Partida Rol por web

Selena, se percató de las dificultades que tenía el grupo, y echando a un lado a los niños, levanto su arco y apunto al Niño de voz ronca, fijándolo como objetivo...

- Rauko, déjame un tiro libre, a ver si acabo con el enano...

Preocupado por que el combate hubiese llegado hasta él, Rauko soltó la ballesta y sacó su maza pesada. Refunfuñando y maldiciendo su suerte, se acercó al niñato del cuchillo extraño para dar flanco a Kahara.

Arso retrocede un paso y toca a Corvo mientras sus manos se iluminan con una luz azulada.

- Señora, esta no es su hora.

Mientras Selena esperaba el movimiento de Rauko, para poder tener un disparo limpio al niño con voz ronca, Arso estabilizo a Corvo.

El Humano con varita lo tenía claro, Arso se le había puesto a tiro y no lo iba a desaprovechar, apunto con su varita a Arso y recito de nuevo las palabras mágicas...

- Escupinakus Acidus…un dardo de ácido salió disparado, pero fallo por muy poco, salpicando el suelo mientras produjo un siseo...

En el momento que Rauko se movio, Selena disparo la flecha al Niño con voz ronca, que fallo por muy poco...

El Mediorco con parche en el ojo, medio tambaleante levanto su maza, manteniendo una extraña mueca sonrisa y la descargo contra Kahara...

Pero las heridas sufridas y la habilidad de Kahara, hacen que el ataque no consiga llegar a su objetivo y falla. Después del ataque, se desmaya por el esfuerzo.

Kahara asesta un terrible golpe al muchacho aprovechando la distracción que le ofrece Rauko.

-Te lo advertí. Aaaargh!!!

La vida la había curtido y enseñado por las malas que ciertos actos  tenían consecuencias. Ahora debía impartir ella esa lección. Además no podía permitir que un mequetrefe la destripara antes de encontrar a su pequeña.

El niño con voz ronca, mira aterrorizado a Kahara, y comienza a mirar a su alrededor, con semblante desesperado...

Viendo como el orcoide cae inconsciente, y que Corvo peligra ante la amenaza del crío, Querelar se pone tras el crío para darle una lección. Pasando el filo de su espadín ante los ojos.

-Quieto, chaval, si no quieres cruzar la línea roja y sentenciarte. Venimos a por Lamm, pero si nos atacáis, caeréis.

Corvo despertó gracias a las energías curativas de Corvo. Sus buenas intenciones le habían conducido a aquella situación vergonzosa en la que aquellos criminales habían conseguido dejarlo fuera de combate. Se levantó. Recogió su esto  y se aporó contra una pared mientras se llevaba una mano a la cabeza.

Todavía le daba vueltas todo.

El niño con voz ronca, gravemente herido, prueba salir corriendo por la puerta, pero Rauko y Querelar intentaron impedirselo. Y aunque Rauko no tubo mucho éxito, Querelar consiguio hacertarle y cumplir así su promesa.

-Quieto, chaval, si no quieres cruzar la línea roja y sentenciarte. Venimos a por Lamm, pero si nos atacáis, caeréis.

En niño con voz ronca, cae inconsciente al suelo, gravemente herido.

Por su parte el niño de la Hoquera, al ver caer a su jefe, suelta el arma la horquera y levanta las manos, rindiéndose.

El joven asiente con gesto serio.

-Es una lástima que haber tenido que llegar a tal punto.

Dijo sin mirar el joven cuerpo caído y herido.

-Pero sabia elección.

Luego en dirección a la félida, añade.

-Ten un ojo sobre el chico, voy dentro.

Arso, preocupado por Corvo lanza un hechizo sobre su compañero.

- Selena, si parpadea el de la varita, metele una flecha en la cabeza.

El hombre de la Varita, os mira dubitativo, y sale corriendo, por la puerta había abierta, desapareciendo de vuestra vista. Aunque podéis sentir...
 

- Maldita puerta...

Las heridas y el cansancio estaban empezando a hacer mella en la barbara, su respiración era rápida y brusca  y sus músculos empezaban a quejarse por el esfuerzo. Cuando encaró a su último oponente a la vista. Cuando sus ojos se cruzaron este salío huyendo por donde había aparecido.
Si lograba hiur tal vez nunca pudiera volver a ver a su pequeña.

-NO! NO! DONDE ESTÁ MI PEQUEEEEEEÑAAAAA!!!!

Obligando a su cuerpo a responder la semiorca salió corriendo tras el hombre con la varita. Era posible que fuera una trampa pero en ese momento el dolor , la furia y el miedo de perder a Arya nublaban cualquier otra idea de la mente de Kahara.

Estabilizo a los caidos y les aparto las armas.

Todo había pasado a una velocidad vertiginosa. Las principales amenazas yacían en el suelo agonizando, pero aquel cobarde de la varita quería huir. Su reacción no fue lo rápida que hubiese deseado y Kahara se le adelantó, tratando de impedir que aquel fulano huyera.

Al oír que el enemigo maldecía, una sonrisa pícara asomó en los labios de Rauko. Sabía justo lo que debía hacer y un instante es lo que necesitaba. 

Tan rápido como pudo, el brujo corrió persiguiendo a aquel hombre y justo cuando logró ubicarlo, lanzó la enésima maldición con expresión maligna. Ésta era un poco especial, iba destinada a impedir que abriese la maldita puerta

Estoque en mano el joven de desgarbado muchacho fue tras el conjurador, con una sonrisa estampada en los labios en el momento que escuchó el comentario de la puerta.

-Quieto.

Manteniéndose a cierta distancia, añade.

-No tiene por que terminar mal para ti, se razonable, colabora, y posiblemente saldrás de esta. ¿Dónde esta la niña mestiza y el cerdo de Lamm?

Corvo sintió nuevamente la calidez de la energía curativa de Arso. Tras el conjuro, notó que sus fuerzas retornaban a su cuerpo. Lo había pasado mal. Se había confiado y a punto había estado de morir por su imprudencia. 

Vio como Kahara, Rauko y Arso perseguían al hombre de la varita que irrumpiera justo en el momento que él perdiera el sentido. La situación parecía controlada por el trío, con lo que él decidió permanecer en aquella sala a la expectativa de que nuevos integrantes de la banda de Lamm surgieran para unirse a la refriega.

- ¡¡Yo vigilo que no entre nadie más!!- avisó a sus compañeros para que se dedicaran a aquel hombre con tranquilidad.

Ante la rendición del fugitivo, Arso ata concienzudamente a los heridos y aparta sus armas.

Despues se prepara para curar a los heridos, al lado de Corvo y Kahara.