Partida Rol por web

Zoe se marchó tan campante, como si su conversación hubiera sido del todo banal y no tuviera intención de meterse en ningún lío ni nada... Agg detestaba a los adolescentes ¡se creían que lo sabían todo!

En cuanto la chica cerró la puerta, Fionna se puso en pie, se acercó hasta el taburete donde Theo acababa de servirse una cerveza y en lugar de aceptar la que le ofrecía a ella, ni corta ni perezosa le quitó la que él tenía en la mano y la apartó a un lado. Después de todo tanto daba un poco más de basura sobre la encimera.

- No te preocupes por eso, en realidad no es malo que haga preguntas, de hecho tu también deberías hacer alguna más antes de acoger a cualquiera en tu casa. - puede que aquello fuera tirar piedras sobre su propio tejado, pero la de Theo le parecía una actitud peligrosamente ingenua para los tiempos que corrían. -Vamos, ven conmigo.- dijo cogiéndole del brazo e instándole a seguirla por donde se había marchado Zoe. - ¿Conoces a esos amigos suyos? Me parece que están apunto de hacer una estupidez. - informó bajando las escaleras, siguiendo la pista de la rubia a una distancia prudente. Le había quedado claro que no se podía razonar con ella y sospechaba que Theo no aprobaría que la drogara y la encerrara en su cuarto. Seguirla, por el momento, era lo mejor que podían hacer.

La cara de Theo fue de total incredulidad, casi se atraganta con el trozo de pizza al sufrir el repentino tirón de su brazo por parte de Fionna, y es que no se esperaba esa reacción, por lo que tardó un poco más en reaccionar de lo que hubiera sido apropiado.

Eh, eh, ¿qué crees que estás haciendo?

La mano del muchacho se cerró sobre la muñeca de la doctora, con fuerza, obligándola a detenerse y mirándola con seriedad.

No acojo a cualquiera en mi casa ¿acaso se creía que era idiota? Acojo a quien me pide Abraham, si él te considerara mínimamente peligrosa, no habría acudido a mi ¿acaso estaba juzgándolo después de que se estaba ocupando de ella? No me importa lo que hayas hecho ni quien seas, pero si tengo claro que lo que haga o deje de hacer mi hermana no es asunto tuyo joder, si que se estaba cabreando, más de lo que hubiera esperado conozco a sus amigos, y siempre están haciendo estupideces él se había hartado de hacerlas cuando tenía la edad de su hermana, bueno, quizás no tantas, y habría hecho más si hubiera tenido a alguien encima suyo no dejándole darse cuenta de sus errores mi hermana no es tú problema, ¿lo entiendes? No consideraba peligroso salir a la calle, pero si le molestaba que lo juzgara, que se creyera que podía llegar a su casa y pensar que no era capaz de cuidar de su familia.

La inercia de la presa de Theo sobre su muñeca la devolvió a su sitio. Puñetas, al final iba a resultar que la idea de drogar y encerrar a Zoe habría sido mucho menos problemática…

- Es mi problema si va a tocarle los huevos a Roccester y descubre que estoy aquí – espetó también molesta, soltándose del agarre del chico de un tirón. Durante unos instantes le sostuvo la mirada, implacable, aunque pronto claudicó. Bufó exhalando un largo suspiro, levantó las manos dando un paso atrás en son de paz y volvió a cruzarse de brazos. - Vale, lo siento. Tienes razón, es tu hermana y es cosa tuya. - admitió bajando el tono. No tenía mucho sentido cabrearse con él, después de todo, ella era la única extraña en esa casa y verdaderamente, parecía que tenía un don para meterse donde nadie le llamaba. - Pero de verdad me parece que ir tras esa tal Kai Shandanoseque es una muy mala idea. Roccester es peligroso y sus socios lo son aun más. Las palabras de los periodicos se quedan bastante cortas comparadas con lo que pueden llegar a hacer. -

La mirada azul de Theo no se amilanó cuando se encontró de frente con la de ella. No mucha gente era capaz de aguantarla, se le notaba tenso, y cuando ella alzó las manos pareció aliviado, aceptando con un asentimiento de cabeza sus disculpas, aunque Fionna todavía no había terminado, y su rostro reflejó extrañeza ante las palabras que pronunciaba.

