Partida Rol por web

Tributo de Sangre (XI)

Heraldos de Paz

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12/01/2009, 11:55
Director

Las tierras de Imledyr abarcan desde las Montañas Grises hasta donde el Mar de los Espíritus delimita su inestable silueta. Están compuestas por un ir y venir de colinas y bosques cuyo clima es agradable en verano pero extremadamente duro en invierno. Se encuentran divididas en una gran variedad de condados, ducados y baronías sobre los que sus respectivos nobles ejercen un férreo control feudal. La rivalidad entre ellos es continua y los enfrentamientos tan habituales como las nevadas, sin embargo ninguno consiguió nunca unificar bajo su dominio las tierras de Imledyr y alzarse ante sus rivales como rey, estableciendo una monarquía. Varios de ellos, los más poderosos, ejercen como soberanos sobre otros, quienes les juraron vasallaje a cambio de más tierras, hombres o simplemente obligados bajo coacción o amenaza. Sin embargo, cada uno de esos frentes, cada uno de esos señores, se considera a sí mismo como el mejor candidato para ostentar una ilusoria corona y unificar las tierras de Imledyr.

Si que existe, sin embargo, algo que todos ellos comparten y tienen en común: el yugo de la Torre Negra de Ybress. En lo más recóndito del Pantano de las Pesadillas se alza la construcción más temida y a la vez odiada de estas tierras. Desde la Torre Negra, Sarcess, una temible hechicera, una bruja que domina los poderes oscuros, siembra el terror entre nobles y vasallos por igual. Sus sirvientes, malignas criaturas que se asemejan a los Trolls de las leyendas y cuentos populares, y que le profesan una lealtad que roza el fanatismo, se encargan de cobrar a los nobles el diezmo estipulado. Éste pago, tres mil escudos de oro anuales, es lo único que les garantiza verse libres de las maldiciones, plagas y enfermedades que cuentan que Sarcess es capaz de crear.

Vuestro deambular nómada por el mundo os condujo hasta el Paso de las Nieves Eternas, donde tras un más que entretenido regateo, acabasteis aceptando el que pensabais sería un lucrativo acuerdo con un comerciante de marfil que se dirigía a Imledyr. Su caravana, compuesta por tres carros y sus respectivos conductores de mulas, necesitaba protección, gente valiente y con experiencia como vosotros. Atravesar aquellas montañas era siempre un viaje peligroso y Dalherin, que así se llamaba el supuesto comerciante, no quería correr ningún riesgo con tan valiosa mercancía. Sin embargo, el que parecía un trabajo más que interesante, acabó convirtiéndose en un gran fiasco. Al llegar a vuestro destino, la ciudad costera de Nausias, Dalherin desapareció utilizando ardides de la más baja calaña, dejándoos en una posada con las habitaciones a cuenta y sin entregaros la segunda parte del pago acordado. Las bolsas de monedas que formaban la primera parte de vuestro pago y que os fueron entregadas al inicio del viaje, resultaron ser dinero falso. Así, sin apenas recursos económicos, con unas habitaciones pendientes de cubrir y acusados como falsificadores y ladrones, tuvisteis que utilizar las últimas monedas reales que os quedaban en hacer frente a tales deudas y, de paso, en un pírrico plato de sopa aguada, fría como la noche, y un trozo de carne reseca.

Tras varias semanas recorriendo los caminos y aldeas de Imledyr siguiendo la pista del bribón de Dalherin os encontrabais en una situación bastante apurada. Necesitabais que algo ocurriera, un golpe de suerte u os veríais en serios apuros. Y éste llegó a través de un anuncio público, en la forma de un bando del Conde Nesvind de Riaghul. En él se solicitaban hombres valientes para un servicio al Conde que sería recompensado con diez escudos de oro por cabeza. Una situación complicada y un pago demasiado bueno como para pasarlo por alto se unieron, dando lugar a una decisión que no podía ser ni discutida. Antes incluso de tener tiempo de pensarlo os encontrabais ya en el castillo del Conde hablando con su secretario... y hechicero.

