Partida Rol por web

Isobel se acercó a la puerta, y cuando pudo ver a sus enemigos, lanzó una Mirada maldita (Evil Eye) sobre el goblin que parecía más viejo de los dos.

La bruja entró por la puerta como si se tratara de una exhalación. Justo cruzar el umbral, descubrió a un goblin que vociferaba desde el nivel superior de aquella sala. Isobel no se arrugó y conjuró una serie de maleficios y malos augurios que tenían toda la pinta de afectar a la pericia de la criatura chillona

El asistente bufó malhumorado. La tiefling había conseguido salir airosa de su ataque incendiario. A pesar de eso, y de las palabras de mal augurio de Isobel, el trasgo era suficientemente cabezón y obstinado. Nuevamente cogió un odre inflamable de fuego de alquimista y lo arrojó sobre Annis, aunque en esta ocasión falló estrepitosamente.

La semiinfernal había dado unos pasos atrás mientras apagaba el fuego de su capa, y ese par de metros le había dificultado el tiro certero de aquel goblin de voz estridente. Viendo que acababa de marrar su ataque, decidió retirarse para conjurar una nueva estrategia.

Annis conjuró deprisa un encantamiento de protección. Al instante, un escudo translúcido de color morado parpadeó frente a ella antes de que se dirigiera hacia las escaleras.

El cuerpo a cuerpo se me daba mejor que lanzar mis shurikens, al menos mientras estuviera al descubierto. por lo que decidí subir por la via rapida y corrí por la escalera, saltando hacia la pared para darme impulso y aterricé en el borde superior de la escalera rota, con mi bufanda roja hondeando detrás de mi como mi estela. Al instante de esa demostracion acrobatica desenvainé mis wakizashis, listo para cualquier acometida de los goblins. 

Vors se adelanta, intentado proteger a Isobel del goblin que esta a su lado.

- ¡Vamos amigos! ¡Os matare sin causaros mucho dolor!

Con un movimiento fluido cogio una daga y la lanzó hacia el goblin mas cercano a la entrada. Parecia como si Vors quisiese provocar a su adversario con su palabras y la sonrisa en sus labios.

La daga de Vors golpeó contra el borde de madera de uno de los bancos. El goblin asistente extrajo unos segundos la cabeza para sacarle la lengua en un gesto provocativo al espadachín. Acto seguido, se escondió tras ella mientras se oía su irritante risa. Por su parte, Yarak observó como Hatake ascendía hasta el segundo nivel de la estancia realizando una serie de acrobacias y piruetas dignas de un artista circense.

El goblin retrocedió ante el empuje del ninja y preparó uno de sus ardientes trucos. Los trasgos adoraban quemar cosas y personas...

Ni corto ni perezoso, el goblin del sombrero de pico lanzó una granada de fuego sobre hatake. El xianés tuvo suerte, pues la bomba estalló a su lado. A pesar de esquivarla, el estallido de la misma le quemó la pantorrilla... 

Visto que su movimiento habia traido la mala suerte en uno de sus oponentes, intentó que también le sucediera al otro.

El conjuro de Isoble pareció afectar al goblin del sombrero rojo, pues durante unos segundos quedó ensimismado. Por su parte, el ayudante goblin, rodeó uno de los bancos de trabajo y lanzó una nueva granada de fuego de alquimista, en esta ocasión dirigida a Hatake. Para suerte del ninja, la pequeña vasija chocó contra el tabique y se rompió en mil pedazos desperdigando el contenido por toda la pared...

Corrí contra el goblin asistente cargando contra él para tratar de derribarlo cuanto antes, pues estaba demasiado lejos copmo para que el resto de mis compañeros le acertasen desde abajo. 

Vors lanzo otra daga afinando la punteria y se acerco a la escalera lo mas rapido posible

Hatake no sólo esquivó el odre de incandescente líquido, sino que realizó una fulgurante maniobra que lo puso ante el goblin en una posición ciertamente ventajosa. Sin pensarlo, descargó la hoja de su exótica espada corta y rajó el pecho de su oponente. Una mueca de terror se gestó en el rostro del pequeño ser verdoso.

Por su parte, Vors se escurría entre la parte inferior de la sala como una culebra. Cuando pasó cerca de Yarak, lanzó una de sus certeras dagas, la cual se hincó en la pierna del trasgo de sombrero rojo.

- ¡¡Grrrrrrrrrr!!

Isobel pretendía invocar todo el poder de la mala fortuna sobre sus enemigos de tal modo que, eligiendo de nuevo como objetivo a Yarak, y en vez de un mal de ojo, esta vez lanzó sobre él la mala suerte.

Annis saltó el hueco que había dejado la escalera derrumbada y aterrizó al otro lado con seguridad. Nada más tocar suelo, invocó su poder arcano para mejorar las capacidades de su arma, que brillo con un tono azulado cuando el poder de la tiefling la invadió.

El goblin extrajo su extrambótica espada corta. En un principio podía parecer un arma poco fiable, pues bien era conocida la apetencia de los goblins por crear sus objetos a partir de chatarra de los vertederos, pero la realidad distaba de aquella concepción inicial. Los Rajaperros eran armas altamente afiliadas. Ya se encargaban de ello los pequeños demonios de piel verde.

El asistente lanzó un cuchillada, pero su tajo fallo con estrépito. 

Justo en ese instante, Annis hizo acto de presencia en el nivel superior. Los refuerzos llegaban a tiempo.

El arma del asistente parecia un trozo de chatarra pero como pude ver de cerca estaba muy afilada. El pequeñajo era torpe y sin tecnica por lo que no me costó nada evitar su ataque. Entonces arremetí con mis dos wakizashi esperando poder despacharlo pronto.