensamientos. Paseaba la mirada por los terrenos del castillo, haciendo tiempo para hablar con Kate y coger fuerzas para decirle lo que tenía que decirle. También pensaba en lo que quería contarle a Kate, su mejor amiga, y en las consecuencias que eso tendría.

Tan absorto estaba que ni siquiera la oyó llegar. Cando se sentó a su lado tardó varios segundos en mirar a su lado. No quería tener esa conversación. Quería huir, pero no iba a hacerlo. No esta vez. Fue ella la que empezó a hablar y cuando terminó Mathew comprendió que no había entendido nada de lo que había pasado y pasaba por su mente. No se había alejado porque se sintiese mal él. Se sentía por ella. Aún así esbozó una sonrisa cuando dijo lo de sentirlo por dar un beso.

No es eso, Kate. Empezó, midiendo las palabras. Se armó de valor para mirarle a los ojos. Que bonitos. Nosotros... Hemos sido mejores amigos desde que nos conocimos. Inseparables. Contigo estoy más a gusto que con nadie y... he podido ser yo mismo.

Todo aquello era cierto, pero había un problema. Pero hace años empecé a sentir más cosas por ti. De verdad, no sé como no te has enterado. Lo sabía todo el mundo que nos conocía medianamente bien. Menos tú, aunque tal vez en el fondo lo supieses. La cosa es que... Bueno, desde lo de Lucas empecé a sentirme culpable. Le querías y él te quería mucho. Y lo hicimos, Kate. Lo hice con tu novio. Te traicioné a ti, a Lucas y a mí mismo. Sé que yo fui la razón de que cortases con él y en su momento me pareció bien, estabas libre. Pero ahora la historia se ha repetido, con Liam, y por mucho que le doy vueltas, siempre llego a la misma conclusión. Yo no dejaré que seas feliz con nadie. No al menos hasta que deje de sentir lo que siento por ti.

Al decirlo Mathew se sintió extrañamente reconfortado. Ya no había secretos... Salvo ese inconfesable, claro.

Le miró a los ojos. Esos intensos ojos azules que siempre había admirado y de los que no había caído hipnotizada hasta ahora. Veía a Matt con otra luz. No era su hermano, por supuesto que no. Y después de aquel beso...

Concéntrate, Kate.

Su mirada pasó a sus labios. Lo cierto es que Matt era guapo. No era perfecto, por supuesto que no. Pero era guapo y nunca la había traicionado.

Concéntrate, kate. Estás confusa.

Carraspeó, apartando la mirada de esos labios, de esos ojos y miró al frente. Seria. Intentaba pensar con claridad.

- No estoy tan segura de eso.- ¿De qué no estaba segura? Había sido una respuesta de lo más ambigua. Quedó abstraída en sus propios pensamientos durante un minuto, y después habló. Era Mathew. Siempre le había contado todo. Y le era imposible no seguir haciéndolo.- ¿No te has parado a pensar por qué he dejado a Lucas o por qué he dejado a Liam?- estaba reflexionando más que dando razones.- Tú felicidad es mi felicidad, Mathew. Si he sido capaz de abandonar a quienes creía amar por ti... algo significará. Porque eso no lo habría hecho por Jason, por ejemplo.- Estaba recta, pensativa y altiva. Con la cabeza alta. Pero no le miraba aún.- Tampoco lo habría hecho por Clarissa.- continuó. Volvió la pausa. ¿Qué le había dicho Lucas hacía un momento?- Lucas antes me dijo algo. Dijo que siempre estaría por debajo de alguien en mi escala y que si tuviera que elegir entre salvarle a él o a otros, elegiría a otros. Supongo que se referiría a ti. No sé. ¿Por qué crees que te salvaría a ti, Mathew?- Le miró de nuevo, con expresión pensativa y seria. ¿Y si sus sentimientos habían estado ocultos todo aquel tiempo?- ¿Qué pasa si escarbamos en las razones de por qué te devolví ese beso? ¿De... por qué lo extendí tanto?

