Partida Rol por web

Tombstone: Dead Lands

Capítulo 3: Ciudad fantasma

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31/08/2009, 16:23
Director

Los prudentes pasos apenas suenan cuando el grupo pisa la acera de madera sobre la que se alza el saloon. El Predicador a la cabeza con su Winchester apuntando hacia el interior; Frank después, revólver en mano; Dakota, Danny, Bully... también con sus rifles alzados; Boyle y Eckhardt, recelosos, algo atrás. 

Rechina ligeramente un tablón algo más gastado que el resto, bajo los pies del sacerdote. Los primeros del grupo vislumbran el interior del establecimiento cuando los otros evitan la madera chirriante con un paso más largo. La mano del Predicador hace girar la puerta abatible - aún con el arma apuntando - cuando los más retrasados ya pueden ver algo a través de la pequeña ventana sucia. Nada raro; los pasos conducen, uno tras otro, a los siete hombres al interior del edificio.

El techo y las cerradas paredes proyectan tinieblas sobre la sala amplia, incluso con el sol iluminando fuera. Aún a dos escasas horas del mediodía. Éste no debía ser el bar más agradable de Arizona, ni siquiera en sus mejores tiempos; las lámparas de aceite no compensarían la poca luz que entra por la única ventana. Por la noche debía parecer una enorme celda, con cuatro paredes sólidas y un pequeño marco cuadrado conteniendo oscuridad, como si fuera un simple cuadro. Ahora, sin lámparas encendidas y vacía de toda vida, la sala es todo menos alegre.

¡Clac!.

Una larga barra donde servir las bebidas, asientos altos clavados al suelo, escupideras entre los taburetes. Mesas desordenadas, cubiertas de polvo y un pequeño escenario vacío con una pianola al lado. Todo normal y corriente, la escena clásica completa a excepción de un detalle: el gran espejo típico tras la barra no está. La forma del cristal se dibuja en la pintura desteñida de la pared, testigo de su pasada existencia y de su actual ausencia. Un detalle sin importancia, en los establecimientos más conflictivos estos vidrios se rompían con mucha frecuencia; nada anormal. Nada raro.

¡Clac!.

En las estanterías, tras la barra, tampoco se ven botellas pero esto es coherente con la idea de que el pueblo fue abandonado premeditadamente, sin alarma o urgencia y sin desapariciones repentinas. Nada raro. Algunos vasos rotos esparcidos por la madera donde se servían las bebidas y nada más por este lado.

¡Clac!.

Una puerta al fondo es la única salida del lugar, aparte de la entrada. Quizá lleve a habitaciones o tal vez dé a un simple cuarto para el servicio.

¡Clac!.

Solo silencio, los ojos tras cañones de armas continúan su inspección. Nada raro.

¡Clac!.

En una de las mesas recubiertas de polvo hay naipes esparcidos - ¡Clac! - repartidos en manos para cinco jugadores. ¡Clac!. Una partida interrumpida. ¡Clac!. Un Jack de Picas - ¡Clac! - sonríe con su mirada de un solo ojo fija en los que entran, y en ese momento el monótono chasquido, mecánico, repetitivo se hace obvio. ¡Clac, clac, clac...! cada vez más rápido, el tictac no ha aumentado un ápice su intensidad pero su velocidad ha crecido, o quizá el resto a su alrededor se haya ralentizado.

¡Clac, clac, clac, clac, clac!

Era evidente: el motor de la pianola abandonada sigue girando y girando aún, volteando una partitura en sus entrañas. Lo hacía desde antes de que los visitantes entraran y lo hará hasta que el mecanismo se desgaste o alguien la pare. ¿O no?

