Partida Rol por web

Hola-Dijo timidamente Me llamo Jhon, y vosotros quienes sois ¿?
Jhon se acercó al grupo de individuos que habia en la sala del comedor y tras echarles un vistazo ¿ llevais mucho tiempo aqui ?

Me conducen entre empujones la sala vacía de los comedores, ya no me sorprende su aspecto, es sorprendente como se acostumbra uno a las celdas, la resignación crece en mi pecho mientras arrastro los pies hacia uno de los cubos. Me paro a su lado observando como la suciedad flota en el agua si pretenden que quede limpio con esto... una escusa mas para maltratarnos. Mi rostro y mis ojos se vuelven de nuevo hacia el cielo, pero la mugre impregnada en los cristales y la sombra del guardia me impiden ver cualquier rastro de límpida bóveda celeste a través del vidrio.

A mi alrededor hay tres figuras, una chica con el pelo verde, otra chica de aspecto mas normal y un tipo de aspecto grotesco, su cuerpo...¿como habrá llegado a eso? es increíble que siga vivo. La voz de un niño me saca de mis pensamientos, mis ojos grisáceos se posan en él, al igual que todos un collar reposa en su cuello impidiéndole escapar de la pesadilla, debe ser de una edad similar a la de la pobre niña que se han llevado hace unos minutos. Mi mirada curiosa se posa en sus ojos mientras una voz apenas audible sale de mi garganta hola Jhon.

Jhon observó ¿ a la chica ? Intentó averiguar la edad que podría tener pero le resultaba dificil, su rostro estaba sucio de polvo su pelo negro mas o menos a la altura de los hombros lucía descuidado como si alguien se hubiera cebado con el , sus ojos que grises que en un principio le parecieron fríos, cuando se fijo mejor vió que solo reflejaban dolor, sufrimiento y falta de cariño.
Hola-dijo dibujando una sonrisa en su cara, al tiempo que se acercaba a ella y le tendia su manecita en señal de amistad, tal como le habían enseñado sus padres

Un gruñido aterrador sale de mi garganta mientras tiro el cubo de agua al suelo y me dirijo a la puerta hecha una furia.

LA CHICA ¿DÓNDE ESTÁ LA CHICA?

Doy un par de puñetazos a la puerta casi sin inmutarme y dejando una leve marca en ella, ese golpe debería haberle roto los nudillos a cualquiera.

El pequeño Jhon se acerco a mi tendiéndome la mano, el principio me retire un poco asustada, pero me di cuenta de que no tenia sentido, solo pretendía saludarme, hacia tanto tiempo que alguien no trataba de saludarme...y menos de forma civilizada. Mientras daba un paso hacia él recortando la distancia que había creado antes entre los dos levante mi mano hacia la suya para saludarle con una tímida sonrisa apenas esbozada.

Antes de que nuestros dedos se rozaran la criatura enorme que habían encerrado con nosotros tiro el cubo de agua sucia dejando un charco oscuro y maloliente, el golpe en la puerta y sus palabras me asustaron de nuevo. Me arrodille cerca del charco agarrando una de las asquerosas esponjas. Fije la mirada en el suelo mientras fregaba con energía el pavimento ennegrecido. Va a hacerlos enfadar...y entonces vendrán a pegarnos mas fuerte... mi cuerpo temblaba ligeramente mientras mis uñas se ensuciaban un poco mas gracias al agua.

Quienes son ustedes? Mira a su alrededor y detiene su mirada en la horrorosa criatura, traga en seco tras dibujar un moin de asco en su rostro... es una tortura a la vista...baja la vista hacia el cubo en el piso..

No hay tiempo que perder, empecemos pues, a limpiar todo este desastre... Maldición cuanta asquerosidad,ese sujeto me resulta despreciable..., se arrodilla en el suelo mientras contiene los deseos de vomitar, toma una esponja que tiñe sus dedos de mugre y comienza a frotar la superficie...

Me imagino que no se vayan a quedar ahí parados ,
dice mientras frunce el seño...

debemos terminar en tiempo....no vaya a ser que nos propinen una mano de golpes... y ya para mí con una ha sido más que suficiente por el día de hoy

Veo a los demás con curiosidad, sobre todo al niño, con ternura, mientras me dirijo hacia el cubo que debo usar. Al mirarlo, una mezcla de desagrado y sarcasmo se imprime en mi rostro.

