Partida Rol por web

Washington d.c
10:37 a.m
14 de diciembre de 1085

Decidisteis la mejor manera de salir del búnker y dejasteis a Cindy al cargo de los pequeños. El resto de vuestros compañeros también salio a hacer su parte del trabajo.

Pronto descubristeis que muchas empresas y fabricas formaban parte de sociedades o pertenecían de alguna u otra forma al WRG. Desde despachos de abogados hasta panaderías. En los últimos años esa gran compañía se había dedicado a presionar los pequeños comercios, comprarlos baratos y absorberlos convirtiéndose en una monstruosa criatura con tentáculos por toda la ciudad.
Ajena a todo, la gente paseaba por las calles, comprando regalos de navidad bajo el manto nevado que había cubierto la ciudad durante la noche.

Para que luego no dijera nadie que la navidad no era un puto asco. Los corderos compraban regalos mientras los grandes de verdad, hijos de puta como la WRG estaban en todas partes y metían el jodido hocico en la vida de todos los demás. Al final te decían que comprar, que comer y que gastar. Rencoroso con el mundo se preguntó para que querían el país si ya lo tenían. 

Con cada descubrimiento su carácter no merojoró en absoluto y era claro que había cosas que necesitaba escupir a Branson desde que salieran de la mansión. De modo que en un momento indeterminado de la mañana, cuando lo pies ya dolían y ninguno de los dos debía de estar de humor para aquello Frost se paró en medio de la calle. 

-Tenemos que hablar -dijo con el mismo tono con que podría decirle a un prisionero que le iba a ahorcar con sus propios intestinos- me da igual lo que pienses tú o lo que Shepard pensara en su momento. Cindy no es un juguete roto al que arreglar o joderle el puto cerebro. Ya ha pasado por suficiente y no va a pasar por nada que ella no quiera. Ni tu ni los demás vais a poder pararme si lo intentais.

-¿Esta claro para tí? Lee mi cabeza si no lo crees pero cuidado... Podría espantarte lo que veas...

Hizo una pausa, luego siguió hablando.

-Ahora cuéntame eso que solo querías decirme a mí sobre nuestro amigo aleman y quizá yo te cuente otras cosas que nos pueden ayudar a pillar a esos hijos de puta.

- No quiero arreglar a Cindy. – Admito. – Luego deberías ver mi cinta. Sephard quería a Cindy como a una hija y la estuvo intentando… enseñar cosas de cómo funciona esta mierda de civilización. Me ha pedido que continúe donde él lo dejó, y se lo comentaré a Cindy, pero sólo lo haré si ella quiere. – Explico. – No voy a hurgar en su cabeza ni a hacer nada que ella no quiera. Le explicaré lo que Sephard deseaba y ella decidirá. -

Es lo que pienso sobre ella. De hecho respeto a todos los miembros de este grupo lo suficiente como para otorgarles su independencia, siempre lo he hecho.

Sonrío. – No dudo de que lo que viese en tu cabeza no sería de mi agrado pero créeme, he visto muchas cosas en mentes ajenas… quizá peores de lo que tú creas. – Ladeo la cabeza y reviso con mi mirada el lugar mientras indico a Raptor que deberíamos hablar mientras seguimos en movimiento. No me gustaría que nadie nos escuche.

- Himmler tiene un nuevo aspecto y una nueva identidad… No sé si le habrás conocido con su aspecto actual. Ahora se llama Henry Hilsen, ha engordado varios kilos respecto a cuando le conocí y sus cabellos, otrora rubios, están teñidos de negro. La WRG le contrató como asesor científico y el cabrón se mantiene joven sin mostrar signos de envejecimiento. Ha hecho grandes avances en el campo de la inmortalidad, o eso es lo que proclama. – Mientras comento lo que sé mi mente divaga sobre si la inmortalidad de Himmler será en apariencia o sobre si realmente será posible que no se le pueda matar. Imagino que pronto lo descubriremos. – Como sabes quiere mejorar la humanidad eliminando a lo que considera razas inferiores y a los discapacitados. Sé que después de experimentar conmigo hace muchos años, también fue el responsable del secuestro de la madre de Cindy cuando ella estaba en avanzado estado de gestación. Y también fue el responsable de los experimentos posteriores realizados a Cindy y a sus cuatro hermanos mellizos. – Continúo explicando.

