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Sengoku XXI

El mundo de Sengoku XXI

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12/01/2011, 16:56
Director

Aquí añadiré detalles sobre la ambientación. Trasladaré los posts del foro original, para tenerlos a mano, e iré ampliando con lo que necesitéis saber.

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12/01/2011, 16:59
Director
 
El mundo de Sengoku 21 está ambientado en Japón, en una realidad alternativa donde la Restauración Meiji nunca sucedió. El país se rige por una versión moderna del feudalismo, donde el poder máximo del gobierno recae sobre la figura del Shōgun. En este mundo, las artes marciales juegan un papel destacado, siendo no sólo el deporte nacional de este Japón ficticio sino también una máxima y un código de conducta que lo rige todo, desde la vida diaria hasta la política o las relaciones comerciales. Ahora vamos a describir brevemente algunos de los conceptos más básicos aquí mencionados.

¿QUÉ ENTENDEMOS POR REALIDAD ALTERNATIVA?

Una "realidad alternativa" es un tipo de universo de ficción en el que, en lugar de ambientarse en un mundo creado desde cero y totalmente distinto al mundo real, se toma una variación del mundo real, normalmente cambiando algún hecho histórico importante que hace que la política, la economía o la tecnología se hayan desarrollado de un modo distinto. Un ejemplo podría ser un universo ficticio en el que las fuerzas aliadas hubiesen sido derrotadas en la segunda guerra mundial, y toda Europa se hallase bajo el dominio de las fuerzas del Eje.
En este tipo de ambientaciones siempre hay un punto de inflexión, un momento concreto en el que la historia de nuestro mundo cambia. Hasta ese punto, todo en dicho universo ficticio ha sucedido tal y como lo hemos aprendido todos nosotros en clase de historia, pero desde ese punto en adelante, algo ha cambiado, y (normalmente) eso acaba por cambiarlo todo.
Este tipo de ambientación ofrece la ventaja de proporcionar cierto sentimiento de familiaridad a los jugadores (al fin y al cabo, es nuestro mundo, sólo que ha evolucionado de un modo algo distinto), pero dando a la vez un grado de libertad a los creadores de la ambientación para "torcer la historia" en una dirección que favorezca a su idea del trasfondo del universo que están creando.


¿QUÉ FUE LA RESTAURACIÓN MEIJI?

El punto de inflexión en la realidad alternativa en que se basa esta ambientación es un evento importante en la historia más o menos reciente de Japón. La Restauración Meiji (1866-1869) nace de un movimiento popular en favor del emperador de Japón, que hasta entonces era una figura simbólica, y en contra del Shōgun, quien acumulaba todos los poderes del gobierno. Tras muchos enfrentamientos, los partidarios del Shōgun fueron derrotados y el cargo de Shōgun fue abolido. El Emperador retomó su antiguo papel como gobernante absoluto del país, el aislamiento que Japón se había autoimpuesto terminó y la clase samurai fue abolida. La división del país en feudos (gobierno militar) fue sustituida por una división por prefecturas (gobierno civil) y Edo, residencia del Shōgun hasta la fecha, pasó a ser la residencia del emperador, quién cambió el nombre a la ciudad por el de Tokio.
En el universo ficticio en que hemos decidido ambientar nuestro foro, algunos de los eventos que condujeron a la Restauración Meiji sucedieron de modo distinto o no sucedieron, con lo que ésta nunca ocurrió. A inicios del siglo 21, Japón aún se encuentra dividido en feudos, controlados por clanes samurai que compiten por ocupar el cargo de Shōgun, la autoridad máxima del país.
Si queréis informaros mejor sobre la Restauración Meiji, podéis consultar ésta página de la Wikipedia.