Hizo una gran pausa para que reflexionase acerca de eso. Después de varios minutos en los que apartó poco tiempo la mirada del chico, volvió a hablar:

- Me conoces. No engaño. Soy leal y sincera. Y ahí engañé a Liam, probablemente consciente de ello. No corté con Liam solo por ti. También lo hice por mí. Así que no te sientas culpable. No me gustaría que nos despidiéramos pensando que estás mal. Lo odiaría.

Le parecía casi imposible que la gente pudiera estar bien, sonriente tal y como se mostraba Isaac. Casi se podía decir que le dolía verle tan bien cuando ella estaba tan mal. Y sin embargo sabía que, con la muerte de Sam, su mejor amiga, tampoco había habido un cambio en Isaac que demostrara cuan tocado estaba, a pesar de que era consciente de que así era porque lo conocía lo bastante como para saberlo.

Aquel resentimiento se evaporó cuando escuchó aquellas palabras de apoyo, del mismo modo que antes había oído sus gritos clamando por ella desde la Sala Común. Un cálido agradecimiento por Isaac la inundó, la primera emoción positiva que había sentido desde hacía muchas horas.

Se sintió mejor durante un breve lapso de tiempo, el mismo que tardó su amigo en sacar aquel repentino regalo que la dejó sorprendida y confundida. ¿Por qué? Y más importante, ¿por qué ahora?

Al final reaccionó, sin siquiera pensarlo, con una larga risa, no feliz ni alegre, sino teñida de cierta desesperación, pero una risa al fin y al cabo. Cuando terminó tenía los ojos llenos de lágrimas, como si estuviera a punto de llorar otra vez, pero no lo hizo. En su lugar, obligó a sus músculos a recordar cómo se sonreía.

- Es muy bonito, gracias Isaac - le dio un beso en la mejilla como acostumbraba a hacer mientras jugueteaba con el anillo en la mano, aquel objeto que traía consigo un fuerte paralelismo con el que aguardaba sobre su cama. Parpadeó varias veces, obligándose a no volver a llorar -. Ryan y yo hemos cortado.

Aquello no tendría que haber sido para Isaac. Tendría que haber caído en June, en Moses o en Liam, en uno de sus amigos que comprendería cuán duro era aquel nuevo golpe para Vinny.

Isaac aceptó tu beso con una sonrisa. Puso una de sus manos sobre la tuya, haciendo que inevitablemente te vieses obligada a dejar de juguetear con el anillo. Estaba a punto de decirte algo, cuando soltaste la noticia.

- ¿Q-qué? - primera vez que mostraba cierta duda. ¿Podrías ser la única persona en la escuela que generaba en él ese efecto? - Lo siento Vinny, sé cuánto querías estar con él. - Hacía unos meses esas palabras habrían estado seguidas de "ahora me toca intentar a mi que me desees con la misma fuerza". Pero ya fuera porque Isaac había madurado, o por las circunstancias, se las guardó para sí. Algo te decía que era la segunda opción.

Te puso una de sus manos en la mejilla, trasmitiéndote su calidez. Entonces se inclinó hacia ti, fusionándose contigo en un agradable abrazo. Se mantuvo en esta posición cerca de veinte segundos, hasta que algo pareció activarse en su mente. La separación fue rápida y fría, lo que hizo más fuerte el contraste.

- Espera, ¿por qué crees que te he regalado este anillo? - sacudió la cabeza y volvió a coger tus manos entre las suyas. - Necesito que lo lleves puesto siempre, Vinny. No... no es una simple joya. - Metió su mano en su bolsillo sacando su gemelo. - Cuando necesites algo solo tienes que ponértelo y darle tres vueltas. - Te sonrió de forma pícara. - Que nos vayamos de Hogwarts no significa que tengas que olvidarte de mi.

