Partida Rol por web

Salís por la puerta arrastrando a Ian que se agita mareado y dolorido, sigue perdiendo sangre. Escuchais un montón de cristales romperse, seguramente el techo de la nave, un vistazo dentro os muestra una nube de polvo, el techo se ha desmoronado en parte mientras el monstruo gargantuesco continúa alzándose, un profundo bramido procedente de él indica que está tremendamente agitado.

Escuchais y diferenciais los chillidos agudos de los dinosaurios voladores, cuyas siluetas no tardan en aparecer por encima de la nave y volar sobre el lugar a gran altura. Sea lo que sea lo que esté saliendo de esta nave... no podeis permitir que llegue más allá.

Jack mira más allá de la esquina, esperando ver a Jimmy, pero no sale nadie, desde fuera y en el estruendo de la pequeña demolición tampoco podeis escucharle si comenzara a gritar.

Un compañero herido, otro desaparecido, un monstruo enorme pugnando por salir a desatar el caos y una amenaza voladora que por ahora se mantiene a cierta distancia. ¿Prioridades?

Realmente era tal y como aparecía el doctor Connors en los cómics de Spiderman. James no podía llegar a distinguir si aquella imagen era auténtica o solo fruto de su desbordada imaginación. Pero aunque no lo estuviera viendo como es en realidad, seguro que detrás de esas escamas y esa bata estaba el responsable de esa voz serpentina.

Coge el arma con cierta grima. ¿A quién pertenecía ese cadáver? ¿Al infeliz guardia de seguridad de este almacén? Y prepara la pistola tras haber contado las munición. El anterior propietario había vaciado siete balas contra vete tú a saber qué, y había fallado. No eran unas perspectivas muy halagüeñas.

Nn... No te tetetengo miedo.

Ojalá pudiera decir alguna frase mejor. Un "tu reinado de terror termina ahora" o un "te haré sentir mil infiernos en tu piel". Se sabía un montón de frases del estilo. Solo que esta vez, no le salían.

Si te acercas, disparo.

La punta del cañón bailoteaba en las manos del ingeniero. No tenía demasiada experiencia en combate. Es decir, salvo con los videojuegos de shooting.

- ¡Jack, ayúdame a llevar a Ian hasta ahí! - Le grité a mi compañero, por sobre el estruendo que el dinosaurio hacía al moverse dentro del almacén, mientras que le señalaba la pequeña caseta de seguridad, ubicada a un par de metros. - ¡Bajalo lentamente! ¡Eso! ¡Así! ¡Con cuidado! - Cuando el herido estuvo en el suelo, busqué otro botiquín para intentar nuevamente curar sus heridas. - ¡Ayúdame, grandulon, que Ian está muy mal!

Con todo el cuidado de que fue capaz, a pesar de los tirones de sus propias heridas, Jack bajó a Ian al suelo. Allí revisó las heridas con rapidez, buscando despejar de pedazos de ropa y suciedad el lugar en la medida de lo posible. A pesar de no ser especialista en el tema, muchas veces había sido golpeado y cortado y algo había entendido, o creido entender, de lo que le habían hecho a sí mismo.

- No te mueras, pequeñajo.

Mientras Alice trabaja sobre Ian, levantó la vista. En este lugar tiene que haber explosivos. Creo que es hora de hacer un Hiroshima en el culo de estos bichos.

El monstruo se te echa encima sin vacilar dando un gran salto por encima de toda la basura, tu tembleque te hace perder el equilibrio hacia atrás dándote un par de pasos de distancia entre ambos que no tarda en recortar con una sola de sus zancadas, la mano escamosa y verde que levanta termina en unas garras larguísimas y baja con tremenda fuerza y velocidad contra ti que aún alcanzas a reaccionar para echar otro paso atrás esquivando el golpe.

El tipo sisea, alarga su lengua entre unos enormes colmillos que se extienden cuando abre de forma desmesurada su boca y exhala sobre ti su repulsivo aliento, casi no puedes alumbrarle con la linterna lo que produce un efecto mucho más terrorífico al hacer que la sombra monstruosa baile tras él.

Estásssss muerto muchacho

El edificio empieza a derrumbarse, el dinosaurio gigantesco se encuentra agitado y lo golpea todo con violencia, se escucha una gran cristalera romperse y unos chillidos reptilianos más agudos estremecen tu cuerpo, las paredes del pasillo que llevan a la zona de carga aguantan, pero por el enorme escándalo y la nube de polvo que se está levantando más allá de la puerta de plástico... a toda la nave no le deben quedar muchos minutos

Toda la nave empieza a venirse abajo, planchas del techo empiezan a caer y una pared lateral se dobla hacia dentro como si fuera de cartón, reduciendo el espacio del lugar y poniendo más nervioso al gigantesco monstruo. Sacais a Ian del edificio y con la misma carrerilla lo alejais suficiente como para que no corra peligro, junto a la casita del guardia de seguridad. Los dinosaurios voladores continúan en alguna parte del oscurísimo espacio aéreo.

