Partida Rol por web

Llevas varios días de viaje en tu querido Mustang, los intentos de ponerte en contacto con Edward para que te diera algunos consejos cómo haces a veces antes de una cacería que te parece peligrosa, han resultado un fracaso.
Su móvil siempre está apagado o fuera de cobertura y eso te preocupa, pero ay estás demasiado cerca de Cold oak para darte la vuelta, quizá cuando acabes aquí puedas pasarte pro ese bar que visitasteis un par de veces donde se reunen cazadores de vez en cuando. Él siempre dijo que podía confiarse plenamente en la dueña, Ellen.

Por lo pronto, ahora te encuentras en el supuestamente "pueblo fantasma" de Cold Oak. Desde luego abandonado está, eso salta a la vista enseguida que llegas al lugar. El silencio es sepulcral e incómodo, no tardas demasiado en sentir algunos escalofríos recorriéndote el espinazo.

Tras inspeccionar las afueras del pueblo me propongo hacer una incursión en él.

Bueno esto no creo que sea coser y cantar...será mejor ir preparado pero ligero por si tengo que echar a correr...

Abro el maletero del coche y me pongo una cazadora ya que hace algo de frío.

- Descenso de temperatura; cosa de espíritus...- murmuro por lo bajo recordando aquellos absurdos refranes que Edward usaba para enseñarme a cazar.

Tengo que decidir que llevar para la incursión. Además de la pistola que llevo siempre encima (siempre que es posible) cojo una linterna ;ya que es posible que entre en algún edificio. Finalmente me decido por llevar también el cuchillo.

Si son espíritus la sal será necesaria...

Cojo mi vieja mochila y meto dos paquetes de sal, una botella de agua bendita y la escopeta de doble cañón cargada con sal roca. Miro que todo esté en su sitio y respiro hondo. En unos segundos me sorprendo llevando mis dedos a la boca pero me doy cuenta a tiempo y no empiezo a comerme las uñas.

- Espero no equivocarme en la elección de armamento...joder Edward...días como este se te echa mucho de menos...

Tras prepararme me adentro en el pueblo de Cold Oak.

Espero salir de esta...estos escalofríos no predicen nada bueno...

Empiezas a andar por el fangoso sendero que une las pocas calles que conforman el pueblo. Apenas hay tres de ellas rodeadas de edificios antiguos totalmente al estilo del "viejo oeste". Hay que admitir que se conservan bien teniendo en cuenta su antigüedad, y eso te hace una idea de la poca gente que debe haberse paseado por aquí... o de lo poco que han durado, una de dos.

En el centro encuentras un pequeño pozo, tan oscuro cómo el resto de edificios. En él pende una campana de hierro con un árbol grabado en él. En cierta manera es bonito, si no estuviera en un lugar cómo este, claro.
Te preguntas cuál sería un buen lugar para empezar a inspeccionar cuando distingues el sonido de risas infantiles alrededor tuyo. Cómo mínimo dos o tres distintas.Te giras con tu escopeta de sal preparada pero no hay absolutamente nada ni nadie allí.
No es que te sorprenda realmente, pero quizá en campo abierto estés todavía en más desventaja. Por contra, en un recinto cerrado puedes quedarte atrapado. Difícil decidirse...

Bueno no estoy solo...una duda menos...

Echo un vistazo a mi alrededor intentando pensar en mi siguiente movimiento. Mientras observo las casas que rodean las calles medito sobre las risas que he escuchado.

Risas infantiles...por lo menos tres pero pueden ser más...tendré que andarme con mucho cuidado...si tengo suerte solo serán espíritus burlones y con ganas de pasarlo bien...pero si no...

Resoplo pensando en que pasaría si fueran espíritus vengativos. Rodeo el pozo lentamente para poder seguir pensando unos segundos más mientras decido que hacer.

Bien...en campo abierto pueden putearme demasiado...si entro en un edificio estoy igual de jodido...pero tengo que hacer algo ya...si no me muevo será peor...

Intento localizar la iglesia del pueblo que mas me llame la antención para empezar por ella la inspección.

En la iglesia puedo crear un punto seguro si las cosas se ponen feas...si tengo suerte encontraré también el censo de feligreses y sabré algo más sobre esete pueblo...

Das con la única iglesia del pequeño pueblo sin mucho esfuerzo, pues la cruz cristiana que se alza en el techo es visible desde casi cualquier punto.
El interior está mal iluminado, tan sólo entra algo de luz por los ventanales medio rotas.
Los bancos están dispersos y mal clocados, algunos sobre otros, y el altar volcado.
Parece ser que pudo haber algún altercado aquí y dudas que el edificio en cuestión consiga parar la presencia de cualquier cosa que pueda haber malvada en ese lugar. Sin embargo la sal siempre funciona.

Empiezas a distribuirla por los ventanales subiéndote a los diferentes bancos para llegar al alféizar en cuestión y cuando ya te aproximas a la puerta para sellarla te topas con un par de niños.
Concretamente una niña de unos nueve años, de pelo rubio pero sucio y vestido azul raído y terriblemente desgatado; su acompañante es un niño de más o menos la misma edad, con los ojos tan azules que es imposible que no te recorra un escalofrío al verlo. Su ropa es azul marino y está igual de descompuesta.
Te miran unos segundos silenciosos, cómo si te estuvieran "evaluando" por ahora.

