Partida Rol por web

-Sí, intentémoslo al menos… - dije, mirando a Vinny de reojo, ladeando una sonrisa en mis labios, como muestra de apoyo. A mí también me apetecía tener la fiesta en paz, la verdad. Y estaba a punto de alzar mi vaso cuando dos cosas interrumpieron mi gesto: en  primer lugar, aquel comentario de Ryan, aquel improvisado brindis en el que estaba dejando claro a Isaac algo que no sabía hasta entonces: que había sido Ryan, y no otro, quien le había salvado la vida en aquel callejón, hacía algunas semanas.

Torcí mis labios, e hice el amago de llevarme la copa a los labios por segunda vez. Y entonces, cuando el whisky estaba a punto de rozar mis labios, escuché a Kate de fondo, echándole la bronca a aquella pequeña adolescente ligera de cascos y a Jason.  Y habría sido una bronca más de una hermana mayor a un hermano pequeño de no ser por aquel arrebato de sinceridad tan poco propio de ella.

La copa se detuvo ante mis labios, sin llegar a tocarlos, y abrí los ojos de par en par, mirando primero a Ari, con aire descolocado, y después de Kate, alucinando. ¿Cómo? ¿Kate diciendo que, a pesar de todo, éramos amigos y nos queríamos? ¿Qué no importaba cuanta mierda nos echáramos encima? ¿Kate hablando de mi? ¿Estaba… me había pedido perdón?

No podía creerlo. Sencillamente no podía creerlo.  Negué, notando la garganta seca y, ahora sí, bebí todo el contenido de mi vaso… de un trago.  Y, de repente, me volvieron las ganas de fumar, esas que llevara reprimiendo toda la noche.

Fue entonces cuando volvió a acercarse al grupo.  Mi mirada se posó en ella durante unos instantes. Una mirada que dejaba claro que me había sorprendido, que no me esperaba aquello de ella.

Me gire entonces hacia el camarero, alzando una mano, sin salir aun de mi asombro- Pon otra ronda a todos. A esta invito yo. – le dije, en petit comité, esperando hasta coger mi vaso. Necesitaba alcohol… y un cigarro para procesar todo aquello.

Y entonces mire a mi alrededor. A Ari en primer lugar, a cuyo oído me acerqué a susurrarle un “Ya vengo”, haciéndole el gesto de que iba a fumar fuera, con el vaso en la mano.  Mi mirada paso entonces de nuevo a Kate. Era como si quisiera hablar con ella, pero al mismo tiempo no supiera por dónde empezar. En realidad, era lo que más se ajustaba a la situación en la que me encontraba.

Y acabé por suspirar, mirándola, sin saber muy bien cómo enfocar aquello- Voy… a salir fuera un momento. – fue lo que acabé por decirle, en una clara invitación a que me acompañara si queria hablar conmigo. Estúpido, si, pero, ¿Qué decir en un momento como aquel? No lo tenia muy claro. Pero sí sabía que, si había algún momento idóneo para terminar de limar asperezas, ese era aquel.

Y asi, me gire hacia la puerta, y sali.

Necesitaba aire. Y un cigarro.

Bien por vergüenza o por no querer protagonizar un enfrentamiento con su hermana, Jason se mantuvo en un segundo plano. Por supuesto, no fue lo que hizo su compañera. Se mantuvo de brazos cruzados, con la barbilla alzada, un pie repiqueteando el suelo y los párpados caídos, en clara muestra de desprecio y aburrimiento. Para sorpresa de todos, se mantuvo en silencio mientras Kate le soltaba su discurso. Entonces llegó el turo de el suyo.

- Quizá seas tú la que debas informarte, bonita - la miró de arriba abajo repitiendo el gesto que había hecho antes Kate. No sabíais cuantos años tenía esa chica pero algo os decía que ni siquiera alcanzaba la edad de Jason. Esa actitud resultaba algo inverosímil para alguien de su edad. - Pues para ser tan increíble... ya no veo que esté aquí - comentó, encogiéndose de hombros y mirando alrededor de forma cómica.

Pero ella ya no era el centro de su atención. Los ojos de Kate habían pasado a Jason, quien permanecía detrás de la desconocida. Cuando su hermana terminó de andar dio un paso hacia delante, cogiéndole la mano a Jeanine. La claridad de su voz resultó de lo más desconcertante.

- Tú elegiste a tus amigos, Kate. Deja que yo elija los míos.

