Partida Rol por web

The Last Blade 2

Capítulo I: Yuki y Kaede

Cargando editor
19/02/2014, 12:24
Director

 

18 de enero de 1866
Puerto de Vladivostok, Rusia

El clima de la mañana era tan frío que uno hubiera podido incluso esperar que las olas se congelaran antes de romper contra los muelles del puerto. Los barcos se mecían con calma en los amarraderos, mientras el viento soplaba entre los mástiles y jugueteaba con las banderas y los pabellones.

El sol se estaba alzando, teñido de rojo por las nubes al este. Las nubes sobre Japón. Yuki estaba de pie en la cubierta de un pequeño vapor, abrigada y con la cabeza semioculta por la capucha de su capa, mirando en aquella dirección. En pocos minutos partiría de regreso a las islas donde había crecido. Se sentía en paz, como no lo había estado en mucho tiempo. El viaje a Rusia había estado lleno de incertidumbres y recuerdos dolorosos. La muerte de su maestro y padre adoptivo hacía más de un año, asesinado por el monstruo al que habían derrotado para salvar al mundo, aún lastimaba su corazón. Aunque casi tanto como aquello le había dolido el hecho de tener que dejar a sus hermanos. No volver a ver a Kaede ya había sido muy duro, pero no volver a ver a Moriya...

Yuki se obligó a despejar su mente de aquellas cosas. En Rusia había encontrado nuevos motivos de felicidad, aunque fuera una cierta felicidad melancólica. Había viajado hasta Yakutsk, donde por fin había encontrado a los pocos parientes que le quedaban. El hermano de su padre, también comerciante, se había alegrado muchísimo al descubrir que Yuki había sobrevivido al accidente naval en el que sus padres habían perdido la vida tantos años atrás. Incluso había averiguado que su nombre real era Tanya Yasunova, pero eso poco le importaba. Ella siempre sería Yuki, el nombre que le puso Gaisei el día frío de invierno que la recogió en medio de la nieve y el hielo.

Pero ahora tenía que volver una vez más. Algo desde Japón la atraía de forma irresistible. No sabía qué era, una fuerza inexplicable que le empujaba a donde debía estar y contra la que no cabía réplica alguna. Algo dentro de ella le decía que si no regresaba de inmediato, algo terrible iba a pasar. Se había despedido de sus parientes y había vuelto al pequeño puerto de Vladivostok para coger un barco de vuelta a Osaka. Un barco en el que ya era pasajera, y que sólo tenía que esperar que la llevara de vuelta a casa.

Una bocina la sacó de su ensimismamiento. Los marineros corrieron de un lado a otro, el barco largó amarras y la chimenea de metal comenzó a dejar una estela de humo ligero. Estaban en marcha hacia Japón.

Cargando editor
19/02/2014, 13:18
Yuki

Aunque conocer a sus parientes había sido algo agradable y su "tío" la había recibido con cariño, a Yuki no la importó abandonar su casa. Aunque su tío la quería, probablemente porque hubiese visto en ella el rostro de alguno de sus progenitores, Yuki tenía la sensación de que nunca podría quererlo tanto como quería a su verdadera familia. Su familia japonesa.

Kaede...Moriya...Los añoraba tanto. En el fondo sospechaba que eran esos sentimientos los que la empujaban a Japón y no aquella extraña sensación. No sabía como reaccionaría cuando los viese, lo que sí sabía es que lo primero que iba a hacer era visitar el haka de Gaisei. Quizás hasta hablar con él. Había descubierto que en su tierra natal tenían creencias extrañas sobre un único dios y un paraíso tras la muerte. Igual daba, ella prefería a los kamis y la posibilidad de evolución tras la muerte. 

Una sonrisa apareció en su rostro cuando abandonó la tierra de los zares para dirigirse a la tierra de los emperadores.

Cargando editor
21/02/2014, 16:45
Director

Apenas habían recorrido unas millas a través del mar, dejando a lo lejos la costa de Rusia, cuando Yuki notó un tironcito en el manto con el que se cubría. Al volverse pudo ver que quien había llamado su atención era una niña pequeña, de pelo liso y tan rubio como el suyo propio.

Iba cubierta por tantas prendas de abrigo que parecía un animalito peludo, pero la miraba con una sonrisa y los ojos azules brillando divertidos.

