Partida Rol por web

No me gusta este sitio , me quiero ir de aqui digo sollozando Ademas la chica de ojos rasgados nos mira mal a todos

Miro al pequeño con todo mi aire de 'Santa Claus' y le sonrío beatíficamente.

- Tranquilo, chiquillo. Ahora mismo salimos de aquí. En un momento nos movemos.

Lanzo un reproche mudo a Evangeline mientras sigo hablando con el niño.

- La señorita de ojos rasgados no te mira mal; es asíatica... Pero por si acaso, no te acerques mucho a ella. - Intento llamar la atención del joven que se aleja (Thomas Reznor) sin gritar - Espera, vamos contigo. No deberíamos separarnos. - Tras esto, hago señas al orador (Christian Harris) - ¿Nos acompaña? No es buena idea quedarse quietos.

Intento animar al niño a avanzar conmigo. Ojalá tuviera un abrigo para protegerle del frío.

Sebastian había permanecido cerca de la puerta por la que había salido, tenía la mirada baja, fija en Candice hasta que está lo abandonó, pero se alegró al ver como era consolada por la otra chica si hacemos bien las cosas, aprenderán a hacerlas los demás, no basta con hablar, hay que presentar hechos. Poco a poco fue recorriendo a los allí presentes con sus eléctricos ojos, intensos, similares a los de un inocente niño que ha pillado a algún adulto realizando un acto no adecuado.

El sonido metálico le incómodo, llevó las manos a sus oídos para amortiguar el ruido, y sacudió la cabeza, agitando su pelo totalmente, y a pesar de lugar, blanco e inmaculado. No hay explicación lógica para todo, pobres, incapaces de ver más allá.

El chico caminó de manera silenciosa, iba descalzo, y tenías los pies ligeramente húmedos , lanzó una mirada cargada de tristeza a Thomas mientras se alejaba, y llegó finalmente a la posición del intrépido orador.

-Sé porque estamos aquí- dijo con una cálida sonrisa al muchacho.

Colocó una mano en su hombro, tenía restos de sangre en las uñas, y también algo de tierra, pero era tremendamente cálidas.

-Estáis aquí para conocernos, para escucharnos, para ser escuchados, para que sólo aquellos que realmente comprendan quienes son, y que es lo importante, puedan llegar a vernos como lo que somos –

Se encogió de hombros con una sencilla sonrisa.

-Puede que tú seas el encargado de llegar a nuestra parte humana, aquel que marcha el primero, pero recuerda, nosotros somos la luz que alumbra el traicionero y peligroso camino- Hizo un ademán en dirección a los que se marchaban –y aquellos que se alejan pronto se verán sumidos en una oscuridad de la que no podrán regresar.

Debemos aprender, valernos de mensajeros, prepararles para lo que se avecina, mostrarles el sendero de la esperanza.  

Christian observa al extraño muchacho que se acerca a hablarle, y le responde con un encogimiento de hombros y en un tono neutro.

No soy Dios, que cada cual llegue a su parte humana por sí, si puede... si nadie es capaz de meterse en la mente de los demás, no voy a ser yo quien lo haga...

(Pensamiento 1)

Yo lo único que hago es decir en voz alta lo que todos pensamos, pero el que prefiera seguir haciéndose pajas mentales que lo haga, yo no me voy a quedar esperando a que la mano de mierda esa vuelva y me encuentre aquí con el culo al aire. ¿Vamos?- dice, haciendo un movimiento de cabeza en dirección a los dos hombres y el crío. Y tú- dice volviéndose hacia la oriental. Pensamiento 2. Ya que tanto te molesta la charla de los demás, ¿qué tal hacer algo productivo, como ver dónde cojones estamos? ¿Vienes o prefieres seguir taladrándome la nuca? ¿Tú? dice girándose hacia la otra chica que le respondió. No ha sido una pregunta muy difícil, nos vamos o nos quedamos. Yo ya tengo mi respuesta. ¿Venís o preferís quedaros a pensar un rato más mientras lo que sea que hay fuera vuelve?.

