Partida Rol por web

Isobel resopló. ¿Realmente se habia olvidado y la propia goblin habría caido en la trampa? Era un poco extraño, pero entendia el doble papel que podía adquirir la goblin. Aun tenia su papel en toda aquella historia. Isobel tendría que evitar que se le lanzaran al cuello. Incluso la propia bruja tenía que controlarse, por lo que seguro que los demás, que tenian seguramente menos paciencia, también estaban buscando una excusa para hacerlo.

Cierta duda sembró el corazón de los pathfinders ¿Había Ekkie, omitido el detalle del foso de forma premeditada? ¿O simplemente había sido un descuido de esa cabeza alocada? Sea como fuere, la gracia casi le cuesta la vida a dos componentes del grupo, con lo que la mosca comenzaba a estar tras las oreja de aquellos que se adentraban en la guarida de los goblins. 

Isobel y Vors, registraron los cuerpos de los goblins muertos, mientras la goblin explicaba las reglas del enfermizo y sádico juego que mantenía la mayor parte del tiempo a los guardias ocupados. Pocas cosas obtuvieron de los cadáveres de los pieles verdes, a excepción de cuatro frascos de fuego de alquimista

¡Kema-Kema!- exclamó la goblin con un brillo cándido en sus ojos amarillos. Acto seguido giraron la esquina del pasillo, acabando en otro que discurría hacia el este y del cual salían tres ramales.

Había que decidir.

Annis tocó en el brazo a Hatake y señaló el primer desvío. No era buena idea dejar terreno sin explorar a sus espaldas cuando se estaban adentrando en territorio hostil. Annis sacó una de sus pociones y se la tomó antes de continuar. Se sintió inmediatamente recuperada.

-Cuidado con más trampas- le susurró.

Asentí ante la advertencia de Annis. Me acerqué hacia el primer cruce a la izquierda y me asomé por una esquina para echar un vistazo rapido. por si habia mas goblins hostiles allí. De no verlos me asomaria un poco mas con cautela en busqueda de trampas. 

Vors siguio a Hatake, confiando en los sentidos de su compañero.

Isobel iba detrás, vigilando a la goblin y tratando de que no cayeran en más trampas.

El ninja se introdujo con su habitual sigilo. Hatake era una sombra. Tras girar la esquina del primer brancal, el muchacho llegó hasta una cámara ocupada por una serie de maniquíes, con la altura de una persona humana. Todos los muñecos estaban cargados con cascabeles y campanillas.

- Ser sala dentreno...- dijo la goblin, mientras realizaba gestos rápidos con sus manos y extraía canicas de bolsillos y alforjas de los maniquíes sin hacer sonar ninguna campanilla.   

- Ekkie, querida, estos maniquís no se pondran en funcionamiento ahora ¿verdad?

Vors miraba extrañado la sala.

No pensaba que los goblins tuviesen voluntad para entrenar, la verdad.

Annis echó un rápido vistazo.

-Entrenamiento para robar, supongo...

El desprecio de la infernal hacia la raza de la goblin era manifiesto en su tono, ni siquiera hacia falta que ella dijera nada más.

Me quedé sorprendido al ver la sala de entreno, no tenia ni idea de que esos pequeños diablos verdes tuviesen la disciplina necesaria para un entreno de combate. Hasta que vi que Ekkie solo se limitaba a vaciarles los bolsillos. Me reí bajo mi bufanda. - Interesante... - Decidí probar. 

Era un interesante entreno de recuperacion de objetos. 

Vors revisa sus posesiones mirando con desconfianza a Ekkie.

Isobel le hizo un gesto afirmativo a Vors. Tenian que continuar, todo el tiempo que perdieran era... tiempo perdido.

El grupo de pathfinders se internaban en la guarida de aquellos molestos goblins con el tempor de topar con una nueva trampa o peligro. Hatake y Annis, abrían la marcha gracias a sus dotes de sigilo, mientras que Vors e Isobel, custodiaban a Ekkie. El pequeño olvido de la goblin adolescente había desestabilizado el estatus de confianza del cual gozaba hasta el momento, pero si la trasgo hubiera deseado desaparecer en aquellos oscuros y húmedos pasillos, hace rato que lo habría hecho... Después de todo, como ella misma decía, era una goblina güena.

Hatake viró en el siguiente recodo y se introdujo en silencio en lo que parecía el área de descanso de aquellas asquerosas criaturas. El suelo se encontraba plagado de malolientes catres y restos húmedos de enmohecida comida.

Hacia el oeste, se abría una pequeña verja de barrotes oxidados. Aquella barrera, daba a un pasillo que se adentraba en la oscuridad...

- Ése no camino güeno. Lleva a sitios coscuros y fétidos...- Se apresuró a decir la Ekkie. - Camino güeno hacia este. 

- ¿Estas segura Ekkie? Si topamos con otro bicho como el de antes puede que no tengamos tanta suerte, querida ... piensalo bien, confiamos en tí.

Esperé paciente mente a que Vors la convenciera. No tenia Ya no confiaba tanto en la pequeña desde su descuido que casi me cuesta la vida. De todos modos me acerqué a la puerta de los barrotes para mirar la cerradura a ver si me costaría mucho abrirla por si necesitabamos pasar x alli. 

La goblin no parecía mentir. Además estaba muy segura de que el grupo no debía elegir el pasillo barrado. - Mejor otro camino ¡Ekkie lleva! ¡Ekkie lleva!!- Afirmó con rapidez mientras abandonaba la sala. - ¡¡Seguir a Ekkie!!

- Yo seguiría a la goblin. - dijo Isobel convencida - Al fin y al cabo, para eso la hemos traido.