- El fruto de esos experimentos fue puesto a prueba en un proyecto militar de la WRG, intentando crear supersoldados leales a la compañía. – En este punto hablo más despacio y con cuidado. – Pretendían dispensar soldados al gobierno, pero realmente leales a la compañía. – Un plan perfecto para hacerse con un país. – Una especie de agentes durmientes en espera de una orden para dar un golpe de estado. – Explico.

No hace falta que le diga que él fue uno de esos chicos secuestrados, torturados y con los que buscaron crear ese soldado perfecto.

- No sé más nombres, pero el último dirigente de todo esto fue y es Himmler. –

Trago saliva. El frío de diciembre siempre cala en mis huesos y me recuerda que me hago viejo.

- Hay algo más. Algo que tú y el resto del grupo debéis saber. – Comento mirando al frente y sin parar de caminar. – Mi habilidad no se limita a leer mentes. Puedo hacer más aunque hace muchos años que me controlo y no lo hago. Sephard en su video me anima a practicar con mis poderes, a usarlos en contra de WRG porque ellos no escatimarán recursos en nuestra contra. –

Miro por el rabillo del ojo a Frost. Si ya no confiaba en mí ni en nadie, ahora menos… seguro.

- Puedo controlar a otros. Puedo meterme en la mente de la gente, obligarle a hacer lo que yo quiera, e incluso luego hacerle olvidar lo sucedido como si yo nunca hubiera estado allí. – Explico. – No hay manera de que te puedas fiar de mí… si ya era difícil antes, ahora más. Pero debías saberlo. El grupo debe saberlo. –

Inspiro hondo. – Hace más de treinta años que no usaba ese poder – omito decir que cuando el grupo se disolvió volví a usarlo para sobrevivir. Después de todo, la vida era más sencilla cuando la gente cooperaba con todos tus deseos. - Y ahora Sephard me anima a que lo use, a que practique, a que mejore… Nunca lo he usado con vosotros y nunca lo usaré… pero entiendo que no puedas creer una sola palabra de lo que te digo. –

Dejo que Frost medite sobre lo que acabo de contarle. – Pero piensa en su utilidad. Podemos usar mis poderes para conseguir más información de WRG… para controlar a alguien de dentro. Y si no funcionan porque Himmler les ha protegido siempre queda la opción de que les obligues a cooperar por la fuerza. – Explico. Realmente la mezcla de mi habilidad con las habilidades de matar de Frost me parecen una combinación realmente impresionante.

Escuchó atentamente, asintiendo con la cabeza mientras se movían aunque nunca miraba directamente a Branson. Siempre tenía la sensación de que le seguían, que en cualquier momento ellos –era agradable poder darles ahora un nombre- podían aparecer. Al menos le gustaba lo que oía sobre Cindy, de modo que se relajó algo y escuchó todo lo que le tenía que decir sobre Himmler mientras trataba de plantearse como actuar o al menos eso hizo hasta que le escuchó hablar de aquellos poderes que se suponía tenía y que tanto él como Shepard les habían mantenido al margen.

Entendía el porqué lo habían hecho. Frost no pudo evitar mirar a Branson con escepticismo preguntándose qué cosas desde que le conocía en realidad se las podía haber metido él en la cabeza. Arrugó un momento la nariz como si bajo ella le acabasen de poner una mierda y se paró un momento.

-Te agradezco la sinceridad Maxwell… Así que yo voy a serlo también contigo. Entenderás que si sospecho que te estás metiendo en mi cabeza o en la de los míos –dijo sin mencionarla a ella directamente- te meteré un tiro entre los ojos antes de que te des cuenta. Le miró fijamente a los ojos, serio y fijamente para que se diera cuenta de que iba completamente en serio. Luego como si aquella conversación no hubiere sucedido continuó andando y hablando.

-El viejo zorro de Shepard me dio algo más de información tengo el nombre del que creó las pastillitas azules que permitieron que Cindy y los suyos nacieran… Y tengo el nombre del productor que le hizo todo eso a la madre de Cindy.

Se golpeó un momento el bolsillo interior del chaquetón. -Tengo la cinta de lo que le hicieron a la madre. Aún no la he visto pero entenderás que ese hombre no va a respirar mucho más.

Aquello último lo dijo con total normalidad, como si comentara que el día estaba nublado o fuera cualquiera de aquellas absurdas conversaciones con un desconocido en un ascensor.

-Tal y como yo lo veo tenemos dos opciones- prosiguió poco después- o bien vamos a cazar directamente a Himmler y le volamos la cabeza si no podemos realizar una extracción, o husmeamos todo lo que podemos sobre la WRG antes de actuar. Las dos opciones tienen problemas… La primera es que podemos fallar si no conocemos bien que es lo que tienen o sus defensas. La segunda es que si metemos el hocico en la WRG siempre hay el peligro de que nos vean venir y puedan prepararse o atacar primero.

