Partida Rol por web

- O podemos cenar por el camino... - Dijo. - Así aprovechamos el tiempo. - Sonrió. - De hecho, podríamos echarnos unas cabezaditas mientras avanzamos. Por turnos claro. 

Monto sobre Zorro. Aquel pobre animal estaba haciendo un gran trabajo. No entendía como Santana no podía empatizar con un caballo. Pero bueno, cada uno era como era. 

- ¡En marcha! - Dijo. Y dio la orden a Zorro con las piernas para que se pusiera en marcha y éste hizo caso. 

Casi un par de horas después, comenzastéis a divisar el lugar donde vivía el chamán. Aquello no tenía buena pinta. No había tipi, en su lugar un montón de rescoldos de lo que había sido un gran fuego. Romualdo no estaba lejos de un bulto en el suelo. Al iros acercando más empezastéis a ver las cosas más claras.

El cuerpo de Dan, el cual reconocísteis por su ropa, puesto que lo carroñeros habían hecho bien su trabajo con él y solo quedaba hueso y tela a la vista, yacía muerto en el suelo. Unos metros más allá, estaba el cuerpo de Kezia, el cual reconocistéis nuevamente por su ropaje y porque su fiel burro estaba junto a ella. Quizás acercándoos un poco más y examinando los cuerpos encontraséis más pistas sobre lo ocurrido.

A la izquierda de los cuerpos, se podían ver tres montículos de cenizas, mezcladas con ascuas y huesos humanos, dentro de lo que era un círculo quemado que pegaba a la pared rocosa de la montaña. En ella, donde debió estar el tipi que salió ardiendo, había una cueva humeante que debía comunicar con la tienda.

Pero allí no había más que muerte. La diligencia no estaba, al igual que no había ni rastro del caballo de Dan.

El sol se estaba poniendo y no os daba tiempo a moveros mucho más lejos. Pero si el chamán vivía allí y era uno de esos tres cuerpos carbonizados, debería tener algún tipo de fuente de agua en algún lugar cercano.

- Vaya... - Dijo al ver el desastre. - ¡A saber lo que ha sucedido aquí! - Exclamó mirando los restos humanos. - ¿Tres tumbas? Una puede ser del chamán. ¿Y el resto? - Negó con la cabeza. - Bueno. La menos algo hemos avanzado. - Concluyó. 

Acto seguido Will se puso manos a la obra. Suponía que ya habían desplumado a los cadáveres, pero aún así, rebuscaría cualquier cosa que pudiera serle de utilidad. No sabía cuándo podría volver a un lugar civilizado, ni cuanto tiempo más podría seguir dependiendo del mejicano para comer, así que cualquier cosa que pudiera encontrar, se la llevaría. Además, ahora tenían a aquel burro para cargar con todo. 

Una vez hecho aquello, se dedicó a buscar el rastro de la caravana. No podía ser muy difícil identificar hacia donde habían proseguido sus antiguos compañeros. Más que nada, porque toda rueda dejaba marca en el desierto, por mínima de fuera.

- ¿Se llamaba Romualdo? - Le preguntó a Santana. - El burro dijo. - Sonrió. - Al menos el Negro ya no está entre nosotros. No es que me alegre, pero si me alivia. No le finaba nada de él...

Miró al rededor... cuerpos, lo que parecían restos de incineraciones... y la covacha; y a todo esto, la noche caía a plomo...

-Bonito lugar para pasar la noche... aprovechemos mientras haya luz, y movámonos rápido.

Despontó y ató su montura, pero sin desensillarla aún, no fuese que tuviesen que salir por patas, y asió con fuerza el rifle; primero se acercó a los cadáveres que más o menos podían identificar fácilmente, y tras un rápido cacheo, comentó:

-No me extraña que Dan acabase así... demasiado amigo de las conspiraciones... al final parece que no apostó al caballo ganador; y Keiza... bueno... tal vez su carácter la perdiese. Los cuerpos no parecen recientes, y no parecen haberse movido desde su muerte, así que no parece que vayan a levantarse de nuevo.

Bajó la mirada, para ver que le podían contar las huellas, para discernir que había pasado allí: si había habido una pelea, o un tiroteo... eso lo podría saber al ver casquillos amontonados de cuando alguien recarga un revólver, o sueltos de la recarga de un rifle.

-Vaya mierda... cuando es más peligrosa la gente viva que los muertos que andan... es que la cosa va mal.