Mantuvo la mirada de Kate durante largos segundos. ¿Qué quería decir con aquello? ¿Estaba diciéndome que tal vez ella también sintiera algo? Mathew no podía saberlo, pero una cosa sí que sabía, no podía seguir más tiempo en la incertidumbre. No lo estoy. Estoy bien. No permitiré que algo así nos separe, Kate. Estoy dispuesto a aceptar el sí, si es que llega a venir, pero también el no. El chico era sincero, se le veía en los ojos. Es solo que he alargado mucho esta situación. Demasiado.

Suspiró y esbozó una medio sonrisa cansada. Pero bueno, creo que la directora nos acaba de dar un tiempo para que reflexionemos y meditemos sobre el tema, ¿no crees? Piénsalo y cuando nos volvamos a encontrar me das la respuesta, ¿vale?

Se dejó abrazar, reconfortada, pensando en que aquel abrazo tendría que haber venido de Liam y que sin embargo ahí estaba Isaac, supliendo las faltas de sus tres mejores amigos. Estaba apoyando la cabeza en su pecho y cerrando los ojos cuando el chico se separó de forma brusca de ella, con aquella especie de acusación, diciendo que el anillo no era ninguna joya.

Sus manos sobre las suyas, posiblemente en un intento de mitigar una posible reacción de ofensa por parte de Vinny, eran agradables pero innecesarias. Prefería que aquello fuera algo de utilidad, ya tenía bastante con un recordatorio doloroso en forma de anillo con el que no sabía qué hacer. No obstante, no pensaba comentarle a Isaac nada sobre el anillo de Ryan, aquello era algo privado.

Casi sin pretenderlo, una pequeña sonrisa torcida acudió a su rostro, un lejano reflejo de su habitual expresión sarcástica ante aquel tipo de comentario por parte de Isaac. Sin embargo toda su reacción fue aquella sonrisa, sin comentar nada al respecto.

- ¿Y qué sucederá cuando lo haga?

- Que iré a verte. - Su respuesta fue breve, rápida y natural. ¿Qué podía significar si no? Viniendo de Isaac, te lo creías. Siempre conseguía todo lo que se proponía. Nunca habías conseguido saber sus recursos, y algo te decía que preferías seguir ignorándolos. Por mucho que ya no fueras Premio Anual.

Un fuerte ruido se escuchó dentro de la habitación. Parecía que Janeth por fin se había puesto manos a la obra. - Quieres que te deje tranquila para seguir organizando tus cosas? - preguntó, señalando hacia la puerta de vuestra habitación. Su expresión se tornó pícara de nuevo en que encontró tus ojos. - No irás a tirar el anillo en que me de la vuelta, ¿verdad?

No fue hasta que pararon delante mío, hasta que Liam abría su bocaza que no fui totalmente consciente de que estaban allí, de pie, mirándome como si jamás me hubieran visto así. Vale, nunca me habían visto así, pero odiaba igualmente que lo hicieran. Al escuchar aquellas dos palabras, no pude evitar mirar en la dirección del pasillo donde Vinny ya no estaba.

- Vete a la mierda. - Murmuré, de forma apenas ininteligible como respuesta emocional más evidente, clara y directa. Sentir... ¿Qué coño iba a sentir él? Jamás lo entendería, jamás sería consciente del porqué de todo aquello. Porqué era necesario que apartara a Vinny de mi, para mantenerla a salvo, para que no sufriera. O quizás lo hacía por mi, para romper aquellas cadenas que me había autoimpuesto al estar con ella, al intentar ser no solo una persona, además, mejor persona.

Se necesitaba un monstruo para matar a otro monstruo.

Seguía con la cabeza agachada, mirando el suelo cuando por el rabillo del ojo vi la mano de Liam. Alcé la mirada, mirando la mano y después a él, después a Arianna. Me parecía tan irónico aquel gesto, tan extraño y tan lejano. Después de todo lo ocurrido, después de todo lo que habíamos vivido, después de todo el dolor que nos habíamos provocado. Después de todo allí estaba él tendiéndome la mano.