Sin esperar respuesta o reacción, tiró del brazo de la chica hacia la salida. En apenas diez segundos habían salido del local.

La mirada y el silencio entre Ryan e Isaac duró más de lo que hubiese sido normal. El ravenclaw se mantuvo en silencio, con la mandíbula tensa y la copa a medio alzar. Su otra mano descansaba inerte a su lado. Estaba tan cerca de Vinny que podía rozar la tela de su vestido.

- Brindemos entonces - respondió al final, elevando por completo el brazo, en un gesto de cordialidad que no se reflejaba en su rostro. Les dio para poco. El espectáculo montado por Kate y Jeanine no tardó en ser el centro de todo el lugar.

Notaste como la mano libre de Isaac rodeaba la tuya con fuerza nada más escuchar el insensible y poco acertado comentario de la zorra desconocida sobre Faye. Sabías lo que significaba. No era solo apoyo. También te estaba indicando que te quedaras quieta, que no te metieras. Que siguieras con esa posición racional y equilibrada que habías adoptado esa noche. Que no te dejaras llevar por los arranques de ira y descontrol que habían protagonizado los últimos meses de tu vida.

No os pasó desapercibida la risa contenida que salió de Isabella tras las palabras de la hufflepuff, que fue sustituida por una mueca de exasperación tras el comentario de Ryan.

- Asegúrate entonces de abastecerme a mi también. Si sigue diciendo esas estupideces tendré que encargarme de ella.

El comentario habría sido gracioso, de no haber provenido de ella. Se giró de nuevo hacia la barra dando un buen trago a su copa, pidiéndole a Josh que le pusiera otra ronda.

Isabella había permanecido a tu lado en todo momento. Tu mano, apoyada en la zona baja de su espalda, concentraba todo el calor que desprendía su cuerpo. Era increíble cómo podía mantener estable su temperatura teniendo en cuenta el fino vestido que la cubría.

Antes de girarse hacia la barra rozó tu mano con la suya, en una pequeña muestra de cariño. Era una borde cascarrabias pero, en el fondo, sabías que le estaba divirtiendo tanto como a ti. Pero estaba empezando a ponerse nerviosa. Había algo más que debíais hacer.

La mirada de Liam cruzó con la de Kate en el preciso instante que la puerta se cerraba tras Jason y Jeanine. Apenas unos segundos después fue Liam quien salió al exterior.

Para partirle la cara. Pero para partírsela en dos, en tres o en mil. ¡¿CÓMO SE ATREVÍA A METERSE CON FAYE?! ¡Delante de todos los presentes! Lo que había dicho aquella chica enervó de tal manera a Kate que solo se contuvo porque su hermano estaba hablando en esos momentos.

¿Y? Y ahora se iba con la cerda. Su hermano no podía haber caído más bajo. Llena de rabia, cabreo y decepción, Kate terminó de llegar a la barra, pero la primera reacción que tuvo fue totalmente imprevista. En vez de beberse la pequeña copa que acababa de coger, la lanzó con fuerza, estrellándola contra la pared en donde hacía unos momentos se encontraba la niñata engreída esa.

Ojalá siguiérais enrollándoos ahí y te hubiera estrellado la copa en la cara, gilipoyas.

Nunca, ¡jamás! Kate se había presentado tan enfadada. Estaba echaba humo y con una mirada y actitud que harían sombra a la mismísima Isabella, a la que incluso fulminó con la mirada ante su comentario. Después se bebió de un trago un nuevo chupito de los servidos. Volvió a cerrar los ojos por la quemazón del alcohol en su garganta. Había soltado hasta la nota que había llevado en la mano desde que salió de casa. Ahora en su mente solo se dibujaba la cara ensangrentada de esa zorra.

Por suerte para la tipa esa, Liam miró a Kate a los ojos, como invitándola a salir afuera. Quizás no fuera tan mala idea. A lo mejor la llevaban a Azkaban o a hacerle compañía a Black si realmente iba detrás de la enana esa. Vació otra copa más. El calor empezaba a agolparse, mientras seguía con la mirada a Liam.

- Será mejor que yo también me vaya un rato afuera.- comentó para todos y para nadie. Sin más se dio la vuelta para seguir a Liam hacia el exterior.