Cargando editor
21/02/2014, 16:47
Alina

- ¡Hola! -exclamó la niña, que no parecía nada vergonzosa. Hablaba ruso, pero por suerte Yuki lo entendía sin problemas-. Me llamo Alina, ¿y tú? ¿No tienes frío aquí fuera?

Cargando editor
23/02/2014, 21:52
Yuki

La chica giró la cabeza intrigada cuando sintió los tirones . La expresión de alegría pícara de la tal Alina la hicieron esbozar una sonrisa y el idioma no supuso problema alguno. Los pocos años que había pasado en Rusia le habían servido para aprender el idioma y, aunque no lo hablaba con fluidez lo entendía muy bien. Lejos quedaba el caos de los primeros días en el país buscando a su familia mientras intentaba hacerse entender. Yuki levantó la mirada buscando a los padres y al no encontrarlos se agachó para estar a su altura mientras hablaba con el mismo tono que usaba para los adultos. No la gustaba la gente que elevaba el timbre de voz para hablar con niños. 

—Hola Alina. Soy Yuki.—dijo— No tengo mucho frío la verdad, pero seguro que dentro de un rato lo tendré. Tu estás muy abrigada.

Yuki dio un suave golpecito al gorro de la niña mirandola con cariño. Se parecía tanto a ella de pequeña...  

Cargando editor
24/02/2014, 21:35
Alina

Alina se colocó el gorro con orgullo, mientras su sonrisa se ensanchaba. Parecía que se estaba aburriendo, y eso que el viaje no había hecho más que empezar. Probablemente había buscado a alguien con quien hablar, y Yuki era la única que no parecía ocupada de los que estaban en cubierta.

- Me lo hizo mi mamá -dijo, refiriéndose a su gorro blanco-. Vamos a buscar a papá a Japón. ¿Tú vas también allí?

La voz de la niña era de genuina curiosidad. Seguramente no había estado nunca en Japón, y no paraba de mirar por encima de la borda hacia el horizonte, como si esperase ver aparecer el monte Fuji en cualquier momento.

Cargando editor
24/02/2014, 21:49
Yuki

Yuki se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y asintió con la cabeza ante la pregunta de la niña, con una sonrisa en el rostro. Desde luego la niña era un encanto y parecía muy curiosa.

—Sí. Vuelvo a Japón. Yo crecí allí ¿sabes?—Yuki omitió la parte que incluía el naufragio y la muerte de sus padres. Ni quería asustar a la niña ni quería contarla su vida con todo detalle... y sin embargo no tardó en contarla algunas cosas del país.—Es un lugar muy bonito y en primavera se llena de flores. Incluso hay una fiesta donde vamos a ver las flores de los cerezos. ¡Es una de mis fiestas favoritas!

La joven continuó contándole algunas cosas de Japón, sintiendo como la nostalgia la invadía por dentro. Pero no tardaría demasiado en ver a sus hermanos, en abrazarlos y en ir a comer boniatos asados, ramen y otras cosas. Les daría además los dos pequeños regalos que les llevaba desde Rusia con todo su amor...

—¿Quieres que te enseñe a saludar en Japonés? Así podrás saludar a tu padre en ese idioma. ¡Será una sorpresa!

Cargando editor
26/02/2014, 18:29
Alina

Alina abrió mucho la boca en una enorme sonrisa al oír a Yuki decir aquello.

- ¡Sí, sí! ¡Enséñame, por favor!

Daba saltitos de entusiasmo y un extremo de la bufanda subía y bajaba junto a su cabello rubio. Los ojitos azules de la niña brillaban con satisfacción.

- A mamá no le gusta mucho Japón y por eso no sabe japonés, pero papá es dipolma... diploma... diplomático -explicó-. Trabaja en Kyoto y vamos a reunirnos con él. Sabe japonés desde hace mucho, pero nunca tiene tiempo de enseñarme nada. ¿Cómo se saluda en japonés?

Cargando editor
26/02/2014, 18:32
Director

Mientras Alina mostraba su entusiasmo por lo que Yuki le había propuesto, el viento se levantaba. A lo lejos, en el horizonte, se podía ver que las nubes se oscurecían. Parecía estar formándose una tormenta justo en la ruta del barco, una ventisca invernal que, en el mar, podía ser peligrosa...