Cogí su mano y tiré con fuerza para ponerme en pie. Lo miré a los ojos un segundo, sin decirle nada. Después miré a Arianna cuando dijo de buscar otro lugar. - Venid. - Les pedí, dándome la vuelta y echando a andar hacia la Torre de Astronomía.

Aquel sonido fue un triste recordatorio de lo que esperaba, dando casi finalizada la tregua al dolor aunque aquella breve charla había cambiado algo. No habían sido ni las palabras ni los gestos de Isaac sino darse cuenta de que realmente la vida no se había acabado con Faye, saberlo no sólo de pensamiento sino tener la certeza de que era así, de que tarde o temprano volvería a estar bien, aunque siempre sintiera el vacío que le había dejado el asesinato de su hermana. Al menos ahora sabía que en su interior seguía habiendo aquella entereza.

Encontraría al asesino de Faye y estaría bien. Era algo a lo que podía aferrarse.

- Vete - dijo dándole un pequeño empujón, sin fuerza -. Tú también tienes que recoger tus cosas, seguro que lo tienes todo desperdigado. Yo vivo en el orden, ya lo sabes, un golpe de varita y todo estará en su sitio - aquello fue un intento desesperado por bromear bastante pobre pero le quitó un peso de encima, aunque el esfuerzo de ser ella misma y de apartar el dolor por su hermana le estaba levantando un agudo dolor de cabeza -. Y no lo tiraré, no se me ocurriría ahora que podré llamarte siempre que me aburra.

Notar que Ryan aceptaba mi mano me hizo esbozar una media sonrisa, a pesar de las circunstancias, a pesar de ese "Vete a la mierda". Aquello era lo que Ari no comprendia, lo que nadie podia alcanzar a entender. Y lo que hacia, sin embargo, que ahora estuvieramos los tres corriendo, en direccion a la torre de astronomia.

No tardamos demasiado en en llegar. El tiempo apremiaba, y teniamos que mantener aquella conversacion, antes de que fuera demasiado tarde. Antes de que tuvieramos que marcharnos del colegio.

Entramos en aquel lugar, y mire a mi alrededor. En todos aquellos años, nunca habia subido ahi. Por alguna razon, era como si supiera que aquel era terreno vetado, que no era mi territorio, sino el suyo.

No esta mal.

Y, mientras pensaba aquello, saqué el paquete de tabaco, ofreciendo a Ryan uno, antes de acabar por encenderlo. Estaba mas inquieto que de costumbre, y el mono azuzaba.

-Vale, aqui estamos... Qué tenemos. Y qué hacemos ahora. Estamos jodidos saliendo de aqui.

Habia que buscar soluciones, que poner en comun verdades.

Kate asintió. Le parecía una excelente idea. No tenían que ir con prisas y tampoco debía obsesionarse con aquel tema. Lo que tuviera que pasar, pasaría. Por otro lado, tenía asuntos muy importanes que tratar con él y debía darse prisa. Aquel sería el último día en mucho tiempo que se verían.

- Quería hablar contigo de otra cosa además. He hablado con Lucas sobre los ataques y todo este tema. Sarah tiene varias claves pero a mí no quiere contármelas. Le he pedido a Lucas que cuando se entere de lo que sea me lo haga saber. Además... algo pasa con Rebeca. Escuché una conversación en la mesa de Gryffindor, no muy clara, pero que decían cosas extrañas. Nombraban a Isabella, Rebeca y June. Después Liam decía algo de "ojo por ojo" y por los comentarios acerca de quien consigue mucha información, no se fían de Lucas. Rebeca también es la clave en esto a mi parecer. Y quiero buscarla una vez salgamos fuera del colegio. Además, las muertes de Jay y Victor no encajaban, como tampoco la de Faye. Eso es algo que también deberíamos pensar. El atacante, le han dicho a Clarissa desde el ministerio, es un chico de nuestro curso y por lo que me ha dicho Lucas, debemos enfocar la investigación en por qué está ocurriendo en nuestro radio de edad. No sé más. Es todo lo que he podido averiguar.