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12/01/2011, 17:08
Director

En Sengoku 21, Japón es uno de los países más fuertes de Asia y probablemente del mundo. Sin embargo, su importancia en política internacional es escasa debido a un autoasilamiento que el propio país ha elegido para sí mismo. Para preservar su cultura, tradición y modo de vida, los Japoneses rechazan cualquier influencia exterior y son hoscos y desconfiados con los forasteros. Así pues, mientras que el resto del mundo ha ido evolucionando históricamente de forma más o menos igual que en el mundo real, Japón vive en su pequeño universo particular en el cual las cosas no funcionan igual. Las antiguas tradiciones siguen en vigor en la tierra del Sol Naciente.

Para entender el Japón de Sengoku 21, hay que analizar tres conceptos clave que definen y marcan el ritmo del país. Estos son los clanes samurai, las artes marciales, y la figura del Shōgun.


LOS CLANES SAMURAI

En Sengoku 21, la Restauración Meiji nunca ocurrió. Eso significa que la clase social de los samurai nunca fue abolida. Los samurai eran una clase de nobles guerreros con derechos y privilegios desde nacimiento que les diferenciaban de los chōnin, o gente común. Su deber era practicar el arte de la guerra y seguir las enseñanzas del Bushidō, el Camino del Guerrero, que les instaba a llevar una vida de honor, lealtad a su señor y sacrificio. Los samurai servían a un clan, que consistía en una fuerte e importante familia samurai que aglutinaba bajo su mando a varias familias menores como vasallas. Los clanes samurai gobernaban feudos y levantaban ejércitos para combatirse entre sí por cuestiones muy diversas, como asuntos de honor, venganzas, sentimientos opuestos del deber, o simple deseo de expansión territorial. Dado que el emperador y su corte no tenían ningún poder real, la política estaba fuera del alcance de cualquiera que no fuese un samurai desde nacimiento, y uno de alto rango además.

En el siglo XX, el rígido sistema feudal japonés tuvo que cambiar, irse adaptando poco a poco a las ideas que se filtraban desde el extranjero, por mucho que los dirigentes del país intentasen evitarlo. Las familias samurai han acabado siendo más parecidas a un partido político o a un club selecto que a una "familia" en el sentido tradicional de la palabra. Aunque las familias samurai siguen siendo las únicas con acceso a la política del país, no hace falta haber nacido en su seno para formar parte de ellas. La gente común puede ponerse al servicio de una familia y, si destaca entre sus iguales, puede recibir el honor de ser invitado a formar parte de la propia familia. En una ceremonia de bienvenida, el nuevo miembro cambia su apellido por el de la familia y jura seguir el código del Bushidō en cada una de sus acciones. Desde entonces es un samurai, y se espera que dedique su vida a la familia y a su clan. Esta "modernización" también ha beneficiado mucho a las mujeres. Aunque las samurai-ko, o mujeres samurai, existían en la antigüedad, eran muy pocas y no tenían todos los privilegios de su clase. Ahora las mujeres pueden obtener el rango del mismo modo que los hombres, y (en teoría) ser tratadas como iguales a sus compañeros masculinos. Sin embargo, a pesar de lo que diga la ley, los prejuicios aún existen, y aquellos nacidos con el apellido de una familia samurai siempre serán más bien considerados que aquellos que lo reciben durante su vida, al igual que normalmente los hombres serán mejor considerados que las mujeres.

A la cabeza de un clan samurai se encuentra la figura del daimyō, ocupada normalmente por el patriarca de la familia principal del clan. Es un cargo de altísimo honor y altísima responsabilidad, pues sobre él recaen todas las decisiones importantes sobre el presente y el futuro del clan y de todas las familias que lo forman. Es un honor que muy pocas veces ha recaído sobre alguien que no sea samurai de nacimiento, aunque eso hoy en día no es tan raro, pues el hijo de un hombre y una mujer, ambos samurai pero no de nacimiento, se considera nacido en el seno de la familia y recibirá automáticamente el título de samurai. A diferencia de lo que solía suceder en la antigüedad, el cargo de daimyō no es vitalicio, y se cede entre miembros del clan cuando el actual ocupante del cargo llega a una edad muy avanzada o considera que alguno de su subalternos directos está más capacitado para el cargo. Los daimyōs retirados ocupan cargos de honor como consejeros de su sucesor.

