Partida Rol por web

Todo estaba preparado, el día de la gran final había llegado y el estadio principal abría sus puertas para acoger a los dos grandes finalistas que habían logrado imponerse a sus rivales para alcanzar un puesto en tamaño evento, la Final del Torneo Pokemon. 

El estadio abarrotado aguardaba la llegada de los dos diestros entrenadores mientras que los focos iluminaban el terreno de batalla. El gran coliseo lucía espléndido y en las gradas no cabía ni un simple alfiler. 

En una plataforma suspendida sobre el campo de batalla la copa que se le otorgaría al vencedor del torneo brillaba con un fulgor aureo esperando que su merecido ganador la reclamase y poco quedaba ya para que diera comienzo el combate.

El fantástico entrenador Maco había logrado un merecido lugar en la final del torneo gracias a la fortaleza y rapidez de su  equipo, había demostrado grandes dotes de estratega y pocos puntos débiles, venciendo en todos sus encuentros de manera magistral y veloz, sin recurrir a todos sus pokémons. Mientras tanto, el joven Morti
había llegado a la final después de feroces encuentros en los que el valor y arrojo de sus pokemons sin precedentes había sido superiores al resto de entrenadores hasta ahora. Sin duda la final se esperaba terrorífica entre los dos entrenadores, una verdadera lucha de titanes que culminaría con el alzamiento del gran vencedor del torneo.

Encontrarme en el estadio y en la gran final nada más y nada menos, esto es increíble - pienso mientras enfilo el túnel que me lleva a la salida al estadio.

No podía ni imaginar cuando empecé de que aquí estaría, sobre todo al comenzar con el terrible Shun y un Jasper confiado, pero si lo he logrado será por algo, puede ser que se me haya acabado la suerte pero lo voy a intentar.

Salgo del túnel y encuentro un estadio completamente lleno.

Esto es increíble, tengo que disfrutar el momento.

Al mirar al frente, veo a Maco con una pokeball en la mano.

Ha llegado el momento - digo mientras saco mi pokeball.

Me diste suerte en mi anterior combate, tengo muchas esperanzas puestas en ti pequeño.

Adelante Litwick.

Maco entró en el estadio mirando al frente. Escuchó de fondo los aplausos y los gritos del público, pero casi no los oía.

Hemos llegado a la final. Gracias a vosotros estamos aquí pensó mientras tocaba las pokeball de su cinturón.

Al llegar a su lugar, miró a su adversario. Debía ser muy bueno como entrenador para haber llegado hasta aquí

Soy Maco. Te deseo mucha suerte y espero que este sea un gran combate.

Tocó una de sus pokeball y la quitó de su cinto

Empecemos con esto. ¡Adelante... Sandile!

El combate no hacía más que comenzar y ambos entrenadores sacaron sus primeros pokemons para el combate. Morti dejó salir a su fiel Litwick, el cual le había otorgado tan buenos resultados durante todo el torneo y sin duda su apuesta más segura. El pequeño pokemon saltó al terreno de batalla con la misma determinación en la mirada que su entrenador, ambos se habían preparado muchísimo para tamaña cita y sin duda darían lo mejor de sí mismos hasta el final.

Maco por su parte, dejó salir a su portentoso Sandile, su firme apuesta para encarar el combate. El pequeño pokemon mostraba su rostro el mismo rictus impenetrable que Maco, manteniéndose firme ante la amenaza de los poderosos pokemons Morti. Un rugido siniestro resonó en todo el estadio cuando Sandile acudió al centro del campo de batalla para presentar cara a Litwick y comenzar el combate.

El público del estadio enmudeció ante el enfrentamiento que estaba a punto de comenzar y, con la señal del árbitro, la gran final del torneo pokemon dio comienzo al fin.

Oh no! Litwick es muy débil contra sandile.

Litwick Energibola.

Ese ataque puede hacer mucho daño a Sandile, mierda pensó Maco, que no se esperaba un ataque de tipo planta en un pokemon como Litwick

¡Sandile, no permitas que ese ataque te toque! ¡Terremoto!

Litwick comenzó a crear una gran bola de energía, pero Sandile fue algo más rápido y comenzó a dar pequeños saltitos de un lugar a otro. A cada momento los saltos eran más pesados y el estadio comenzaba a temblar hasta tal punto que empezaron a formarse grietas en el suelo. El público se agarraba a la barandilla pues ya sabían lo que sucedía cuando el oscuro cocodrilo hacía aquellos movimientos. 