Pensamiento 1

...al menos de momento. Demasiada gente para controlarlos a todos, no tengo suficientes datos, no tengo suficiente información. Necesito saber, necesito conocer sus miedos, ver qué les mueve, ver cómo tirar de los hilos para que bailen a mi son, pero es demasiada gente. Y si destaco demasiado sospecharán, no se abrirán a mi. Les podría obligar... apuesto a que al menos a la mayoría de las chicas, pero... demasiado tiempo, demasiada gente alrededor, además todavía no se de que va esta mierda... quíén nos está viendo correr aquí como ratones enjaulados. Joder, que mierda... odio esta sensación. Yo soy el que está en control, nací para esto... desde siempre, por eso soy hijo de quien soy... nací para líder, pero estos no atienden a razones. Los hay que están pirados, o los hay que se creen mejores que todos, como ese coño de rollito de primavera, mirando de chula... serás zorra. Seguro que fuera de aquí eras igual. Seguro que tenía esa sonrisa de superioridad paseándose por ahí contoneándose como una puta. Seguro que tenías esa misma sonrisa cuando les ponías las pollas tiesas a los peleles que no tenían huevos de aplastarte la cara contra una pared, de romperte los dientes contra el cemento mientras se follaban tu coño y tu culo a ver tu bonita sonrisa entonces, ¿eh, coño Chop-Suey?. Hmmmm, pero con todo parece resuelta. Más que alguno que hay por aquí. Debería irme con los fuertes, los que sean resolutivos, los que actúan... con esos tendré más posibilidades de vivir, aunque... aunque... podría quedarme con los que parezcan débiles. Sobre todo con las chicas... la mitad parecen niñas asustadas, van de la mano. Seguro que las rompería como cristal si les diese un poco fuerte y entonces... oh, tío, joder, joder, joder. Tengo que encontrar un sitio para hacerme una paja ya, me va a explotar la polla como siga pensando en eso...

Centrate, Christian, por décima vez. Si no quieres que lo que se follen sea tu cadaver, ahora céntrate. Esto no es el puto patio de colegio, esto no es un campus lleno de yonquis y putillas que van de listas. Alguien jodido pulula por ahí fuera, y si no te andas listo te va a joder, a tí y a quien pille. De momento vete con los fuertes. A por la migajas de los débiles siempre puedes volver luego. Esos tres parecen listos, o al menos tranquilos, eso está bien... los nervios matan. Qué coño, a lo mejor el crío tampoco está tan mal... oh tio, tengo que meterla en algo pronto, ya se me está yendo la olla... preferir a un mocoso a un buen coño.... joder, hermano. Joder. Joder.

Pensamiento 2

si, tú, Coño Chop-Suey. Je. Me gusta como suena.

La cháchara de todos los presentes se mezcla en mi nublada cabeza, les miro pero no les veo, les oigo pero no entiendo nada. El latido de mi corazón, chillando aterrorizado lo envuelve todo y lo aleja de mi. Cierro los ojos con fuerza intentando despejar mis ideas, siento brotar lágrimas calientes como el fuego. Y luego de entre todas las voces una que nos grita, alguien ha cogido las riendas de este carro a la carrera hacia ninguna parte, alguien valiente sin lugar a dudas, no creo que nadie quisiera estar en su piel, o ya lo habrían hecho. Abro los ojos y le miro, nos propone movernos, salir de aquí. Ironías de la vida...

Tengo que hacerlo, no es tan difícil, lo he hecho muchas otras veces, desde pequeña, sé como se hace, lo sé.

Avanzo un pie, luego otro. Movimientos básicos, que se hacen sin pensar como respirar. Inspiro una gran bocanada de aire, eso no se me ha olvidado. Paso por delante de la gente, me sitúo cerca del niño y el anciano y miro al que ha empezado con la terapia de grupo, el que nos insta a contar nuestros pecados, nuestros secretos más oscuros.

- Yo no he matado a nadie.

De repente todo se torna oscuro en la mente de Liam, cada palabra pronunciada por las personas presentes retumba en su cabeza y amenaza con destruir su frágil mente. Cada sujeto es un peligro potencial, una víctima potencial, un amigo potencial y un traidor potencial...las opciones son mínimas y el campo de maniobra nulo.

Liam permanece con la espalda apoyada en la pared, en una actitud defensiva evidente, casi infantil.

- No quiero...¡NO QUIERO SEGUIR AQUI! -

La desesperación cada vez afloraba más en el jóven que ahora se encontraba de pie con la mirada fija en el pasillo que se extendía a lo largo. - No hay salida - El llanto había cesado y había dado lugar a una expresión de incredulidad y expectativa.

