Partida Rol por web

Con la llegada de los primeros rayos de sol atravesando la ventana de su habitación, Mirn bajo a desayunar y preparo sus cosas para su segundo día en aquella mugrienta ciudad portuaria. El clérigo de la Rosa Eterna decidió que ese día tomaría su cuaderno de dibujo y sus pinturas, y recorrería la ciudad hasta encontrar un buen lugar donde empezar el esbozo, tal vez una plaza cercana, no sin antes ir a ver de bien cerca la puerta rúnica, un monumento que sin duda le ha fascinado al mediano.

El menudo clérigo de Shelyn partió en busca de la mejor posición para plasmar la magnanimidad de la espectacular y añeja construcción de otros tiempos.

En su periplo tuvo tiempo de recorrerse parte de las calles de aquella mugrienta ciudad. Sin embargo, en aquella parte de la ciudad no terminaba de verse todo el esplendor de la puerta, con lo que decidió cruzar el río. El sistema para cruzarlo era una especie de ferry que la dirigía un barquero llamado Grimas. El precio por cruzar el tramo y llegar rápido fueron 3 monedas de cobre.

Una vez en el otro lado, empezó a subir por las calles altas hasta llegar a una posición interesante, quizá no la mejor, pero sí una buena posición.

Mirn se quedó en aquella posición durante bastante rato, y la inspiración comenzó a llegar en forma de trazos que comentó a plasmar en la blanca hoja. Tan absorto quedó, que no despertó de su ensimismamiento hasta que un rugido estomacal le indicó que llevaba tiempo en aquel lugar.

Tras unas horas de trabajo, el clérigo shelyta había conseguido realizar un primer esbozo del que iba a ser el lienzo para la colección del senador de Galt. Satisfecho con su trabajo, no así su estómago, decidió tomarse un descanso e irse de regreso al Goblin Dorado para saciar el apetito, y dedicar la tarde a seguir explorando aquella mugrienta ciudad.

Mirn hizo caso a sus necesidades estomacales e inicio el descenso hacia el río. En el callejeo correspondiente para llegar de nuevo al embarcadero, se cruzó con un edificio más que particular. El sitio en cuestión, un edificio de tablas de madera y tejas bastante áspero y que parece que se vaya a caer en cualquier momento, tenía un cartel con el símbolo de una taza de cerveza abollada colgado sobre la puerta, y escrito discretamente debajo en letras doradas están las palabras "Casa del Tabernero". A todas luces era un estridente lugar aparentemente frecuentado por las tripulaciones de los barcos y los viajeros que visitan Riddleport. Pero un sitio muy frecuentado, también es sinónimo de buena comida y bebida.

Mirn se quedó sopesando los pros y contras de meterse en semejante lugar. Como pro, estaba ya en una parte del río, y si quería volver a esta parte para seguir observando la puerta cifrada para su voceto, no tendría que volver a cruzarlo dos veces (ida y vuelta), aparte de que estaría cerca y no perdería tanto tiempo. Como contra, ..., saltaba a la vista ....

El menudo clérigo callejeó las muegrientas calles de Riddleport llevando bajo el brazo sus rollos de pergamino y pinturas que había utilizado para el esbozo del cuadro. Aunque el shelyta se movia de forma discreta y apenas visible para los humanos que frecuentaban la ciudad debido a su altura, casi confundible como un niño, su aspecto y ropas de la moda galtiana de colores tan chillones y vivos llamaba la atención a más de uno.

Cuando Mirn llegó a la altura de "La casa del tabernero" suspiró ante lo maltrecho que estaba aquel antro, pero se sentía realmente afamado y la idea de tener que hacer de nuevo otro recorrído para cruzar el rio no le acababa de convencer, así que inspiró hondo en la entrada de aquel lugar y se aclaró la garganta, como haciendose el fuerte para no mostrar su amplio desprecio por lugares tan ordinarios y sucios como parecía ser aquel y entró dentro.

El clérigo shelyta se introdujo en el ruidoso antro. La gente más variopinta plagaba el lugar, y en seguida comprobó el por qué, cuando el tabernero, un hombre parecido a un oso llamado "Arnando Rolf" le comentó la amplia y barata selección de bebidas y comidas. El sitio parecía abierto a todos, con la única excepción pintada en letras rojas brillantes en varios idiomas directamente por encima de la barra: "No Ciframagos". Cuando Mirn preguntó al tabernero le comentó que era una política promulgada hace varios años, después de numerosos problemas entre él y algunos de los más egoístas y altivos miembros de la Orden de los Cifrados.

Mientras el tabernero sirvió la comida a Mirn, bajo su recomendación, Zendr se enteró, por parte del tabernero, que el lugar resultaba ser el, o hacías las veces de, "templo" a Cayden Cailean (el dios de los aventureros y de la bebida, también llamado: "El héroe borracho"). Y que él era el "sacerdote" de este singular "templo".

La comida fue la cosa más curiosa que le había pasado al clérigo shelyta desde su llegada a Riddleport. La muchedumbre parecía ser de muy mala calaña, pero al contrario que pensaba, no le molestaron en absoluto. Sólo se le acercaron varios borrachos para brindar con él, intentar saber temas generales sobre él y contarle algunos rumores sobre Riddleport.

