Partida Rol por web

 Dranger, abriendo la marcha y la inspección junto con Imdlara, se percata de que la joven sacerdotisa lo pasa mal, bueno, más mal que los demás incluso.

 - No crreo que falte mucho parra terrminar, la constrrucción no se veía muy alta, estamos a punto de darr con lo que hemos venido a buscarr. Quédate rresguarrdada, trras el grrupo mientrras completamos la que esperro que sea la última ascensión.

 El enano sudaba copiosamente y la reciente herida cicatrizada se ve enrogecida por el calor.

Por fortuna para Owen, su experiencia en los desiertos y la jornada anterior le habían preparado para aguantar el sofocante calor que hacia. Aunque él mismo dudaba que pudiera aguantar mucho más. Tenían que encontrar lo que venían a buscar cuanto antes.

Tranquila Leila, como dicen no debe de quedar ya mucho. Bebe un poco de agua, pero despacio. Te sentará bien.

La clérigo era quien peor lo estaba pasando. Se notaba que venía de tierras más frías.

Leila miró a sus compañeros, grandes chorros de sudor corrían por su rostro, y aunque los demás parecían estar mejor todos ellos parecían agotados.

- Si hay un peligro ahí delante, no estaremos en condiciones de luchar así, agotados. Creo que intentaré ayudarnos a todos, al menos un poco.

La diosa, como siempre, respondió a su plegaria y de inmediato se sintió mucho mejor, el mismo alivio que vio en los demás.

- Sigamos.

Ascienden las escaleras, guiados por Imdlara y desembocando en una gran sala de piedra y obsidiana. Las paredes están decoradas con relieves mostrando una cuidad de bronce, grandes tormentas de arena y hordas de elementales de fuego descendiendo sobre una gran ciudad llena de aterrorizados humanos.

Rios de lenta y burbujeante lava, cruzan el suelo, todos humeando desde un elaborado altar en el lado más alejado de la sala.
Sobre el altar, hay un gran idolo de oro, de tres pies de alto, con la cabeza de toro. Sus brazos están elevados y sus manos sostienen una gran espada y una gigantesca hacha de batallas. Los ojos del idolo brillan con profundidad.
La lava, fluye increiblemente rapido desde la boca abierta del idolo de Moloch, y baja por su torso, llenando los arroyos del suelo.

Tras el altar, unos dibujos geometricos en relieve están grabados desde el suelo al techo, en la misma obsidiana de la pared.

Cita:

Una mujer, algo oculta por una niebla vaporosa y candente que se interpone entre el altar y las escaleras, se muestra sorprendida al verlos llegar.
La sacerdotisa, habla entonces en la lengua ignea, la cual ninguno de ustedes comprende.

Jammening jeaulead confoforo!

Cuando subes las escalinatas y comienzas a ver el brillo de la lava y el humo vaporoso de la gran sala, sientes una oleada de pensamientos oscuros intentando controlar tu mente.
Casi puedes percibir como si estas voces, te hablaran directamente a ti, y cuando fijas tu mirada en el Idolo de Moloch, te parece sentir que es el propio dios el que te está hablando!

Dranger, verdad? Acercate! Ayuda a abrir el portal a Malebolge, y te prometo la inmortalidad!
Mata a quienes vienen a impedirlo....y serás bien recompensado!

Cuando subes las escalinatas y comienzas a ver el brillo de la lava y el humo vaporoso de la gran sala, sientes una oleada de pensamientos oscuros intentando controlar tu mente.
Casi puedes percibir como si estas voces, te hablaran directamente a ti, y cuando fijas tu mirada en el Idolo de Moloch, te parece sentir que es el propio dios el que te está hablando!

Ven....ven, acercate! Sumergete en las candentes lavas y te haré inmortal! Acercate a mi...y serás recompensado, mortal!
Ven....entra en la lava...entra...ven a mi...mata a quienes están contigo y ven...y serás inmortal!

Cuando subes las escalinatas y comienzas a ver el brillo de la lava y el humo vaporoso de la gran sala, sientes una oleada de pensamientos oscuros intentando controlar tu mente.
Casi puedes percibir como si estas voces, te hablaran directamente a ti, y cuando fijas tu mirada en el Idolo de Moloch, te parece sentir que es el propio dios el que te está hablando!

Ven....ven, acercate! Sumergete en las candentes lavas y te haré inmortal! Acercate a mi...y serás recompensado, mortal!
Ven....entra en la lava...entra...ven a mi...mata a quienes están contigo y ven...y serás inmortal!

