Partida Rol por web

Se puso el cinturón lo primero, pero enseguida se puso a mirar hacia atrás para hacer el saludo ensayadísimo que tenía con Otoya consistente en más de diez segundos totalmente entrenados de movimientos absurdos pero al mismo tiempo que quedaban genial. Después se colocó bien y se fijó en Tezuka. Abrió los ojos como platos al relacionarle por fin y le extendió la mano con rapidez, mientras Tezuka, que hacía un momento se había preguntado qué podía hacer para caerle bien a Kotaro, le miraba con su habitual seriedad:

- ¡Eres Romeo! ¡Eres Romeo! Soy fan tuyo, quiero ser como tú.

Ante tanta efusividad, Tezuka no pudo evitar sonrojarse ligeramente. ¡Él! Pero es que no era para menos. Alguien quería ser como él algo que nunca antes había ocurrido. Entonces Mei habló:

Mei:- No tanto, Kazehaya-kun. No quieras serlo tanto.- Sabía que Kotaron no la escucharía o que le daría igual, por eso mismo había participado en la conversación.- Los demás van en otro coche como éste.- explicó Mei para Yukino.- ¿Has cogido el bañador?
 

Una gota enorme de sudor cayó por su sien mientras la sonrisa incrédula le temblaba en el rostro al escuchar las palabras de Kotaro, palabras que al parecer calaron hondo en Tezuka.

- Ne, Kotaron, no digas cosas vergonzosas - le colocó la mano en el rostro para empujarlo hacia atrás hasta que apoyó la cabeza en el asiento. A veces su hermano era demasiado sincero y demasiado exagerado, aunque no dejaba de ser divertido. Su atención se vio distraída por Mei cuando le preguntó por el bañador a lo que asintió efusivamente -. ¡Hai! Ojalá hubiera tenido tiempo para comprar uno nuevo pero aún me queda bien así que no hay problema.

- ¡Yo me he comprado dos!- comentó Otoya siempre alegre y entusiasmado.- ¡Ah...! Qué ganas de ir a la playa.

Mei sacó un pen-drive de su bolsillo y se lo tendió al chófer en un semáforo en rojo:

Mei:- ¿Podemos poner música, por favor?- siempre educada y madura.

El chofer asintió con una sonrisa amable mientras arrancaba nuevamente. Al momento la voz de Otoya se empezó a escuchar, dejándolo completamente sorprendido. Mei no miró para atrás en ningún momento pero sí que habló:

Mei:-¿Acaso creías que nadie te escuchaba, Otoya-kun? ¿O que solo lo hacían las grupis de primaria?

Otoya no sabía qué decir y por eso no dijo nada. Probablemente nadie sabía el por qué de su sorpresa o de su repentina timidez. Posiblemente nadie a excepción de una persona más en aquel coche. Mientras, Tezuka sacaba una ps-vita y la encendía, llamando la atención de Kotaro que se acercó desde su asiento para mirar. Tezuka, siempre serio pero atento, le cedió la consola al chico:

Tezuka:- ¿Quieres probar?

Los ojos de Kotaro brillaron, pero antes de decir que sí - aunque su mano ya estaba sujetando la consola- miró a su hermana:

Kotaro:- ¿Puedo?

La verdad es que ella también se moría de ganas de ir a la playa, ni siquiera recordaba la última vez que fue, y mucho menos Kotaro. Era normal que el niño estuviera tan entusiasmado. De repente la música de Otoya inundó la cabina del coche, dejándola en silencio lo mismo que los demás. Ella ya sabía aquello, que Mei escuchaba las canciones de su amigo, pero no había querido decírselo a Otoya puesto que pensaba que sólo serviría para hacerle abrigar esperanzas.

Como imaginaba, su reacción fue la del estupor, luego la vergüenza y finalmente la mal ocultada alegría que le había producido aquello. Contuvo un suspiro, preguntándose cómo acabaría aquello tras esas vacaciones.

De repente su atención fue distraída por Kotaro, que la miraba con cara de súplica para que le diera permiso para jugar a la consola.

- Demuestra que no todos los Kazehaya somos malos para los videojuegos - dijo con solemnidad, apoyándole una mano en el hombro y desviando momentáneamente la mirada hasta Tezuka, divertida -, pero si te mareas déjalo, ¿eh?

El tiempo del viaje pasó mucho más rápido de lo esperado. Aunque era un trayecto bastante largo, la mayoría de los viajeros quedó sumido en un sueño que duró varias horas.

