Partida Rol por web

Al joven se le fue ensombreciendo el rostro ante la verdad que le contara la anciana. Una cosa es presentirlo, o tener sospechas... pero muy distinto era tener la certeza, y para colmo, ser parte del causante.

-Oh, vaya... eran familia mía, hacía años que no los veía y quería pasar a saludarles, no sabía nada de estos hechos.- Dijo apesadumbrado el joven, dando a entender que era un primo, sobrino o parecido.-No sabrá donde los enterraron, me gustaría presentarles mis respetos a Teo y a Lirio.

Arso sonrió.

- No soy de estas tierras, pero pagar por la posibilidad de encontrar a alguien ... ¿como sabre si me estais mintiendo? Sin embargo mi palabra como sacerdote es sagrada y mis favores curativos son mas caros y rentables. ¿Quieres ayudarme? Yo te ayudaré.

Le acompaño en el sentimiento joven, comenta la anciana al saber que eres un pariente. Los restos seguramente fueran enterrados en el distrito Gris, donde está ubicado el cementerio de la ciudad, está en el sur de Korvosa.

Ahora mismo, gracia a los dioses, un servido y mi familia gozamo de buena salu, aunque los gastos son grande y quizá algo ma material me seria de ma ayuda, comprende compañero... el hombre, seguia moviendo la punta de sus dedos...

Con gesto apesadumbrado, el joven asintió ante la infromación de la anciana.

-Muy amable por vuestro gesto e información, buena mujer. Iré a ver si tengo suerte y puedo presentar mis respetos a los fallecidos.

Y tras despedirse, con gesto abatido, el muchacho se encaminó en dirección sur. Quería pasar, bueno, no es que quisiera ir, pero sentía que era lo que tenía que hacer. Pero el trago era amargo, y nnecesitaba reunir coraje suficiente, así que su camino no fue directo, pasó por las calles mirando la ciudad, estudiando como eran las cosas... o mejor dicho como parecían las cosas y como él las recordaba. Procurando evitar pasar por las calles que en su tiempo controlara Lamm y los suyos. Para finalmente alcanzar la zona del cementerio. Un poco desorientado, el joven se acercó a un trabajador del cementerio y preguntó.

-Hola, buen hombre, estoy buscando a unos fallecidos, un trágico accidente acaecido hace unos cuatro años, un matrimonio asesinado, junto a dos de sus hijos, ya mayores. ¿No sabrá que hicieron con sus restos, verdad?

El hombre te mira, y levantando el brazo señala un pequeño edificio que hay en el lateral del camino por el que has venido.

- En ese edificio está el registro del cementerio, pregunta allí y acto seguido continua su faena de limpieza de malas hierbas...

Vas al edificio, y un hombre regordete y calvo te atiende. Mirando un gran libro de registro, te indica que los restos de tu familia fueron enterrados todos juntos en una fosa familiar, ya que por lo que parece, los cuerpos estaban desmembrados.

Te diriges allí, para presentar tus respetos, mientras la rabia y la sed de venganza invade tu ser. ¿? Porqué, tanta sangre y ensañamiento ¿? te vas preguntando.

Tardas bastante en encontrar la tumba de tu familia. Hay una simple y descuidada losa de mármol grabada, que cita "Familia Willian descanse en paz" y debajo los nombres y fechas de nacimiento y defunción (hace aproximadamente 4 años) de tus padres Teofrasio y Lirio, los de tus hermanos Jhoan y Ann.

Las lágrimas salen de tus ojos, y extraes un pañuelo para limpiártelas, para cuando vuelves a mirar la losa de tu familia, ves una extraña carta justo en medio de ella, que hace unos segundos, dirías que no estaba.

La recoges y ves que en la parte de atrás hay escrito con letra pulcra, y en tinta negra, lo siguiente:

Sé lo que Gaedren Lamm te hizo.

También me ha agraviado a mí.

Sé dónde vive pero no puedo atacarle.

Ven a mi casa,

En el 3 de la calle de la Lanceta al anochecer.

Habrá allí otros como tú.

Gaedren Lamm debe enfrentarse a su destino,

Y se tiene que hacer justicia.

Ciertamente ya tienes un objetivo, encontrar algún Cordero de Lamm y hacerle hablar o seguirlo hasta su escondite, algo que en teoría no tendría que ser complicado.

Pero te pasas un par de días entre el mercado y el puerto, y la suerte no te acompaña, al parecer se los ha comido la tierra, ya que los críos que has abordado, ninguno era un Cordero de Lamm y en alguna ocasión te has tenido que enfrentar a algún padre o madre malhumorado.