Se encogió de hombros.

-En el caso de querer todos los datos creo que tendríamos que tratar de localizar al de las pastillitas de Cindy que las intentaba vender para huir de la WRG o hablar con el productor que de algún modo tuvo lazos con ellos al entregar la… Camada de Cindy.

-Tu decides… Jefe.

Costaba saber si las últimas palabras eran dichas en serio o en algún tono jocoso que solo Frost parecía entender.

No me hace falta la advertencia de Frost acerca de meterme en su cabeza. Lo tengo bastante claro desde hace muchos años y además no es mi intención… pero al menos ya está sobre aviso. Hubiera sido mucho peor si se enterara por otros… de hecho podrían intentar manipularle revelándole el alcance de mis poderes e incluso haciéndole creer que ya los he usado sobre él. No, éste es el mejor camino a seguir.

- Espero no tener que llegar a ver esa cinta. – Admito. No estoy muy seguro de qué habrá en ella pero seguro que no es agradable. He visto muchas cosas malas pero me hago mayor y quizá no tenga el estómago de antaño.

- Me parece bien que ese tipo no respire… - Digo confirmando las intenciones de Frost. – Pero entenderás que antes habrá que sacarle la información… de un modo u otro. – Digo para que quede claro que no quiero que muera hasta que tengamos todo. – Cuando indague en su mente puedo hacer que sea muy doloroso también… - Explico.

- Ya os dije que no soy Sephard… y sé que hay gente que no merece un juicio, ni explicaciones… simplemente un tiro en la frente y al basurero. A alguno quizá le cueste comprenderlo… pero tendrán que acostumbrarse. – Me encojo de hombros. – Aunque el plan no es ir asesinando indiscriminadamente. – Aclaro. Sé que tampoco es el modus operandi de Frost por mucho que el resto del grupo le tenga por un psicópata.

- Himmler es demasiado peligroso, y más si no sabemos de qué defensas dispone. Necesitamos más información. – Explico. Por muchas ganas que le tengamos, ir a por Himmler no es nuestra mejor baza ahora mismo. – Creo que es mejor dar primero con el tipo de las pastillas y con el productor… y hay que mantener un perfil bajo. No quiero salir en las noticias como el resto de nuestros amigos. –

En cuanto Frost me diga los nombres moveremos algunos hilos. Quizá incluso le coma el coco a algún policía para que haga una búsqueda por nosotros en los ordenadores de la comisaría y nos imprima sus direcciones y teléfonos. Total, el policía luego no recordará nada y no habrá nada que lo relacione con nosotros…

-Tengo el nombre del productor... -Añadió al fin saboreando cada una de las palabras, disfrutando con lo que iba a hacer- Donald Heart. El recibió las primeras pastillas, él nos podrá llevar hasta ese científico díscolo y si no puede... Al menos lo voy a pasar muy bien tratando de conseguirlo.

Eithan sintió unos pasos acercandose.

Maxwell noto una mente preocupada por tener que ocuparse de uno de los insabores de su trabajo.

Un oficial negro se aproximo con una hoja de papel en la mano y enseñandoosla pergunto:

- Buenos días señores, ¿Han visto a alguno de estos niños?.- la imagen de los tres hijos de John bajo unas enormes letras de se busca.

Tenias delante a un buen hombre. Su turno había terminado pero aun así usaba horas de su tiempo libre para encontrar a esos chicos.

En la comisaria le habían dicho que estaban en manos del sicopata de su padre y esperaba que al menos uno hubiera podido escapar. No estaba casado pero tenia sobrinos que adoraba y le aterraba la idea de que algún día se encontraran en aquella situación.

Hoja de servicios intachable, contaba con permiso para revisar todos los informes y archivos que necesitabais.

Lo siento por este buen tipo. Un oficial respetable y lo mejor de todo, no corrupto. Alguien que se preocupa por hacer bien su trabajo, por proteger a la gente. Por gente así merece la pena hacer lo que hacíamos, lo que hacemos.

Me concentro. Trato de penetrar su mente e imponer mi voluntad, como he hecho tantas otras veces hace tanto tiempo, y esas pocas veces en los últimos años. Sephard me ha dejado en su video indicado que debo esforzarme, que debo poner al límite mis capacidades, asi que no pienso contenerme.