No sé de que estás hablando, ¿qué tiene que ver mi hermana con Roccester? Luego dijo algo sobre Kai Shandaloo, le sorprendía que no supiera quien era, pero por lo poco que había entendido, le parecía como que su hermana y sus amigos iban a ir a la mansión de Roccester... ¿Crees que a un grupo de adolescentes les van a permitir ver a Roccester así por las buenas? Lo dudaba además, mi hermana y sus amigos hablan mucho pero hacen poco, sinceramente, no creo que puedan hagan nada pero las palabras de la mujer habían inquietado al chico por mucho que este intentara no darle demasiada importancia.

Mira, no sé que problema tienes con Roccester, ni quiero saberlo le aclaró, seguía sin ser asunto suyo y sino sabía nada no podría hablar tengo que seguir las instrucciones de Abraham, así que, quédate aquí señaló al piso y yo iré a por mi hermana y la traeré de vuelta para que por ningún casual pueda atraer hasta aquí a alguien que pudiera reconocerte la miró expectante, esperando que no le hiciera elegir ¿de acuerdo? 

Se pasó una mano por la nuca con aire cansado, discutir no la llevaría a ninguna parte. - Dicho así sí que suena un poco paranoico – Respondió esbozando una pequeña sonrisa conciliadora antes de asentir para indicar su conformidad. No creía que fuera a servir de mucho, no obstante. ¿Mantener encerrada en casa a una adolescente como Zoe? Le daba lo que tardaría en acabarse el último trozo de pizza.

Fuera como fuese, era lo mejor que tenía por el momento. -Gracias – añadió con sinceridad antes de que se marchara. Al menos lo intentaba.

Fionna regresó a la ahora desierta casa mientras su estómago empezaba a protestar a pesar de que estaban bastante acostumbrado a una inadecuada alimentación, pero todo tenía su límite, así que la doctora dedico un rato a calmarlo mientras se tomaba un descanso de todo lo que sucedía a su alrededor.

La puerta del piso se abrió una vez más sin que hubiera transcurrido demasiado tiempo desde la última vez. Y Zoe fue la primera en entrar, seguida de su hermano. La chica tenía cara de pocos amigos, pero aún así saludó con la mano a Fionna antes de perderse en dirección a su cuarto, cerrando de un portazo. Theo suspiró, pero no le dijo nada, ya le había dicho todo lo que debía antes de que llegaran al apartamento. El muchacho le explicó que toda estaba bien, que no saldría del piso sin su permiso. O eso esperaba, ya que su hermana no le había decepcionado hasta ese momento.

La modorra se apoderó de Fionna, sentada en aquel sillón y tras haber leído de arriba a abajo el periódico sin obtener ninguna información nueva relevante. Theo bajó a seguir con su trabajo y a Zoe se la oía de cuando en cuando en su habitación. El calor y la ausencia de café también hizo su efecto y la doctora entró en una agradable duermevela que se prolongó durante un buen rato.

Fue la llegada del rector la que la devolvió de nuevo a la realidad.

Abraham hizo su entrada de manera silenciosa, y la hizo bajar de nuevo al taller donde vio por primera vez al chico, ahora desierto.

Las cosas han cambiado había cogido el periódico y lo sostuvo en alto dejando claro el motivo no fue un monstruo lo que atacó esa fiesta, sino una criatura desconocida esto confirmaba lo que Fionna sospechaba pero ese asunto está en manos de un compañero y no tiene nada que ver con nuestro trato abrió una de las primeras páginas, y señaló entonces la foto de la famosa cantante, aunque su dedo no apuntaba a ella, sino a la mujer que la acompañaba dijiste que los militares experimentaban con Prometeo y es muy posible que ella sea uno de esos sujetos afirmó mirándola un rector llamado Alastair te llevará con ella le explicó y también he localizado al hombre que vinimos a buscar, sabía que era amigo de Alastair, y me ha dicho que sabía donde encontrarlo, así que iré a buscarlo y me pondré en contacto con vosotros muy pronto para que podáis hablar esperaba que después de eso pudieran tener más respuestas.

Tras un instante de silencio, finalmente suspiró y se decidió a continuar hablando Fionna, si Prometeo es lo que estoy empezando a creer, deberá ser muy precavida y tener la mente abierta estaba rozando los límites hay cosas que casi todo el mundo ha olvidado, y confía en Alastair como si fuera yo, debo cumplir mi parte del trato y poner a salvo a su familia en cuanto encuentre al hombre que buscamos el asunto se estaba complicando y cosas que no quería pensar comenzaban a ser posibles

La espera se le estaba haciendo eterna, detestaba sentirse encerrada. Su mundo estaba patas arriba y  al parecer, lo único que ella podía hacer al respecto era preocuparse, saquear la nevera de un desconocido que por algún motivo odiaba las cafeteras, y esperar. ¡Era tan frustrante!