Hizo una pausa, esperando a ver qué opinaba Mathew antes de la despedida.

La Torre de Astronomía.

Mi joya de la corona, mi territorio, mi lugar privado, mi remanso de paz y el último bastión. Quedaba claro que aquel lugar había sido utilizado muchas veces últimamente. No solo por el semiorden que tenía un lugar que se suponía abandonado, si no por la falta de polvo y la presencia de algunas cosas como sillas, mandas o cojines.

No era casualidad que los hubiera llevado allí. Miré a mi alrededor, dejándolos pasar y cerrando la pesada puerta tras de mí. Cogí aire, cerrando los ojos para serenarme, para volver a retomar fuerzas y volver a ponerme aquella máscara. - Bienvenidos. - Les dije, antes de nada, caminando hacia el centro de la habitación.

Negué la invitación de Liam con un único gesto de la mano que acabó señalando la ventana más grande del lugar. - Fumarás allí. - Le indiqué. Y el motivo era sencillo, no me apetecía que lo llenara de ceniza, a pesar de tener que irnos. Aquel era mi sitio con Isabella, un templo para mi. Mi lugar de reuniones, como aquella.

Escuché las preocupaciones de Liam. No le contesté, tenía otra cosa en mente. Estiré la mano hacia Arianna, esperando que me la diera. - Antes de nada, haremos de esto algo real. Saca.... tu.... varita.... - Acabé por mirarlo de reojo. Sabía que entendería lo que quería hacer, que a él, como a mi, ahora mismo le debía arder el antebrazo. Era necesario, jamás confiaríamos los unos en los otros de no ser así.

Asenti, dispuesto a ir a aquella ventana a fumar aquel cigarrillo. Y, sin embargo, algo me detuvo. Aquel gesto hacia Ari, aquela forma de tomarle el antebrazo que hizo que el mio ardiera más que nunca, de forma que me provocaba un ardor insoportable. Un dolor que sabia que Ryan tambien sentia en aquel momento.

-No puede ser de otra forma...-asenti, a sabiendas de lo que Ryan pretendia. Era necesario. Lo habia sido hacia un par de años, y volvia a serlo ahora, solo que esta vez con uno mas en la ecuacion- Ari, tenemos que sellar esto. Asegurarnos de que ninguno de los tres hablará jamás con nadie mas de esto. Confia en mi. Agarraos la mano. - dije entonces, dispuesto a hacer lo que tenia que hacer: a pronunciar un juramente inquebrantable.

-¿Jurais que nunca, jamás, desvelareis a nadie que no este presente en este lugar nada de lo que aqui se diga, de lo que acontezca? ¿Jurais que ni una sola palabra de las que aqui se pronuncien sera traicionada, bajo pena de muerte?

Y guarde silencio, mientras el dolor de mi antebrazo hacia que me temblara la mano con la que sujetaba la varita, de la que salio un rayo plateado que envolvio las manos de ambos, como atándolas con un fino hilo plateado, esperando que confirmaran lo que ya sabiamos todos. Que aquello seria nuestro secreto. El de los tres.

Dejo su cuerpo relajado para que no tuvieras ningún problema en moverle unos centímetros con ese empujón. - Vale, vale, ya me voy - contestó haciéndose el remolón. Justo cuando parecía que iba a echar a andar se giró hacia ti - Hmmm.... has estado en mi habitación, ¿verdad? - te señaló con el dedo en un gesto de falsa acusación - Mujer, la próxima vez avísame y te recibiré como es debido.

Antes de que pudieras quejarte por sus palabras, se acercó a ti y te dio un beso en la mejilla. - Nos vemos pronto, entonces. Sin decir nada más se fue.