El pokémon vela que estaba concentrado formando la bola de energía no vio venir la grieta que se creó bajo sus pies y fue sepultado. Por suerte para Sandile, no logró lanzar la energibola.

El árbitro se acercó para asomarse por la grieta y ver el estado de Litwick.

Litwick está eliminado. Sandile es el ganador.

El público se soltaba ya de la barandilla y comenzaba a aplaudir la velocidad y fuerza de Sandile así como la sabia decisión de Maco. Estaba claro que aquel entrenador no daría ni un segundo de respiro a Morti y que tendría que jugar muy bien sus cartas si quería acabar con todo su equipo.

No puedo volver a fallar con esto.

Adelante Venonat.

Ataque Somnífero.

Vaya, un Venonat, debo tener cuidado pensó Maco apretando las mandíbulas

¡Sandile, no dejes que te duerma! ¡Usa de nuevo Terremoto! ¡Haz que el campo de batalla tiemble de nuevo!

Morti recuperó a su pokémon que había quedado bajo tierra y sepultado por el terremoto de Sandile y sacó uno nuevo al campo de batalla.

Venonat recurría a la estrategia de combates anteriores para acabar con Sandile, así que eligió a su pokémon bicho que entró al campo de batalla dispuesto a darlo todo por su entrenador.

Pero Sandile actuó de forma más rápida, como empezaba a ser costumbre en él y repitió los mismos saltitos contra Litwick. Aquel ataque había hecho que su anterior pokémon fuera debilitado en un instante y confiaba en que de nuevo sucediera.

El campo comenzaba a quedar en un estado sumamente deteriorado y aún tendrían que lidiarse varios combates en él para el estado en el que estaba todo. Aún así, las grietas comenzaron a manifestarse bajo los pies de Venonat que una tras otra fue esquivando hasta que no pudo más. Finalmente el pokémon multiojos cayó en una de las zanjas gravemente herido.

El árbitro que había visto como había quedado su anterior pokémon se dispuso a alzar el banderín, pero para sorpresa del público Venonat había soportado el ataque y tras salir del agujero lanzó un polvo plateado sobre el pokémon de tierra dejándolo profundamente dormido.

Ahora, a pesar de que Venonat estuviera gravemente herido, tenía a su merced a Sandile para acabar con él.

Venonat Doble Rayo.

Maco vio como su pokemon se dormía

¡Sandile, despierta! gritó, pero su pokemon seguía dormido

Morti aprovechó el sueño de Sandile para lanzar un doble rayo sobre su cuerpo. El cocodrilo que estaba dormido sufrió el terrible daño producido por Venonat, y por desgracia para Maco, Sandile no se despertaba ni tras recibir aquel impacto.

El público contenía el aliento y guardaba silencio, no quería que sus gritos y ovaciones despertasen al pokémon de Maco.

Venonat, de nuevo, Doble rayo. Adelante.

¡Sandile! gritó Maco al ver que su pokemon no se despertaba y el rayo iba directo hacia él. Sabía que un golpe más suponía la caída de su pokemon

Morti había visto el efecto que causaba el doble rayo sobre Sandile y repitió de nuevo la jugada. Ambos rayos golpearon en el pokémon y lo lanzaron por los aires. El resultado era claro y los espectadores aplaudían el poder de Venonat y la técnica de su entrenador.

Sandile está debilitado, Venonat es el ganador.

El público aplaudía los movimientos de Morti, pero también querían mostrar su apoyo a Maco en aquel combate.

Todavía Morti seguía en desventaja y encima Maco ahora podía elegir pokémon. Fuera cual fuera seguro que sería un duro rival para Venonat.

¡Vuelve, Sandile! dijo Maco mientras apuntaba con la pokeball a su pokemon malherido.

Has hecho un buen trabajo, Sandile. Sabía que podía contar contigo concluyó mientras se guardó la pokeball.

Cogió otra y la lanzó

¡Es tu turno, Axew!

Terminemos con Venonat. ¡Usa Garra Dragón!

El pequeño pokemon salió con velocidad hacia el Venonat de Morti, con las garras levantadas y brillando