Por suerte, el rector regresó antes de lo previsto y aunque no lo demostró, descubrió que ella también se sentía más ansiosa por llegar al fondo del expediente Prometeo de lo que estaba dispuesta a reconocer. Más allá de las intrigas políticas, no podía evitar sentir una voraz curiosidad científica. ¿Qué era realmente Prometeo? ¿De donde había salido y porqué? ¿Cuáles serían sus efectos a largo plazo? Si realmente habían dado con un sujeto que podría ayudar a dar respuesta a todas aquellas preguntas, no pensaba dejar escapar la oportunidad.

Expectante, siguió al hombre de vuelta al taller de la tienda de Theo, donde terminó de explicarle los detalles de lo ocurrido durante su ausencia. Por un instante se sintió decepcionada al descubrir que, aunque estaba sobre la pista, aun no había dado con el objeto de su búsqueda. Sin embargo, no todo eran malas noticias. Si verdaderamente podían conducirla hasta aquella mujer, podría retomar su trabajo practicamente de inmediato. Claro que el recuerdo de Lena hacía que se mostrara precavida antes de lanzar campanas al vuelo, siempre podría tratarse de una nueva y retorcidad trampa para atraparla. Por otro lado y teniendo en cuenta la precariedad de sus recursos, sus hipótesis respecto a PyD, los militares y el escándalo en la fiesta Roccester habían resultado ser bastante acertadas y por fin, el propio Abraham parecía haber empezado a darse cuenta de la gravedad de la situación.

- Lo haré, gracias. – Terminó por asentir con sinceridad. Nunca dejaría de preocuparse por lo que pudiera sucederle a su familia, pero que los rectores se ocuparan de su seguridad le quitaba un gran peso de encima y le ayudaba a centrarse. - ¿Donde voy a encontrarme con tu compañero? – Era de esperar que ya hubieran concretado tanto la hora como el lugar.

No muy lejos de aquí, en media hora, Theo te llevará hasta él.

Le indicó de manera bastante escueta, pero no tenía sentido explicarle más cosas sino conocía la isla ni la manera de llegar allí.

Es probable que tardemos en volver a vernos, pero tenemos un trato, así que tendremos que confiar mutuamente, hay muchas cosas que hay que necesitan respuesta y era lo que buscaría después de asegurar a la familia de Fionna de manera discreta, no podía llamar la atención sobre ellos, ya que a lo mejor estaban vigilandolos y podría ser contraproducente una intervención directa tengo que irme su presencia allí ya no era necesaria, así que ni siquiera se molestó en esperar una respuesta antes de salir por la puerta.

Theo entró prácticamente enseguida, como si hubiera estado esperando al otro lado hasta que Abraham saliera. Se acercó hasta Fionna con una media sonrisa.

Bien, parece que te vas, si necesitas algo que pueda proporcionarte ahora es el momento le dijo mientras la invitaba a seguirlo de nuevo al apartamento para que recogiera sus cosas y atender a sus peticiones si podía aunque no tenemos mucho tiempo, tardaremos entre quince y veinte minutos en llegar al lugar de la reunión así que demorarse demasiado no era una buen opción, el muchacho sabía lo puntillosos que eran los rectores con la puntualidad.

Tras asegurarse de que todo estaba en orden, Fionna y Theo abandonaron el piso y se encaminaron hacia el lugar de la cita.

Las calles seguían igual de atestadas, sobre todo las principales, era incómodo incluso andando, pero el chico conocía bien la ciudad y se metía por callejones y lugares menos concurridos en cuanto tenía oportunidad. Se dirigían en dirección norte, quedando la playa más cercana al oeste, según le explicó Theo, la parte norte de la isla estaba mucho menos masificada, ya que era más montañosa y con amplios espacios naturales protegidos. Su destino final resultó ser una calle amplia y poblada de gente, aunque aquí sí que había aceras y calzada claramente diferenciadas. El muchacho pronto le hizo un gesto con la cabeza y la doctora pudo fijarse en un hombre alto, pelirrojo, vestido de manera bastante casual, y que hubiera pasado por un atractivo turista más de no ser por la espada que gran espada que asomaba a su espalda. Enseguida se fijo en ellos y sus ojos rastrearon a sus espaldas de manera instintiva, esperando hasta que estuvieron a su altura para hablar.