La condenada máquina se pone en marcha, las teclas se mueven al son de los mecanismos y muelles como si un pianista invisible la tocara con vigor. Del interior cerrado de su caja de resonancia de madera, desde las tripas de la especie de ataúd con teclas, resuenan desafinados los acordes de una melodía alegre que eriza el vello. La desenfadada y chirriante sinfonía es un conocido himno unionista. ¿Qué broma de mal gusto permite a una pianola en mitad de territorio confederado vomitar los acordes de Barras y Estrellas?

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31/08/2009, 18:34
Predicador

El Predicador observa el saloon con mas calma de lo que esperaba al entrar en el establecimiento. No hay disparos, ni gritos, ni sobresaltos. Algo que se podía encontrar en este extraño pueblo.
Todo estaba dentro de la normalidad hasta que... saltó el motor de la pianola. El Predicador no pudo evitar dar un respingo por el susto. Lo que no quedó muy claro es si lo que hizo después el reverendo fue por el propio susto o por la vergüenza de haber sido pillado por sorpresa, aunque la causante hubiera sido una pianola. El sacerdote alzó su Winchester y disparó un primer tiro, ¡BANG!, pero la pianola no acabó de enmudecer, ¡BANG!, un segundo disparo y esta vez la melodía concluyó de golpe.

Si hubiera sonado "Dixie" tal vez no habría disparado.

Al conseguir su propósito, el Predicador se tomó un respiro de un par de segundos para mirar a todos los presentes por separado con cierta arrogancia para luego soltar:

Nunca me gustó esa canción.

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31/08/2009, 21:01
Frank

Una gota de sudor cae por un lateral de la frente de Frank desde su sombrero. Expeditivo, piensa el cowboy respecto a la manera de "apagar" la pianola. Frank mira con detenimiento cualquier cosa extraña. Todo cuadra en el escenario, y a la vez, nada cuadra en él. Se pasa la lengua por los labios resecos.

- Tiradas (2)
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01/09/2009, 03:35
Director

El monótono chasquido del motor girar continúa aún unos segundos tras la interrupción en la música que sobreviene al segundo disparo. Cada vez más débil, el tamborileo se extingue al fin, como el corazón de un moribundo que pasa a mejor vida. El silencio es tan intenso que zumba en los oídos. Todo vuelve a la calma antinatural.

A la derecha, la media docena de mesas desocupadas con sus correspondientes sillas forman un laberinto de obstáculos de madera hasta la esquina donde luce el vacío escenario con su pianola averiada. A la izquierda, la barra sucia y pegajosa con su espejo ausente y unos cuantos taburetes altos. Unos pocos cuadros por las paredes y solo una ventana. No hay escaleras; tan solo parecía tener un piso. Una única puerta en la esquina más alejada a la puerta, detrás de la barra.

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01/09/2009, 03:49
Director

La puerta resulta una alternativa evidente, tanto que Frank no se distrae mirándola de momento. Otras cosas parecen más interesantes: la falta de espejo - no parecen haber fragmentos por el suelo tampoco -, los extraños cuadros - Frank nunca ha entendido demasiado de arte -, la falta de alcohol - ni una botella -... ¿No es extraño que no se vean pequeñas alimañas en un lugar abandonado como éste? ni insectos carcomiendo la madera o disfrutando de los restos pegajosos sobre la barra, ni arácnidos creando telarañas en las esquinas, ni roedores aprovechando la multitud de escondrijos y la tranquilidad.

Alguna cuerda se pulsa en el interior del vaquero al posar la mirada en la mesa con las cartas de póquer encima. Una sensación de déjà vu; un recuerdo de ese full de reyes que le hizo perder su caballo y acabar aquí. La única carta cuya cara es visible, J de Picas, devuelve la mirada al cowboy. Cinco manos de cartas con juegos sin revelar. El pueblo entero tiene muchos secretos sin destapar; el dorso azul de esas cartas parece una metáfora.

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01/09/2009, 04:18
Stephen Boyle

¡Por las enagüas de la reina! ¡hay un botón para apagar el mecanismo y un trinquete de inutilización que olvidaron colocar en su huida, señor predicador!