Seguís sin ver ni escuchar a Jimmy. Toda la ayuda sería inestimable en tan precaria situación, dentro del viejo almacén sería fácil encontrar material sanitario para recuperar a Ian..... aunque no sea muy fiable o esté parcialmente estropeado.... Y tal vez esta sería una buena ocasión para pedir refuerzos al jefazo mientras tratais de contener a las bestias en este lugar

El corazón se acelera. No es fácil encontrar una experiencia tan extrema en un videojuego, y la adrenalina de abrir un sobre de cartas o tirar un dado no puede compararse a lo que el ingenuo de James estaba viviendo en aquel momento. Esto era más como un "oh, dios, voy a morir" y no un "17 o más y paso la tirada".

Su dedo apretó el gatillo con fuerza, más por la tensión muscular que porque verdaderamente tuviese la rapidez mental y la sangre fría para disparar. Como un tipo duro. Como Hammer, que aunque nunca le había visto en acción, seguro que era tan duro como el que más. Desde luego, más duro que un ingeniero virgen de treinta y dos años. Pero disparar como un tipo duro no significa disparar con puntería.

Bang...

Ian no se despertaba, lo que hubiera dentro del galpón principal seguía rompiendo el edificio por adentro para salir y Jimmy seguía desaparecido. Las cosas no podían estar peor. Por lo menos, hasta que salga lo que sea que haya allí.

- ¡Hammer, quédate aquí y cuida a Ian! ¡Yo iré a buscar a Jimmy! - Le grité antes de ponerme en movimiento. - ¡Llama al jefe y dile que necesitamos ayuda!

En seguida me dirigí hacía donde estaba el ascensor de cargas, por donde Jimmy y Hammer habían entrado al almacén, haciendo zig-zag por el par de metros que había hasta el agujero del ascensor. Espero que los dinosaurios voladores no puedan atacarme así. En unos 5 segundos ya había alcanzado el agujero del ascensor. Salté directamente por el hueco hacía el interior pero no calcule bien la profundidad y me golpeé cuando llegue al fondo. Me levanté cómo pude y con la luz de mi linterna le dí un vistazo al lugar, buscando a nuestro neurótico compañero.

Jack arrastra a Ian lo más suavemente que puede (que no es mucho), hasta quedar más o menos a reparo mientras busca el teléfono entre sus ropas. Y llamar a Jimmy? Por qué mierda no se nos ocurrió?

Hace speed-dial con la oficina y comienza a narrar el desastre, pidiendo una extracción inmediata. Luego, marca el número del enano friky.

Jack toma el teléfono de Alice, ya que él no tiene.... fué una dura excursión al distrito Negro.

Alice sale corriendo justo cuando la mitad de la nave opuesta a la entrada de mercancías se derrumba por completo, la estructura entera se tambalea y entre el humo que rápidamente se disipa comienza a emerger un dinosaurio de proporciones gargantuescas.

La entrada de mercancías debía estar hecha para camiones, no parece que Jack o Jimmy hayan bajado por el ascensor ya que este está un poco alejado y justo resuena un disparo   ¡Bang!  Frente a ti. Hay un muelle de hormigón aproximadamente un metro de alto fácilmente salvable donde debían colocarse los camiones para cargar o descargar. Tras el muelle unas puertas de plástico, más características de supermercados o pescaderías, de ahí provenía el disparo sin duda.

Alice corre y sin hacer uso de la escalera se apoya en el muelle y sube de un salto armándose al momento con su propia pistola, al otro lado escuchas el característico y sibilino gruñido de un dinosaurio

¿Sí? Ah Hammer un segundo - Gritas desesperado pero Molly ha dejado el teléfono sobre la mesa, escuchas la musiquita de algun videojuego que de repente se queda en pausa y la chica recoge el teléfono - Sí dime, hace horas que el jefe se fué, soy yo quien queda a cargo de las unidades que quedan trabajando en la noche. ¿Necesitais algo?

Cuando Alice se marcha, Jack siente un escalofrío, y un batir de alas se cierne sobre él mientras habla por teléfono, tan pronto como la muchacha ha desaparecido y entre el caos del dinosaurio gargantuesco una de las dos criaturas voladoras han descendido para cobrarse al machote, la otra, ha aterrizado cautamente cerca de Ian y lanza un graznido a su compañera gateando hacia el arqueólogo.

