Partida Rol por web

Notas unas fuertes embestidas en la puerta y constatas que no puede ser el aire. Aguantas bien la puerta haciendo fuerza hacía fuera, parece que alguien esta intentando entrar. De repente un crujido en la puerta te hace ver como alguien que está detrás ha arrancado un trozo de puerta, haciendo muestra de una fuerza excepcional.

A través de la rotura, puedes ver como hay un hombre, muy pálido y con los ojos inyectados en sangre, parece que le cae unos hilillos de sangre por las comisuras de los labios y su mirada esta completamente perdida.

Os cruzáis las miradas y el hombre empieza a soltar una especie de gruñido.

Irene está detrás de Romo sin entender que pasa, al ver como su compañero esta haciendo mucha fuerza para aguantar la puerta se dispone a ayudarlo pero de repente, suena el crujido y ve a ese hombre ensangrentado a través de la grieta de la puerta.

- Aaaaaaaaaaaa!! - Irene pega un grito ensordecedor, está aterrada y no puede reprimir ese instinto.

- ¡Golpéale con algo Irene! ¡Coje una silla, una escoba, lo que sea, pero golpéale!.Me está costando mucho aguantar la puerta...

- Váyase de aquí, o llamaremos a la policía - gritaba Irene a aquel hombre. Aunque Irene había oído lo que decía Lampkin, no se atrevió a golpear al hombre, así que entre sollozos intento aguantar también la puerta.

Irene no recordaba haber estado nunca en una situación tan desesperada, no sabía que estaba pasando pero se sumió en el pánico y no podía reaccionar bien ante la situación. Intentaba utilizar el móvil, pero con los nervios no conseguía encontrarlo en su bolsa deportiva, la cual estaba revolviendo frenéticamente.

Viendo el estado de nervios de Irene, y mientras sujeto la puerta con fuerza, echo una mirada alrededor, para ver que podría servirme como arma contra este individuo.
No se si es el mismo que me atizó ayer, o algún drogadicto al que hemos quitado su escondite, pero no pienso andarme con rodeos con él, si encuentro algo que usar como arma contundente, lo haré.

En unas de las esquinas de le la pared que hay enfrente tuyo, hay un cubo con una fregona y una escoba. Son de plástico pero es lo único que ves en el vestuario. Cuando llegasteis el vestuario parecía perfectamente recogido pues hacia tiempo que no lo habían usado o al menos lo habían limpiado recientemente. No había demasiadas cosas.

- ¡Irene! - levanto la voz para estar seguro de que la asustada muchacha me presta atención - ¿ves aquel cubo de la esquina con una fregona y una escoba? ¡Pues traételo todo aquí! ¡Intentaré usarlo como arma contra este tipo! Pero tienes que ayudarme, ¿de acuerdo?

Le lanzo a Irene una mirada directa, intentando que eso la distraiga del extraño individuo que trata de entrar.

Irene lo mira y asiente mirando en dirección a la escoba. Se levanta y rápidamente corre hacía el otro lado de la pared, con un par de zancadas llega y agarra la fregona y la escoba.
- Ya lo tengo! - dijo mientras se giraba para volver hacía la puerta.
Irene se acercó corriendo a Lampkin y le tendió ambos palos.

- ¡Rápido, usa uno de ellos como apoyo extra de la puerta contra el suelo! ¡Y dame el otro! ¡Voy a darle a este cabrón en toda la cara! ¡AHHHHHH!

¡PUNCH!

- ¡Creo que le he dado!

El golpe ha asestado en el objetivo y el hombre retrocede unos pasos hacia atrás con un leve quejido, dejando de hacer presión a la puerta medio rota. Mirando por el agujero de la puerta, se podía ver como aquel hombre estaba como desorientado, aunque aún seguía en pie.

A través del agujero hecho en la puerta, echo un vistazo al exterior, tratando de ver si el tipo sangriento está sólo o viene acompañado.

- Deberíamos ir a por él, Irene... no parece que se de por vencido. Parece un vagabundo o un drogadicto, está como ido...

Irene asió el otro palo a modo de lanza y respiró hondo, ahora algo mas tranquila. Tras las palabras de Romo asintió convencida y miró de nuevo, ese hombre había parecía que estaba mareado y seguía ahí parado, seguramente estaba dolorido del golpe de su compañero.

Agarró fuertemente el palo de la escoba y espero a que Lampkin abriera la puerta.

- ¡Bien Irene, a la de tres... 1... 2... 3! - abro la puerta con rapidez y miro a ambos lados en el exterior , por sido tipo raro este hubiera venido con amigos.

- ¡Ahora! ¡A por él!

Irene sale decidida de la habitación para asustar e incluso defenderse de cualquier agresor. Tras comprobar que no hubiera nadie en los alrededores, alzo el palo de la escoba hostilmente hacía aquel hombro pero se paró de golpe como paralizada.
- No le des! - dijo rápidamente a Lampkin. - Es Jorge el vigilante del puerto deportivo - dijo Irene reconociendo al hombre a pesar de su mal estado. Sin duda el aspecto de Jaime era deplorable y tenía sangre por toda la cara y parte del cuerpo, sin duda le había pasado algo grave. Se acercó lentamente.
- Jaime, ¿estás bien? ¿qué te ha pasado? - dijo preocupada, sin duda parecía que estaba apunto de morir.

Todo fue muy rapido.

Salisteis dispuesto a todo pero Irene se interpuso ante aquel maltrecho hombre y Lampkin, alegando que lo conocía, parecía ser el vigilante del recinto e Irene lo debería conocer de cuando había trabajado ahí como monitora de vela. El hombre parecía algo aturdido por la repentina salida vuestra.

Cuando Irene se acercó el hombre pareció activarse de repente y agarró a la chica como si fuer a abrazarla mordiéndola en el hombre, cayendo los dos por el impacto.

- ¿Jaim..? - empezó a preguntar Irene cuando se abalanzó sobre ella. Por desgracia había bajado totalmente la guardia y no pudo hacer nada para zafarse de aquel hombre. Notó un fuerte dolor en el hombro, aquel maldito la había mordido, ¿qué demonios estaba pasando? pensó Irene.

Luego rodaron por el suelo e Irene intentó deshacerse del hombre, que actuaba muy torpemente, a pesar de que tenía una gran fuerza.

La herida la quemaba por dentro, que dolor!.

Mierda... Eso era todo lo que se me ocurría ahora. En pocos segundos, el tipo este se había lanzado sobre Irene, mordiéndola.

- Esto no puede estar pasando... Es como en las películas... ¡No puede estar pasando! - Me acerco al tipo que está en el suelo junto a Irene, y le golpeo con fuerza hasta conseguir que suelte a la chica.

Entre los golpes de Lampkin y la insistencia de Irene, la chica consigue salir del agarrón y alejarse unos pasos. Parece que el sabor a sangre ha activado a aquel hombre, que se mueve de nuevo para seguir atacándola. Los golpes parecen no afectarle demasiado, como si no le dolieran. Ahora de espaldas podéis ver como ese hombre tiene una gran herida en el costabas de dónde emanaba sangre, la herida esta podrida y puede verse musculo infectado y hasta hueso.

Aunque estáis en el exterior, podéis oler un penetrante olor a descomposición que hace que os tapéis un poco la nariz y la boca con los brazos.