Cargando editor
26/02/2014, 19:57
Yuki

Aunque la tormenta se acercaba, Yuki no se preocupó demasiado. Cierto que eran peligrosas pero había cientos de barcos que surcaban los mares tormentosos y llegaban a salvo. Además las desgracias no solían golpear dos veces de la misma forma; a los dioses les gustaba ser originales. El problema real era que comenzase a llover. ¡El resfriado que iba a pillarse sería monumental!

Mientras Alina bailoteaba a su alrededor, Yuki sonrió y comenzó a pensar en como podía enseñarla algunas palabras o frases. Aprender un idioma era difícil.... pero enseñarlo parecía aún más complejo. La muchacha dio vueltas a la cabeza y de pronto una sonrisa iluminó su rostro. Tenía una idea. Pero primero la enseñaría a saludar y esas cosas.

—Muy bien... Lo primero de todo es saludar. Para decir "Hola papá" tienes que decir "Konnichiwa otosan". Otosan es "papá". Para decir "Adiós" es Sayonara. Pero sayonara es triste... es mejor decir Ja matané, que es "hasta luego" 

Cargando editor
26/02/2014, 20:13
Alina

Alina miró muy seria a Yuki, tratando de recordar bien todo lo que le decía. Luego asintió y volvió a sonreír.

- Konni... chiwa, otosan... -repitió, con un marcado acento ruso-. ¡Konnichiwa, otosan!

Y no pudo evitar ensanchar mucho su sonrisa y volver a dar saltitos de alegría.

Cargando editor
26/02/2014, 20:16
Yuki

—¡¡Muy bien!! —aplaudió Yuki entusiasmada y levantandose. — Ahora te voy a enseñar las partes del cuerpo ¿vale? Pero con una canción. Repite conmigo.

Y entonces Yuki hizo algo que jamás hubiese imaginado que haría: comenzó a bailar como si fuese una gallina descabezada ante los atónitos ojos de la tripulación que por allí estaba. En primer lugar, inclinada tocó la nariz de la niña y arrugo la suya propia mientras cantaba una antigua melodía infantil cambiando la letra para que tuviese las palabras de la parte del cuerpo que movía. El resultado era cómico y bastante ridículo.

—Nariz...Naaaaariz....Naaariz...nariz, nariz, nariz— comenzó Yuki arrugando la suya —¡Ojos! ¡Ojos!— continuó parpadeando. —Barbilla, barbilla yyyyyy cabello. 

Por un momento pareció que la chica iba a parar...pero fue cuando comenzó el verdadero baile tocando las partes del cuerpo al ritmo de la melodia.

—¡Cabeza!, ¡Hombros!,¡Tripa!,¡Pierna!,¡Rodilla!,¡Pies! ¡Manos!

Cargando editor
03/03/2014, 22:47
Alina

Por un momento, Alina se quedó tan pasmada como el resto de los pocos pasajeros que estaban en cubierta, pero luego prorrumpió en risas y se unió a Yuki en su canción. Ambas bailaron por cubierta hasta acabar casi llorando de la risa, y lo cierto era que la pequeña había aprendido cosas. Finalmente, la niña dejó de saltar y de cantar y se sentó en cubierta, jadeando feliz.

- Eres genial, Yuki -dijo entre risas.

Luego torció el gesto al comprobar que el sol empezaba a bajar hacia la línea del horizonte.

- Tengo que volver con mamá, o se preocupará. ¡Pero toma!

Sus manitas desaparecieron por debajo de su bufanda blanca, y cuando volvieron a aparecer sujetaban un colgante en forma de magatama.

- Mi papá me lo regaló la última vez que vino a vernos -explicó sonriendo-. Dice que ayuda a las buenas personas a encontrar su camino. ¡Te lo regalo para que te acuerdes de mi!

Y después de depositar la pequeña joya en manos de Yuki, echó a correr hacia la puerta que daba acceso al interior del barco.

- ¡Espero que volvamos a vernos! -exclamó, despidiéndose con la mano de la joven guerrera.

Cargando editor
03/03/2014, 22:52
Director

La pequeña desapareció en el interior de la embarcación. Horas más tarde, el oficial de telégrafo del barco avisó al capitán de que había una gran tormenta en Osaka, por lo que este decidió cambiar la ruta y atracar en Yokohama, más al norte. A Yuki aquello le venía muy bien, pues le permitiría desembarcar más cerca de Kyoto.