La percepción de Mirn sobre aquel lugar mejoró al saber que en realidad, estaba en un templo del héroe borracho, deidad a la que no le tenía ninguna antipatía a pesar del estilo de vida alcholizado que hacía proliferar entre sus seguidores. Interesandose por los rumores de la ciudad que le comentaba el clérigo de Caydean, a la vez el tabernero, Mirn se sintió realmente intrigado por la suerte que puede haberle ocurrido a Milon Chath, ya que los seguidores de Desna si gozan de una gran amistad con los de Shelyn, y especialmente, con el pueblo mediano.

En cuanto oyó acerca del tal Saul, propietario del Goblin de Oro y se enteró que este había sido (o era) un señor del crimen y estafador, se sintió aliviado por no haber dejado ninguna de sus posesiones en el aposento que había alquilado movido por su desconfianza hacía esa mugrienta ciudad donde se encontraba. Tras la comida, compartir palabras con el clérigo de Caydean Calean y ganar información sobre rumores locales, Mirn decidió que ya era hora de volver al trabajo y regresar a acabar el esbozo.

Toda aquella visita iba mejor de lo que había previsto y no se había encontrado ninguna dificultad, al contrario con lo que le habían pronosticado los viajes con los que se había encontrado en el largo viaje desde Galt acerca de Puerto Enigma...

Tras otras horas de trabajo y con la puesta de sol inminente, Mirn decidió que ya era hora de plegar. Había conseguido finalizar el esbozo y ver cuanto quería ver para realizar su lienzo. Con aquello podría acabar de realizar la pintura de regreso a Galt y tenerla lista para entregarsela al senador del consejo revolucionario.

Así pues, el pequeño clérigo se dispuso de camino al Goblin de Oro, preguntandose cual sería el ambiente que se encontraría...

Mirn decidió volver ante el ocaso inminente. La ciudad de Riddleport no era la mejor opción para transitar tranquilamente por la noche. Estaba bajando de su privilegiada posición para dibujar la puerta cifrada, cuando giraron la esquina un par de tipos, que por las vestimentas tenían que ser eruditos, sino hechiceros o magos, enfrascados en una conversación:
- ¿Te has enterado que Cromarcky está ofreciendo una recompensa para determinar qué es "La Mancha"? Dicen que la cifra es ... - Entre los pasos en el empedrado suelo y la distancia, mientras se alejaban, que empeza a haber, los comentarios se empezaban a difuminar en la distancia.

La innata curiosidad del mediano fue motivo suficiente para escuchar, de refilón, el comentario que los dos personajes con aspecto de eruditos o estudiosos compartían al pasar cerca en una de las calles de Riddleport. ¿Así que hay quien trata de estudiar esa extraña mancha del cielo, que ennegrece el precioso cielo varisio ¿eh? pensó mientras trató de seguir discretamente a ambos y escuchar algo más de su conversación.

Mirn siguió a los dos eruditos de forma disimulada:

- ... Dicen que la cifra es de 500 monedas de oro a cualquiera que pueda determinar qué es "la mancha" (The Blot) y si representa una amenaza para la ciudad. - Continuaron su conversación - Muchos han emprendido el reto, pero hasta el momento no ha habido resultados ...

En ese momento, los eruditos giraron una esquina y las voces se perdieron. Cuando Mirn llegó a la esquina, con sus pequeñas piernas, los eruditos habían desaparecido. En esa calle, nacían varias más, y Mirn no logró adivinar cuál habían tomado.

Mirn se interesó cada vez más por el devenir de la conversación de aquellos dos humanos hasta que no pudo lograr seguirlos lo suficiente por las calles de Riddleport.

¿500 monedas de oro? Interesante propuesta, y además no puedo dejar de sentirme intrigado por esa mancha.... me pregunto si contaminará para siempre el cielo varisio, si es así.... le debo a la Rosa Eterna colaborar para tratar de disiparla y devolver así la belleza del cielo. pensó el mediano, que se decidió a tratar de obtener más pistas sobre donde vivía ese tal Cromarcky pregunando a la guardia de la ciudad o cualquier otro local que pudiera proporcionarle esa información.

Mirn fue bajando hasta el embarcadero del ferry, mientras el ocaso se empezaba a imponer en el vespertino cielo de Riddleport. Tocó la campana que había en el poste, justo al lado del embarcadero, y el barquero acudió al cabo de unos instantes:

- Serán 4 monedas de cobre. - Dijo el barquero y esperó pacientemente a que Mirn le pagase, y este le devolvió el cambio.

El barquero lo llevó a la otra orilla del rio y Mirn se encaminó hacia el Goblin Dorado. El bullicio se hizo patente en las calles aledañas al Goblin Dorado, y se confirmó cuando Mirn giró la esquina. La muchedumbre se concetraba en la puerta para entrar en el Goblin Dorado. No era una situación del agrado del tranquilo halfling, pero era su "posada", estaba anocheciendo y parece que no iba a haber alternativa posible ....