Algo desquiciado, por no saber por dónde continuar, te dices a ti mismo, que ya llegara el momento, que solo tienes que tener paciencia, para que el destino té abra el camino…

El calor del mediodía aprieta, y el sudor que recorre tu frente denota que hoy será otro día duro de búsqueda, metes la mana en uno de los bolsillos de tu chaqueta, para coger un pañuelo y secarte el sudor, cuando notas que hay algo más.

Del bolsillo extraes una extraña carta, y vez que en la parte de atrás hay escrito con letra pulcra, y en tinta negra, lo siguiente:
 

Sé lo que Gaedren te hizo.

También me ha agraviado a mí.

Sé dónde vive pero no puedo atacarle.

Ven a mi casa,

En el 3 de la calle de la Lanceta al anochecer.

Habrá allí otros como tú.

Gaedren debe enfrentarse a su destino,

Y se tiene que hacer justicia.

El joven miró y releyó la nota, mirando a los alrededores en busca de quien pudiera haberla dejado, incluso mirando el cielo y árboles, pues no fuera algún tipo de familiar quien ejerciera como mensajero, como el viejo buho de Jerjen.

En cualquier caso el joven se arrodilló y dejó el humilde ramo de margaritas que había comprado en un tenderete durante su camino hacia el cementerio, resultaban sencillas y humildes, pero hermosas igualmente, algo en su interior le parecía que eran como había sido su familia. Sentía como en su pecho ardía una ascua mezcla de tristeza, rabia y vergüenza... quien se creía que era esa maldito cabrón, lo lamentaría, haría que se penediera de sus acciones, ya no era momento de ocultarse. Cuando uno se ocultaba, y no hacía frente a sus responsabilidades, otros lo pagaban. Otros inocentes que nada habían hecho para merecer tan atroz destino.

El joven permaneció un poco má sal pie de la tumba de sus padres, Johan y Ann, y entonó una bella tonada de las que había aprendido y cantado con Jerjen, en los velatorios en los que fueran contratados. Pero a diferencia de tantas otras veces, esta vez los versos tenían algo de sí mismo en ellos.

-Os... os pido perdón... os pido perdón, y os promento venganza. Las cosas no quedarán así. Por mi vida que no.

Dicho eso, el joven se fue, con los ojos húmedos en busca de Casi, Jack Casimuerto, un compañero discreto de la infancia con quien hiciera sus primero pasos en el mundo de las triquiñuelas y hurtos menores, tal vez este le podría contar como estaban las cosas por la zona y darle algo de cobijo por el momento. Luego ya habría tiempo para ir hacia la dirección mostrada, era temprano aún, pero no estaba de más controlar la zona por si notaba alguna cosa estraña.

Definitivamente el acechar no es lo mio pienso para mis adentros.
Me giro situándome directamente frente a la gata y mirándola a los ojos le digo:
Aquí las preguntas las hago yo ¿Quien eres y para quien trabajas?, ¿que hacías con eso críos a los que merodeabas hace un momento?. Será mejor que no trates de engañarme, se cuando alguien me mienten y no tengo tiempo para tonterías.
¿Trabajas para Lamm?¿Sabes donde puedo encontrarle?

Mi mirada denota fiereza y no invita a bromear no hay duda que sea quien sea o quiera lo que sea voy en serio

«Hmmm…Así no voy a ninguna parte» -pienso, mientras intento dar con otro enfoque que me permita encontrar al viejo.

«Estoy seguro de que no soy el único al que ese bastardo ha hecho daño, si logro dar con alguien que comparta mis intereses, quizá esté dispuesto a compartir información…»

Me centro en localizar a otras personas a las que Lamm haya perjudicado. El enemigo de mi enemigo es mi aliado.

Te cuesta un buen rato, pero logras encontrar información sobre el Jack Casimuerto y la zona donde está ubicada la dirección de la nota.

Sobre Jack Casimuerto, ya no está Casi, si no muerto del todo. Al parecer, hubo un chivatazo y la guardia lo pillo a él y al grupo con el que iba, mientras estaban haciendo una faenita, y cayó   en la pequeña escaramuza que hubo.

La dirección que marcaba la nota, se encuentra en el Distrito Central, cerca de los Muelles del Oeste. Este vecindario rufianesco no contiene residencias significativas y en vez de eso dispone de diversos almacenes y edificios para el procesado de comida.

También escuchas algún que otro rumor interesente.

“Jamás atraparon al Asesino de las Cerraduras; se desvaneció después de matar a nueve personas en sus propias casas cerradas con llave allá por el 4797. Dicen que siete de las nueve estaban relacionadas con los nobles que se oponían a los arbitradores y que el Asesino de las Cerraduras trabajaba a sueldo de los arbitradores. Creo que el Asesino de las Cerraduras era uno de los propios arbitradores, que sigue vivo, ¡y que en la actualidad es uno de los jueces! ¡Todo es una conspiración!”.

