Partida Rol por web

Trabajar en un pozo? Los estan esclavizando? Que demonios está pasando aqui?

Al escuchar las palabras de amenaza al chico, bajo del camion y me presento ante los soldados.

Por favor, dejad en paz al chico. No creo que tenga culpa de nada. Es un simple niño y no apto para trabajos. Digo mientras dejo caer la caja de la armadura al suelo.

-Cierra la maldita boca imbécil.- dijo el militar apuntando a Dorian con su arma. -Ven tu también aquí y ponte a trabajar si no quieres terminar muerto.- Agregó mientras que su compañero caminaba a paso decidió para tomar a Dorian y arrastrarlo a los trabajos forzados

No creo que sea conveniente retarme a una pelea. Lo mas recomendable es que dejeis en paz a estas personas. Hoy en día la esclavitud ya no existe.

Me sentia confiado de mi entrenamiento, personas normales no deberían darme problemas, pero aun y eso, armados podrían ser peligrosos.

-Y eso a ti que te importa.- Dijo el hombre que estaba cerca de el y tiro un golpe con la cualta de su arma para hacer callar al santo.

La culata del arma golpeo el aire debido a que el santo logro esquivar el golpe sin ningún problema.

Me vi esquivando con facilidad el golpe, y aprovecho para inflingirle un puñetazo. Pero dudaba de si realmente le daría. Todo habia sido entrenamiento con la misma persona y no combate real.

-Maldito atrevido.- dijo el otro guardia cuando vio el acto de agresión contra su compañero, algo que no estaba dispuesto a tolerar.

 Ambos hombres apuntaron sus armas dispuestos a enseñarles a los allí presentes por que debían obedecerlos.

falle el puñetazo, pero ya empezaba a notar mi cosmos vibrando. Sería conveniente de emplearme en serio. Ya habia llamado la atencion de su compañero.

Aprovechando que los soldados estaban ya listos para combatir lograron moverse con mayor velocidad que el santo

Ambos soldados abrieron fuego con una pequeña rafaga de tiros que tenian como objetivo matar a aquel subersivo que los enfrentaba.

 Dorian logro moverse a gran velocidad para eludir uno de los disparos pero confiado en sus movimientos no logro evadir la rafaga de tiros del segundo enemigo.

 La bala fue certera e impacto al hombre en su pectoral derecho haciendole un grave daño.

Aquella ráfaga de disparos me dio de lleno. Noté como cada bala se introducía entre mis carnes. Pero debía seguir luchando. Decido usar una maniobra haciendo una voltereta por el suelo para buscar posición ventajosa y derribar al más cercano contra el suelo, luego iría a por el segundo con puñetazo certero.

La vuelta de Dorian resulto no ser tan gracil como solia hacerlo en los entrenamientos y por supuesto el intento de derribar a su rival tampoco resulto tal vez por ser la primera mision a la que se le encomendaba tras conseguir el rango de santo. Los nervios suelen jugar una mala pasada.

 Sin embargo el golpe propinado al otro guardia fue bastante bueno, su puño se undio en el estomago del Argelino haciendo que este retroceda unos pasos.

-¡Idiota! ¿que intentaste hacer?. Dijo el primer soldado mofandose del intendo del santo de Unicornio. La rodilla del hombre fue en direccion al estomago de Dorian, aquel cruel soldado queria lastimar de la peor forma al rubio muchacho. Sin embargo la rodilla volvio a encontrarse con el aire.

 El otro vio que su compañero estaba muy cerca y no disparo, prefirio apuntar bien antes de cometer algun error

Con suerte me alejo unos metros y cierro mis ojos mientras canalizo el cosmos en mi para curarme algo las heridas.

Es hora de ponernos serios y no jugar mas. Pensaba en mi interior

Nuevamente el guardia agredió al santo de unicornio, esta vez con un puñetazo. La mano del entrenado militar conectó con la mandíbula del joven de tal forma que su sistema nervioso pareció apagarse por completo. Si de una pelea de boxeo se tratase el golpe hubiera dado un clarísimo knockout.