- Buenas agente. - Le saludo mientras imprimo toda mi fuerza de voluntad en las siguientes órdenes. - Regrese a la comisaría. Si le preguntan no ha averiguado nada pero sigue investigando. Busque toda la información que pueda sin que le pillen sus compañeros y sin que nadie sospeche de usted acerca de un tal Donald Heart... es un productor de cine creo. Y luego vaya al Kramerbooks&Afterwords Cafe, en el 1517 de Connecticut Ave*. Nos buscará a él - digo señalando a Frost. - O a mí - continúo señalándome a mí. - Y esperará nuevas instrucciones. -

Le miro fijamente para ver si lo ha entendido. - Y no nos ha visto ni ha hablado con nosotros. Vaya. -

Confío en que funcione, hasta ahora mi habilidad no me ha fallado nunca. Pero si falla... bueno, tengo a Frost. Lo peor que puede pasar es que se ponga violento.

Al acercarse el poli Frost actuó por puro instinto, se echó hacia adelante levemente tensando el cuerpo y mirando alrededor esperando cualquier ataque desde cualquier lado. No creyó ver a nadie hostil, ni entre la gente de su alrededor ni en los coches. 

Mejor para ellos.

Habría cometido una locura de haber estado solo, el poli había estado a punto de morir y ni siquiera lo sabía. Por suerte Ruiseñor estaba haciendo lo que coño fuera que hiciera. Se quedó en silencio viendo que fuera que estuviera haciendo su compañero.

¿Tan fácil? ¿Simplemente hablando como si nada?

Branson si que daba miedo y no él.

El oficial se quedo pasmado, escuchando las ordenes como si fuera un niño. Asintió. En algún lugar de su mente aquello sucedía como en un sueño.

Se puso recto pensando por alguna razón que pertenecíais a algún tipo de brigada especial, o a asuntos internos, o al F.B.I y no discutió las ordenes. Se dio media vuelta y volvió de camino a su coche, con la idea de regresar a comisaria y buscar cualquier dato con ese nombre.

Así de facil y así de perturbador. Si Ruiseñor había usado esa técnica con algún compañero seria imposible saberlo y solo cabía confiar en su palabra.

Así que era así como Branson se metía en la cabeza de alguien. Sutil, muy sutil y de cierto modo terriblemente acojonante. Si podía meterse en tu cabeza de aquel modo, con una simple sugerencia… Aquello convertía a Branson en un hijo de puta muy peligroso. Si tenía que cargárselo iba a tener que hacerlo con un buen rifle de francotirador o rompiéndole en cuello antes de que pudiera decir una palabra.

Pensó que si pillaba a algún carbón de la WRG no estaría mal meterse lo mismo que les hacía inmunes… Se quedó mirando al poli largarse como si nada hubiera pasado. Dejó de pensar en aquello, a saber si el pajarillo estaba metiéndose ahora mismo en la cabeza.

-Luego dicen que yo doy miedo Branson… Te sugeriría que no comentes eso a los de piel más fina. Seguro que alguno no estaría de acuerdo en que juegues con la cabecita de la gente.

Sonrió haciendo su mejor imitación de empatía que tenía en su repertorio y continuó andando alejándose del poli. A pesar de todo miraba en todas direcciones, disimuladamente como si esperara que en cualquier momento que el mundo se fuera al garete.

-¿Ahora qué?- Preguntó -¿Tomar unos chupitos y esperar a que nos traigan la información? Muy divertido pero antes tenemos que hacer unas compras… Necesitaremos un vehículo, cuerda de escalada, hilo de pescar, cinta americana y varias herramientas… Carraspeó un momento Palas, una sierra y… Probablemente un botiquín bien equipado.

-Nunca se sabe.

- Un vehículo sin llamar la atención... será complicado. - Indico pensativo mientras continúo andando junto a Frost.

- El resto de compras podemos hacerlas sin problema, aunque el búnker estaba bien equipado. Seguro que podrías conseguir cualquiera de esas cosas allí. - Comento.

- Tenemos dos opciones. Intentar conseguir algo más de información de WRG... el cómo ya no sé... o hacer tiempo y acudir al punto de encuentro a la espera de que el poli venga con todo lo que queremos. Y luego de vuelta al búnker a compartir la información con el resto. - Digo pensando en los demás. Espero que no tengan problemas.