Soy el Rector Alastair.

Se presentó tendiendo la mano a Fionna.

Me alegro de volver a verte Theo.

El chico respondió con un movimiento de cabeza, asintiendo.  

- Fionna – Respondió ella, estrechando la mano del rector con aire serio y profesional, un detalle que contrastaba llamativamente con su atuendo desenfadado. – No deberíamos quedarnos aquí mucho tiempo – Siguió echando un discreto vistazo a su alrededor.

Aun contando con la protección de Theo, ella mantenía una actitud precavida, atenta a lo que ocurría en las proximidades y desconfiada. Se habían alejado de la multitud del centro, si, pero no lo suficiente como para que pudiera sentirse a salvo. “Están por todas partes” Había sido la máxima de Seriozha…

Estoy de acuerdo.

Hizo un gesto hacia uno de los coches aparcados en las cercanías y luego se dirigió al muchacho rubio que había traído a la doctora gracias por tu ayuda, desde aquí me encargo yo le indicó.

Theo volvió a asentir, pero antes de marcharse sonrió a Fionna suerte con lo que sea que tengas que hacer parecía sincero, y en cierta manera, algo triste y puedes quedarte con la ropa... le guiño un ojo antes de alejarse en la misma dirección por la que habían venido.

Al mencionar la ropa, Alastair sonrío y echó un vistazo más detenido al aspecto general de la mujer de la que su mentor le había dicho que era una eminente científica debo admitir que no te imaginaba así comentó mientras le abría cortés la puerta del vacío coche para que entrara, no quería que se pusiera nerviosa, Abraham ya le había advertido de que estaba algo paranoica.

El rector rodeó el vehículo, caro, sin duda, con una acabado cuidado, parecido al que Fred y ella habían elegido no hace tanto en Isla Este con el motivo del treinta y cinco cumpleaños de su marido.

Nuestro destino es una cabaña al norte de aquí, en medio del bosque, allí se encuentra la persona con la que Abraham quiere que hables le explicó el próximo paso mientras arrancaba tardaremos una media hora más o menos había depositado la espada en la parte trasera, de tal forma que le resultaría muy fácil cogerla en caso de ataque. Al igual que Abraham, portaba en su muñeca izquierda el mismo dispositivo tan característico de los rectores la mujer se llama Shanti, y durante la fiesta de los Roccester fue capaz de crear una poderosa onda que frustró el ataque de un asesino que intentaba acabar con la vida de Kai Shandaloo miró durante un breve instante los oscuros ojos de la mujer que viajaba a su lado yo mismo estaba presente, pero no te daré mi opinión al respecto para que seas tú quien juzgues mejor no predisponer, la objetividad era clave en cualquier investigación ¿de acuerdo? Le preguntó.

Fionna se despidió de Theo con un discreto ademán de cabeza y una pequeña sonrisa, mezcla de agradecimiento y también cierta diversión resignada al recordar el asunto de la vestimenta. No tenía remedio.

- Gracias, dáselas también a tu hermana y ¡Oh! No olvides explicarle lo que son las clamydias de mi parte – Añadió apoyando una mano sobre el marco de la puerta que Alastair había abierto para ella.

Una vez el rubio se hubo marchado, ella se acomodó en el asiento en el espacio reservado para el copiloto del coche. Acarició con delicadeza la tapicería de cuero, cómodo y suave. Hacía tiempo que no podía permitirse lujos semejantes. Le traía recuerdos de una vida que se le antojaba extraña y lejana. Aquello no hizo más que incrementar su sensación de culpabilidad. No debería resultarle extraño, sino doloroso.

- ¿Así cómo? – Respondió frunciendo brevemente el ceño, un tanto cortante. No le había pasado desapercibido el repaso que acababa de darle gratuitamente el rector, a propósito del comentario de Theo. Quizá en otro momento no se lo hubiera tomado a mal, pero ahora intentaba recordarse a sí misma que en alguna parte le esperaba una vida normal y que además de ser una reputada científica de renombre, también era una mujer casada y respetable.

Sacudió la cabeza después, exhalando un largo suspiro. Tampoco él tenía la culpa ni de sus problemas, ni de lo frustrada que se sentía. Además, tenía trabajo que hacer.