El viaje continuó sin incidentes, y el barco llegó a Japón con la rapidez que sólo podían lograr los navíos modernos.

Cargando editor
04/03/2014, 00:21
Director

El puerto de Yokohama era un hervidero de actividad. Aquí y allá, barcos procedentes de Rusia y de Occidente atracaban con mercancías y pasajeros de lo más variopinto. El clima del invierno era frío, y nevaba, pero los estibadores del puerto no perdían un segundo y trabajaban con la mayor diligencia ante la mirada vigilante de los capataces. Por todas partes se escuchaba el bullicio de voces en japonés y, lo que habría sido insólito hacía algunas décadas, en montones de otros idiomas.

Yuki desembarcó con calma del navío. Volvía a estar en Japón, su auténtico hogar, y lo notaba en el aire. Nunca había estado en Yokohama, pero había algo familiar allí. Casi no pudo creerlo cuando se dio cuenta de qué era. Dos personas le hacían gestos con el brazo, saludando su llegada. ¡Su hermano Kaede y el maestro Okina estaban allí, esperándola en el muelle!

Cargando editor
04/03/2014, 00:34
Yuki

Yuki buscó con la mirada a la pequeña Alina antes de desembarcar. No tardó en localizarla cerca de unos marinos, observando como manejaban las anclas y tiraban de las maromas. Había estado jugando con ella algunos días y enseñandola japonés. Pese a su carácter serio la niña tenía algo que la hacía sacar su parte más infantil. Algo que nunca antes se había permitido pues siempre había tenido que ser la seria, la voz de la razón de Kaede y Moriya. Se despidió de ella saludándola con la mano y se dispuso a bajar. El olor a mar la embriagaba...pero había también otros olores que la traían recuerdos. El olor a yakisoba de las casas, el olor  del dulce pan japonés... ¡Cuanto había echado de menos ese pan mientras comía el pan negro ruso!

Entonces vió otra cosa...

—Kaede...maestro Okina—pensó. Yuki se pasó una mano por los ojos. Tenía que ser una alucinación. Ninguno de ellos sabía que volvía... Y si estaban allí ¿Dónde estaba Moriya? No. Aquello era una alucinación sin lugar a dudas.Pero estaban saludándola y moviendo los brazos. Toda la calma que había tenido al bajar se desvaneció y su rostro se iluminó con una amplía sonrisa. Estaba en casa.

No tardó en llegar hasta las dos figuras, esquivando a un hombre bajito y gordo que llevaba un cuenco de miso shuri con trocitos de cangrejo flotando. De nuevo su figura alta y rubia sobresalía entre los más bajos orientales, aunque menos que la vez que se fue de su pueblo, pues parecía haber más extranjeros. Cuando llegó ante ellos pensó que iba a abrazarlos. Luego se contuvo. Pareció que iba a abrazarlos de nuevo. Se quedó pensativa. Pasaron unos interminables segundos y finalmente se inclinó ante el maestro Okina y luego abrazó a su "hermano".

—Maestro OKina, Kaede ¡Kaede!—repitió— Me alegro de veros pe...pero ¿Cómo sabiaís que estaba aquí?

Cargando editor
05/03/2014, 04:43
Kaede

Una vez en el puerto esperamos hasta ver que Yuki bajaba del barco, era fácil encontrarla entre la gente gracias a su cabello y contextura, además de que siempre llevaba su naginata consigo.

La llamé con los brazos junto con el maestro, esperando que viniera, aunque parecía dudar por alguna razón, seguramente sorpresa, esperaba que fuera sorpresa y no otra cosa.

Una vez se acercó le sonreí, esperé a que presentara sus respetos al maestro y correspondí su abrazo, rascándome detrás de la cabeza y riendo:

-Bueno, fue Okina-sama el que me vino a buscar a casa y dijo que te encontraríamos aquí- mi semblante se volvió más serio, pero no tanto, no quería preocupar a Yuki apenas había llegado- vinimos a buscarte porque queríamos hablar contigo, pero por que no vamos a comer algo, imagino que tienes hambre-

Cargando editor
05/03/2014, 11:12
Okina

Okina sonrió y correspondió al saludo de Yuki. Sentado sobre su enorme tortuga, tenía el mismo aspecto de siempre y los que pasaban cerca recorriendo el muelle se quedaban mirándolo con extrañeza.