Los clanes samurai deben esforzarse por ser fuertes y por contar con el apoyo popular, pues pugnan entre ellos por ocupar el cargo de Shōgun, el líder político y militar de Japón. Es el daimyō del clan dirigente el que ocupa esta posición de poder y privilegio, aunque el proceso de elección de Shōgun se explicará más abajo.


LAS ARTES MARCIALES

Desde la primera mitad del siglo XX, las artes marciales han ido cobrando cada vez más importancia en las tierras niponas. En un país en constante disputa entre sus clases dirigentes, el refinamiento y la búsqueda de la perfección personal en el arte del combate enseguida llamaron la atención popular. Pronto, las figuras más destacadas de cada clan samurai empezaron a estudiar con empeño distintos estilos de artes marciales, y aquellos que mayor dominio demostraban se ganaban el favor de las masas. Pronto, los combates rituales a modo de pequeños torneos entre miembros de los clanes importantes se volvieron algo habitual, y un evento esperado y seguido por miles.

Pero el fenómeno no se detuvo ahí. La filosofía, el código de conducta y la estricta disciplina que acompañan a las artes marciales casaron muy bien con la personalidad del pueblo japonés, y pronto las disciplinas nacionales como el aikido, el judo o el karate empezaron a florecer como nunca. A remolque suyo también prosperaron disciplinas extranjeras como el kung fu, el muay thai o la capoeira, pues muchos maestros de estos estilos decidieron viajar al país que se estaba convirtiendo en un paraíso de las artes marciales. Los dojos recibían cada vez más inscripciones, y la destreza marcial se convirtió en un sinónimo de entereza, de éxito y de valía personal. Los campeones de los cada vez más frecuentes torneos y campeonatos alcanzaban el nivel de estrellas de la televisión, los que lograban mantener el título durante años se convertían en héroes nacionales. La cultura de las artes marciales se extendió como un incendio en verano, abarcando todo el país.

Tal fue el empuje de este fenómeno que acabó siendo un factor clave en todos los ámbitos de la vida diaria japonesa. Los conflictos y las pugnas por el poder entre clanes samurai, que no podían recurrir a las sangrientas batallas de antaño en estos tiempos "más civilizados", se decidieron resolver mediante un sistema de retos y duelos a combates sin armas. Tener potentes dojos y grandes maestros a su favor se convirtió en la nueva medida del poder militar de un clan.

En el presente, las artes marciales son un elemento inseparable de la vida de cualquier japonés. Su estudio es obligatorio en la educación secundaria y el instituto, los mayores dojos cuentan con miles de alumnos, y las empresas realizan ejercicios conjuntos de katas y movimientos de combate en los descansos para sus empleados. Para una empresa, tener a un conocido luchador en su plantilla es motivo de orgullo, y su rostro probablemente encabezará los carteles que publicitan sus productos. Los campeonatos importantes barren récords de audiencia, y todo el país se paraliza durante las grandes finales. El hecho de que toda persona sepa un mínimo de autodefensa ha hecho descender el número de crímenes menores, pues el hecho de enseñar una navaja intimida ya muy poco, pero ha obligado a las fuerzas de seguridad y de orden público a seguir estrictos entrenamientos para mantenerse por encima del nivel combativo de los posibles malhechores. Es ya una práctica común y aceptada en casi todos los ámbitos el que, en caso de un fuerte desacuerdo entre dos partes, se decida mediante un combate amistoso entre los implicados. Los valores filosóficos de las artes marciales están tan arraigados que los perdedores de estos desacuerdos aceptarán la victoria del otro como una muestra de la superioridad de su razonamiento, y no les guardarán rencor. Este procedimiento es habitual en todo tipo de ámbitos: desde disputas por una chica entre compañeros de clase de instituto a debates sobre una "opa" hostil entre directivos de grandes corporaciones.


