Partida Rol por web

Yo... Yo nunca he matado a nadie... Melissa sentía que el espíritu de Christina se removía en el mango de la espada, revolviéndole el estómago con una ansiedad que le empujaba a sus miedos y anhelos más profundos. Por un momento se encontró la mirada de Jason, pero para el resto ella era invisible. Como aquella vez: Nadie le ayudaría, porque no estaba. Miró a Redburn. Qué tranquilo estaba. Miró las señales en las paredes... Pacientes. Pacientes, pacientes... Y otra vez a William. Su esbelta y mísera figura se movió durante la tertulia de los demás. Levantó la espada hacia atrás, abriendo los grandes ojos hacia la nuca del doctor. Tomó impulso engullida por la penumbra, y entonces el filo chocó contra el cuello.

Lo único que suena es el siseo de la hoja, un crujido suave de las vértebras, y luego dos golpes secos del cuerpo y la cabeza del hombre al caer al suelo.

Ha sido tan rápido que incluso el rostro decapitado de Redburn pestañea. La conciencia permanece durante los escasos segundos en que su cerebro sigue regado por la sangre. El cuerpo sufre un par de espasmos. Mientras tanto, Melissa ha girado sobre si misma debido al peso de su arma, ahora ensangrentada...

Aquel chorro de muerte tiñó de sangre no solo a Melissa, sino también al pequeño Jake y al apacible Walter. Candice también se vio salpicada, al igual que Lene...

Melissa sonrió. Los niños se habían callado bañando al único vivo de sangre. Miró a Jake fijamente mientras el cadáver caía al suelo... Era importante que sobreviviera, porque de lo contrario sería ella quien tendría que escuchar sus lamentos, su agonía detenida en el tiempo. Pero sabía que tenía que ir a buscar a los demás, había prisa, así que le tiró la bola de papel primero, y después la propia espada. No se quedó a mirar si la recogía, si otro la captaba primero. Echó a correr en dirección a uno de los extremos del pasillo, perdiéndose sus pasos descalzos en medio de la oscuridad.

¿Ya podéis respirar mejor...? Christina, aguanta... El niño está bien, y no me dejaré matar...

Lene estaba mirando a Sebastian (Pensamiento 1) cuyos ojos a la escasa luz del pasillo brillaban como dos fuegos fatuos cuando un siseo y un golpe seco acompañado de un crugido hizo que se volviera. Como si de una escena a cámara lenta se tratase, todo su cuerpo giró entorno a su eje mientas sus ojos buscaban la fuente del extraño sonido. De repente, la tenue luz que los rodeaba pareció aumentar de intensidad como si una mano invisible quisiese que ningún detalle de la macabra imagen que había ante ella se le escapase. El cuerpo inerte del que había sido su doctor yacía caído a pocos metros de ella semejando un títere abandonado por un niño insatisfecho, piernas y brazos colocados en una postura incómoda allí donde habían caído. Sin embargo, fue el chorro de sangre, roja y brillante que manaba lentamente del cuello decapitado la que atrajo su mirada. El viscoso líquido iba poco a poco formando un oscuro charco sobre las baldosas polvorientas y descascarilladas, formando extraños patrones allí dónde el tiempo había alterado la rugosidad del suelo, y la intensidad del color saltó a sus ojos obligándola a expulsar todo el aire de sus pulmones. Sus oídos captaron el ruido de algo al caer y el sonido de unos pies descalzos alejándose, pero no fue consciente de ello. Sólo había una realidad y ésta la golpeó como un mazazo. Sus manos se cerraron compulsivamente sobre la tela basta del pijama que llevaba, y sus uñas afiladas de clavaron involuntariamente en sus palmas mientras su boca se abría con voluntad propia y un grito estrangulado, angustioso, cargado de miedo y tensión escapaba de ella y resonaba contra las paredes del pasillo.

Pensamiento 1: Cada vez me recuerda más a un predicador..pero sin embargo hay algo…magnético en él…

Melissa no estaba en los recuerdos de Jason, pero quizás ella también le había visto a él... Quizás había captado la mirada que Boyd volcaba sobre Harris... Él era, a pesar de todo, el único que le había prestado atención a la muchacha...