- Me alegro de verte, Yuki -dijo simplemente-. Tienes muy buen aspecto. Espero que tu viaje haya ido bien.

El anciano no le explicó a Yuki cómo sabía que iba a llegar a Yokohama justo ese día, pero tratándose de Okina no era algo demasiado sorprendente. Siempre estaba donde debía estar, así que su presencia allí indicaba que algo importante tenía lugar. Luego los tres siguieron la sugerencia de Kaede y fueron a un puestecillo a buscar algo de comer. El maestro aprovechó el camino para poner al día a la guerrera sobre lo que estaba ocurriendo.

- Hemos venido a buscarte por una razón... no demasiado agradable -explicó-. Sin duda recordarás vuestra aventura de hace más de un año, cuando vuestro maestro y padre adoptivo fue asesinado. Conseguísteis encontrar la casa del enemigo, Kagami, y detener sus planes antes de que lograse abrir del todo la Puerta del Infierno. Lo hicísteis muy bien entonces, y el maestro Shigen, Kaede y yo, junto con aquella niña onmyoji, sellamos la Puerta.

Llegaron al puestecillo y pidieron algo para comer. No mucho, pues eran guerreros y estaban acostumbrados a una alimentación frugal.

- Bien, pues siento decir que el maestro Shigen y yo hemos tenido un mal presentimiento. Los dioses que habitan en nuestro interior están inquietos, y últimamente están pasando cosas sospechosas... Creemos que, por algún motivo, no sellamos bien la Puerta hace un año y que está a punto de abrirse de nuevo. Hemos preparado una reunión para dentro de un par de días en Kyoto, entre todos los que conocéis los sucesos de hace un año. Debemos encontrar una solución al problema y atajarlo para siempre. Kaede ya ha decidido venir, ¿y tú, Yuki? ¿Te unirás a nosotros?

Cargando editor
05/03/2014, 13:12
Yuki

—Si, el viaje ha sido más entretenido de lo que esperaba —contestó Yuki a su maestro. La chica tenía los ojos brillantes por la alegría, pero esa alegría se fue evaporando cuando el maestro Okina le explicó la situación. Seguía sin saber como había sabido que iba a venir. Pero el maestro albergaba un dios en su interior, igual que Kaede. No era tan descabellado que supiesen algo. En cualquier caso, no había terminado de desembarcar cuando ya se hayaba inmersa en recuerdos dolorosos y en un peligro que acechaba. 

Cuando se sentaron a comer, Yuki escuchó comiendo lentamente uno de esos platos que tanto había añorado. Y sin embargo no pudo saborearlo. La historia que le contaba Okina no se lo permitía.

¿Sabes maestro? El día que embarcamos una niña que venía a ver a su padre a Japón me hizo un regalo. Era un magatama, igual que los que se ponen en los túmulos. No le dí mayor importancia pero ahora, con esta historia, me parece un mal presagio.—Yuki parecía seria. Algo que por otro lado no era extraño pero el cambio tan rápido de humor si que lo era. Había esperado pasar unos días felices con su familia y se encontraba con... ¿Realmente había esperado eso?

Por supuesto que iré maestro. Alguien tiene que proteger al cabeza de chorlito. Por cierto...¿habéis...habéis hablado con Moriya sobre esto?

Notas de juego

me someto a la dictadura de la negrita :P

EDIT del Master: Escribiremos muchos relatos para compensarlo... xD

Cargando editor
05/03/2014, 16:06
Kaede

Me quedé escuchando nuevamente el relato del maestro mientras caminábamos hacía un puesto de comida, me sentía muy cómodo al tener a Yuki cerca tras tanto tiempo y al mismo tiempo me sentía algo culpable al traerle noticias tan funestas.

Mientras comíamos algo note como su rostro se iba volviendo más serio, lo cual era normal teniendo en cuenta lo que estaba escuchando.

Suspiré y me concentré en terminar mi plato y tomar el té, nuevamente tendríamos que pelear pero al menos ahora estaríamos todos juntos desde un principio, lo cual era algo de agradecer enormemente.

Sonreí en cuanto dijo que vendría con nosotros, para luego tirarle un grano de arroz a la cara cuándo me dijo cabeza de chorlito.

-El maestro Shigen se encargará de contactar con Moriya y los demás, supongo que los veremos a todos una vez en Kyoto si es que logró convencerlo...-