Las palabra de Ryan le hacen caer a Arianna en una cosa en la que no había pensado antes. ¿Quién le había sacado a ella del lugar del ataque? Ryan... Podría haberle dejado morir ahí pero había decidido no hacerlo. ¿Porque la apreciaba? ¿Por Liam? En cualquier caso, los motivos no eran ya importantes. Lo que importaba era que lo había hecho, había vuelto a dar muestras de su humanidad. 

- Lo que pudiste es más que suficiente. Gracias.- Sus palabras son sinceras, pues de haber tardado más tiempo en salir de ahí quizás no habría perdido solo la vista sino también la vida. 

Contenta por verse viva, al igual que al resto de sus compañeros, coge el chupito que les han servido- no le ha quedado muy claro si quien invitaba era Ryan o el primo de Matthew- y se une al brindis por los vivos, saliendo de su habitual cerveza de mantequilla y optando por una vez por algo más fuerte. Algo que le ayudase a disfrutar más de la noche. 

- Salud.

Al depositar el vaso vacío se fija en el camarero, que le resulta familiar, y al rato se da cuenta de que es el hermano de Victor. Una serie de pensamientos opuestos sobre Victor se agolpan en su cabeza y cuando Liam anuncia que esta vez invita él, se une encantada a la oferta. Sin embargo, no llega a beberse el chupito pues una fuerte discusión entre Kate y la chica que estaba con Jason reclama por completo su atención. Tras el abrupto final, tanto Jason como Liam como la chica salen al exterior. 

- ¿De dónde ha salido esa niña?- murmura, boquiabierta por la actitud que ha demostrado. 

Acabé por salir fuera, tras contemplar el crudo final del episodio entre Jason, Kate y la agregada. La cosa habia durado demasiado tiempo sin joderse, eso estaba claro aunque, a decir verdad, hubiera esperado que el buen rollo hubiera sido cortado por Isabella o Isaac, y no por Jason y aquella niñata.

Agradeci que aquel frio de invierno rozara mis mejillas. Fue como una oleada de frescor destinada a aclararme las ideas, a renovarlas, a asimilar todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Cogi aire, mirando hacia el frente y, apoyando la copa en una ventana, acabe por sacar el paquete de tabaco, con mi mano izquierda, poniendolo sobre la mano de plata para, acto seguido, sacar un cigarrillo que me puse en los labios, apagado. Guardé nuevamente el paquete en el bolsillo de mi chaqueta y busque el mechero, girándome parcialmente para evitar que se apagara, algo que consegui a la tercera.

Di una honda calada a aquel pitillo, el primero que me fumaba desde que fui a recoger a Ari aquella tarde. Habia una razon para aquello, un motivo que solo yo conocia. Pero ahora, al parecer, habia pasado aquello por alto. Demasiado estres en demasiado poco tiempo.

Volvi a buscar mi vaso de whisky, cogiendolo, junto con el cigarro, en mi mano izquierda, dejando la mano de plata apoyada en aquel alfeizar de aquella ventana. Y di un trago al vaso, seguido de una nueva calada, mientras me sumia en mis pensamientos.

Habia algo que llevaba tiempo rondándome, algo que había visto acentuado desde que habiamos llegado a aquel lugar. Algo que no me dejaba concentrarme  y que pretendia negarme a mi mismo una y otra vez. Y ahora alli, fuera, con aquel frio, parecia comenzar a verlo con más claridad.

Aquella noche habia acudido a aquel lugar a hacer unas cuantas cosas. Y acababa de comprender que una de ellas no podia esperar más.

Y cerré los ojos, apoyando la nuca en la pared, mientras exhalaba el humo de aquella calada.

Comenzaba a estar en paz conmigo mismo. Y aquello, sin duda, era bueno.

Vi como Kate se iba hacia Jason y presté atención a lo que ocurría. Asentí con la cabeza a sus palabras. Después de aquel discurso, si Jason seguía igual, el problema sería más grave de lo que había pensado. Jason no podía seguir por aquel camino, solo le llevaría a un agujero sin fondo del que le costaría cada vez más salir.

Pero Jason no parecía querer que le ayudaran. Fruncí el ceño cuando escuché la respuesta de la chica. Seguro que con esa respuesta, que atentaba contra el recuerdo de Faye, Jason la mandaba de paseo. La has cagado, guapita. Estaba muy equivocado. Jason estaba peor de lo creía si después de aquel comentario seguía al lado de esa chica.