—Recordar es extraer del pasado una o más respuestas a las preguntas del presente. Recordar es, también, interrogar al presente. Recordar es olvidar, por cuanto sólo retenemos una ínfima porción de lo percibido, sólo aquello que deja una impronta en nuestros sentidos.

¡Otórgame la gracia del olvido!

Aquel cuerpo deshabitado se ilumina brevemente con una sonrisa, y asiente.

—Lene.

— ¿Conocer es contemplar un rostro, escuchar una voz, saber un nombre? Entonces, sí. Te conozco. ¿Conocer es contemplar un alma, escuchar un latido, armar una vida con retazos de reminiscencias como las piezas de un rompecabezas? Entonces, no.

***

Aquel cuerpo detenido a orillas del Estigia espera al barquero que la conduzca a la otra orilla.

Un brazo atrapa a aquel brazo que espera y unos dedos se entrelazan en aquellos dedos que esperan. Aquel cuerpo detenido al borde de sí mismo, espera. Ignora qué, pero espera. Obstinadamente, espera. Es un cuerpo baldío a la deriva.

***

Uno dos tres pasos. Un minuto, una hora, una eternidad.

Otro estallido. Otro tributo. Otra vida segada. La guadaña del segador no cesa, prosigue implacable su labor.

Gira en el aire una cabeza sin cuerpo y cae. Un cuerpo sin cabeza se contorsiona y cae de bruces. Cuerpo y cabeza respondían a un nombre: William Redburn.

— ¿Bajo qué formas y nombres continuará su viaje?

Sangre. Un manantial sanguinolento mana de aquel cuerpo que cae, cae y cae. Hasta el infinito.

Sangre. Aquel cuerpo deshabitado y aquellos largos y finos dedos están orlados de preciosas gotas rusientes. Contempla con fascinación la sangre que serpentea en su mano y recuerda. La cálida humedad de aquella sangre y de aquel cuerpo. Recuerda sus manos empapadas de aquel rusiente sacrificio. Recuerda. Recuerda. Recuerda. — ¡Basta, estúpida! ¿Qué tienes tú que recordar? ¿Noches sórdidas? ¿Una vida indigna y miserable? ¡Eres nada y nada debes recordar! Deja que la vida te arrastre, como siempre, a aquellos hechos abyectos y acusa luego al destino. ¡Puta cobarde! Ábrete de piernas y calla. Es lo único que sabes hacer bien. No hables, no pienses, no sientas…—Recuerda…

—Enséñame a ser libre. —Musita.

Y aquel cuerpo deshabitado se desploma sobre si mismo y se hunde blandamente en la oscuridad y en el olvido.

La espada gira en el aire, Jason estira la mano para cogerla, pero en lugar del mango encuentra la hoja. Con la mano abierta, Boyd recibe un corte que desgarra el pulpejo entre el dedo anular y el meñique. Aunque es doloroso y sangra profusamente, no llega a la altura de los nudillos. El arma escapa ante los ojos del joven.

Bien, joder... al menos parece que por fin nos movemos. Tío, esta panda de dementes me estaba empezando a poner de los putos nervios. Joder, a la mitad de estos tarados no se cómo no los tenían en tratamiento con electroshock, o algo... y luego mis colegas decían de mi que era un enfermo, yo al menos soy capaz de mantener la cabeza en el sitio donde tiene que estar, y no en el país de Nunca Jamás o en las nubes, como el notas del pelo blanco... si fuera por esta recua de catatónicos, nos quedaríamos aquí hacíendonos pajas mentales hasta que nos muriésemos de viejos. Bueno, que se queden aquí si quieren. De momento necesito saber más cosas, qué es este lugar, dónde estamos... cuando sepa, será cuando empiece a pensar cómo mover piezas para conseguir lo que quiero... con tantos chochos pirados, casi voy a tener más problema escogiendo a quién se la meto primero que pensando en como sobrevivir, aunque... ya tenemos una candidata. Me muero de ganas de demostrarte que no solo puedo hacer que hagas lo que quiero, coño Chop-Suey... sino que encima te puedo hacer gritar como una gatita destripada mientras lo hago. Confía en mi, antes de que esto acabe vas a ver si soy capaz de decirte lo que tienes que hacer y lo que no. Y si no es aquí será fuera... no sabes con quién te estás metiendo, coñito karateka. Pero lo verás.