Cogió el periódico, echando un nuevo vistazo al artículo que prácticamente a estas alturas ya había memorizado. – ¿La conociste en la fiesta? ¿Qué tiene que ver esa cantante en todo esto? – Preguntó recuperando su anterior semblante, serio y riguroso.

Cuando él centró su mirada en ella, Fionna se la sostuvo sin variar su gesto grave antes de asentir, conforme a su propuesta. Después de haber conocido a Lena y ser testigo de primera mano de la asombrosa habilidad de Klay, era perfectamente consciente del relato de Alastair. Cualquier otra persona le habría tachado de loco o habría preguntado si no estaría borracho, pero no ella.

Tan joven

Si se percató del tono, no lo tuvo en cuenta en su respuesta, también era conocida la escasa empatía que los rectores solían mostrar en muchas ocasiones.

No se centró en las preguntas que la doctora le hacía la conocí antes, esa misma mañana no podía hablar de una investigación en curso, pero a estas alturas los protocolos se le antojaban poco importantes es una especie de repartidora de comida que su familia elabora o eso creía haber entendido y al parecer, ha salvado a la cantante de ahogarse en la piscina de su propia casa ni siquiera había tenido tiempo de corroborar toda la historia según Kai, alguien entró en su casa y la instó a bañarse en la piscina mediante algún tipo de sugestión se encogió de hombros según mi teoría, asesinarla haciendo que pareciera un accidente miró por un momento a la mujer que tenía sentada al lado me cuadra con otra investigación de la que me ocupaba no era relevante para ella, así que omitió seguir por ahí según el relato que ambas contaron, la cantante estaba atrapada en el fondo por una especie de sustancia viscosa, y cuando Shanti se lanzó a la piscina para sacarla, parte de esa sustancia se adhirió a su brazo, y según ella, es lo que le permite realizar esas cosas Alastair ni se creía ni dejaba de creerse la historia, tenía la suficiente experiencia para saber que había muchas cosas que escapaban a su comprensión.

Creo que intentan matar a la cantante, pero todavía no tengo claro el motivo ni quien desea hacerlo, está bajo mi protección también. 

Que intentaban matarla era evidente, lo que le sorprendía era que después de un intento frustrado a duras penas, esa chica volviera a exponerse de aquella manera. Nada menos que en uno de los eventos sociales más sonados de la temporada.

- Si sabía que alguien iba tras ella, ¿porqué accedió a exponerse en un evento como la fiesta de Roccester? – Siguió concentrada en econtrar el sentido a la enmarañada telaraña de sucesos. Aunque prefería no dar nada por sentado hasta hacer algunas pruebas, la historia sobre la extraña sustancia en la piscina la llevaba a pensar que nada de todo esto podía ser solo una serie de desagradables coincidencias. Intuía que ella también debía ser una pieza y como tal, necesitaba saber donde encajaba. Si así era, para PyD había sido muy fácil buscar una excusa para dar con la cantante de moda y su heroína. Por otro lado, si la fuente de las sorprendentes habilidades de esa tal Shanti está relacionada realmente con lo sucedido en la piscina, ¿porqué solo ella experimentó algún cambio?. Algo sí tenía claro, no obstante. Todo esto olía a peor que un nicho de anaerobios.

- ¿Qué hay de la criatura? Los periódicos hablan de un monstruo o alguna clase de ingenio mecánico. Abraham asegura que se trata de algo desconocido – Preguntó después. Aquella era otra pieza que tampoco tenía muy claro donde debía encajar.

Alastair soltó un bufido cuando ella le hizo la primera pregunta ya me habría gustado verte a ti intentando impedírselo musculló entre dientes dejando claro que lo había intentando de todas las maneras posibles.... se empeño en ir, decía que sino lo hacía perdería una buena parte de su credibilidad, y es que por lo visto, su imagen es del todo intachable, en todos los sentidos no estaba tampoco demasiado puesto en esos asuntos, pero por los hilos que había movido estaba claro que su influencia era muy grande igualmente el supuesto primer ataque fue en su casa, y teniendo en cuenta que intentaron que su muerte fuera un suicidio o un accidente, era poco probable que lo intentaran de nuevo en un lugar público no era ningún estúpido, había sopesado todos los pros y los contras, y el riesgo era mínimo además, creo que ella no era el objetivo del ataque lo que les llevaba directamente a la segunda pregunta.