Un disparo resuena por donde ha desaparecido Alice

Ssss-ssss-ssss - Parece una carcajada, siseante y sibilante, pegajosa, el monstruo casi desencaja la mandíbula lanzándose contra ti, fácil de esquivar, esos dientes parecen emponzoñados, bufa como una víbora furiosa y el sonido parece tan profundo como si proviniera de lo más profundo de su profundo estómago. Jimmy piensa haberse librado cuando siente las larguísimas y frías uñas en su cuerpo, ni siquiera ha podido enterarse en qué momento se las ha clavado, ha sido demasiado rápido. El monstruo se aparta de un salto y la sangre surge de tu cuerpo como si fuera una botella mal agujereada, como un silo roto. La ropa se tiñe de sangre y Jimmy se tambalea malherido y sin fuerzas

Sangre... me mareo...

No hay esperanza. Nunca la hubo. Jugar a los espías para la Dragonfly siempre fue una tarea que le venía grande. Y ahora todo se acaba. Solo puede hacer una cosa: autodetonar la Enterprise, morir con honor. Es lo menos que puede hacer para homenajear su uniforme de la Federación de Planetas que está en el armario de casa, cuya tela de pésima calidad le produce escozores en lugares incómodos y que no se lo ha vuelto a poner desde la última vez que volvió a engordar.

Lo malo es que no hay nada para hacer explotar y llevarse por delante a unos cuantos klingon.

No me cogerás con vida.

Se introduce el cañón del glock por la boca. Cuando la punta toca el velo del paladar, le entra una arcada que le obliga a vomitar en el sucio suelo de aquel almacén.

No te rías... arf... ¡HE DICHO QUE NO TE RÍAS!

Bang...

Dispara en un ataque de furia contra su enemigo. Solo para que deje de reírse de él. Solo para eso. Toda la vida se han reído de él. No es justo que también muera así.

- Molly!? MOLLY!! Escúchame chiquilla, tenemos una situación de emergencia aquí! Agentes caidos! Esto es peor que... el final del ME3!! Mándame los aviones, tanques, lo que tengas!! vocifera Jack en el teléfono mientras al observar al bicho volador comienza a levantar la pistola. Aunque a esta altura, duda que el estampido lo asuste.

- OK, Alice. No es hora de ser miedosa. Hay que entrar. - Me ordené a mi misma entre diente, para infundirme valor. Apreté con fuerza la empuñadura de la pistola y el mango de la linterna, siguiendo con el haz la recta que generaba la punta del arma. De una patada abrí la hoja izquierda de la puerta doble de plástico y entré, avanzando unos 5 pies (una casilla), registrando el lugar cómo podía con la poca luz que tenía.

El lagarto se lanza hacia adelante una vez más, la raída y larga bata blanca ondea como una  capa tras él por la impetuosidad del salvaje movimiento. Ambas garras sujetan unos momentos a Jimmy que pierde rápidamente el sentido cayendo de rodillas frente a él, que con gesto de superioridad se mantiene sujetándole de la pechera.

La puerta de plástico gira al vaivén cuando Alice entra y contempla la escena: un pasillo estrecho, con algunos carros de transporte y cajas vacías, bolsas de basura y un par de ordenadores rotos, en el centro del pasillo el haz de luz de su linterna ilumina la terrible escena. El muchacho asignado a su grupo cuelga como una marioneta frente a un ser humanoide escamoso vestido con harapos. Medirá alrededor de dos metros y sisea violentamente al verla aparecer afianzando la presa sobre el joven muchacho.

SssSssS tira tu arma, o el muchacho morirá

El ser habla, su voz es repugnante y pegajosa, una pasarela colgante cae tras él haciéndole dar un par de pasos asustado por el inminente derrumbe, junto a Alice una manguera de ventilación que ya no exhala aire alguno cae desenganchada dejando un sonoro escape de aire en algún lado sobre su cabeza.

El dinosaurio aletea a tu alrededor, dispuesto a atacarte, pero eres suficientemente rápido como para evitar su ataque inicial al descender y contra-atacar para tratar de derribarle. La voz de Molly se escucha ahora difuminada por una serie de interferencias - Vale vale, Dime donde estáis y os envío refuerzos, estoy ya abriendo líneas a los Dragonfly que anden fuera esta noche.

Un gemidito ahogado resulta más agorero que la horrible situación que acontece sobre Jack, Ian gime débilmente cuando el segundo de los dinosaurios voladores se coloca sobre él, cerrando sus garras entorno al cuerpo y comenzando a aletear con la intención de llevárselo, alguien iba a morir esta noche... hiciera lo que hiciera, no podía salvarlos a todos hoy.