La mirada de la muchacha es profunda, tanto que Henry a punto está de ahogarse en ella.
La chica pelirroja se presenta y Henry no puede hacer más que ignorarla. El caballero que es esperaría que Alfred pudiera ocuparse de atenderla adecuadamente, pero en aquel momento le importaba bastante poco que fuera de su amigo y la pelirroja. Para Henry tan solo formaban parte del paisaje, un paisaje que llenaba la belleza de aquella chica
Madeleine resonaba en su cabeza, todo el alboroto de las conversaciones ajenas estaba silenciado para lo oidos de Henry, que se centraban en Madeleine.
Devolvió la sonrisa despues de haberse recuperado del impacto. No estaba muy seguro de cuanto tiempo habia estado admirando a la bella mujer, no se perdonaria que la primera impresion que ella se llevara fuera la cara de idiota que debía habersele quedado.
Señorita Madeleine, ¿me permitirá sentarme a su lado para el segundo acto? Me haría un hombre muy feliz si acepta.
Por el rabillo del ojo, ves que Alfred hace buenas migas con Veronique.
Si a mi amiga no le importa....- Mira a Veronique, y sonrie
No creo que le importe....- Te mira y su sonrisa te embelesa...
Estare encantada de acompañarle Sr.Bolton.- Mete su mano en el hueco de tu brazo....
La funcion iba a comenzar, los pitidos de que quedaban pocos minutos para cerrar las puertas os avisaron.
El placer es mío, no le quepa duda.
Henry hace esfuerzos continuamente por no parecer un idiota embobado. Realmente hay algo en esta muchacha que le ha atravesado hasta muy hondo de su ser.
Los avisos le despiertan de su embelesamiento y empieza a avanzar junto a Madeleine hacia el interior del teatro.
Nunca la había visto por la ciudad, señorita Madeleine. ¿Acaban ustedes de llegar a Nueva Orleans? preguntó Henry mientras llegaban a sus asientos.
No, Veronique, se mudo aqui hara 3 años, yo llegue hace una semana,Veronique me habia hablado maravillas de esta encantadora ciudad- Notaste su acento Irlandes, al hablarte. Sus ojos claros, casi felinos como los de una gata se clavaron en los tuyos y te dedico una hermosa sonrisa.
No estare mucho tiempo, lo que tarde en reclamar la herencia de mi abuelo, fallecido recientemente.- Entendiste porque llevaba un vestido negro, con aquel sombrero tan parisino.
Henry seguia absorto en la belleza de Madeleine, aunque la razón por la que se habia podido encontrar no era ni mucho menos alegre.
Permitame mostrarle mis condolencias, señorita.
Despues de esa información no sabía demasiado bien como retomar la conversación sin parecer un insensible, por lo que varios segundos de silencio siguieron a la ultima frase de Henry.
Asi que también viene usted de las islas, ¿me equivoco? Yo provengo del viejo Londres, ¿y usted, Madeleine?
Gracias Henry- Posa su mano enguantada en la tuya y te dedica una sonrisa melancolica.
Soy Irlandesa, de Dublin. Añoro mi tierra y solo llevo pocos dias aqui....
Sonrie mientras toca tu mano.- Es agradable encontrarse con un caballero Ingles, tan educado y de buena familia.- Vuelve a sonreirte.-
Madeleine... Henry la observó casi con adoración, embelesado por esa perfección que no lograban ocultar sus oscuras prendas. No le pareció extraño que la mujer estuviera heredando de su abuelo cuando lo lógico es que lo estuvieran haciendo los hijos, no la nieta. En cierto modo indicaba que Madeleine había perdido también a sus padres. O quizá, quién sabe, le estuviera ocultando que la muerte correspondía a otra persona de la que no quería hablarle.
¡Que galante sois!- Sonrio y coloco su abanico delante de su sonrisa.
¿Pintais entonces? No me importaria, si luego me mandais un coche que me lleve a casa....Sonrio coqueta.
Henry asintió.
- Claro, habrá un coche a vuestra disposición. Solo que en una noche podremos únicamente hacer el esbozo y lo que a mi me preocupa es que tendréis que volver a Dublín, por eso tendríamos que buscar alguna forma de completar la obra. Si vos piensa quedarse varios días sería perfecto pero si no, tampoco me vendría mal a mi viajar un poco, estos últimos días han sido aburridos y en Irlanda se deben encontrar obras de arte únicas que no me importaría ver.
El hombre le sonrió.
- Entonces si piensa en venir a mi hogar, la invitaré a cenar.
A todo esto... con qué habilidad iba Pintar en esta edición, a ver si ahora no voy a tener puntos.
No te preocupes, me quedare unos dias...como te he dicho tengo que arreglar muchos papeles aun- Sonrio con picardia, su sonrisa era perfecta.
En ese caso acepto su invitacion lord Bolton.- Te paso el brazo por el tuyo...
¿Nos vamos? la obra es un poco soporifera....- Volvio a sonreirte
creo que interpretacion...^^
Henry le dedicó una sonrisa.
- Es una bonita obra pero realmente prefiero observaros a vos y poderos pintar va a ser como hacer un deseo realidad.
Se levantó y le ofreció la mano para ayudarla, mirándola con intensidad. Había llegado el momento de jugar con las miradas pues parecía que había una atracción mutua. Era una mujer maravillosa y parecía tener un gran dominio con las palabras y las maneras. Aunque a veces parecía mirarlo como si quisiera comérselo, esa era una sensación que le parecía curiosa, seguramente la mujer era muy pasional, esperaba que sí.