Un sonido húmeto y sibilante cortó sus pensamientos de raíz, e hizo que instintivamente se encogiese sobre si mismo esperando un nuevo ataque procedente de donde fuese. Algo rebotó en el suelo con un sonido compacto y húmedo. Al girarse, Christian vió a la mujer que sostenía la espada ensangrentada, y el cuerpo del hombre, ahora sin cabeza, caer como una grotesca imagen de reprógrafo, sus estertores y convulsiones en el suelo una curiosa especie de baile fuera de sincronía, como una película cortada, sincopados y  sin armonía. La sangre empapaba la pared, y varios de los demás estaban salpicados de ella.

¡JODER! ¡JoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderjoderJODER! ¡A alguien le da un ataque homicida y tiene que ser a la puta tarada que tiene una espada! Joder... esto no pinta bien... mierda, ¿que hago?. Esa zorra chiflada es perfectamente capaz de venirse a por mi. Joder, será...

La imagen mental de otra mujer, apretando los dientes mientras la violaban... los dientes blancos formando una línea de luz en su cara, apretados con tanta fuerza que las encías sangraban... los ojos, una mirada de decisión, de odio feroz, de rabia, cuando la zorra se sacó una navaja automática del bolsillo y se empezo a revolver como un jodido gato puesto de anfetas. El brillo de la navaja cuando fue a cogerla y la muy puta le tiro un corte, ¡LA MUY PUTA LE INTENTÓ CORTAR! La navaja, plateada y brillante, cortando el aire como... como...

Hubo un sonido metálico, de aire al cortarse. La mente de Christian volvió a la realidad a tiempo de ver como la espada describía un arco en dirección a otro de los internos, y la mujer salía corriendo como alma que lleva el diablo.

Será posible... ha tirado el arma. ¡La zorra idiota ha tirado su arma!.

Sin que pudiese eviatarlo, su expresión de sorpresa se transformó en una sonrisa a medida que su corazón empezaba a latir tan fuerte que lo notaba estallar en el pecho, como si quisiera bombearle sangre directamente a la polla sin pasar por las venas.

Craso error, puta. Has tirado tus armas y te vas sola. Joder. Joder, joder. Dios me ama. Dios me ama, Dios me llama, Dios mi padre que jodidamente me ama. Una oportunidad así no se desaprovecha. Si al menos te hubieses quedado con la espada... pero que se puede esperar de una zorra estúpida, no tenéis el cerebro más que para que saber abrir las piernas. Oh, nena... Oh, nena; oh nena... corre todo lo que quieras, la caza de coños a empezado y a mi no se me escapan las presas. Corre todo lo que puedas... cuando tú y yo estemos lejos de estos pirados, no sabes lo bien que lo vamos a pasar... te voy a enseñar para todo lo que se puede usar una cabeza, aparte de para separarla del cuerpo.

[Pensamiento 1]

Sin esperar a ver que hacen los demás, Christian sale disparado detrás de Melissa.

Mis ojos se abren como platos al ver la cabeza del otro hombre mayor volando por los aires, su sangre aun caliente me salpica llegando casi a bañarme (Pensamiento 1).

Parece que aquella mujer no se ha dado por satisfecha decapitando a uno de los presentes y parece haberme elegido como siguiente en la lista, por suerte las continuas palizas de los abusones habían conseguido dar sus frutos y me habían convertido en un experto en la esquiva, tan rápido como puedo me aparto de la trayectoria de la espada chillando NO QUIERO MORIR , NO QUIERO MORIR ES MALA!, que alguien le pare

Pensamiento 1

Oh si, este calor, tan húmedo, me pregunto a que sabrá, una vez hoy que tiene un sabor metálico. me quedo por unos segundos observando la cabeza volar mírala , volando como un pájaro, seguro que nadie aquí sabe apreciar la belleza de este momento.