 Dorian Cayó para adelante sin poder poner siquiera las manos para proteger la caída. Seguramente cuando despertara lo unico que podría dolerle más que su rostro seria su orgullo por haber perdido contra dos simples soldados.

Dorian se despertó en un lugar desconocido para él. Sus manos estaban sujetas a la altura de su cabeza con grilletes. Se encontraba sentado en un piso de madera con lo que parecía ser paja a su alrededor. La oscuridad inundaba el lugar como dueña absoluta de la realidad.

 Aquella postura podría ser una tortura para cualquier persona normal, pero no para Dorian que había soportado el duro entrenamiento de su Maestro Julius.

 Al pensar en el antiguo caballero de unicornio, no pudo reparar en lo que diría el hombre cuando se entere de la humillante situación.

De repente la puerta del lugar se abrio de golpe y un haz de luz lleño aquel lugar.

 ¡Levantate basofia. Neith quiere verte! Dijo aquel guardia mientras otros dos soltaban los grilletes de Dorian.

La verguenza me carcomía por dentro. Que demonios estaba pensando. Como he podido dejarme derrotar así?

Pensaba en mis interiores mientra volvía en mi mismo. Empecé a observar donde estaba. Parecía algún tipo de establo o cuadra. El olor a paja me era muy familiar. Cuando escucho la voz del hombre que habla, le miro fijamente y me levanto. La luz de la puerta confirmo lo que sospechaba. Decido seguirle sin hacer ningun movimiento extraño. No hay mal que por bien no venga, así podría sacar algo bueno de esta situación. Mientras camino busco la ubicacion de mi armadura, no debía estar muy lejos.

Condujeron a Dorian hasta el exterior, el cielo se había oscurecido dando pie a una noche estrellada. En el lugar se podía ver que era el estacionamiento de una base, había varias camionetas y faroles potentes que iluminaban muy bien el lugar. Había varios militares ahí, algunos estaban sentados sobre el capó de los vehículos otros parados o sentados en el piso haciendo un gran circulo descubierto. En el medio de aquel círculo se encontraba quien parecía ser Neith El sujeto se encontraba sentado sobre la caja de Pandora que contenía la armadura de Unicornio.

-Así que este es el portador de este magnífico Cloth.- Dijo el hombre con un fuerte aire de pedantería. Hoy en día le dan estas cosas a cualquiera.- comento mientras los militares rompieron en carcajadas.
 Neith se levantó y se acercó de a poco a Dorian, Hizo una seña con las manos y los guardias lo soltaron y se apartaron de él.

 -Sabes, yo nunca hubiera perdido un enfrentamiento contra uno de estos soldados. Realmente me sorprende la baja calidad de los guerreros de Athena. Y pensar que me expulsaron del santuario por ser muy violento.- El hombre comenzo a reír con una poderosa voz mientras sus secuaces lo acompañaban con más carcajadas y mofas contra Dorian.
-¿Cómo es tu nombre muchacho? Pregunto Neith acercándose un poco más al joven Unicornio. Se podía sentir en el un cosmos muy malvado.

Me llamo Dorian, y no tengo el placer de conocer a ningun caballero de Atenea. Ni a ella en persona. La verdad que obtuve esta armadura con algo de suerte. Tras recibir la enseñanza de su antiguo dueño, lo maté para apoderarme de ella. Siempre he buscado mas poder y dominar en la naturaleza. Mis padres ya me han oprimido bastante de pequeño. Con la armadura hubiera sido demasiado facil derrotar a esos secuaces que tienes, pero no sería un reto.

De alguna forma buscaba ganarme su confianza. No podía ganar una batalla sin estrategia, y ahora me superaban en número. Tambien desconocía el poder de el supuesto antiguo caballero de Atenea, ni sus poderes.