La ignorancia del ser humano hace la tecnología trabajar en contra de ella misma.

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01/09/2009, 04:57
Dakota

Dakota observó al Predicador por varios segundos, con un gesto entre sorprendido y alegre. No había tenido tiempo siquiera a alzar su arma, y por un momento se recriminó el no haber estado alerta. Sin embargo, al confirmar sus sospechas sobre aquella terrible amenaza que se cernía sobre ellos, se felicitó a si mismo con cierto orgullo. No había nada en aquel lugar, al menos nada vivo. Y probablemente no lo había habido en bastante tiempo.

Recordó las marcas de carretas a la entrada del pueblo, y una idea fue tomando forma en su mente.

Pasó junto al Predicador, dedicándole una mirada indeterminada y se acercó a la barra, donde había algunos fragmentos de vasos dispersos sobre su superficie.
 

- Tiradas (3)

Notas de juego

Observo los restos de liquido o humedad que hay en los vasos rotos, y la mugre que tienen. Tal vez puedan darme una idea mas exacta sobre el tiempo que llevan abandonados sobre la barra.

Perdon, la primer tirada me olvide de desglosarla. Vale la segunda.

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01/09/2009, 08:34
Danny Chang Lee

Danny desamartilla cuidadosamente el fusil, no fuera a dispararse solo, y apoya la culata en el suelo, mientras observa cuidadosamente el saloon. Apenas ha pestañeado ante el pianolicidio del Predicador. La máquina se lo merecía por ponerse a tocar sin ton ni son (y nunca mejor dicho).

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01/09/2009, 14:04
"Látigo" Hank Bully

El Látigo no parece estar en absoluto desacuerdo con el "apagado" del Predicador.

¡Que me cuelguen si entiendo lo que ha pasado aquí!

Rumia un poco en voz baja y deja su arma apoyada contra la barra para sacar su petaca plateada y echar un trago.

No me gusta este lugar y tampoco parece tener nada interesante... aunque no lo dice, solo le falta añadir: "marchémonos".

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01/09/2009, 14:10
Director

Los sentidos de Dakota le avisan de algo raro al acercarse a la barra. Algo no es como sería de esperar. Desde luego, no le pasó desapercibido desde que entró:

No había nada en aquel lugar, al menos nada vivo.

Echando un vistazo más concienzudo, Dakota se da cuenta de la realidad de las palabras. No hay excrementos de roedores, que tan bien podrían aprovechar los espacios oscuros; ni insectos por el suelo ni moscas en el aire o posadas sobre el pegajoso y dulzón líquido de la barra. No hay vida.

Tal vez de esos restos pudiera sacar alguna conclusión. El indio tocó el pegote, limpiándose acto seguido en su larga chaqueta. Acercó su nariz a la madera mientras los demás se movían por otros lugares de saloon o simplemente recuperaban el ánimo.

Licores, Whisky... esas aguas de fuego tan habituales en el Oeste. No solo es deducción confirmada por el tacto del líquido. El aroma a alcohol aún persiste fuerte. El alcohol, volátil, se evapora lentamente; pierde su fuerza y con el tiempo hasta su olor, como sabe Dakota por experiencia. Seguramente el maldito científico, Boyle, sabría detalles más técnicos pero la intuición del medio indio ya dice bastante: al margen de la falta de fauna, no cree que ese líquido lleve volcado más de unos días; muy dificilmente semanas; ¿meses? imposible. Es complicado cuadrar este detalle con la desaparición de la primera diligencia, hace varios ciclos de luna ya. Eso, claro, si llegó hasta aquí como parecían sugerir las huellas...

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01/09/2009, 14:48
Danny Chang Lee


¡Qué prisa tienes, Hank!, si ni siquiera han salido las chicas del saloon... replica, sarcástico, Danny.

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01/09/2009, 15:54
Stephen Boyle

Dudo que salga alguien, señor Chang, puesto que la deserción del pueblo parece absoluta e irremediable.