Yukino despertó una vez que el coche fue aminorando la marcha. Hasta Tezuka se había quedado dormido y Kotaro con la consola en las manos. Al final aparcaron y lo que se presentaba ante ellos era algo realmente alucinante:

¡¡¡Menuda mansión!!! Todos los amigos de Yukino se quedaron boquiabiertos con aquellas vistas. Fuera una ama de llaves les esperaba para darles la bienvenida con una sonrisa:

- Bienvenidos. Mi nombre es Hanabuse y soy la ama de llaves de la casa. Por favor síganme y les indicaré donde se encuentran sus dormitorios.- el interior era también increíblemente amplio. Empezaron a subir por unas lujosas escaleras.- Los dormitorios están preparados para que duerman por parejas. Los niños- refieriéndose a Kotaro y Neliel- dormirán juntos tal y como ha previsto Aoi-sama, siempre cerca de sus hermanos, por supuesto.

Las habitaciones eran todas prácticamente todas iguales. Amplias, con balcón, dos camas separadas, armarios, sofá e incluso televisión. El baño también estaba incorporado en cada una de ellas. ¡Parecía un hotel!

Al final del recorrido volvieron a bajar, guiados por la mujer, para encontrarse allí con Haruka, Hayane y el resto que al parecer habían llegado un poco antes. Otoya no pudo evitar mostrar su asombro por todo lo que estaba viendo.

Haruka:- Es que en realidad es un hotel...- explicó la chica.- aunque este año papá lo ha cerrado para que pueda estar con amigos. Como era la primera vez... él estaba muy contento.

Renji:- ¡Alucinante! Oi, por cierto, ¿cómo vamos a dormir? Hayane-chan, ¿quieres compartir habitación conmigo?

Hayane:- Ni loca.

Arrullada por las voces de Kotaro y de Tezuka, Yukino durmió durante casi todo el trayecto, cómodamente apoyada en la ventana del coche, sin ser consciente del paisaje que dejaban atrás. Cuando despertó el cielo tenía ese límpido color azul que uno asociaba con la playa y ante ellos se erigía la sólida construcción de una mansión.

No pudo más que sentirse sobrecogida mientras caminaba por los pasillos del lugar, con las manos apoyadas en los hombros de Kotaro mientras el ama de llave las guiaba hacia las habitaciones. No dijo nada, embebiéndose de todos los detalles que demostraban el poderío económico de los Aoi, al parecer lo mismo que los demás. ¿Es que nadie sabía nada de la familia de Haruka?

En cuanto dieron con los demás tampoco fue como si las palabras de la chica aplacaran su sorpresa, antes lo contrario. ¡Su padre había cerrado lo que parecía ser un hotel de lujo sólo por ellos! La miró con la mandíbula semiabierta, buscando alguna palabra que expresara cuan alucinante era todo aquello pero al parecer sin hallarla.

Por suerte o por desgracia pronto empezaron las discusiones sobre las habitaciones., lo que le produjo una suerte de sentimientos encontrados. Para empezar, estaba el hecho de que había pensado que dormiría con Kotaro así que ni siquiera se lo había planteado. Dormir con su hermano y Otoya con su hermana hubiera facilitado las distribuciones pero al poner a los niños juntos el número de chicos era impar con lo que estaba claro que alguna chica tendría que dormir con algún chico. Lo lógico sería que Tezuka durmiera con alguna de sus hermanas pero tenía la sensación de que aquella sugerencia sería recogida por miradas fulminantes por parte de los tres. Por otra parte...¿quería ella dormir con Tezuka? La sola idea le resultaba totalmente vergonzosa y era suficiente para despertar su timidez aunque quizás en parte también lo estuviera deseando.

Como fuera, se veía incapaz de decidir así que se encogió levemente de hombros, mostrándose algo azorada.

- ¿Alguien tiene alguna preferencia? Podemos echarlo a suertes.

Sólo esperaba que su pareja no fueran Renji ni Hayane, el primero porque era con quien tenía menos relación y sería algo incómoda y la segunda porque por mucho que la quisiera era muy ruidosa.

Lo cierto es que quitando a Hayane, que quería desesperadamente dormir con su hermana que a su vez no estaba muy convencida de querer repetir la estancia con ella igual que en casa, los demás estaban en las mismas. Quizás algunos tenían sus preferencias, como Otoya, ¿pero cómo se iba a atrever a decir aquello?