Echo un poco de sal en mi mano para usarla como arma defensiva y ganar unos segundos si las cosas se tuercen. No me muevo apenas para no asustarlos o enfurecerlos. Los miro fijamente y evaluo las posibilidades que tengo de salir de alli idemne llegado el caso de confrontamiento.

Tras unos segundos observándolos digo simplemente:

- ¿Os habéis perdido?

Me preparo por si la reacción es violenta para lanzar la sal contra ellos y ganar unos segundos para terminar de cerrar el edificio a espíritus.

Los segundos parecen minutos, largos y tensos. A pesar de que el lugar es húmedo y frío alguna gota de sudor recorre tu frente mientras no dejas de prestar atención a cualquier movimiento o reacción de los "pequeños" malditos. Desde luego normales no son, podrías apostar por ello.
Te das cuenta de que tu única vía de escape sería la puerta que está detrás de ellos o saltando a través de alguna vidriera, para lo cuál deberías subirte primero a un banco así que no estás del todo seguro que te diera tiempo, pero si consigues espantarlos...

Sales de tu propio ensimismamiento cuando repentinamente ambos emiten un gruñido gutural y extraño, bastante inhumano, sus rostros infantiles se retuercen en muecas macabras y deformes mientras se lanzan contra ti, desvaneciéndose en humo espeso cuando les lanzas la sal que ya tenías preparada.
Sabes que no tardarán en volver, eso no les mata, si se ha formado la nube negra es que son demonios... Empiezas a darte cuenta de que quizá no estabas preparado para este reto.

Mierda...demonios...tengo que pirarme de aquí como sea...

Saco el agua bendita de la mochila para poder defenderme en cuanto aparezcan. En la otra mano cojo la escopeta y compruebo que sigue cargada con sal roca.

Si llego al coche tengo el misal para exorcizar y más agua bendita...pero de todas formas necesitaré ayuda...

Termino de cerrar la iglesia con sal por si acaso y me preparo para salir hacia el coche.

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre...

Empiezo a rezar mientras salgo de la iglesia en dirección a mi coche.

Sellas la iglesia con sal, la verdad es que ya no te queda demasiada pero con medio paquete debería bastarte y sobrarte para conseguir salir de ese lugar infernal. Y nunca mejor dicho...
Probablemente si hubieras podido contactar con Edward te hubiera advertido de que no era una buena idea venir aquí, pero por desgracia no tuviste esa suerte y ahora emprendes la retirada del lugar, llegando nuevamente hasta el pozo sin problema.

Por desgracia junto a tu coche vuelven a estar esos pequeños monstruos cogidos de la mano. Oyes sus risas a tu alrededor a pesar de que están alejados, y cuando quieres darte cuenta detrás tuyo aparecen dos más de similar aspecto.
No estás muy seguro de poder reaccionar a tiempo con los cuatro pero... tampoco es que tengas muchas alternativas, ¿no?
Todavía estás evaluando la situación y pensando la mejor solución cuando los que estaban a tu espalda corren hacia ti con manos convertidas en afiladas garras cómo cuchillas.

Mierda...

Me giro rápidamente y disparo contra los dos que vienen a rajarme.

PUM! PUM!

Ni siquiera miro si les he dado y me lanzo hacia el coche a todo lo que mis piernas dan...mientras corro abro la botella de agua como puedo y me preparo para rociar a los que tengo delante del coche con el agua bendita...

- Apartaros hijos de puta...- les grito mientras me acerco a ellos

Que sea lo que Dios quiera...pero que salga la cosa bien...

Disparas y empiezas a correr. Ves cómo las dos extrañas nubes en las que se han convertido pro ahora ambos demonios vuelan adelantándote hasta llegar al coche, metiéndose en el capó delantero y por tanto en el motor y demás sistemas de arranque y funcionamiento del vehículos, ¿glups?
Lanzas el agua bendita sin miramientos a los que ay te estaban esperando y estos enseguida se apartan cubriéndose la cara entre quejidos, por lo que alcanzas el coche sin problemas pero como ya temías no parece muy dispuesto a arrancar.

Por una de las rejillas de ventilación se cuela nuevamente ese humo hasta que forma el cuerpo de la niña rubia y mal vestida. Te dedica una mueca macabra de dientes afilados, amarillentos y torcidos dispuesta lanzarse sobre ti pero algo ocurre, gracias a Dios. O a quién sea.
La ventanilla se rompe estrepitosamente y le clavan un extraño cuchillo al demonio que ante tu sorpresa se convulsiona entre gritos de dolor y acaba evaporándose del todo, sin retorno.

-Hey... creo que alguien necesitaba una ayuda por aquí, ¿hm?- te dice de forma despreocupada la muchacha que acaba de matar al demonio, y quizá a alguno más del exterior puesto que no ves a ninguno cerca.
-Siento lo de la ventanilla, pero mejor eso que estar muerto, ¿no?- se encoge un poco de hombros y camina con tranquilidad a la parte delantera abriendo el capó de tu mustang.