Ok, tiene 2 puntos que algo es algo xD
Metio su mano en el hueco que habias dejado en tu brazo y te miro con los ojos brillantes a traves de la rejilla de su tocado.
Caballero, halagador y a la par guapo.....lord Bolton, se debe de llevar a las Damas de calle.- Sonrio seductoramente- por lo menos a mi me has llenado los oidos y deseo acompañarte.
Y ponerme en tus manos- Volvio a sonreirte y a mirarte
¿ese no sera vuestro carruaje?
- En efecto milady.
Comentó a la señorita acercándose para abrirle la puerta.
- Lleva más de una generación conmigo pero lo trato como se merece, no hay carro mejor cuidado, no toleraría verlo dañado o afeado de cualquier modo. Lo mismo sucede con el caballo y claro... con el chófer.
Dijo bajando ligeramente la voz, divertido.
- Adelante milady, tiene unos cojines muy mullidos, color rojo, rojo sangre, un color muy intenso.
Entro en el carruaje con una sonrisa complaciente- Gracias Lord Bolton...
Siempre es un placer contar con los de siempre y de cofianza..- Sonrio tapandose con el abanico.
El coche comenzo a moverse traqueteando en los adosines de la carretera
La verdad que es un coche precioso y muy comodo- sonrio y te toco levemente la rodilla con el abanico...aparentemente azorada.
¿hace esto mucho? Invitar a una mujer a su casa con la excusa de pintarla- Sonrio
Henry se había quedado observando ese extraño ¿coche? sin caballos que se podía ver al fondo, negro, bajo y alargado, con unas ruedas muy anchas. Se encogió de hombros y subió a su coche acompañando a la mujer.
- Lo cierto es que no, es una locura invitar a una mujer de esta manera pero hoy he perdido el control, han sido unos meses muy aburridos y necesitaba encontrar algo nuevo.
Henry sonrió ligeramente a la mujer.
- Me comportaré como un caballero. Sólo pretendo empezar a pintar su hermosa figura y trazar las figuras de alrededor. Lleva usted una ropa muy oscura para un cuadro que deba resaltar su belleza, necesitaríamos algo más colorido o algo más natural.
Sonrió como un bribón durante un instante.
Te volvio a sonreir- No te preocupes Lord Bolton, quiza no este acostumbrada a que un artista me proponga de musa para su cuadro.- Toco su recogido con sus guantes de rejilla.
No has perdido el control, a mi tambien me viene bien la distraccion y tu proposicion me ha agradado.
¿Una ropa con mas color?- Sonrio- No tengo nada a menos que pasemos por mi casa o pose desnuda....- un cierto azoramiento afloro en su blanca piel, pero en sus ojos viste cierta picardia.
Henry la observó un poco sorprendido y a la vez claro interesado.
- No hay nada más natural que un cuerpo desnudo, pero ya estamos hablando de crear una obra íntima. Y además, me va a dificultar esa promesa de comportarme como un caballero. Quizá no deba ser fiel a mi palabra, hay veces que merece la pena ser un caballero a medias.
Le devolvió una sonrisa cargada de picaresca, se veía a la mujer decidida a ir adelante, Henry parecía haber cazado a una mujer con ganas de disfrutar de la vida, se dijo a sí mismo. El coche seguía su camino, el hombre esperó a ver si la dame le respondía siguiendo el juego.
Te miro con coqueteria, con un azoramiento en sus mejillas y entreabrio los labios para soltar un suspiro debil. Sonrio levemente y tapandose con su abanico pudiste ver en sus ojos que tus palabras le gustaban.
Se supone que un artista no piensa en esas cosas, mientras realiza una obra de arte. Pero quiza deje que me pintes desnuda, pues antes que ser obra soy mujer y tus palabras e intenciones no me desagradan lord Bolton.
Aunque primero prefiero que me pintes el rostro, pues me averguenza desnudarme ante un desconocido.- en uno de los traqueteos su mano se coloco en tu muslo.
y aparto la mano ruborizandose.
Justo cuando ibas a hablar el coche llego a su destino deteniendose de forma casi brusca.
oiste al cochero saltar a la gravilla y abrir la puerta con una sonrisa para invitaros a salir.
Esta mujer no paraba de hacerle insinuaciones para que continuara, aunque ahora parecía haberse echado un poco para atrás, ¿estaba jugando con él? La verdad es que era un poco díscola aceptando una invitación como la suya, aunque Henry tenía cara de chico bueno y quizá eso le había confianza a la dama.
El caballero le ofreció la mano para ayudarla a bajar del coche y paseó con ella por el jardín hasta la puerta.
- De noche no se pueden observar bien las hermosas terminaciones de la fachada, pero sí la fuente, tiene una preciosa escultura dedicada a Afrodita y Helena, que encaja bien con la inspiración de este lugar, dedicado a todo lo bello.
Dicha fuente era fácil de observar y el modo en que Henry la presentaba era quizás algo soberbia. Sonrió a la dama y esperó por ver si prefería acercarse a la escultura o dirigirse hacia la puerta de la mansión.
Te siguio con una sonrisa hasta la fuente y la observo detenidamente.
La verdad que el artista ha sabido plasmar la fuerza y la esencia de lo divino....tienes muy buen gusto en elegir estas obras.
¿Si no me equivoco es un discipulo de Miguel angel, este autor, no? Tiene la misma vision en cuanto a las proporciones y la belleza de la obra.- Te quedaste un poco estupefacto con su saber de la ecultura, pues en efecto la obra era de uno de los discipulos del gran Miguel Angel.
Te miro y te dedico una sonrisa.
No me mires asi...adoro el arte en todas sus formas- Te guiño un ojo juguetona.