Cuando se fueron, no pude evitar suspirar y darle un trago a la bebida, esperando que Kate volviese a sentarse para decirle que lo había hecho bien, que no era culpa suya. Tal vez Jason necesitaba hablar con un amigo, no con una hermana. Como fuese, busqué la mirada de Kate para que volviese con nosotros. Se sentiría peor sino.

Fue entonces cuando escuché a Liam. ¿Qué estaba pasando? Se suponía que era una fiesta, no iba a aceptar caras largas.Tal vez debía hablar con Kate y se debía a eso la mirada... Fruncí aún más el ceño. Daba igual. Eso ya era el pasado. Podían hacer lo que quisieran, el plan de aquella noche era diferente.

Alcé la copa para brindar con Isaac. Había venido aquí a pasármelo bien y olvidarme de todo, al menos por una noche. No iba a dejar que nada me lo fastidiase. Por una gran noche! Choqué mi copa con Arianna y con Isaac. El comentario de Isabella casi hizo que me atragantase, viniendo de ella me esperaba cualquier cosa. Aún así hice que no me había enterado.

Pues no lo sé, pero da igual. No va a durar mucho. Aseguré. Vamos a olvidarnos de eso y seguir la noche. Dije, sonriendo. Lo necesitamos.

Kate y Liam salen al exterior.

Cuando Kate alcanza a Liam ya no hay rastro ni de Jason ni de Jeanine. Estáis solos.

Vinny estaba dando cuenta de su segunda copa cuando Kate empezó con aquel discurso y todo hubiera ido muy bien, o por lo menos pasando a la historia sin ser una charla memorable, si no fuera por la especial mención de Faye. Sus cejas se contrajeron durante apenas un segundo pero no dirigió la vista hacia el espectáculo, limitándose a acabar con su bebida y a ignorar todo aquello por seguir su propia propuesta.

Poco después la voz de Kate se acalló a sus espaldas, permitiendo que relajara su tensión y observara como todo el mundo parecía estar aún esperando por el brindis. Incluso Isaac y Ryan parecían estar luchando por ver quién era el mayor hipócrita de la historia al intentar mantener la paz. Tal vez se hubiera alegrado por aquello. Posiblemente debería si no fuera porque, cuando estaba con la copa ligeramente alzada, llegó la respuesta de la niña.

Sus ojos se abrieron de par en par ante las palabras emitidas por aquella niñata, sintiendo un súbito acceso de ira al que el alcohol daba alas. Prácticamente se olvidó de lo que la rodeaba mientras en su mente se formaban crueles imágenes en contra de aquella niñata que había despreciado a Faye sin conocerla. Jason tampoco salía impune en su mente, pues cualquier consideración o comprensión que recibiera por su actitud había ya desaparecido al permitir el comentario de aquella estúpida.

Se levantó, dispuesta a ni siquiera sabía el qué cuando se encontró con que algo la anclaba a la barra. Bajó la vista para hallar la mano de Isaac, sujetándola para que no hiciera precisamente lo que quería hacer. Le dirigió una penetrante mirada, con la ira apaciguándose en su interior, aquel tipo de miradas que rara vez enseñaba y que mostraban que, a pesar de fingir, seguía destrozada en su interior.

Intentó calmar la respiración, mareada, aún deseando arremeter contra aquella niña, visualizando incluso en su mente, aunque ya de forma borrosa, como sus dedos se hincaban en la blanda piel de su cuello. Pero, fuera lo que fuera, dijera lo que dijera, seguía siendo una niña y ella era una adulta, o al menos intentaba comportarse como tal.

- Creo que yo también me voy a tomar el aire - anunció con vaguedad para quien quisiera escucharla.

Necesitaba calmarse o buscar a la niña, aún no tenía claro cuál de las dos cosas pero sí que sabía que empezaba por salir fuera del local. Tomó la nueva copa que habían depositado ante ella antes de marcharse en dirección a la puerta.

Cuando salió al exterior, con el abrigo gris aunque ahí dentro estuviera sudando a causa de tanta emoción, cabreo y alcohol, se encontró a Liam apoyado en la pared de al lado con un cigarro en la mano.

Lo cierto es que estab guapo y que aquella postura siempre le había quedado muy bien. ¿Sería consciente de ello o simplemente le salía sin más? Parecía inmerso en sus propias reflexiones y sin embargo, más que contrariado o serio, se encontraba realmente relajado sin percatarse de la presencia de Kate.