Tras ver como el demonio muere al recibir la puñalada respiro hondo y suspiro de alivio.

De la que me librado...pienso mientras salgo del coche y me dirijo hacia el motor para ver lo que le pasa.

- Tranquila por la ventanilla...por ciero...Gracias por salvarme el cuello...de esta casi no la cuento...

Examino el motor y pienso en que le pudieron hacer.

- Seguramente sea el sistema de arranque...- digo en voz alta a la chica rubia.

Luego me doy cuenta de que no me presenté y de que no la conozco.

Es posible que sea una cazadora; pero por si acaso me andaré con cuidado...de este pueblo no me fio...

- Por cierto ¿cómo te llamas?...yo David...

Compruebas el motor y ajustas algunas tuercas pero la verdad es que no ves nada fuera de lugar así que quizá sea mejor volver a comprobar si arranca o no ahora que no parece haber ningún demonio cerca, quién sabe si pueden volver o aparecer todavía más, desde luego no fue buena idea, si hubieran sido fantasmas todo sería diferente.

Te giras hacia la extraña muchacha que te ha salvado el culo, pero tu frase queda en el aire puesto que no hay rastro de ella, cómo si simplemente se hubiera evaporado o no hubiera estado nunca ahí. Pero te libró de los demonios así que... Muy raro, sin duda, pero no tienes demasiado tiempo como para perderlo pensando, al menos no ahora.

Tras ver que el coche arranca me alegro. Y miro a la chica rubia que...¡hostia! ha desaparecido...

Yo me largo cagando leches de aqui...

Me meto en el coche y salgo del pueblo rápidamente. Mientras voy en el coche pienso en mi siguiente movimiento.

Pensar con el estómago vacío es malo...una buena hamburguesa me ayudará a pensar...

Tras alejarme bastante del pueblo fantasma, busco una cafetería de carretera que disponga de cabina telefónica con una guía de la localidad.

Debería llamar de nuevo a Edward y ver si está bien...tengo que contactar con otros cazadores si tengo que entrar en el pueblo de nuevo...

Dejo de pensar y me relajo conduciendo mientras busco un lugar en el que papear.

Tras alejarte varios quilómetros de Cold Oak para asegurarte de que nada pueda haberte seguido o vete a saber qué, te detienes en el primer local de carretera que encuentras, un restaurante en realidad, pero tanto da, tendrán lo que necesitas y con eso bastará.
En el exterior apenas hay aparcados un par de vehículos además del tuyo, son aproximadamente las 10 de la mañana así que en el interior hay pocos clientes tomando un desayunado reconfortante que llega a abrirte un poco el apetito.

Es el típico restaurante con mesas cuadradas y sofás rojos rodeándolos, todo de madera con estilo algo "country", es lo que tienen los asadores. Por suerte o por desgracia a estas horas todavía no están friendo chuletas de cerdo de centímetros de grosor.
En un rincón están las puertas de acceso al servicio y a pocos metros varios teléfonos públicos, pero el de Edward sigue cómo siempre "Apagado o fuera de cobertura".

Tras llamar a Edward y no recibir respuesta suya me alarmo un poco.

Es posible que el viejo saliera de caza y haya salido mal...

Entro en el baño y compruebo las salidas del local con la mirada tras salir de los aseos.

Siempre es bueno conocer donde te metes para saber por donde huir...pienso recordando las enseñanzas de Ed.

Me siento en una mesa para poder estar tranquilo. Cuando llega la camarera pido un desayuno contundente: huevos fritos, bacon y salchichas acompañado de zumo de naranja y café solo. Lo único que lamento no es poder haber pedido un buen chuletón.

Con esto creo que aguantaré hasta la hora de comer...ahora debo pensar qué hacer...

La camarera coge tu pedido con una sonrisa amplia, aunque no es la más encantadora que hayas visto pero al menos parece contenta, mejor que una vieja deprimente seguro.
En un pequeño televisor que hay cerca de la barra están televisando un partido de fútbol americano al que puedes echar un vistazo mientras te traen el desayuno. Contundente, no cabe duda.
Cuando acabas de comer te sientes otra vez lleno de energía, con algo más de ánimo que hace un momento.

Tu propio maestro parece haberse metido en problemas y quizá sea el momento de que le eches un cable tú a él para variar un poco, lo difícil será saber por dónde empezar a buscar dada la falta de pistas.
Quizá deberías empezar por ese bar, si recuerdas cómo llegar claro está...

Roadhouse...el bar de los cazadores...ese puede ser un buen sitio para empezar...tengo que ir hasta Nebraska...es un largo camino...pero he de saber si está bien...- pienso durante el desayuno.

Tras pagar en la barra me preparo para salir hacia Nebraska. Antes me paso por el taller para colocar una ventanilla nueva en el Mustang, tras hacerlo lleno el depósito y me preparo para un largo viaje por carretera.

Enciendo el coche pongo la radio local y parto hacia Nebraska en busca de mi viejo amigo Ed.

Bueno Ed...espero que no te hayas metido en ningún lío gordo...