Jamás se le había ocurrido que alguien pudiera tener su refugio en la torre de astronomía. Pues estaba claro que no era la primera vez que Ryan iba ahí. El lugar estaba acondicionado para servir perfectamente de sala de estar. Por un momento Arianna se queda contemplando el espacio, interiorizando todo lo que hay en él, hasta que la extraña petición de Ryan le devuelve a la realidad. Durante unas décimas de segundo su rostro muestra confusión, pero entonces Liam se pone a hablar explicando qué es lo que pretenden. 

A Arianna le cuesta un par de minutos reaccionar. Es lógico que Ryan no confíe en ella y quiera hacerle sellar su silencio. Pero le preocupa. ¿Y si resulta que se está equivocando? ¿Y si resulta que ellos también le traicionan y el juramento le impide protegerse? Hay muchos riesgos que tener en cuenta. Pero también significa que ellos no podrán contar a nadie nada de lo que ella les cuente. La última parte del juramento pronunciada por Liam le provoca un escalofrío. Bajo pena de muerte. 

Ari. Se valiente. Haz honor a tu casa. La casa de los leones, se dice a sí misma mientras inspira lentamente y alarga la mano hacia Ryan para coger la suya. A pesar de la duda que se refleja en su mirada, el agarre de su mano resulta firme y decidido. Pero antes de decir la palabra que le sellará de por vida a su enemigo, Arianna mira a su compañero de casa. 

- ¿No tendrías que poner tú también la mano?- le pregunta. Si eso iba a quedar entre ellos tres, tendrían que sellar el acuerdo los tres. Arianna nunca había echado mano de un juramento inquebrantable pero eso era algo que creía tener claro. 

June había abandonado el Gran Comedor para tratar de apoyar a su amiga. No sabía por donde empezar, no sabía que decirle y justo cuando parecía haber encotrado las palabras adecuadas entraron en escena Janeth e Isaac haciendo que Vinny saliera de la habitación. June se quedó plantada en la habitación como una gilipollas incapaz de ayudar a la única amiga que le importaba en todo aquel colegio, teniendo la absoluta certeza de que en mismo momento que salieran del colegio no la volvería a ver... si June había sufrido dos ataques en el colegio, rodeado de magos... ¿Que no le pasaría cuando volviera a su casa con sus pobres padres muggles?

Con un hindo suspiro se dirigió hacia su armario y comenzó a hacer las malestas, miró a la puerta varias veces esperando ver entrar a Vinny, esperaba tener tiempo para poder consolarla o al menos hacerle ver que estaba con ella.

Vinny entra de nuevo en la habitación

Cuando entró nuevamente a la habitación estaba visiblemente más calmada y casi se diría que más decidida. Sus ojos tenían un brillo febril que no tenía nada que ver con las lágrimas. Era el hecho de haber tomado una determinación, de haber visto una rendija entre aquel sufrimiento que le permitía vislumbrar un futuro.

Se dirigió con gesto calculado hacia su cama, donde cogió la caja y la miró, quieta entre sus manos y mucho más inofensiva de lo que le había parecido hacía unos instantes. E hizo lo que tenía que hacer. La guardó cuidadosamente en el baúl, sin sacar el anillo que reposaba en su interior. Porque no podía afrontar todo lo que iba a venir esperando por Ryan, no podía creer aquellas palabras que estaban grabadas en él cuando se había marchado. Y porque sabía que, a pesar de todo, a pesar de sus sentimientos, estar con él era una equivocación.

Por lo demás, sabía cómo debía actuar, se le daba bien seguir órdenes, más si eran suyas. No, no iba a forzarse a estar bien. Iba a llorar, a lamentarse, a quejarse y a sufrir todo lo que necesitara hasta que un día se despertara y notara como toda aquella pena ya no era lo primero en azotar sus pensamientos. Entonces le buscaría. Buscaría al asesino de su hermana y se vengaría. Y más importante aún, descubriría el por qué había sido la pequeña e inocente Faye su víctima.