LA FIGURA DEL SHŌGUN

Históricamente, el cargo de Shōgun otorgaba a su poseedor plenos poderes militares, legislativos y de gobierno, y se consideraba vitalicio y hereditario. El gobierno de una familia samurai, con sus miembros ocupando el cargo de Shōgun, se conoce como shogunato, o bakufu.

Ieayasu Tokugawa, un daimyō de la época feudal japonesa, venció a sus opositores en la Batalla de Sekigahara (21 de octubre de 1600) y logró unificar al país después de muchos años de guerras entre clanes sin ningún líder destacado, una época conocida como Sengoku ("estados en guerra"). Se adjudicó el título de Shōgun, que había estado vacante durante años, hizo construir el castillo de Edo y, al instalarse allí en lugar de en Kyoto, residencia del emperador de Japón, convirtió el pequeño pueblo pescador que era Edo en la nueva ciudad más importante, y capital no oficial, de todo Japón. Le siguió un período de paz en el que los shōgunes Tokugawa se iban sucediendo en el poder sin mucha oposición política, y así ha seguido hasta la historia reciente.

En 1867, una rebelión de algunos clanes samurai amenazó con derrocar el régimen de los Tokugawa, pero tras varias batallas, el shōgun del momento, Yoshinobu Tokugawa, logró retener el poder. Sin embargo, las semillas del descontento ya estaban plantadas, y desde entonces el bakufu Tokugawa no ha conocido una paz absoluta, sin chispas de rebelión surgiendo por todo el territorio. Así hemos llegado hasta el presente siglo XXI, donde el periodo Edo (periodo de paz entre clanes bajo el dominio de los Tokugawa) parece haberse desvanecido. Los historiadores modernos llaman a nuestros tiempos el segundo periodo Sengoku, también llamado Sengoku XXI.

Debido a influencias de las ideas liberales que se filtran desde occidente, el cargo de Shōgun está hoy en día a medio camino entre el dictador militar que ha sido siempre y un líder elegido democráticamente. El sufragio universal se ha instaurado en todo el país, y los ciudadanos de cada feudo eligen entre los daimyō de las familias samurai de la zona al que será su señor. En Edo, los ciudadanos eligen al que será señor del castillo de Edo, y por tanto Shōgun del país. Sin embargo, sólo los clanes samurai militarmente más poderosos pueden presentarse a estas elecciones. El cargo de Shōgun electo es vitalicio, en teoría, aunque en cuanto el gobernante alcanza una edad avanzada está casi obligado a convocar elecciones. Algunos shōgunes Tokugawa han retrasado esta fecha todo lo posible hasta tener un sucesor con garantías de obtener el puesto de nuevo para su clan. El Shōgun retiene todos los poderes políticos y militares del país y, aunque suele dejar el gobierno de cada feudo a su señor electo, puede inmiscuirse en las políticas de territorios más pequeños y tener la última palabra.

En lo que a las propias elecciones se refiere, los ciudadanos votan a uno u otro clan según tradición familiar, simpatías o ideales políticos afines, pero la libertad de voto no es total. En las leyes japonesas se halla una cláusula que permite a un clan encabezar un "golpe de estado" amparado por la ley. Si el poder militar (y, por tanto, las capacidades de los luchadores y artistas marciales) de un clan es suficiente para vencer al del clan en el gobierno, puede arrebatarle el título de Shōgun. Estos cambios de gobierno son bastante temidos entre la población, que creen que traerán caos y desorden, y por lo tanto no deben votar sólo a un clan que les interese personalmente, también deben cuidarse de que ese clan sea fuerte y no pueda ser apartado del poder a los cinco días de gobierno.

Hasta la fecha, el clan Tokugawa se las ha apañado para retener el poder y el cargo de Shōgun en las dos elecciones que ya se han celebrado, pero con los daimyōs de otros clanes acumulando cada vez más poder y mejores luchadores, y con la autoridad del Shōgun cada vez más cuestionada, parece inminente que eso vaya a cambiar.