- No deberíamos permanecer mucho tiempo en la calle. Tú y yo aun no hemos salido en las noticias pero es cuestión de tiempo que intenten presionarnos de alguna manera. Quizá debería volver al búnker y pasarme por la mansión del piso superior para ver si Verónica ha regresado... No creo que tarde mucho. Con suerte se habrá creído eso de que nos hemos separado. -

-¿Volver al búnker para qué?- le interrumpió -Si no puedes meterte en la cabeza de Veronica no creo que puedas controlarla... Y esa cerda ya os ha tomado el pelo a todos. Mejor que piense que nos hemos largado, cualquier cosa que le digas lo podrá usar en tu contra.

-Diría que conseguir un coche no será problema, aún se me da bien hacer puentes y las puertas son fáciles de abrir si sabes como. Si queremos interrogar con calma a nuestro amigo tendremos que poder llevarnoslo. Deberíamos movernos y comprar un par de matrículas falsas. Seguro que podrás convencer al del taller de que tienes la documentación necesaria para que te la fabriquen.

Continuaba andando sin perder de vista a la demás gente a su alrededor. Cualquiera podía ser uno de ellos y el bueno de Maxy tenía razón. No estaban seguros al aire libre.

-Luego deberíamos ir al sitio ese, no sabemos lo que tardará copito de nieve en traer la información. Después... Supongo que tendremos más idea de donde ir o que hacer. Tenemos que preguntarnos que quieren, donde están y como joderlos. Y para eso hemos de saber con que defensas o soldados cuentan. Porque pregúntate... A cuantos hijos de puta como nostros pueden haber hecho después.

- Cuando tengamos más información decidiremos. Si lo de Himmler está complicado habrá que volver al bunker aunque sólo sea para compartir lo descubierto con el resto del grupo… y ver si ellos han averiguado algo. Te concedo que intentar hablar de nuevo con Verónica no tiene mucho sentido. – Admito pensativo.

- Vamos a por ese coche y luego directos a un taller. Yo me encargo de que nos den un par de matrículas adicionales y se olviden de todo. – Indico con una sonrisa. Empieza a gustarme esto de usar mi poder sin comedirme. Nos va a facilitar la vida y ahora mismo no nos viene nada mal.

- Primer paso conseguir un coche, segundo el taller y por último el punto de encuentro con nuestro amigo policía… Y luego ya veremos. – Digo finalmente aceptando gran parte del razonamiento de Frost.

No fue complicado encontrar un vehículo adecuado, tampoco llevároslo sin llamar la atención. Era un modelo muy común en aquellos tiempos, de un color corriente, el tipico utilitario fabricado en serie al que nadie prestaría atención.

De camino al punto de encuentro con el oficial "Blanca Nieves" visteis un taller abierto con un cartel donde se indicaba que también se hacían matriculas.

  Era un taller pequeño, un negocio familiar cuya fachada indicaba que había conocido tiempos mejores.

 En el interior un hombre de pelo cano tenía la cabeza sumergida en el interior de un capo abierto mientras murmuraba maldiciones por el mal estado de las piezas y la dificultad del arreglo.

- ¿Puedo ayudarles en algo?.- pregunto un muchacho saliendo de detras de otro vehículo.

- Claro. – Respondo al chico mostrando mi mejor sonrisa. – Necesitamos una nueva matrícula para el coche. La trasera se ha caído en medio de la nieve y la perdimos. Pusimos una de pega y fui a denunciarlo a la policía, pero en tráfico me han dicho que toca rematricularlo entero. – Comento con cara de fastidio.

- Creo que aquí fabrican matrículas nuevas, ¿verdad? – Pregunto con voz y gesto inocentes. - ¿Se encarga usted? ¿Qué documentación necesitan? – Pregunto de nuevo como si fuera un cliente de verdad. Alguien a quien le ha pasado algo asi por primera vez.

En cuanto sepa si el tipo de pelo cano no va a fisgar, o cuánta gente está involucrada en el proceso, comenzaré a repartir órdenes.

Era agradable ver que no lo había olvidado todo. Robar el coche había resultado sorprendentemente fácil. Habían cosas que no se olvidaban. Al menos no las malas. 

Para sorpresa de Frost resultaba fácil trabajar con Branson. Cada uno sabía lo que tenía que hacer y más o menos lo que podía hacer el otro de modo que no se metía cada uno en el trabajo del otro. Cuando vio que su compañero se acercaba para hablar con el cachitas lleno de grasa guardó espacio y se colocó al lado del capó donde estaba trabajando el viejo. Cruzado de brazos permaneció tranquilo y en silencio. Si pasaba cualquier cosa sería fácil cortarle la garganta o cerrar el capó con la cabeza dentro del motor.

Sonrió, siempre le agradaba el trabajo bien hecho.