Levantó la cabeza y husmeó, y miró hacia su caballo; parecía inquieto... Como un sabueso empezó a moverse en círculos, buscando... buscando... buscando agua. El chamán podría tener una fuente cercana; aunque fuese una filtración de la pare de la pared rocosa en que se abría la cueva,... o tal vez la propia cueva...

Buscando en el cuerpo de Dan, te das cuenta de varias cosas. La primera es su olor, tan desagradable como su persona. Olía a podrido, como si llevase días muerto y eso no era posible salvo que acabase siendo uno de ellos. Al levantar un pedazo de tela enrojecida por sangre que en algún momento fue fresca, descubriste que aún le quedaba algo de piel y su tono era grisaceo.

Efectivamente, Dan acabó siendo un muerto andante pero después de ser disparado por la espalda.

En ese momento que moviste la tela, algo cayó al suelo. Su yesca y pedernal dentro de su caja. Al mirar para recogerlo del suelo te diste cuenta de que el craneo de Dan había sido quebrado con varios golpes. No estabas seguro que usaron, pero se aseguraron de que su cabeza quedase bien rota y su cerebro hecho trizas, puesto que los carroñeros tambien dieron buena cuenta de él y no dejaron nada.

En cuanto las huellas de la diligencia, parecían retornar hacia el camino, pero pegadas al muro que formaba la montaña. Quizás buscando un lugar más tranquilo que aquel para descansar.

No tardaste en encontrar suficientes casquillos como para saber que allí mismo hubo un tiroreo. Frente a lo que fue el tipi, había una hoguera y troncos para sentarse a su alrededor. Tomando de referencia el tipi, el tronco del lado izquierdo, que daba justo enfrente con el cuerpo de Kezia, tenía dos casquillo de un winchester y otros dos de una o dos colt.45.

El cuerpo de Dan, que se encontraba entre el tipi y el primer tronco, no tenía casquillo alguno. Cerca del de Kezia no había casquillos, pero un poco más allá, encontraste el casquillo de una colt.45. Quizás hubiesen más, pero las pisadas los podían haber enterrado o movido del sitio, pues notaste bastante movimiento entre el tipi y donde debió estar parada la diligencia.

En cuanto a la fuente de agua, fue tu propio caballo, junto a Zorro, quienes te indicaron donde estaba, pues los animales no tardaron en acercarse a beber de la pequeña balsa de agua artificial, creada por el chamán sin duda, para ir recogiendo agua que salía del muro de aquella montaña de piedra.

- Antes de morir... - Comenzó a hablar William. - ...por primera vez, digo. Se transformó en una de esas cosas. Tiene el cráneo destrozado. Eso le detuvo definitivamente. - Will recogió el estuche con la yesca y el pedernal. Ya tenía uno, pero podía perderse y luego se arrepentiría. 

Acto seguido se puso en pie y decidió seguir con el registro. Antes de tomar una decisión o de que se marcharan de allí, tenían que "limpiar" a los muertos y toda la zona en general. 

Rebuscando en el cuerpo de Kezia, encontraste una de sus colt.45 entre el amasijo de telas que era su vestido. También viste que tenía en él, en la zona del cuerpo, por delante, dos agujeros de bala y el craneo golpeado y aplastado. Claro que los animales ya lo habían separado para comerse el tierno cerebro de la gitana, pero habías visto demasiados esqueletos en el desierto como para saber que los carroñeros no rompen los cráneos de esa manera.

Tras recomponer un poco las ropas de la muerta, para que quedase, al menos, decente (y no con las enaguas al aire), se guardó el Colt 45 que había encontrado en el lugar en que estaba el que anteriormente había encontrado y perdido cuanto se cayó de culo al intentar pescar... Volvía a tener 2 revólveres, pero no es que fuese su especialidad...

-A ella se la han ventilado de dos balazos... y parece que para asegurar, le reventaron la cabeza.... supongo que por si le daba por levantarse con ganas de revancha.

Algo le llamó la atención... los caballos, inquietos tendían a irse en una dirección. Se fué hacia la misma, y descubrió el secreto del chamán.

-Vaya, vaya... tipo listo; montó una represa donde acumular el agua que se filtra de la pared de roca... tiene su propio pequeño lago.