Cuando subes las escalinatas y comienzas a ver el brillo de la lava y el humo vaporoso de la gran sala, sientes una oleada de pensamientos oscuros intentando controlar tu mente.
Casi puedes percibir como si estas voces, te hablaran directamente a ti, y cuando fijas tu mirada en el Idolo de Moloch, te parece sentir que es el propio dios el que te está hablando!

Ven....ven, acercate! Ayudame! Abre el portal y te haré inmortal! Únete a mi...y serás recompensado, mortal!

La cara de Leila se vuelve mortalmente pálida en apenas un segundo.

- Dranger, agárrame, algo me pide que os mate y luego me meta el la lava. Intenta... dominarme... por favor, no me dejes hacer tonterías, aléjame de aquí...

El miedo en el rostro de la joven sacerdotisa era evidente, jamás había sentido algo así y estaba aterrada. Torpemente, intentó alejarse del ídolo que parecía hablarle.

 Dranger enseña los dientes ugual que haría una fiera en dirección a la estatua. Y levanta su redondo puño amenazante.

 - ¡JA! ¡Quien te crres que erres, yo no escucho a prrofanos dioses ni demonios, sólo sirvo a los dioses de mis ancestrros!

 Entonces escucha las palabras de la joven sacerdotisa, tras un instante de duda se declina para sortear el candente vapor para lanzarse con la hacha de guerra contra la adoradora del demonio.

Me desplazo hacia una esquina desde donde poder ver a la sacerdotisa. Desde alli, haciendo caso omiso de las voces que al parecer nos asaltan a todos, e intentando impedir que la mujer nos hechize, invoco uno de los animales de Osirion. Un perro negro, delgado y estilizado, de color negro, parecido a un chacal, que se materializa justo al lado de la mujer y la ataca.

Kasr tambien entra a la habitacion y permanece cerca mia, gruñendo a la tremenda nube de vapor que hay delante de nosotros....

Cuando aquel extraño perro se materializa, Leila se percata de la presencia de la sacerdotisa, y su terror se convierte en odio.

Imdlara, al ver a la sacerdotisa y sentir voces en su mente, carga una flecha y se la arroja, sospechando que la mujer está lanzando algun tipo de conjuro.

Ahh, Moloch, gran Moloch! Pronto el portal a Malebolge estará abierto del todo!

Mis pensamientos me llenaban de éxtasis. Hace unos dias, habia logrado conjurar a través del portal a dos elementales, y luego a un diablo alado de mucho mayor poder. Pero aun el portal no estaba abierto del todo, y mi ejercito, ya contaba con armas pero no con tropas!
Pero al fin...el ritual estaba funcio....eh? ? Que fue ese ruido?

Alzo la mirada al instante, al sentir la presencia de extraños en las escalinatas que ascienden al altar.

¡INTRUSOS! Exclamo sumamente molesta, al tiempo que me preparo para conjurar un lemur.

Una mujer, la que al parecer guía al grupo de impíos, alza su arco y lanza una flecha.
JAJAJAJA! Voy a matarlos a todos, como una ofrenda a Moloch!
La flecha no logra siquiera pasarme cerca, y se estalla contra el techo de la sala.

Alzo mis brazos y en un instante la conjuración está consumada. La criatura demoniaca aparece dispuesta a acabar con mis enemigos e intenta golpear a Dranger sin lograrlo...

Leila consigue vaciar su mente de la influencia del maligno dios y eleva una oración a Sarenrae, cuando termina, una sonrisa cruza fugazmente su rostro al notar el poder de la diosa.

Nada más entrar en la sala una poderosa presencia trata de tentar a Owen, y aunque no lo sepa al resto del grupo. Por fortuna la fortaleza mental del mago le ayuda a sobreponerse.
Cuando su mente se aclara ve lo que no puede ser más que un altar de invocación a Moloch, con una sacerdotisa rezandole. La cual les ve e invoca a un ser para que la proteja.

Bueno. Está claro que esto es lo que hemos venido a buscar, ahora sólo hay que matar a la sacerdotisa despues de derrotar a su esbirro.
Pero lo primero, es lo primero.

Owen lanza rápidamente un conjuro defensivo, y por un instante algo brilla a su alrededor, pero sólo ha sido un instante. Luego se concentra en el ser que han invocado. Parece algun tipo de demonio.

Recordad al ser alado que derrotamos fuera, seguramente tendrá las mismas debilidades.

El perro conjurado por Hanutsen toma desprevenida a la acolita de Moloch y le clava los dientes en la pantorrilla. La sacerdotisa, le da una patada con su pierna libre logrando liberarse, mientras se prepara a lanzar otro conjuro!