Cita:

La mirada de Liam se posó fijamente en el jóven Sebastián, figura que inspiraba confianza y protección

- ¿Por qué estamos aquí? ¿Como evitaremos el dolor?...no sé, no sé...PERO ¡VAMOS YA! ¡QUIERO SALIR! -

La mente de Liam divagaba en un paradoja permanente - Confiar y ser herido...no confiar y ser asesinado -. La simple idea de tener que repetir experiencias de su pasado le hacía sentir un malestar general que no lograba disimular.

- Ese jóven (Sebastián Nachjbar)...parece la única persona digna de ser seguida. Tal vez sea diferente en esta ocasión...solo tal vez -

Pensó en el viejo (Walter) que estaba cerca al niño y se le antojó digno de confianza durante un segundo - ¿Y si este es mi castigo? Vagar entre la duda y la desesperación...no lo puedo permitir...salir, necesito salir -

(Pensamiento 1) Nada en el rostro de Lene reveló si la declaración del joven de pelo castaño le habían afectado o no. Mientras todos hablaban, con expresión pensativa la rubia miró a las personas que había en el pasillo como sopesándolas (Pensamiento 2) y finalmente se volvió hacia  el que había instado a todos a moverse (Christian Harris)

-Si nadie quiere colaborar yo no os voy a obligar- comentó encogiéndose de hombros y haciendo que la coleta en la que había sujetado su pelo se balancease a ambos lados-…muy bien..nos movemos pero ¿hacia dónde?

Pensamiento 1: Estoy realmente rodeada de una panda de locos…habrá que tener cuidado, si lo que dice este chico es verdad y el resto de la gente ni siquiera contesta alguno de ellos se podría volver realmente peligroso en cualquier momento…

Pensamiento 2: ¿Habrá alguien aquí en quien pueda confiar realmente? Será mejor que no cuente con nadie…Pero está claro que tampoco la gente parece querer colaborar, así no vamos a llegar a ningún lado desde luego…pero sóla aquí no me quedo

Estaba dispuesto a empezar a andar siguiendo a los que habían tomado algo de iniciativa... pero no pudo, no pudo dar ni un paso en cuanto aquel chico de pelo blanco habló... esa forma de hablar, las palabras que decía... le miró preocupado, consternado, no sabía que hacer ni decir... aún estaba asustado, como la gran mayoría, pero esas afirmaciones tan caoticas le habían helado por completo.

Tragó saliva con dificultad mirando alternativamente a los que iba viendo allí y acabó por mirar a la chica que afirmaba no haber matado a nadie - estupendo... - pensó para si mismo, nadie había pedido explicaciones y ya una decía aquello... sospechoso cuanto menos.

De momento se mantuvo quieto, observando, esperando a que el peliblanco respondiera al pelirrojo...

La sonrisa apareció repentinamente en el rostro de Jason. No tenía muy claro el porque de aquella reacción, pero había algo cómico en toda aquella situación. Sus pasos se encaminaron lentamente hacia el grupo de gente mientras disfrutaba de la sensación que le generaba el pasillo. Allí, bajo tierra, en un lugar desconocido, con un mundo alrededor violento y fuera de su comprensión Jason volvió a sentirse como si se encontrara en el útero materno. Sus ojos recorrían repetidamente las figuras de sus nuevos compañeros, deteniéndose en los detalles y peculiaridades de cada uno (pensamiento 1) -¿Hola? Insisto en que deberíamos explorar esos pasillos- Su mandíbula se cerró con fuerza y espero de nuevo la respuesta de alguno de ellos (pensamiento 2).

Repentinamente sorprendido por el ataque de violencia de Christian se apartó de un pequeño salto  mientras le observaba atentamente (pensamiento 3) - Bien dicho, debemos encontrar el modo de salir de aquí y poner nuestra propia historia en común- dijo mientras se aproximaba lentamente a él para esperar a los demás -Antes que nada debemos saber que hay a nuestro alrededor y encontrar un grupo seguro. Vayamos en grupos de dos para encontrar una zona que podamos controlar- Su mirada giró hacia el resto del grupo que se arracimaba en el pasillo y recorrió las sombras tratando de escrutar las posibles salidas del pasillo -Christian, ven tu conmigo, formad los demás parejas, nos veremos aquí en cinco minutos- (pensamiento 5)

Con un guiño, Jason hizo una pequeña seña a Christian para que se acercara a él - Ven, pareces alguien capaz de sacarnos de aquí, tengo algo que comentarte, peor ha de ser a solas, podrían escucharnos- dijo entre susurros casi imperceptibles. La voz de Jason sonaba impaciente, algo distinta a la utilizada en sus últimas palabras por el nerviosismo que le invadía (pensamiento 6). Sintió como una pátina de sudor frío le recorría la espalda.

