Sales del local y te relajas un rato, fumando, en un callejón oscuro. Tras ésto, cojes el suburbano y llegas hasta un barrio marginal de las afueras. Allí, tras una hora de viaje en aquellos duros asientos, desciendes las escaleras de la estación elevada, que "cuelga" de un rascacielos, y va ha dar a una calle sucia, llena de folletines propagandísticos del gobierno de la Dart.Corp. tirados por el suelo, y toda rodeada de edificios de planta baja y viejos. La iluminación del lugar es deplorable.
Un esquina más alla ves unas luces, es un local, el restaurante Sommer, que sigue abierto. Sabes que descendiendo calle abajo llegas a un desvío que te llevará a la dirección indicada.
Al salir del suburbano me cojo un cigarrillo y enfundo mis manos en los bolsillos de la chaqueta. Tras dar dos pasos con la cabeza agachada, me paro un segundo y cojo uno de los muchos folletos de publicidad. Maldita Dart Corp. Solo es un organismo más de control, nada bueno puede salir de alli. Yo solo veo en sus intereses el deseo de ganar dinero y poder. Estaríamos todos mejor... Alzo la cabeza como si despertara de un trance. Relájate Madok, este no es lugar para estar tenso. Doy una calada al cigarrillo y tomo la calle abajo enfundado sobre mi mismo con la esperanza de encontrar pronto la dirección.
Caminas en la oscuridad y el silencio, tansolo se escucha el motor lejano de algún aero-coche lejano, volando alto. Tuerces una esquina, acompañado por el siniestro rumor de los roedores, y así te adentras en un estrecho callejón. La calle por la que bajabas, más o menos ancha, ya resultaba claustrofóbica por si misma, dada la altura de los edificio, pero ahora, viendo los cuarenta pisos en vertical, y las cercanas paredes, a unos cinco metros la una de la otra, resulta una atmósfera asfixiante. Contenedores de basura, suciedad, escaleras de incendios que casi rozan la pared de enfrente, oscuridad, y puertas cerradas, eso es lo que ves, un lugar caótico y sieniestro.
El silencio continua un rato, mientras te adentras en las sombras, pero al cabo de un rato, dos farolas encendidas, una de ellas parpadeante, alumbran la entrada, ahora cerrada, de una especie de taller o garaje para aero-coches. El punto de luz de un cigarrillo, más allá de la iluminación de las bombillas, delata una presencia extraña.
¿Ves alguna escena de más?
Al entrar en el nuevo callejón la atmósfero invade a Madok. Empiezo a caminar con la cabeza agachada y las manos en los bolsillos de la chaqueta. Como si alzar demasiado la vista en aquel lugar fuera significara algún tipo de peligro.
Tras andar un pequeño rato casi teniendo que esquivar los viejos contenedores de basura la luz proveniente de las farolas saca a Madok de su estado de aletargamiento. La luz del cigarrillo en sus labios se apaga mientras avanza hacia la puerta flanqueada por las luces.
Espero que el soplo de Fred haya merecido la pena, no me gustaría tener una "amistosa" charla con el después de dármela con queso sobre el traficante de Néctar. Solo hay una manera de averiguarlo.
Toco la puerta dos veces.
TOC TOC
Un siniestro rumor, la grabilla aplastada por una pesada suela, te sobresalta.
-¿Quiere algo...? -Dice, y escupe a un lado, con el cigarrillo entre los dedos. -¿Amigo?
Hola, estaba buscando al cabeza del garito. Por cierto muy guapo el taller que os habeis montado compadre.
¿Puedo pasar?
-No -Dice rotundamente. Y golpea la puerta con la palma abierta, poniendo el brazo de forma que no te deje pasar. Se acerca mucho, amenazante.
Tranquilo amigo no hace falta abusar, solo quiero un poco de buen rollo.
Me han dicho que por aqui alguien puede ayudarme con un problemilla que tengo.
-Ummm... -Bajo la robusta en inteligente calavera del maton se mueven ciertos engranages. Parecen oxidados. -¿De parte de quién vienes? ¿Para quién trabajas?
Pues un tal Fred me dijo que aqui encontraria algo de lo que busco. Lo que se cuece en la ciudad.
Intento mirar lo que hay dentro del local. Estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo.
-Así que Fred... -Dice con una sonrrisa burlesca. -¿Trabajas para un tipo como Fred?
La puerta permanece cerrada.
Colega, Fred es solo un amigo, y como buenos amigos compartimos información. Nada más.
Adopto una postura más relajada Veo que conoces a Fred. mmmm, ¿puedo entrar?
Le invito a tomar un cigarrilo ¿Quieres?
-No -Dice mirando el cigarro de soslayo. -Y ahora vete de aquí. Ya.
-Ey tranquilo amigo, no se porque te entra la prisa ahora pero no va a pasar nada porque ahora vea a tu jefe.
-Yo no tengo jefe. Desaparece o te rompo las piernas. Y ve diciéndole a tu amiguito Fred que está muerto por indicarle este lugar a un sucio investigador como tu.
Mira tio, si fuera un investigador despues de amenazarme ya estarias muerto. Solo quiero que alguien de esta jodida ciudad se de cuenta de que su monopolio ha acabado, y no me refiero a tu "pequeño" negocio aquí.
El matón te coje por las solapas de la chaqueta y te estampa contra un contenedor cercano, la mochila con el portátil se cae al suelo. -¡Fuera de aquí mal bicho cobarde o mañana amaneces descendiendo por el río Oman!!
Intento levantarme magullado y recogo el portatil caido para meterlo en la mochila, mirando si se ha estropeado mucho.
-¡¡Venga, coño!! -Grita, y te da una patada en el culo haciendote caer hacia delate sin llegar a coger el portátil.
-¡Alto! -Dice una voz metálica. -Mohamed, inútil, deja que entre, es un buen negociante.
Desde el suelo, consternado, distingues una cámara de vídeo hábilmente oculta en un oscuro rincón.