La mujer gato, hace una sonrisa forzada.

Hola mi nombre es Selena y por lo que parece los dos estamos buscando a Lamm.

Estaba investigando que decían esos niños y por lo que parece me vistes preguntando a críos y tenderos por si habían visto ha mi hermano desaparecido y ¿tú quien eres?

Ciertamente ya tienes un objetivo, encontrar alguien que también este buscando al desgraciado de Lamm. Algo que en principio no parece que sea difícil, teniendo en cuenta las atrocidades que ha hecho.

Pero te pasas un par de días dando vueltas por la ciudad, y la suerte no te acompaña. Ni siquiera enviando a Altus, tu fiel cuervo a explorar por la ciudad. Algo desquiciado, por no saber por dónde continuar, te dices a ti mismo, que ya llegara el momento, que solo tienes que tener paciencia, para que el destino té abra el camino…

En ese momento, Altus vuelve de su pequeño viaje de investigación, lleva una extraña carta en su pico,  y ves que en la parte de atrás hay escrito con letra pulcra, y en tinta negra, lo siguiente:

Sé lo que Gaedren te hizo.

También me ha agraviado a mí.

Sé dónde vive pero no puedo atacarle.

Ven a mi casa,

En el 3 de la calle de la Lanceta al anochecer.

Habrá allí otros como tú.

Gaedren debe enfrentarse a su destino,

Y se tiene que hacer justicia.

- Entiendo tu situación. Tres monedas de plata os pueden dar comida caliente. 

Ummm no sabía si creerla o no pero ¿que podía perder?. Si realmente estaba siendo sincera quizás podamos ayudarnos mutuamente y si por el contrario me estaba mintiendo para meterme en algún tipo te trampa quizás con suerte me llevara a Lamm. Además estaba claro que eso de acechar se le daba mejor a ella que ami.
Mi nombre es Kahara, busco a ese Lamm por que creo que puede estar detrás del asesinato de un buen amigo y del secuestro de mi hija. Quizás podríamos colaborar y ayudarnos mutuamente. ¿Que te parece?

Le extiendo la mano a modo de saludo y como gesto para formalizar nuestra alianza.

Pero si me la juegas lo pagarás. Haré lo que sea para recuperar a mi pequeña.

¿Por donde empezamos?

Aprovecharé para realizar unas compras: 1 Traveller's Outfit (1gp), 1 Bondolier (5sp) y 1 poción de disfraz (50gp).

Una vez listo mandaré a Altus a vigilar la casa. Saber la disposición de las habitaciones (si se ve algo a través de las ventanas) y estar al tanto de si entra o sale gente (entiendo que a un nivel muy básico, es un cuervo).

Una vez llegue la hora, me embozaré en la capa y la capucha y usaré la poción de disfraz para adoptar apariencia humana. Rasgos lo más anodinos posibles. Si lo normal son los hombres morenos con ojos marrones, así será.

La poción dura 10 minutos, tiempo suficiente para saber si es una trampa o parece que lo que dicen en la carta es verdad.

Los días pasaban y Corvo se hallaba encallado en su particular búsqueda. Algunos días, retornaba furioso hasta su humilde estudio de la Vieja Korvosa, maldiciendo no haber encontrado información de utilidad para encontrar el escondite de Lamm y su banda, pero tales escollos en el camino, no hacían más que alentar al joven espadachín. Su dolor sería redimido. Eso era tan cierto como que el Rey Estirge era el monarca de aquella ciudad-estado.

En sus idas y venidas, Corvo prosiguió su búsqueda habitual, pero aquel día hacía más calor que en jornadas anteriores. El Pharast estaba a punto de finalizar y los primeros días del Gozran asomaban junto con el característico buen tiempo primaveral de la región. El muchacho llevó la mano a su bolsillo y extrajo un extraño naipe. Se trataba de una carta de una baraja encantada varisia... ¡¡El Malabarista!!

Sin poderlo evitar, una sonrisa emergió en la cara del chico. Su mente había viajado al pasado, cuando era feliz y caminaba junto a Dalmira. A su prometida le encantaba aquellas cartas, e incluso se esforzaba por comprender el significado de cada una de ellas y su estrecha relación con el destino. Corvo imaginó qué hubiera dicho Dalmira de dicho naipe... Algo realmente molesto te va a suceder. Un asunto inesperado necesitará de tu tesón para resolverse...

Siempre pensó que aquellas cartas no decían nada. Eran el instrumento de charlatanes varisios, aunque su madre, varisia de pura sangre, solía acudir a adivinadores para conocer la fortuna.

- Creo que tengo una cita...- se dijo a sí mismo, enfilando el camino hacia el número tres de la calle Lanceta.