Estando de acuerdo, prepararon unos papeles con el número de las habitaciones disponibles. Dos para cada uno, y empezaron a cogerlos a ciegas de uno en uno.

Hayane fue la primera en coger el papelito y resultó que Tezuka recogió la papeleta con el mismo número que ella. Ninguno de los dos parecía muy contento a decir verdad.

Aoi cayó junto a Otoya a quien se le notó quizás un poco decepcionado. ¡Había sido su oportunidad! Y se había ido al garete... aunque a decir verdad, ¿no habría resultado demasiado violento?

Renji fue a la habitación individual aunque Aoi le comunicó que un conocido también vendría a pasar unos días y dormiría en la misma habitación que él.

Y finalmente, Mei y Yukino tocaron juntas. Probablemente Mei era la que se encontraba más cómoda de todos los demás. De hecho había pensado en proponerle a Yukino el que durmieran juntas, pero no había terminado de decidirse.

Aoi:- Perfecto. ¿Qué os parece que si nos vamos a cambiar y vamos a la playa?

No quería que se le notara pero lo cierto es que se sentía contenta compartiendo habitación con Mei, posiblemente tenerla a Haruka o a ella como compañeras era la mejor garantía para una convivencia agradable y relajada. Le dirigió una imperceptible sonrisa a Tezuka para animar al chico y otra a Haruka, que parecía extrañamente tranquila teniendo en cuenta que le tocaba compartir habitación con Otoya.

- ¡Hai, hai! - dijo con entusiasmo antes de tirar sin fuerza del brazo de Mei para entrar ambas a la habitación que compartirían durante los próximos días. Momentos después ya estaba buscando todo lo que necesitaría para la playa, protector solar incluido -. ¿No te parece increíble? Haruka-chan es extremadamente tímida teniendo todo esto, otros en su lugar se sentirían muy importantes - comentó pensando en los alumnos del Hyotei -. Es una persona especial - concluyó con evidente cariño.

Tenía debilidad por las personas que parecían necesitar del cuidado de alguien y Haruka parecía a simple vista pequeña y frágil aunque posiblemente no tuviera anda de lo último. Aún así, era bonito verla feliz.

Mei se dejó arrastar por Yukino por aquel lugar. Lo cierto era que la extensión era gigantesca pero estaba tan bien señalizado todo que no tuvieron problemas para ir directas.

Mientras sacaba un bikini rojo de lunares negros, Mei charlaba con Yukino, encantada de tenerla como compañera; si bien no podía evitar preocuparse por Tezuka y Hayane. Al fin y al cabo había sido ella quien invitó a Tezuka y ahora lo había abandonado por así decirlo:

- Llevo años con ella como compañera y no tenía ni idea. La verdad es que hasta que llegaste hablaba muy poco. A veces con Tachibana-kun por eso de que iban al mismo club, pero poco más. ¿Cuántos trajes de baños te has traído? Si quieres te dejo uno. Cogí cuatro.

Los extendió en la cama y se los mostró. Todos eran bikinis bastante bonitos.

Sobre la cama de Yukino ya había una toalla, unas chancletas, el protector solar, una bata para la playa e incluso un flotador deshinchado. Entre sus manos estaba el biquini que examinaba con ojo crítico: una prenda bastante normal de color negro con estrellas amarillas de distintos tamaños.

- Sólo este - aclaró un poco azorada -. ¿Crees que es muy infantil?

Lo cierto es que, sin ser infantil como temía, estaba claro que no era tan bonito como el de Mei pero también era obvio que Yukino no tenía el mismo tipo espectacular que poseía la rubia para lucir según qué modelo.

La chica lo observó unos segundos mientras se extendía crema por los brazos. Pareció reflexionar sobre ello antes de hablar aunque eso no era algo extraño en Mei que analizaba cada cosa que veía con ojo crítico. Todo lo contrario que Hayane:

- No está mal. Además, no creo que se fijen en cómo es el bikini, ya sabes.- Al contrario que Fukiyose, que seguro habría sacado una broma de aquello y habría sonreído de manera pícara, Mei no sonrió, demostrando que su comentario iba en serio y sin señal de querer decir nada.- Haruka no se ha puesto ni un poco colorada con el hecho de que vaya a dormir con Otoya-kun. Ha sido curioso, ¿no crees?