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12/01/2009, 11:56
Ashadir

El secretario del Conde era un hombre de corta estatura y complexión delgada, vestido con ropas demasiado gruesas para aquella época del año y cuyo embriagador olor a perfume podía percibirse desde varias salas de distancia. Tenía un acento extraño en el habla, de pronunciación ruda y basta, pero en cambio haciendo uso de un vocabulario noble, aristocrático y extenso.

-El trabajo es sencillo. Debéis proteger y transportar un cofre hasta su destino. Éste ha sido un año de malas cosechas y el Conde ha tenido problemas para reunir el diezmo acordado con la Torre Negra de Ybress. No teníamos el pago listo cuando aquellas asquerosas criaturas vinieron por él. Finalmente lo hemos logrado, aunque con algo de retraso, ¡tres mil Escudos de Oro no es cifra fácil de juntar! Lo que se precisa de vosotros es que llevéis el cofre a la Torre Negra y lo entreguéis a Sarcess en nombre del Conde Nesvind de Rhiagul. ¡Los hombres del Conde son demasiado cobardes! - aquellas palabras pronunciadas en voz demasiado alta eran una pulla hacia los soldados que os escoltaban frente a Ashadir. Éstos miraron hacia otra parte y bajaron la cabeza incómodos-. Demasiado cobardes y supersticiosos como para una tarea así, ¡malditos bufones de taberna! Hoy en día ya no se puede confiar en nadie. No es de esperar que encontréis problemas de ningún tipo, tan sólo debéis aseguraros de mantener el cofre alejado de bandidos y ladrones. Una vez allí, entregarlo será tan sólo un trámite. Por el servicio se os pagará diez Escudos de Oro por cabeza, cinco en este momento y cinco cuando regreséis.

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12/01/2009, 14:42
Bathalias de Emdelis

-Bien señor, habeis sido claro, no es contienda demasiado sencilla, pero es realizable, el precio, tambien es razonable. ¿Disponeis de algun mapa de la region bien detallado?, nos seria de gran utilidad.- Las palabras de Bthalias sonaron con elegancia y sonoridad en la habitacion del castillo, su seguridad y su templanza ayudó a que la vergüenza de la guardia se viera acrecentada. -Solo quisiera saber un par de cosas más, ¿nos esperan en algun plazo para la entrega del tributo? ¿cuándo esta prevista nuestra partida hacia dichas tierras?- Tras sus palabras Bathalias  dió la sensación de estar ansioso por partir hacia la nueva mision para la que se habían embarcado, aunque una expresión de cierta tristeza emanó de sus ojos mientras habló con el hombre de confianza del Conde.

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12/01/2009, 15:27
Merkus

Apoyando sus callosas manos en la empuñadura de su espadón, Merkus miró de hito en hito a Ashadir mientras mentalmente procesaba la larga perorata del enclenque hombrecillo. Ni que decir tiene que no había entendido muchas de las cosas mencionadas por éste, pero, a pesar de que no tenía ni idea de quiénes eran las criaturas de las que hablaba o por qué sus ojos se oscurecían al mencionar la Torre Negra, sí había comprendido lo esencial de su misión: había que llevar un cofre a su destino y aquellos pusilámines de sangre aguada que se hacían llamar Guardia Personal eran demasiado cobardes como para hacerlo. Mirándoles con desprecio desde detrás de sus pobladas cejas sopesó el porte y las armas de los hombres que les escoltaban, valorando si alguno de ellos sería alguna amenaza más por divertirse mientras Bathalias y el resto de sus compañeros llegaban a un acuerdo que porque tuviese intención de enfrentarse a ellos. ¿Realmente era necesario hablar tanto y con tantas vueltas para preguntar por un mapa? Enarcando una ceja exasperado volvió a centrar su mirada en sus manos mientras intentaba no perderse nada de la conversación, algo realmente difícil cuando los pensamientos de uno tendían a tomar sus propios derroteros ¿Por qué irá tan abrigado? Seguro que de joven su madre no le dio suficientes baños en las aguas heladas del río para fortalecerle...