Esa baja la encajó mejor, en ese mundillo de sombras y riesgos, el peligro siempre acecha, y demasiadoas veces del lado del que uno cree amigo. Casimuerto, Jonny Seisdedos, Ronhe Dosflechas, Seda y sus "fijo que sí"... todos habían ido a engrosar la larga fila de anónimos que llenaban el infierno.

Con esos lúgubres pensamientos, el joven muchacho se acercó a una zona tranquila de la ciudad, conocida en sus tiempos por ser zona franca, bien vigilada por las autoridades, pero sin ser de la clase alta. Allí encontraría La Pluma del Estudiante, donde podría alquilar una habitación, dejar el exceso de equipaje e ir a ver si daba con el autor de la nota.

Al parecer, las dos teníais muchas cosas en común, y aunque en inicio tuvisteis un encuentro algo brusco, enseguida conectasteis. Ese tal Gaedren Lamm, os la había jugado, raptando a un ser querido y la único que sabéis de ese desgraciado, es que era muy escurridizo, y que utilizaba niños para que robaran para él, los cuales llamaba, los Corderos de Lamm.

Lleváis un par de días entre el mercado y el puerto, y la suerte no os acompaña, parece que se los ha comido la tierra, ya que los críos que has abordadáis, ninguno era un Cordero de Lamm y en alguna ocasión os habéis tenido que enfrentar a algún padre o madre malhumorado.

Ahora os encontráis en la pequeña Taberna La Jarra de Jeggare en el Viejo Korvosa, Comiendo alguna cosa, antes de continuar vuestra búsqueda. Habláis de los siguientes pasos a seguir y aunque algo desanimadas, sabéis que el destino pronto pondrá a Gaedren Lamm en vuestro camino.

En un momento de la comida, os animáis a hacer un brindis por vuestros seres desaparecidos y por poder hacer justicia y cazar al malvado Lamm. Y cuando alzaís vuestras jarras, debajo de donde estaban aparecen unos estraños naipes, que hace un momento no estaban, y ves que en la parte de atrás hay escrito con letra pulcra, y en tinta negra, lo siguiente

Debajo de la Jarra de Kahara:

Sé lo que Gaedren te hizo.

También me ha agraviado a mí.

Sé dónde vive pero no puedo atacarle.

Ven a mi casa,

En el 3 de la calle de la Lanceta al anochecer.

Habrá allí otros como tú.

Gaedren debe enfrentarse a su destino,

Y se tiene que hacer justicia.

Debajo de la Jarra de Selena:

Sé lo que Gaedren te hizo.

También me ha agraviado a mí.

Sé dónde vive pero no puedo atacarle.

Ven a mi casa,

En el 3 de la calle de la Lanceta al anochecer.

Habrá allí otros como tú.

Gaedren debe enfrentarse a su destino,

Y se tiene que hacer justicia.

Las dos os quedáis mirando algo confundidas, por lo que parece el destino os había puedo en el camino, antes de lo que pensabáis...

El varisio mira las monedas con algo de desden, pero las acaba aceptando, y mientras las sopesa con la mano, te comenta:

- Como te he comentao antes, es un hombre peligroso, que solo sus más allegados y fieles aliados saben honde encontrarlo. Aparte de matones, estan los Corderos de Lamm, niños cortabolsas y informadores, que se suelen moverse por las zonas donde hay mucha gente, como el mercado o puerto. Dicho esto, el Varisita se guarda las 3 monedas y se despide de ti.

Ciertamente ya tienes un objetivo, encontrar algún Cordero de Lamm y hacerle hablar o seguirlo hasta su escondite, algo que en teoría no tendría que ser complicado.

Pero te pasas un par de días entre el mercado y el puerto, y la suerte no te acompaña, al parecer se los ha comido la tierra, ya que los críos que has abordado, ninguno era un Cordero de Lamm y en alguna ocasión te has tenido que enfrentar a algún padre o madre malhumorado.

Algo desquiciado, por no saber por dónde continuar, te dices a ti mismo, que ya llegara el momento, que solo tienes que tener paciencia, para que el destino té abra el camino.

El calor aprieta y decides pararte, para descansar un poco y extraes tu libro sagrado de Pharasma, para realizar unas lecturas y oraciones. Pero al abrir pequeño libro sagrado, entre sus páginas, encuentras un extraño naipe, y ves que en la parte de atrás hay escrito con letra pulcra, y en tinta negra, lo siguiente:

Sé lo que Gaedren te hizo.

También me ha agraviado a mí.

Sé dónde vive pero no puedo atacarle.

Ven a mi casa,

En el 3 de la calle de la Lanceta al anochecer.

Habrá allí otros como tú.

Gaedren debe enfrentarse a su destino,

Y se tiene que hacer justicia.