Aunque es una lastima , me ha roto un juguete....

Pensamiento 2

Maldita zorra, casi me mata a mi, ya te cogeré y ajustaremos cuentas , no vas a tener la suerte del pobre viejo, tu morirás poco a poco, y me bañare en tu sangre zorra!

Por un momento se quedó paralizado ante aquella visión... por un momento, sin saber por que, sus piernas se pusieron a correr presa del pánico momentáneo... por un momento el azar quiso que lo hiciera justo a la vez que la chica... por un momento giró su cabeza y la vio a ella y fue cuando lanzó un chillido de puro terror y giro el cuerpo tropezando en la maniobra para luego levantarse lo más rápido que pudo corriendo hacía donde estaban el resto con la cara completamente desencajada por el terror que se apoderó de su cuerpo...

Miró al resto, confuso, extrañado y asustado... tragó saliva y se atrevió a hablar - bueno... ya sabemos que por ahí no debemos ir... - dijo señalando en la dirección en la que la mujer se había ido - va... vayamos por ahí - y terminó por señalar justo en la dirección contraria.

Al principio fue la sorpresa, luego el impacto de ver la sangre, mas tarde preocupacion por mi bienestar, y por ultimo, decepcion al decirme a mi mismo, que esto ya lo habia vivido antes, por supuesto que uno es incapaz de acostumbrarse, la diferencia, es que ahora podia diferenciar entre "herramienta" y "usuario"."Mal pensado pequeña zorra ¿De verdad creias que voy a ser tan idiota, para permitir que te largues asi por las buenas?"

Mi intento de parar su huida de la ley de los jugadores, consistia en una simple zancadilla, algo bastante infantil aun siendo el crio el criminal en huida, pero en mi opinion, me bastaba con solo hacerla tropezar al suelo y rasgarse algun tobillo, la horda de lunaticos que tenia por compañeros se encargarian de hacer el resto mientras estuviera tumbada en el suelo. Solo rezaba para que la dejaran viva, en caso de tener informacion util.

Es el sonido de la espada cortando el aire lo que llama mi atención, me doy la vuelta a tiempo de ver como la presión sanguínea de ese hombre ejerce su obligación por última vez. Llena el aire con chorros de sangre, miles y miles de bolitas rojas viajando en todas direcciones, es un espectáculo que pocas veces se puede presenciar. Mi mente realentiza este momento para poder observarlo con todo su rojizo esplendor.
Solo cuando la sangre impacta sobre el pijama del niño y la cabeza de Redburn contra el suelo, todo vuelve a su velocidad normal. Se suceden varias reacciones curiosas, carreras, gritos, caídas, incluso un lanzamiento de espada que el niño esquiva con agilidad.

- ¿Has visto la sangre? Es un elemento libre, ha creado su propio dibujo, es arte abstracto.

Le digo al niño agachándome, poniéndome a su altura para que pueda ver mi rostro.

- Has tenido suerte, no como él.

Señalo el cadaver de William, que aun se mueve debido a los espasmos. Me levanto y me acerco a la espada y al papel para recojerlos.

Una carta, maltrecha, clipada a una fotografía antigua... Apenas legible...

Durante un rato, permanezco atontado, mirando alternativamente las manchas de sangre de mi pijama y el cadáver de Redburn... El único sonido que escapa de mi boca es un sutil 'Uh'. El niño salta a un lado, soltando mi mano. Veo pasar volando junto a mí la espada. Vuelvo a la realidad.

- ¿Estáis todos heridos?... ¿Hay alguien bien?...

Veulvo a reunirme con el pequeño Jake. Nuestro nuevo líder ha huído tras la asesina... y los demás parecen locos o criminales. Hace falta iniciativa.

- Vámonos, pequeño. Enocntremos un sitio más seguro.

Tiro ligeramente de la mano del niño, ignorando a Esther, en la dirección contraria a la que ha tomado la decapitadora.