Bueno, no totalmente desconocido si y no supongo que habrás oído hablar de los golem por supuesto que Fionna había oído hablar de ellos, según los historiadores, eran unos avanzados autómatas utilizados como máquinas de guerra, se habían encontrado varios de ellos en antiguas ruinas, pero su estudio estaba totalmente controlado y prohibido por los rectores, ya que algunos teóricos decían que los más avanzados de ellos tenían vida propia y un poder desmesurado pues fue una de esas criaturas la que irrumpió en la fiesta, nunca había visto nada igual, y creo que su objetivo era Roccester, no Kai no podía revelar más detalles sobre la criatura, aún estaba dándole vueltas a la implicación de Abby en todo ese asunto.

Abandonaron el camino de la costa para adentrarse en el frondoso bosque, no tardarían mucho en llegar.  

¿Qué habría hecho ella si una diva con aires se empeñara estúpidamente en poner en peligro su trabajo? Probablemente Fionna la habría drogado, claro. Para ser un rector, Alastair se le antojaba un poco remilgado.

Se guardó su opinión para sí, no obstante. Carecía de importancia después de que le revelara el asunto del golem. ¡Aquello sí que era insolito! ¿Cuanto hacía que no se veía uno en la tierra emergida? ¿siglos? Como cualquier científico, Fionna conocía las historias. Fred era ingeniero, después de todo.

Hasta donde ella sabía, esas criaturas tenían que tener un propósito, algo grabado o programado en su chem que dirigía sus acciones. Era creaciones humanas sin voluntad, por lo que no estaba segura de que se pudiera decir que estuvieran vivos, claro que había relatos que hablaban de la posibilidad de corromper el chem, de golems libres. Razón por la cual los rectores prohibieron su uso. Una medida un tanto drástica, bajo su punto de vista. El estudio del chem podría llevar a descubrimientos con posibilidades asombrosas.

Fuera como fuese, era mucho más probable que Roccester se hubiera labrado poderosos enemigos con acceso a interesantes reliquias, a que una criatura cuasi mitologica, un golem libre, atacara una fiesta así por las buenas.

- ¿Que ha sido de él?, del golem, quiero decir. - Preguntó. No prestaba mucha atención al paisaje. Se la veía concentrada.

¿Del golém?

Había sorpresa en su tono, no era ese el asunto por el que la doctora estaba en aquel coche, aunque Abraham ya le había dicho que ella siempre hacía demasiadas preguntas.

Controlado por mis compañeros que lo detuvieron, intentaremos averiguar de donde ha salido, su investigación está prohibida, así que el responsable tendrá muchos problemas cuando lo encontremos era muy tajante en este aspecto y esperaba no haberse equivocado con respecto a su amiga sino llega a haber un par de rectores en esa fiesta... negó con la cabeza, las bajas podían haber sido muchísimas más y eso que únicamente había una de esas cosas no podía llegar a imaginarse un ejército entero de esas cosas atacando a la población como cuentan que fue en el pasado.

Pronto abandonaron la carretera y se metieron por un camino pedregoso a través del bosque. Sin duda era un lugar aislado, lo cual garantizaba la intimidad, para lo bueno y para lo malo. Tras un par de minutos, el coche se detuvo en un pequeño claro frente al cual se alzaba una cabaña de dos plantas, no demasiado grande, pero si con aspecto lujoso y cuidado.

No se veían signos de movimiento en el exterior de la misma, pero el rector apagó el motor.

Hemos llegado.

Le anunció.  

Fionna cabeceó pensativa. – He leído que Roccester culpa a la competencia – Dijo. Quería saber la opinión del rector al respecto. No era como si la dirección de PyD fuera a alegar alguna otra cosa. ¿Sería posible que alguien más estuviera al corriente de lo que era realmente Prometeo? - ¿Qué hay de la piscina de la cantante? ¿Recuperasteis alguna muestra? – Siguió retomando el asunto que la había traído a ella hasta aquí.

El coche se detuvo cerca de un claro dominado por una cabaña. Fionna se bajó del automóvil protegiéndose los ojos del sol con una mano a modo de visera. Se cargó la mochila con sus escasas pertenencias sobre un hombro y esperó a que Alastair hiciera lo propio. - ¿De quién es? – Preguntó señalando la construcción con un pequeño gesto con la cabeza.