(pensamiento 1) Están todos huecos, son solo un reflejo de mis propias pérdidas. Jasón, búscate en ellos encuentra la verdad a través de la oportunidad que ellos te ofrecen, el único modo de alcanzar la redención.

(pensamiento2) ¿Por qué ninguno me responde? Malditos zombies... perdidos en sus propias vidas vacías y sin sentido. Si ellos supieran lo que es arrebatar una, si ellos entendieran el dolor de acabar con el inocente para el regocijo del cruel, el injusto y de aquel que abusa de su posición de poder.

(pensamiento 3)  -¡Tu! ¡Que haces aquí! Mi vida se escurrió entre tus dedos cuando me enfrentaste al horror de acabar con aquella chica y ahora tu caes en las mías ¿No es irónico? El reloj de arena parece haberse invertido...

(pensamiento 4) -¿No lo ves Jason? Yo lo tengo claro, es el primer peldaño para escapar del infierno que el mismo hizo por encargo para ti. Acaba con él, nadie lo echara de menos si le ocurre algo en este subterráneo.

(pensamiento 5) Busca, debe ser sencillo, algo punzante, no demasiado voluminoso, algo que clavar en su garganta...

(pensamiento6) -¡Que haces! ¿Vas a hacerlo aquí? ¿Delante de todos?

La otra voz, dura, serena se tomó un instante antes de contestar –Déjalo de mi lado Jason, no seas sentimental en este momento...

Haciendo un repaso por el lugar, tan solo logras ver los trozos de cristal rotos en las ventanas de las habitaciones, difíciles de coger discretamente, quizás ese psicópata tenga el suyo propio... Pero la frágil muchacha, Melissa, a pesar de que nadie parece haberse percatado de ello, tiene en sus manos una inmensa espada bastarda, la cual apenas puede sujetar*.

 Al oír las palabras del niño, Evangeline gira rápidamente la cara hacia él suavizando la expresión, aunque fijándole la mirada. No había quitado la costumbre de ver el interior de los niños, intentar ver su genialidad. Pero cuando se dispone a acercarse al niño extendiendo la mano con la intención de acariciarle el pelo, oye la contestación del viejo:

Se para en seco y se vuelve al viejo con una expresión fría, aunque cortés.

- Sólo lo soy en parte. Por parte de mi madre.

Ahora sí que su mirada podría haber congelado el fuego. [Pensamiento 1]

Mirándole de arriba abajo, se limita a espetarle al final:

- No eres nadie como para decirme lo que debo hacer.

Aunque dispuesta a moverse con todos, vuelve a mirar a su alrededor como valorando su entorno y la gente. Acabando como último sujeto de observación al chico del pelo blanco. Su voz suena en su cabeza como una melodía, una de ésas que esclarece la cabeza, aunque cargado de misterio, aquel giro armónico de modo mayor con intervalos aumentados....................

[Pensamiento 2]

Pensamiento 1: ¿Quién coño se cree que es? ¿Cómo se atreve a MÍ, hablar de ese modo? Más que un persona carismática para ser líder, parece un niño que sólo le gusta manipular a la gente... Tengo ganas de cortarle el cuello... Si tuviera por aquí algo cerca - Mira disimuladamente a sus alrededores a busca de algún objeto puntiagudo - Le observaré de cerca... Como vuelva a subir el tono conmigo, le corto el cullo, y cuelgo su lengua en a pared de mi habitación y lo utilizo a modo de diana... - Lo mira de arriba abajo intentando valorar cómo es en realidad, y también su situación de si debería seguirle. Aunque parecía no quedarle otra opción...