Se quedó mirando el biquini largo rato, intentando no avergonzarse por las palabras de su amiga, antes de asentir e ir un momento al baño a cambiarse. Al salir llevaba el biquini puesto, las chancletas y la bata abierta por delante. Con la piel desnuda se apreciaba mejor lo realmente largo que llevaba el cabello, en aquel corte tan tradicional.

- Sí - asintió mientras recogía sus cosas para dirigirse a la playa con Mei -. Pensé que se alarmaría pero en realidad no parecía importarle, quizás le gusta Otoya-kun.

Si aquello era cierto, le daba un poco de pena. Haruka enamorada de Otoya, Otoya de Mei y ésta de Momoshiro. Ninguno de ellos merecía ser infeliz.

- Si le gustara quizás se habría comportado al contrario, ¿no crees? A lo mejor solo lo ve como un hermano. Otoya-kun tiene ese efecto entre los compañeros de la clase.- se dirigió al baño con la ropa mientras hablaba- Ya es otra cosa con sus fans. No entiendo cómo aún no puede decidirse por alguna. ¿Será por esa misteriosa chica de clase?- asomó la cabeza por el resquicio de la puerta, como si hubiera tenido una idea.- ¡Oye! ¿y si...? Nah, no puede ser.- y volvió adentro hasta que se hubo terminado de arreglar.- ¿Me das en la espalda?

Lució una sonrisa nerviosa mientras Mei parecía hipotetizar en su cabeza sobre la chica misteriosa de Otoya, rezando porque no llegara a la misma conclusión errónea que Hayane. Sin embargo al verla callarse una idea peregrina para sí tuvo que contener las ganas de preguntarle por quién creía que era.

- Hai.

Se puso un poco de crema en las manos y empezó a extenderla por la nívea piel de Mei, suave y sin mácula. Ella no había empezado a ponerse crema todavía, lo haría en la playa más que nada por la comodidad de no ensuciarse la bata de crema al ponérsela de nuevo.

Una vez listas bajaron abajo para reencontrarse con los demás. Los chicos iban con bañador y camiseta y en esos momentos Tezuka y Otoya se estaban pasando una pelota sacada de no se sabía dónde. Como ya estaban listos - Kotaro con exceso de crema por todo el cuerpo- montaron en los coches y fueron llevados a la playa.

Sol... radiante sol, una playa sin exceso de gente, olor a mar y brisa marina. La mayoría cerró los ojos y sonrió ante aquella visión. Segundos más tarde Otoya y Renji salieron corriendo por la arena mientras continuaban pasándose la pelota.

Mei  más o menos guió, sin darse cuenta y tal y como ocurría en el colegio, al resto hacia la arena, eligiendo sitio y desplegando las toallas. Una vez colocada la suya, y mientras Tezuka plantaba la sombrilla para quien la quisiera, la rubia se quedó en bikini. En ese momento, detrás de ella, Otoya recibía un pelotazo en toda la cara por haberse quedado ensimismado y no reaccionar al pase. Hayane también se quedó en bikini y lo cierto es que tenía un cuerpo más llamativo que su hermana a lo que respectaba en talla. Pronto se ganó alguna que otra mirada de los que allí había. Haruka continuó con la camiseta puesta y unas gafas de sol oscuras que escondían el ligero sonrojo de sus mejillas.

Por su parte Tezuka hizo lo mismo, quedándose solo en bañador azul y dejando ver un cuerpo bastante atlético y marcado que contrastaba en parte con Otoya y Renji.

Renji:- ¡Kunimitsu-sempai! Nos hace parecer blandengues y frágiles...

Otoya:- Sobretodo a ti, ¿eh?- comentó como broma Otoya.

Durante los siguientes minutos cualquier conversación mantenida con Mei en la habitación pasó al olvido. Yukino estaba muy ocupada extendiendo bien la crema por la cara de Kotaro, que bajo aquella pasta parecía que se hubiera bañado en leche más que en protector solar. Obviamente aquello supuso unas cuantas quejas por parte de su hermano pero ninguna de ellas pareció hacer mella en Yukino, que le sacó la lengua con diversión antes de dejarlo en paz.

Y por fin llegaron a la playa, un lugar paradisíaco y bastante solitario, de arenas blancas y un mar de un increíble color azul. Sin embargo la atención de la mayoría pronto se desvió del magnífico paisaje al cuerpo de las chicas, logrando cohibir a Haruka lo suficiente como para que la chica no se quitara aún la camiseta.