La chica se cruzó de brazos, levantando un poco los hombros como si con ese gesto el frío no pudiera entrar y miró hacia la nieve agolpada en el suelo. Tenía huellas recientes. Probablemente de Jason y la niñata esa. No se le quitaba el recuerdo de aquella niña de la cabeza y de lo ocurrido anteriormente. Por ello mantenía el ceño fruncido y expresión peligrosa.

Decidiendo que no iba a quedarse ahí sola, tan sola como había venido gracias a un plantón mitad esperado mitad inesperado, Katherine se acercó a Liam no sin antes descruzarse de brazos, de manera que el abrigo abierto dejara entrever su vestido, bajando los hombros a su posición habitual y caminando de manera que los tacones avisaran de su presencia. Llegó hasta el chico, le miró a los ojos y aprovechó ese momento para quitarle el cigarro de la mano. Era rápida, muy rápida. Más sobretodo si él llevaba más tiempo en la calle y sus manos estaban más frías y menos ágiles.

No obstante, aquella vez no lo apagó ni lo tiró. Sin dirigir una palabra a Liam, se apoyó a su lado en la pared y se llevó el cigarro a la boca dando una buena calada. El modo había sido elegante, como si siempre lo hubiera estado haciendo, la consecución ya fue algo más desastrosa. En cuanto sintió el humo en su garganta, el cuerpo, poco acostumbrado a que un agente contaminante de ese tipo entrara, se preparó para expulsarlo. Para disimular, Kate miró hacia la izquierda, lado opuesto a donde se encontraba Liam y tosió. Por suerte no fue un arrebato increíble de tos.

Cuando terminó volvió a su posición de antes y miró el cigarro aún encendido en su mano:

- Menuda asquerosidad.- quizás era el alcohol lo que le hacía comportarse así. A lo mejor el enfado. O las ganas de divertirse sin pensar en nada más. ¿Quién sabía? Lo único que sabía era que quería pegar otra calada a aquella cosa llena de petróleo y agentes negativos y eso hizo. Esta vez pudo soportar las ganas de toser. Iba mejorando. Miró entonces a Liam mientras soltaba lentamente el humo por la boca. Debía de estar realmente arrebatadora y sexy en aquellos momentos. Era verdad que un cigarro te da más aspecto peligroso, maduro y sexy. O ese era el poder que estaba sintiendo la chica en aquellos momentos.- Te lo pago luego con una copa, ¿vale?

Se terminó la fiesta.

Y es que, no era difícil adivinar -cualquier mente un mínimo de sentido común se habría dado cuenta de ello- que cada vez que nos juntábamos Arianna, Vinny, Kate, Liam, Mathew y yo... alguien salía descuartizado, desaparecido, desmemorizado, muerto u ofendido de manera terrible y mortal.

Era una constante.

Miré a Arianna cuando me agradeció que la salvara. Había sido la única agradecida, cosa que respetaba y valoraba. Verla viva, me recordaba mi éxito. Verla herida, me recordaba mi fracaso. De haberlo hecho ahora bien, Liam aun tendría su mano, el enemigo habría muerto, Arianna no llevaría ese parche y yo no habría acabado por trozos en el suelo de un hospital. Asentí, de forma silenciosa a las palabras de la pelirroja, aceptando su agradecimiento sin decir palabra alguna.

Y brindé con aquel singular grupo. Mi mirada se posó en Isaac, con una diminuta sonrisa cruel y de superioridad. Deberías tomarte muchas de esas para comenzar a pensar que puedes llegar a lamerme los zapatos. Imbécil. Acabé por hacer un gesto de compañerismo y camadería, señalándolo con la copa y bebiendo un corto trago. Patético, cómprate una vida y deja de mendigar lo que los demás dejamos. Segundo Plato.

- Esa, Arianna, es la pregunta correcta. - Fueron las únicas palabras que susurré como toda respuesta al suceso. Apreté los dientes y mi mano se tensó, separándola de la copa para acercarla al bolsillo, cerrando la mano entorno a la varita. Aquella frase dedicada a Arianna era la confirmación de que había dado con la tecla de algo. La diversión se había terminado mucho antes de lo que me habría gustado.

Aunque sabía que no venía a divertirme, claro.

¿Es que no puede un hombre disfrutar de su trabajo? Me quejé mentalmente, mientras Liam parecía hacerle señas a Kate para hablar fuera, y ambos se marchaban. Matt seguía sin enterarse de nada, tampoco podía culparle teniendo en cuenta quien era.