Pensamiento 2: ¿Quién es este chico? ¿Por qué sabe todo eso? ¿Cómo lo sabe? ¿Conocernos a nosotros mismos? ¿Quién soy? Yo sé quién soy... ¿sí? ¿Por qué estoy aquí? Tengo que salir de aquí. Yo no debería estar aquí... Debo irme...

Sebastián bajó la cabeza, enterrándola entre sus manos, permaneció así durante aproximadamente un minuto, tras el cual, empezó a agitarse ligeramente, unos quedos sollozos apenas audibles excepto para los más cercanos.

Debemos resistir, debemos ser pacientes con todos, brindarles una última oportunidad, los pensamientos no siempre son actos, la rabia sólo trae dolor y sufrimiento, pero no podremos ayudarles si no lo desean.

Alzó de nuevo la mirada hacia el techo de la estancia, bañada en cristalinas lágrimas que brillaban como perlas al desprenderse de sus ojos color del hielo bajo el mar, murmuró unas palabras en un idioma desconocido, y se irguió con calma, pareciendo de repente mucho más alto con este sencillo movimiento.

- ¡VOSOTROS!-

Su voz se impuso a la de los demás, potente y clara, su dedo se extendió apuntando directamente, primero a Christian, luego a Evangeline, Jake fue el siguiente, y por último, a Jason.

-Os estáis alejando de nosotros, la oscuridad os reclama, pero debéis manteneros fuertes, luchar contra ella, regresar a la luz, seguidnos para salir airosos de esta prueba que nos ha sido planteada-

Respiró profundamente, y recorrió con la mirada a los que había señalado hace apenas unos instantes, deteniéndose con intensidad en los ojos de cada uno de ellos con un profundo pesar.

Hay gente que nos necesita, gente que se siente desamparada, no debemos olvidarlos, no podemos hacerlo, ni lo haremos.

Se volvió hacia Liam cuando esté lo miro, y el rastro de aflicción desapareció, siendo sustituido por una bondadosa sonrisa  -Junto a nosotros olvidarás el dolor, sólo confiando en nosotros saldremos, estamos aquí para limpiar nuestros pecados, para redimirnos ante nosotros mismos- tendió la mano en un gesto que no sólo iba hacia él, sino también hacia la joven Esther –Te escucharemos, y pediremos perdón por los pecados cometidos, es nuestra oportunidad-

Ya había probado con Thomas anteriormente, y era consciente de que palabrería era vana, creyó ver algo que antes no había sido capaz

-Puedes compartir tu carga si así lo deseas-

El chico de pelo blanco se movió en dirección a la habitación donde poco antes había muerto la enfermera, y cerró de golpe la puerta, el impactó pareció golpearle también a él, pero enseguida se repuso, y caminó hacía Candice, a la que asió una vez más del brazo, con aquel cálido contacto a pesar del frío ambiente, y sonrió a Lene, asintiendo con la cabeza

­Vamos, seguidnos

Sin luz no podrán encontrar el camino, sólo somos el faro que les guía hasta encontrar su propio sendero, sólo somos aquello que necesiten que seamos.

Ando algo ocupada ordenando mis pensamientos, esparicidos caprichosamente por mi cabeza. Es difícil hacer inventario de la vida y mis cagadas mientras tengo que pensar en seguir adelante y no morir. Es más difícil de lo que parece.

Pero no es mi culpa, realmente no he hecho nada malo, no fue cosa mía...

Intento evitar a toda costa la mirada de Thomas, hace que me sienta culpable, culpable de algo que no he hecho.

Me da igual que haya matado a alguien, lo que no me mola nada es que piense que los demás hemos hecho algo malo. El viejo y el niño, por ejemplo, no tienen pinta de haber cometido ningún acto atroz que les haga ser merecedores de este infierno. Y yo tampoco por supuesto.

Me centro en el chico del pelo blando, le miro sin disimulo. Sus gestos exagerados me sorpenden. Su manera de hablar me recuerda a los tele predicadores, esa basura que echaban en la tele a altas horas de la madrugada, y que me despertaban cuando me quedaba completamente dormida en el sofá.
Abro los ojos sorpendida cuando extiende su mano hacia mi, ignoro cual es la finalidad de ese gesto por lo que decido no hacer nada y permanecer en el sitio, hasta que nos pide que le sigamos. Miro en ambas direcciones intrigada.

- ¿Pero sabes por donde se sale de aquí?