No me extrañaría que hubiera más de un alga ahí. Mira tú por dónde. —pienso. Sin embargo, el fuerte golpe en la puerta me hace brincar en el sitio, buscando con miedo y rapidez la fuente de aquel estrépito. Un interno de aspecto más bien desagradable parece fuera de sí. Intento imponerme no pensar en su aspecto, puesto que al menos la mitad de ese desagrado era impuesto por la misma sociedad que la había condenado a aquello, y de Gaia eran todos hijos.

Escucho lo que dice una de las otras jóvenes y en cierto modo tiene razón, así que tomo la esponja, reprimiendo el asco y la escurro, fijándome con tranquilidad en el niño y la otra mujer. Cuando terminan, mira a todos, ignorando el enfado de aquel que pregunta por una chica (¿la misma que había visto?), y habla, dejando escuchar desde hacía tiempo su voz tranquila, y no los gritos de dolor y desesperación que le arrancaban casi siempre

—Yo soy... Démeter.

Esbozo una tímida y ligeramente adolorida sonrisa, la cual acentúo al mirar a aquel pobre niño, intentando reprimir el nudo en la garganta que aún se seguía formando cuando veía ya no injusticias, sino terribles aberraciones como la de encerrar a un niño y tratarlo como un esclavo.

Jhon observo a la chica, le pareció tan desvalida y sola como el mismo y entonces se le hizo un nudo en la garganta y unas lagrimas empezaron a brotar de sus ojos.

Tras varios golpes más en la puerta me vuelvo y recojo el cubo que he tirado arrodillándome a fregar.

Lo siento.

Miro a los allí presentes, no sería justo que les castigasen por que yo he intentado proteger a una niña que probablemente ya esté muerta, o desee estarlo.

No me miréis así... vosotros terminaréis igual, o peor.

Las palabras de los demás sonaron vacías en mis oídos, solo me quede con el nombre de la chica con el pelo de color verde. Mientras seguía frotando el suelo con la poca fuerza que tenia mientras esperaba que la criatura espantosa de ojos glaucos dejase de llamar la atención de los guardias.

Unos pequeños sollozos me sacaron de mis pensamientos, Jhon permanecía de pie mirándome y dos gruesas lagrimas surcaban sus mejillas, me mordí el labio inferior mientras miraba a mi al rededor. Tenia miedo se veía en mis ojos pero me necesitaba. Solté la mugrienta esponja a un lado mientras me levantaba con cautela del suelo para acercarme a Jhon, mis pasos eran tímidos e inseguros, frotaba mis manos contra mi descolorido abrigo para secarmelas y limpiarmelas un poco. Saque un guante de un bolsillo interior y le pase la tela por las mejillas para retirarle un poco la humedad de las lágrimas. Mi voz volvía a ser un susurro no le hagas caso... si no los haces enfadar no te pasara nada. No podía sonar muy convincente pero hice lo que puede y le guié hasta mi cubo para que se pusiera a fregar conmigo.

Jhon se siente conmovido cuando la chica le limpia las lagrimas, podía notar su dolor y la triteza que embargaba a la chica. Jhon cogió el trapo con que la chica le estaba limpiando la cara entre sus manitas
Muchas gracias-Dijo con voz entrecortada todabía por la congoja del llanto. cuando Jhon volvió a abrir sus manos ya no tenía el trozo de tela si no una hermosa rosa roja , cuyo aroma lleno rapidamente sus fosas nasales.
Para ti-dijo tendiendolo la Rosa de forma tímida

Mi guante desaparece entre sus pequeñas manos para sorprenderme con un agradable olor que hacia años que no sentía. Una amplia sonrisa se dibujo en mi rostro mientras tendía una mano temblorosa y algo mugrienta gracias al agua hacia ese hermoso objeto. Su color brillaba en esa habitación como si fuese un rubí precioso con una llama en su interior. Mire a Jhon a los ojos preguntándole con una mirada si podía cogerla... gracias...

Cuando la tuve entre los dedos me dedique a acariciar sus pétalos suaves y esponjosos, era mi único guante, pero así es mucho mas bonito, pase la mirada por toda la habitación en busca de un indicio de guardias espiando o algo parecido pero no aprecie nada extraño, me llamo Helena.Las ultimas frases las había pronunciado con un tono normal en el cual se podían apreciar esbozos de un acento fuerte. Miré extrañada la rosa mientras miraba de nuevo a Jhon ¿como lo has hecho?

Las palabras del hombre deforme me llamaron la atención, y veía que el chico y la otra mujer, cuyo nombre alcancé a oír entre el batiburrillo —Helena. Sin embargo, respondí a las palabras intrigantes del otro integrante de aquel grupo de limpieza.