Miré a Isabella cuando volvió a intervenir. No borré la sonrisa que dejaba claro que había algo más detrás de aquella máscara. Un gesto que quedaría para ella al haber dado la espalda al resto del grupo. Crucé la mirada con ella, durante unos segundos de silencio, como si de algún tipo de comunicación mental se tratara.

Solo pasados unos segundos, mis labios articularon palabra. - Es la niña. - Susurré, mirando hacia la entrada. -  Vamos. - Acabé por decirle a Isabella, dejando sobre la barra el pago por las bebidas. No iba a irme sin pagar, claro.

Una teoría sencilla, pero valiente.

Isabella sabía algo que aun no me había dicho. Buscábamos a alguien a quien deseaba hacerle pagar algo. La teoría señalaba que debía tener relación con el asunto de Rebecca. Al salir este nombre a escena, mi mente comenzó a trabajar. Rebecca. Moses. El comentario de Moses sobre Faye, aquella forma de desprestigiarla de forma gratuita y cruel, igual que había hecho aquella niña.

El problema era que no la conocíamos, y ante la mención del nombre, con su edad, no pareció sorprenderse, preguntar ni dudar. Aquel interés por un patán como Jason, exnovio de Faye. Todo parecía tener más sentido del que parecía. Y por último y quizás más importante: El lenguaje corporal.

Todo aquello me empujaba a pensar una cosa, quien controlaba a Moses también controlaba a aquella niña... o era aquella niña directamente con algún disfraz muy bien trabajado, pues allí había otra cuestión. La niña estaba en un pueblo de magos. Y jamás la había visto en el colegio, a pesar de tener edad para ello. ¿De dónde había salido?

Me daba asco que aquellos patanes no se dieran cuenta de lo mismo que yo. Aunque claro, no todo el mundo podía ser yo, por supuesto.

Según salíamos, le susurré mis teorías a Isabella.  

Vinny fue la primera en salir al exterior. Se encontró con Liam y Kate a pocos metros de la puerta. No había nadie más en los alrededores, al menos a simple vista. Antes de que pudiese intercambiar alguna palabra con sus compañeros Ryan e Isabella también hicieron acto de presencia.

La repentina marcha de vuestros compañeros se vio compensada por la aparición de numerosos asistentes a la fiesta. No os pasó inadvertido como los recién llegados subían la media de edad. A muchos de ellos los conocíais. Erika Rouvin, Miller Grey, Ethan Vaionali, Dorian Strauss o Derek Malfoy eran algunos de ellos.

La mirada de Vinny no tardó en barrer el panorama, vacío a excepción de Liam y de Kate que estaban a varios metros de la puerta, presumiblemente hablando. Exhaló un suspiro nervioso que envió una vaharada de su aliento al aire frío de la noche inglesa tras lo cual tomó asiento en la repisa de la ventana.

El impulso que la había llevado a salir con ira se había evaporado al toparse con el helado invierno cortándole el aliento y la piel a través de su vestido sin mangas, dejándole solo la opción de calmarse ante el desolador panorama que era aquel escenario vacío. No había pensado en nada al salir al exterior, ni siquiera se le había ocurrido abrigarse, sólo había cogido la copa que ahora se sacudía al ritmo de sus temblores.

Posiblemente aquello había sido lo mejor. No encontrar a aquella chica ahí, no verse en la tesitura de tener que decidir entre su rabia y su juicio, puesto que posiblemente habría perdido el primero. Pero había tenido que salir para darse cuenta de que aquello era una estupidez y de que, aún encontrándose con ella, posiblemente se sentiría peor.

Dio otro sorbo a su bebida, su tercera copa, sintiendo como el alcohol la calentaba de un modo casi reconfortante, calmando sus nervios, posándose sobre su conciencia como un bálsamo para las heridas. Vio salir a Ryan junto a Isabella pero no les dijo nada, sin querer que interrumpieran su soledad y mucho menos sin querer afrontar a la nueva parejita en solitario.

Aquello era un desastre. Permitió que el resto del contenido de la copa bajara por su garganta. Había ido allí a divertirse y había vuelto a perder el control, aunque sólo hubiera sido un instante. Observó las manos que ahora sujetaban la copa vacía. Tenía que volver a tomar las riendas de su vida.

Pasados casi cinco minutos desde que había salido volvió a ponerse en pie y a entrar al interior en busca del calor que había perdido ahí fuera.