Partida Rol por web

Te despiertas cogiendo una bocanada de aire. Notas los músculos entumecidos, pero un ligero movimiento te sirve para descubrir que aún eres capaz de controlar tu cuerpo. No sabes cuánto tiempo ha pasado desde que te metiste en esa cápsula, pero no vas a esperar mucho más para descubrirlo. Además notas calor, mucho calor y eso no es nada normal, el metal se está empezando a calentar de una forma alarmantemente rápida.

Pulsas el botón que abre la cápsula y te incorporas, pero lo que ves a tu alrededor te deja helado, aunque sólo en lo que se refiere a reaccionar, ya que la temperatura es muchísimo más elevada. Tu cápsula por algún motivo no se haya en la nave, sino en un pequeño fragmento de tierra que está flotando encima de lava. No serán más de dos metros de piedra lo que ves a tu alrededor, pero también ves que es una especie de río por donde vas y que a la sólida orilla es relativamente fácil llegar de un salto.

La consciencia regresa progresivamente a Tigro, incapaz en los primeros momentos de moverse, de pensar casi siquiera. Es como si las conexiones mentales se estuvieran restituyendo una a una. Y con ellas, las primeras sensaciones. Y entre ellas, el calor. Un calor que aumenta segundo a segundo. Una de sus garras se mueve lentamente, en un intento de comprobar que ha recuperado su movilidad, cuando toca suavemente la pared de su cápsula.

- ¡Ay! - exclama con un pequeño rugido de dolor -. Esto quema.

La confusión del despertar desaparece rápidamente y Tigro aprieta el botón de apertura de la cápsula. Cuando se asoma, la visión a su alrededor le deja absolutamente perplejo.

- ¡Qué ha pasado! ¡Qué mierda es esto! - dice totalmente despierto ya. El panorama a su alrededor es desolador. Una pequeña isla de piedra rodeada por un río de magma que fluye incesante. La orilla está próxima y Tigro, entrecerrando los ojos, calcula que es una distancia superable. Y aun cuando le preocupa su situación, pronto siente la angustia por los demás - Piensa, Tigro, piensa. Este debe ser el planeta del que nos había hablado Jaga. Hemos debido llegar, pero en el proceso de entrada en la atmósfera ha tenido que haber algún problema y las vainas han sido eyectadas, cayendo cada una en un sitio distinto. Pero no pueden estar muy lejos. No demasiado, al menos - murmura -. Y la nave...

Pero el calor es demasiado intenso como perder más tiempo en reflexiones. Tras flexionar unas cuantas veces sus patas para reactivar sus músculos, Tigro retrocede lo máximo posible en los escasos dos metros de roca en los que se encuentra, asegura su látigo y emprende una breve carrera antes de saltar hacia la orilla de la que depende su salvación.

Abres los ojos y lo primero que haces es ponerte a toser sin poder evitarlo. Estás tendido en el suelo, pero tienes toda la boca y la cara cubierta por ceniza. Te incorporas rápidamente mirando a tu alrededor y ves que tu cápsula de suspensión está como a dos metros de ti, en una especie de cornisa de piedra de tres metros de largo y metro y medio de ancho. Miras hacia abajo, ya que un resplandor anaranjado y un enorme calor te obligar casi a ver qué es lo que hay, y ves un enorme río de lava, como a 10 metros por debajo de la cornisa en la que estás. Lo siguiente, lógicamente es mirar hacia arriba, para darte cuenta de que a unos 3 metros parece que podrían llegar a la cima de la pared de piedra en la que estás. No ves rastro de la nave, ni rastro de ningún compañero, pero puedes deducir que tu peso no tardará en hacer ceder el trozo de piedra en el que te has quedado.

Los músculos de Tigro parecieron estallar en un éxtasis de energía contenida tras tantos años de sueño artificial. Con un limpio gesto, durante su vuelo por el aire, hizo restallar su látigo para aferrarlo a las rocas de la orilla y así asegurar su posición más allá del peligroso río de lava, cuyo ardiente calor hizo que la pelambrera del felino empezara a oler a chamuscado. 

Lo primero de lo que soy consciente es que mis pulmones no pueden coger aire. Un bruco ataque de tos me hace despertarme completamente y sentarme. Los ojos me escuecen y me llevo las manos a la cara, la tengo llena de ceniza ¿ceniza?

En medio de la confusion, recuerdo. La huida de nuestro planeta a contrareloj, verlo estallar en millones de pedazos, el ataque de los mutantes, Jaga... ¿que hago aqui?

Miro en todas las direcciones y en solo unos segundos soy consciente del peligro en el que me encuentro. El calor de un rio de lava debajo mio y el movimiento del saliente en el que he despertado, bajo mi peso y el peso de la capsula.

