Te percatas de varias cosas adicionales tras analizar todo varios minutos y pensar otros cuantos.
La sangre dibujada en la piedra que dibuja las yemas dan una huella parcial de los dedos del asesino. Además la sangre no puede pertenecer a Mousa ya que la piedra estaba manchada antes de usarla y la sangre de tu viejo compañero no ha caido en esa cara del instrumento de asesinato.
Además observas que el primer golpe lanzado a Mousa debió ser en la nuca, un punto debil que provoca mareos, caidas e incluso insconciencia. El resto de golpes parecen haber perdido toda noción de cordura ya que han destrozado prácticamente el craneo de Mousa, como si la obra fuera de un verdadero maniaco.
Genial- piensa al cabo de inspeccionar el cadáver de Moua- estas heridas están echan por un maniático.
Al menos tenía una huella que podía ser clave para la solución del caso. Claro que debía averiguar si era posible analizarlo o no. En cualquier caso, era evidente que no podía dejar la huella así sin mas. Observa la piedra y la coge con sumo cuidado para no tocar la prueba y tras esto, vuelve de nuevo a donde se encuentra Juliana, pero esta vez para buscar al doctor. Quizás el podría analizar esto.
Subes a la habitación donde dejaste a Juliana y al medico con la piedra en la mano. Algunos hombres te miran observando la piedra que llevas pero no dicen nada. Sus rostros están cansados o muy tensos, demasiado preocupados por su vida como para preguntarte nada.
Llegas a la habitación y ves a Juliana en el mismo estado, tumbada en la cama sin moverse. Del médico no ves ni rastro, ni siquiera ha dejado su maletín en el improvisado hospital.
Bueno, me toca buscarlo- piensa mientras sale de nuevo de la habitación mientras busca a algún empleado para preguntar la posible ubicación del médico. No obstante, antes observa a Juliana para ver como se encuentra.
Juliana sigue completamente inconsciente, sumergida en su profundo sueño. Cuando sales ves a un nativo del lugar observándote fijamente, sin pronuncia palabra, apoyado en la pared del pasillo.
Vuelves de nuevo sobre tus pasos, acercándote al refugio. La puerta está completamente derruida en el suelo mientras que dos hombres, un nativo del refugio y uno de los supervivientes, Jacob Hammer, vigilan la entrada.
Tu único compañero superviviente, Bae Kim, entra sin saludar a los hombres y se pierde de tu vista, sin intercambiar palabras contigo.
Oye tu- le llama- perdona, ¿has visto por aqui a algún doctor?- le pregunta- quizás le necesite para algo importante.
Me acerco al superviviente y le pregunto:
¿Qué ha pasado aquí? Estaba explorando esa maldita torre y ahora me encuentro esto. Tengo que hablar con Gea.
Me paro a pensar unos segundos. No sé si este hombre conocía a Otis, pero bueno..
Por cierto, Otis, uno de los supervivientes del barco, se ha sacrificado para demoler la torre y garantizar que no vuelvan a bloquear las bombas.
No, no he visto a ese doctor por ningún lado -te contesta el hombre sin apenas mirarte -será mejor que te quedes en este piso y dejes la exploración por un rato. Quedate con tu amiga, así sabrás que nada malo le ocurre.
Nos atacaron esos jodidos monstruos. Pasa, Gea debe estar dentro tratando de organizar la última resistencia -te dice el hombre con un gesto de la mano. Cuando nombras a Otis lo único que consigues es que el hombre se encoja de hombros sin ninguna preocupación.
¿Como?- pregunta, incrédulo- ¿ha pasado algo que yo no sepa?- no esperaba que la cosa pudiera haberse complicado tan fácilmente.
No pasa nada. Parece que aquí están bastante curados de espanto.
Entro en el edificio buscando a Gea.
¿La última resistencia? ¿Tan mal está la cosa?
¿Unos cuantos asesinatos tal vez? -te pregunta el hombre sarcásticamente -desde que llegasteis a este lugar han matado ya a varias personas. Ya es bastante malo tener a esas cosas hay fuera como para tener a un asesino entre nosotros.
Otro nativo del refugio se acerca al hombre que te vigila y le susurra unas palabras en el oido. El gesto del hombre se tuerce y malhumorado le dice a su compañero que le avise cuando Gea suba.
El ambiente está aun más tenso que cuando estuviste pero al menos han quitado los cuerpos de los fallecidos en el último ataque. Sin embargo la sangre ensucia las paredes y algunos restos de carne dan un toque tétrico al lugar.
Giras el pasillo hacia la derecha y ves a un hombre musculoso apoyado en la puerta de una habitación que te mira con el ceño fruncido.
En otra habitación cercana a esta escuchas a gente hablando en voz baja.
¿Mas asesinatos?- el asesino actuaba rápida- ¿donde? ¿y cuando ha ocurrido?
Ver al doctor era prioritario ahora. Necesitaba entregarle esa piedra y luego seguir investigando por el bien del campamento.
Me acerco al hombre.
Estoy buscando a Gea. Vengo de derruir la torre de ahí fuera.
Se han cargado a otros de los tuyos. Lo hemos encontrado en el piso de abajo aunque no presenta ningún tipo de herida ni parece tener ningún golpe -te explica el nativo -pero su muerte no pudo ser natural. Era un tal Fergal, un mercenario. Al lado de su cuerpo encontraron un rastro de sangre que seguía bajando, sangre que no era suya.
Joder, ¿y nadie ha ido a investigar esa posible pista? sino es su sangre puede ser la del asesino. Dios, panda de incompetentes.
Indícame donde lo han matado exactamente, iré a investigar.
Coño, has sido tu quien se ha cargado la torre, un espectáculo magnífico -te contesta el hombre fijándose en ti por primera vez -y dime ¿que encontrasteis allí?
No irás a ningún lado -te prohibe el hombre alzando su arma -mientras estes conmigo estarás libre de sospecha. La propia Gea ha bajado a descubrir que le depara tras el rastro de sangre.