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13/01/2011, 02:08
Director

EL SHINSENGUMI

El shinsengumi es un cuerpo de élite de las fuerzas del orden japonesas, operando inicialmente en los confines de Kyoto, pero tras su colaboración en acallar movimientos contrarios al shōgunato previos y durante el intento de revolución de 1866, su valía fue reconocida y se instauró un segundo cuerpo del shinsengumi en Edo. Con el paso de los años, su radio de influencia ha cambiado y ahora son un cuerpo de fuerzas especiales, como podrían ser los SEAL en Estados Unidos, con autoridad para actuar en todo el territorio nacional. Sus dos bases centrales siguen siendo Kyoto y Edo.

El shinsengumi no está ligado a ningún clan. Según los juramentos que recitan todos los miembros, su lealtad es siempre para el que ostente el cargo de shōgun, sea quien sea y sin importar su clan. Sin embargo, se han formulado dudas razonables al respecto, pues hasta ahora sólo ha habido shōgunes Tokugawa. ¿Quien garantiza que el shinsengumi serviría con lealtad a otro amo?

Los miembros del shinsengumi se reclutan de entre los mejores y más diligentes de la sociedad japonesas, sean chōnin sin clan, o miembros de alguna familia samurai. Una vez entran, deben cortar sus lazos con su vida anterior, para evitar favoritismos o apoyo a rivales políticos del actual shōgun. Sin embargo, los miembros conservan el apellido familiar, y a través de sus acciones pueden traer prestigio y honor a su clan. Éste es el único modo en que un miembro del shinsengumi puede ayudar a su clan (además de la pensión vitalicia que el clan recibe por cada miembro en tan prestigioso cuerpo), lo que a su vez motiva a los integrantes a destacar en el cumplimiento de su deber.

El shinsengumi está dividido en escuadrones, liderados por un capitán y un subcapitán. El 1º escuadrón es la guardia de honor del shōgun, y en teoria incluye a los mejores del cuerpo. En la práctica, pocos miembros de clanes claramente opuestos al del shōgun tienen plaza en el 1º. Se valora más la lealtad incondicional que el talento puro. El resto de escuadrones no siguen ningún orden numérico concreto, más que el del orden en que fueron fundados, el 2º no tiene por qué ser mejor que el 9º.

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24/01/2011, 19:46
Mori Aisaka

Estaria bien que estuvieran los datos de los clanes. Los Takeda tambien estan extintos? 

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24/01/2011, 19:51
Director

Post temporal hasta que cuelgue un pequeño resumen de la situación de cada clan. Ahora simplemente los enumero, junto con sus familias vasallas y daimyo en Edo.

CLANES MAYORES (entre paréntesis las familias vasallas)

Tokugawa (Honda, Ii, Torii, Sakakibara, Sakai, Ishikawa, Baba, Gosankyo) - Daimyō: Tokugawa Ieshida (Shōgun)

Hōjō (Daidōji, Matsuda) - Daimyō: Hōjō Shintaro

Shimazu (Yamada, Niiro, Ijuin) - Daimyō: Shimazu Tetsugi

Sanada (Ishida, Sakuma) - Daimyō: Sanada Yoshiro

Chosokabe (Yoshida, Kira, Hisatake) - Daimyō: Chosokabe Kato

Mōri (Kobayakawa, Ankokuji, Ukita) - Daimyō: Mōri Ishigaki

Uesugi (Naoe, Amakasu, Shida) - Daimyō: Uesugi Torako

Takeda (Obata, Hara, Akiyama) - Daimyō: Takeda Hanbei

Date (Oniniwa, Nakano) - Daimyō: Date Kimura

CLANES MENORES (legalmente existen, pero no disponen de territorios bajo su poder ni familias vasallas)

Akechi

Maeda

Oda

Tachibana