Ayudó a los caballos a llegar al agua; tal vez eso supondría tener que beber ellos del mismo abrevadero... pero que bebiesen las monturas era lo más importante en esos momentos. Su vida dependía de ellos.

-Y es tarde; desensillaré y dejaré el caballo donde tenga hierba que pueda comer. Se han ganado un descanso. Y el burro de Kezia... también le quitaré los aperos y que decida lo que quiere hacer; a nosotros nos retardaría, si tenemos que ir al galope en un momento dado.

- Si, será mejor descansar por aquí. - Dijo mientras desensillaba a Zorro y le daba de beber de la presa que había creado el chamán. 

William bebió y llenó su cantimplora. Por fin tenía agua y la verdad era que le hacía falta. Descansar rodeado de cadáveres no era su mayor ilusión, pero la fin y al cabo allí tenían agua. 

- He localizado las marcas de huellas de la diligencia. Parece que vuelven al camino, pero pegadas al muro que forma la montaña. - Comentó de pasada. - Quizás buscaban un lugar tranquilo para descansar.

Se acercó a Santana. Era un buen compañero, pero no se fiaba mucho de él para las guardias. Se quedó dormido durante la última. 

- ¿Cómo hacemos las guardias? - Le preguntó. - ¿Duermes tres horas, luego yo otras tres y partimos? Así seguros que recortamos distancia al grupo, aunque puede que no nos baste para descansar lo suficiente...

Romualdo no tenía alforjas y al menos le habían dejado sin silla ni bridas para que fuese libre de moverse por donde quisiera, así que allí no teniáis nada que hacer. Cuando Santana se alejó unos pasos de la gitana, se acercó William a ver si tenía algo más*. Al mover el cuerpo, vio lo mismo que Santana, los dos agujeros de bala en su ropa desgarrada y el craneo roto a golpes.

De entre sus cosas, Will sacó un cuchillo y de nuevo otra yesca y pedernal.

Había sitio para descansar y suficientes brasas en lo que fue el tipi como para tener una hoguera quemando cualquier cosa que pusiérais siempre que las brasas fuesen suficientes. De la cueva seguía saliendo humo y por ahora sería imposible entrar en ella. Solo os hacía falta encontrar algo de leña para hacer un fuego y eso era complicado en el desierto...

Contento con los objetos encontrados, los guardó entre sus pertenencias. Lo que ahora le preocupaba era el suministros de agua. Si perseguían la marcha a través del desierto iban a necesitar mucha agua y no sabía dónde podrían encontrarla. Por ello, mientras Santana decidía sin hacerle caso a la sugerencia sobre las guardias o no, Will empezó a buscar algún recipiente por el campamento donde guardar más agua.

- Has visto que no me he equivocado con los de la gitana. - Le comentó como de pasada al mejicano. - También me dijo que Kane es el mal. Debemos tener cuidado con él.

-Lo que no termino de entender... es por qué echaron fuego a la cueva... Esa humareda... algo tuvieron que quemar. Por si acaso, y mientras no estemos seguros de que allí dentro no hay nada, yo no dormiría pegado a la boca de ella... y ya de paso, ni a los cadáveres.

Señaló hacia el lugar de donde el chamàn obtenía su siminstro de agua...

-Si me das a elegir, casi prefiero dormir junto a la fuente de agua; asi tendremos cerca a los caballos. Lo que nosotros no oigamos, lo presentirán ellos. Cenemos algo, y yo hago la primera guardia.

Sacó lo que quedaba para el día; tenían que tirar de sus raciones dos personas, en vez de una... eso era mala cosa a largo plazo. De hecho... empezó a mirar a Romualdo con ojos golosos... pero... lo descartó; ponerse a descuartizar un burro no le apetecía en esos momentos.

- ¡Buena idea mejicano! - Le dijo un sonriente Will dándole un plamada a la espalda. - Dormiremos junto a la fuente y cenaremos. - Esa sin duda era la mejor parte.

El menú era el de siempre, pan duro y carne desecada dura. Lástima que no pudieran quedarse junto al río. Allí el menú sin duda era muchos más variado y apetecible. Igual se hacía una casa junto al río en el futuro. Si todo el asunto de los muertos vivos se solucionaba claro...

Con la idea de descansar, recuperar fuerzas y estar un tanto alejados de los cuerpos, optaptéis por ir a dormir y cenar junto a la fuente. Vuestras monturas ya estaban allí, así que os tocó caminar unos cuantos pasos.