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02/09/2009, 01:42
Dakota

- Todos abandonar pueblo hace días… gente… insectos… ratas… Nada vivo quedar aqui.- Sentenció el indio con tono apagado mientras se encaminaba hacia el exterior del saloon. Cuando pasó junto a los demás pistoleros, algunos pudieron oír que murmuraba algunas palabras en su idioma. Su rostro había vuelto a transformarse en una máscara inescrutable y sombría.

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02/09/2009, 02:54
Stephen Boyle

Vaya, de todos los de esta aglomeración es usted el más sorprendente, señor Dakota. Me alegra que sus creencias místicas no le hayan arrebatado el buen sentido.

Boyle se envalentona de tener el apoyo del mala bestia del grupo

¿Y bien señores? si tanto un hombre de ciencia como uno de tradición están de acuerdo en un objeto de discusión, realmente es una muy buena asunción que la tesis común es adecuada.

Con estos versos improvisados puedo competir contra lord Byron

Una cara de orgullosa satisfacción y una sonrisa de medio lado se dibuja en el rostro del químico.

Una pena no haber podido conocer a mi colega...

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02/09/2009, 09:55
Danny Chang Lee


Danny lo traspasó durante unos segundos con una mirada acerada, para luego decir: Stephen, pensaba que le había quedado claro que eso ya lo sabemos. Son los que no están vivos los que nos preocupan.

¿Ha oído hablar de los muertos vivientes?

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02/09/2009, 09:58
Frank

Acabará llevándose un balazo... Será por error, en medio de un tiroteo... Pero acabaré haciéndole cerrar esa bocaza pedante que tiene. Mientras piensa eso, Frank espera la reacción de el Predicador. Al cowboy algo le sigue pareciendo misterioso e inquietante en este lugar. Los vivos humanos no me preocupan tanto. Se oyen historias y leyendas que...

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02/09/2009, 14:49
Stephen Boyle

¿Muertos vivientes? He escuchado historias de alguno de esos por la zona de los Cárpatos, pero dudo que sea real.

Que cantidad de místicos y supercherías en las que creen los hombres exploradores. Van a crear una nación llena de fanatismo y violencia antes que el raciocinio y el diálogo.

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02/09/2009, 14:58
Charles Eckhardt

Eckhardt había estado muy callado, reponiéndose del brinco que le hizo dar la pianola. Cuando el bandido chino menciona con tono inquietante los cuentos de muertos vivientes, el reportero opina, asintiendo a las dudas de Boyle. El Epitaph ha publicado artículos de temas similares: algo de superstición isleña, tradición india... en muchas partes se oyen historias... al respecto. Aunque el tono del periodista simula confianza y escepticismo, titubea un poco al mencionar las historias.

Nunca di crédito a tales invenciones, pero hay muchas cosas que no sabemos. Aún. Enfatiza la última palabra. La mano del plumilla se entretiene abriendo el estuche donde guarda su cámara.

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02/09/2009, 16:26
Danny Chang Lee

Danny niega la cabeza ante la descalificadora opinión del inglés, y luego responde: Hay muchas más cosas en el cielo y en la tierra de las que el hombre puede aspirar a comprender, Stephen. Ya sé que Vd. es un científico, pero desde la Danza de los Espíritus han pasado cosas que la Ciencia tiene serios problemas para explicar, y una de ellas son los muertos que se niegan a quedarse quietecitos en sus tumbas, como antes, y salen a dar por el saco a los vivos. Dude todo lo que quiera, pero tenga la fusca a mano, no sea que la vaya a necesitar.

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02/09/2009, 16:55
Frank

Frank no es de los que habla por hablar. Cada frase suya es importante. A pesar de que él no es un escéptico pregunta a el Chino en un tono más que siniestro:

¿Y cómo diantres se mata a un muerto, señor Lee?