!!Si no salgo de aqui rapido, voy a ser gato a la parrilla!! Tambaleante aun por los efectos de la suspension me incorporo y miro hacia arriba Esa es la unica salida !Arriba Pantro! !Sal de aqui!

Me acerco a la pared y comienzo a buscar la forma de escalarla para llegar arriba.

Saltas sin ningún problema, debido a tu gran agilidad y a la ayuda de tu arma que, por lo que parece, te va a ser hasta más útil de lo que creías. El calor es horrible donde estás, aunque ahora, al menos, puedes pararte a observar qué es lo que hay a tu alrededor un poco más detenidamente.

Estás en lo que parece el fondo de un cañón, al bode de un río de lava que parece provenir del interior de la tierra, como si de un río subterráneo se tratara. Las paredes de piedra que hay a tu alrededor medirán alrededor de treinta metros, una altura más que considerable como para trepar por ella sin riesgo a acabar en el fondo del magmático río. Al menos, a tu derecha y a tu izquierda la orilla de piedra continua como para poder caminar por ella y quizás podrías encontrar un lugar para salir de allí antes de que el calor haga mella en ti, ya que no tienes agua.

Comienzas a caminar hacia uno de los lados, ya que tampoco es que sepas ubicarte ahí abajo, cuando en un momento dado, miras hacia arriba y ves algo que te alegra. Pantro, parece estar trepando en la parte superior de la pared de tu lado, desde una cornisa a la parte superior de ese enorme muro de piedra. No tienes duda de que se trata de él, ya que un ser tan enorme, musculoso y sobretodo, azul, no pasa muy desapercibido.

Tigro no puede evitar un suspiro de alivio al alcanzar la orilla. Desde allí contempla el desolador panorama que se extiende ante sus ojos. Paredes verticales de altura casi imposible, el río de magma que fluye incesante y la escueta orilla.

- Hacia arriba por la orilla o hacia abajo. No hay más opciones, pero sea como sea me tengo que dar prisa y tanto me da en una direción o en otra - dice en voz alta tratando de distraer la preocupación que le reconcome. ¿Estarán bien los demás? ¿Que habrá ocurrido con la nave y las demás cápsulas?

Dejando a un lado tales pensamientos, se pone en marcha y avanza rápido, observando de forma constante la pared que se alza a su lado, tratando de descubrir alguna grieta o fisura que le permita trepar por ella. Poco después, sus ojos se detienen en una figura que reconoce rápidamente. Una sonrisa de alegría ilumina su rostro. Pantro está vivo.

- PANTROOOOO - grita desde la orilla haciendo bocina con sus garras.

Escuchas como te llaman mientras estás en mitad de la escalada.

Consigues trepar sin ningún problema hasta arriba, aunque mientras lo hacías, has escuchado de lejos la voz de Tigro llamando por ti. Vuelves a mirar hacia abajo y ves que en uno de los laterales del río de lava está tu compañero, como treinta metros más abajo. DEsde tu posición, puedes ver como unos metros más adelante, hay una especie de camino, o de lugar menos liso por el que tu él podría subir o tú podrías bajar. A tu alrededor, desde ahí arriba, no ves ni rastro ni de la nave ni de ningún compañero, pero sabes que unos metro más allá, hacia la izquierda, seguramente habrá otro barranco.

Con cuidado, me asomo al borde de la cornisa ¿He escuchado a Tigro? y si, alli abajo lo veo -TIGROOOOOOOOOOOOO -le saludo moviendo mi mano de un lado a otro.

Estudio rapidamente los alrededores desde donde me encuentro, no veo ni rastro de los demas ni de la nave...pero hay un camino que creo que es transitable y que permitira a Tigro llegar junto a mi, tal vez el tenga mejor vista que yo y alcance a ver a algunos de nuestros compañero o a la nave -TIGROOOO A TU DERECHA,SIGUE UN POCO A TU DERECHA, VERAS QUE PUEDES SUBIR HASTA AQUIIIIII AHI UN CAMINOOOO, SUBEEEEEE.... ¿ESTAS BIENNNN?? ¿PUEDES SUBIR????

Al escuchar los potentes gritos de su amigo, Tigro sigue sus instrucciones. Tras avanzar unos cientos de metros ve que, efectivamente, hay un pequeño camino que se abre paso en la pared y que asciende hasta donde se encuentra el felino azul.

Con paso vivo, asciende la empinada cuesta, y jadeante llega hasta arriba. Cuando ve a Pantro, un rugido de felicidad brota de su garganta y dando un par de zancadas se planta ante él y lo abraza con fuerza.

- Amigo, qué alegría me da verte bien - afirma dando un par de palmetazos en su espalda -. Al despertar y ver que estaba solo... He llegado a pensar en lo peor. Pero tú por lo menos estás bien, y aquí, y ahora, conmigo. Jajajajaja - ríe pegando un puñetazo en el hombro de su amigo -. Pantro, amigo.