Sonriente, colocó su toalla al lado de la de la chica y tomó asiento junto a ella, todavía sin quitarse su bata-vestido. Sus ojos se habían ido hasta Tezuka y quizás por eso había decidido tomárselo con calma pues se había sonrojado al percatarse de que se lo estaba comiendo con la mirada.

- Tenéis un hotel muy bonito, Haruka-chan, gracias por invitarnos - comentó mientras acercaba el flotador deshinchado a sus labios y empezaba a introducir aire por la ranura.

La chica observaba cómo los demás jugaban y charlaban. Tezuka permanecía de pie, mirando por el rabillo del ojo a Yukino que parecía no tener muchas ganas de quedarse en bikini. ¿Acaso se sentía cohibida? No le extrañaba en parte. Siempre había sido muy vergonzosa. En ese momento Kotaro tiró de la mano del chico que pareció sorprendido:

Kotaro:- ¡Vamos a hacer un castillo de arena gigante!

Neliel ya les estaba esperando con los cubos llenos.

Haruka:- Gracias a vosotros por aceptar... la verdad es que es la primera vez que creo tener amigos.- sonrió achinando los ojos en una sonrisa- Me hace muy feliz.

Otoya intentaba no mirar mucho a Mei pero se le veía colorado y algo nervioso. Mei tomaba el sol sin hablar con nadie, con los auriculares puestos y tumbada boca arriba.

Hayane:- ¡Renji-kun! ¡Otoya-kun! Vamos a bañarnos.

Renji:- ¡¡¡HAAAAI!!!

Otoya se dirigió a las chicas:

Otoya:- ¿Venís?

Una vez el flotador estuvo hinchado del todo, un neumático lo bastante grande como para sentarse en él, le dirigió una sonrisa a Haruka, sin saber qué más decir y se puso en pie. La mayoría parecía dispuesto a darse un chapuzón así que ella también se quitó la bata, quedando en biquini.

Se colgó el flotador de un hombro, pensando indecisa en cómo actuar con naturalidad ahora que se hallaba en biquini. No le hubiera importado con amigos aunque con Tezuka era bastante vergonzoso, se sentía expuesta aunque no fuera en un mal sentido. Al final decidió hacer como si nada y salió corriendo hasta saltar sobre la espalda de Tezuka, que aún no había llegado hasta el lugar de los cubos, pasando un brazo por encima de su hombro y señalando hacia el agua.

- No podemos dejar que nos ganen, ¡corre, corre!

Como acto reflejo se llevó las manos a la espalda para poder sostener el peso de Yukino, de manera que inconscientemente sus manos estaban pegados al trasero de la chica, si bien entrelazadas entre sí.

La miró girando la cabeza y le dio un beso en la mejilla antes de aceptar la orden y salir corriendo hacia el agua.

- ¡Qué vamooooooooos!

¡CHOF! Los demás quedaron salpicados pero ellos mojados enteros. El agua no estaba excesivamente fría. Aún sujetándola y teniéndola a la espalda, Tezuka giró la cabeza de nuevo de manera que Yukino pudo ver que tenía todos los pelos empapados tapándole media cara desde arriba.

En ese momento, todos los que habían sido salpicados se lanzaron a por ellos:

Otoya: - ¡¡BANDAIIIIII!!

¡Horror! O algo similar fue lo que sintió al notar las manos de Tezuka en su culo. Se ruborizó hasta las raíces del pelo pero no se soltó, sólo afirmó con más fuerza el brazo que rodeaba al chico a la altura de las clavículas, recibiendo su beso casi sin darse cuenta del mismo.

Antes de darse cuenta estaba empapada hasta la coronilla, quedando tensa por el repentino cambio de temperatura a pesar de que no fuera tanto en realidad. Soltó una risa divertida al ver su rostro medio tapado por el pelo pero no tuvo tiempo de hacer ningún comentario al respecto cuando los demás se les vinieron encima.

- ¡Noooooooo! - gritó justo antes de acabar nuevamente bajo el agua, saliendo inmediatamente, esta vez siendo ella la que llevaba toda su larga melena por delante de la cara. Sacudió la cabeza como un perro antes de emerger entre su cabello con una sonrisa, momento en que empezó a trenzarse el pelo a toda velocidad para evitar que volviera a sus andadas. No fue hasta que no hubo terminado que no se llevó las manos a la boca, haciendo bocina en dirección a la playa -. ¡Oni-chan! ¿No queréis venir?