¿Por qué dices eso?

Mientras esperaba su respuesta, me agaché para frotar con aquella parodia de esponja. Noté que mis cabellos se arremolinaban delante de mí, pero me negué a llenarme más de porquería mojando de agua sucia centenares de cabellos que luego irían regando, como una brocha, todo lo que tocasen.

Me levanto bruscamente y me dirijo a Demeter cogiéndola de la barbilla para que me mire directamente, sin hacerle daño pero de forma brusca.

¡Mírame! ¿Crees que nací así?

Lanzo una mirada hacia los demás de la sala.

Yo era un joven como cualquiera de vosotros, y ellos me han transformado en esto... soy un campo de pruebas viviente, y vosotros seréis lo mismo. ¿Queréis hacer florituras?

Miro incisivamente al niño.

Os matarán por esto, o peor aún... os harán como a mí. Y duele, duele mucho...

Jhon acarició con dulzura la cara de Helena. pienso marcharme esta noche, despues del ´´ultimo recuento, mañana cuando se levanten ya no estáré, Si quieres puedes venir con migo. Este lugar es malo, mirale a el, cuanto dolor, cuanto sufrimiento, no quiero estar mas aquí, si quires puedes venir con migo y mañana estaremos muy lejos de este infecto lugar

Trago saliva, algo asustada, en cuanto aquella mole deforme de músculos y vasos sanguíneos al descubierto se acerca, obligándome a mirarlo. El miedo me recorre por un momento, pero me resulta imposible negar que, por brusco que fuera, no parece tener intenciones de dañarme en absoluto. De hecho, sus palabras de advertencia me hacen incluso sentir un ligero afán de protección por su parte. Quizás soy demasiado ilusa...

No me salen las palabras, la avalancha de pensamientos me lo prohíbe. Y en cuanto me tranquilizo, alcanzo a escuchar al niño hablando de irse. Lo miro, con algo de precaución al no saber si eso molestará a quien me sujeta y le contesto, con voz amable, pero sin guardarme lo que pienso.

¿Y cómo piensas salir, pequeño? Esto no es un juego, cariño.

Casi sin esperar respuesta, dándome cuenta de que quizás se me olvide, vuelvo a mirar a la aberración que me está encarando.

Ah, la niña de la que hablas, creo que también la he visto... ¿Crees que le harán... bueno, lo que te han hecho a ti?

Mi mirada se vuelve algo triste, aunque no quiera. Sé que no debo tenerle compasión, eso no suele ser de ayuda, pero me es imposible evitarlo, sobre todo pensando en la niña y su posiblemente terrible futuro.

Con suerte la matarán...

Suelto a la chica y vuelvo a coger los utensilios de fregar y sin mediar más palabra vuelvo al trabajo, no lo entienden, no pueden entenderlo.

Yo tambien la he visto, los guardias me han detenido cuando iba a ayudarla -Jhon se seco las lagrimas con el dorso de la mano.
he visto tantas cosa s malas aqui, peor que en los otros campos donde he estado, pero esta vez cuando me vaya no volverán a atraparme- En su mirada había seguridad, algunas muecas de expresión hicieron aparicion reflejando el dolor que debía haber sufrido en su ya corta vida. Esta vez no nos cojerán los que querais venir conmigo podeis hacerlo. Ellos han matado a mis padres y a todos aquellos que me han importado a todos menos a una persona, la encontraré

Permanecía abstraída mirando los bellos pétalos de la rosa carmín que tenia el privilegio de sostener en las manos cuando la voz de la criatura enorme me espanto tanto que deje escurrir entre mis dedos la rosa. En un acto reflejo me arrodille corriendo mientras fregaba de nuevo con insistencia el pavimento.

A través de mis irregulares mechones de pelo pude ver como el ser cogía a Demeter por la barbilla y la obligaba a mirarle a la cara, Yo no podría mirarle así...pero si es verdad lo que dice tampoco puede evitar ser lo que es ellos le obligaron...tuvo que dolerle mucho. Una lagrima empieza a formarse en mi comisura del parpado cuando me froto el puño impidiendo que salga. Tras abrir los ojos otra vez siento la mano de Jhon en mi rostro, tiemblo un poco ante su contacto, todo es extraño para mi llevaba mucho tiempo si hablar con nadie...Yo...no creo que sea una buena ayuda para escapar...tengo demasiado miedo como para irme mis ojos reflejan de nuevo el miedo que sentí esta mañana mientras me pegaban solo por haber mirado el cielo lo sientomi voz volvía a ser un susurro.