Me alegra la reaccion de Tigro. No estamos solos, nos tenemos el uno al otro en mitad de la nada....

Con un movimiento rapido de mi muñeca, le agarro la mano con la que me acaba de dar el puñetazo en el hombro y le hago una llave, de forma que hago que vuele por los aires y de con sus huesos en el suelo, pero me las apaño para que el golpe sea suave. Con voz ronca por la irritacion causada por el calor y la ceniza le respondo, señalandole desde la altura en forma acusadora -Como vuelvas a abandonarme y hacerme creer por un segundo que no te volvere a ver mas, te encontrare y esa vez, la llave dolera....!te aviso!

Con una sonora carcajada lo agarro del traje y lo levanto en vilo dandole un fuerte abrazo con mis enormes brazos -Tigro, mi buen amigo, !estas a salvo!

- Anda, suelta, suelta - dice Tigro deshaciéndose de la presa de su amigo -. Veo que el sueño no te ha quitado un ápice de fuerza. Joder, me has vapuleado. Vaya round de cariño. El día que me odies no sé que me harás - añade con una sonrisa -. Oye, ¿desde aquí se ve algo? - señala mirando alrededor -. Supongo que no hemos debido de caer lejos de la nave. Y si hemos salido eyectados, es probable que la nave se haya estrellado. Quizá se vea un rastro de humo. ¿Tú has visto algo?

-Je je no quieras saberlo -digo dejando a Tigro en el suelo.

Ante su pregunta, miro preocupado de nuevo alrededor -Mire antes, mientras subias. No distingo nada, pero tengo los ojos llorosos por esta mierda de ceniza que se mete por la nariz. Miremos de nuevo detenidamente a ver si distinguimos algo. No debe de haber muy lejos restos de la nave o de las otras capsulas.... -digo a la vez que la voz se me crispa un poco al pensar en el resto de felinos.

-Debemos encontrar algo Tigro. Si todo el planeta es como esta parte, los niños pueden estar en problemas. !Tenemos que encontrarlos rapido!

Comenzasteis a caminar uno mirando hacia uno de los lados y otro hacia el otro, esperando ver abajo cualquier rastro de vuestros compañeros. La pared de piedra comenzó a descender de forma brusca, pero lo que os llamó la atención no fue eso, sino una hilera de humo que salía de entre unos árboles, aunque parecía más bien de una hoguera que de algo que estuviera ardiendo.

De vuestra nave no habíais visto ni rastro, ni de ninguno de vuestros otros compañeros, pero al menos, visteis como a unos 3 kilómetros, el paísaje cambiaba para dar paso a una especie de selva, que es de donde salía ese humo.

- No, el planeta no puede ser así. En ese caso, su atmósfera hubiera sido tóxica y, sin embargo, podemos respirar con normalidad. Eso quiere decir que hay alguna forma de vegetación que proporciona el oxígeno necesario. Simplemente, hemos tenido mala suerte de acabar aquí, aunque hubiera podido ser peor. En mi caso, por una simple cuestión de dos metros no he acabado en medio de ese río de lava. Y ya he comprobado que tu situación no era mucho mejor - comenta Tigro mientras hace visera con su garra y otea el paisaje a su alrededor desde lo alto de la pared -. Lo importante ahora es localizar al resto del grupo y la nave. ¡Cuanto antes!

Tigro caminó unos pasos a un lado y a otro.

- ¡Mira, Pantro! La pared desciende por aquí. Habrá que bajar con cuidado. La pendiente es muy pronunciada. Y mira - dice señalando en una dirección -. Tenía razón. Árboles. Muchos. Y... ¿no es aquello humo? Allí, justo sobre la copa de aquellos árboles. Parece de una fogata. Tal vez sea de uno de los nuestros. O no, pero mejor será que vayamos a averiguarlo. ¡Corre! - dijo iniciando un trote constante en la dirección de la columna de humo.

-Si, tienes razon, nos hubieramos asfixiado totalmente antes ni siquiera de haber vuelto a la consciencia...Si, por solo unos metros no me cai de la cornisa en la que estaba y si eso hubiera pasado, hubiera terminado en la lava, felino a la parrilla -le contesto mientras bajamos por la pronunciada pendiente que nos hemos encontrado siguiendo el camino.

-Ummmm -entorno los ojos mirando en la direccion en la que señala Tigro -cierto, alli delante se ve vegetacion y una columna de humo. Pueden ser ellos, pero andemonos con cuidado, no sabemos que nos podemos encontrar en este planeta.

De repente, a mi lado, siento como Tigro comienza a trotar hacia el humo. Rapidamente me coloco a su par en un trote acompasado, pero rapido, con el que podiamos estar horas y que nos llevara hacia lo que el ha descubierto. En mi interior solo deseo que sean una cosa El resto de los felinos.