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12/01/2009, 20:13
Ashadir

- La región a la que entráis no es de las que se dejan cartografiar con facilidad,- contestó con un tono levemente irónico el secretario del Conde - pero contamos con un mapa que puede seros de alguna ayuda. Por el camino principal enviaremos una comitiva de soldados escoltando un cebo para los posibles ladrones que pretendan interceptar el tesoro antes de que se adentre más en el pantano, bastante retraso hemos sufrido ya. Vosotros iréis por veredas secundarias.- Ashadir tomó un pergamino de una mesa cercana y se lo tendió a Bathalias - Hay demasiadas zonas en blanco, pero el camino hasta la torre está señalado. Como podréis comprobar por la escala el viaje no debería llevaros más de un día a través del pantano.

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12/01/2009, 20:20
Director

Mientras tanto, ajeno en parte a la conversación, Merkus observaba a los hombres del Conde. En su mayoría se veía que eran gente civilizada: demasiada panza y poco músculo. Cuando el secretario mencionó el cebo que se internaría tan solo en los lindes del pantano alguno no reprimió un gesto de preocupación. Solo el que parecía ser su capitán merecía un poco de respeto por parte del bárbaro: era un hombre alto, espigado y fibroso. A pesar de que ya peinaba canas apenas parecía haber pasado la treintena de edad y se conservaba, al contrario que sus hombres, en excelente forma física. Su gesto era serio, severo y no disimuló una mueca de desagrado cuando el secretario del conde tachó a sus hombres de cobardes. Cuando sus ojos se encontraron con los del bárbaro mantuvo la mirada de forma firme y desafiante. El bárbaro estaba seguro que de ser así toda la guardia del Conde probablemente no habría sido necesario reclutar los servicios de unos aventureros.

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12/01/2009, 22:46
Alfren Niubar

Alfren miraba al secretario del Conde con los brazos cruzados sobre el pecho. “Aquellas aguas  traen estos lodos” pensó acordándose de sus últimas desventuras. Pase que ella se hubiera dejado engañar por Dalherin – al fin y a cabo pecaba de demasiado confiada con la gente – pero sus experimentados compañeros…Los miró de reojo mientras sonría resignada recordando las semanas de correteo infructuoso por los caminos a la búsqueda del truhán, cuando el azar, la fortuna quizás y desde luego la necesidad los había traído a este salón  donde sus servicios podían ser útiles, y sobre todo bien pagados, para poder  seguir siendo uno grupo de aventureros y no una pandilla de pobres de solemnidad sin nada que llevarse a la boca.  “Un encargo de un Conde no puede ser deshonroso”  pensaba Alfren mientras arrugaba la nariz ante el agresivo y apestoso perfume del secretario. 

Pero su sonrisa desapareció y frunció el ceño según escuchaba la misión que les proponían. Llevarle los impuestos a la bruja de la Torre Negra. Sarcess, la maldita hechicera que merecía que le cortaran el cuello por su reinado de terror. Si de ella dependiera iría allí pero no a pagarle el tributo  sino a despellejarla viva. Abrió la boca para decir algo pero la volvió a cerrar mientras respiraba hondo para mitigar su enfado. No tenía sentido decir nada, como mo tenía sentido pensar siquiera en enfrentarse a Sarcess. Por pura y legítima que fuera la intención, el hecho  en sí era un suicidio. Se resignó pensando que quizás algún día se presentaría la oportunidad de librar a Imledyr de la maldita hechicera. Volvió a prestar atención a lo que decía el consejero del Conde. 

- Perdonad señor, - dijo mientras se acercaba a Bethalias - ¿ es de dominio público que el Condado se ha retrasado en el pago del tributo a la Torre Negra ? Porque si es así, los bandidos, ladrones y malhechores de aquí hasta las Montañas Grises se habrán congregado en los alrededores si piensan que el tributo viajará sin la escolta de los sirvientes de Sarcess. La idea del cebo es buena, pero quizás no suficiente. No, no creo que sea coser y cantar si se ha corrido la voz – acabó mientras observaba el mapa que Bathalias tenía en sus manos.

 

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13/01/2009, 12:29
Ailara Sotobosque

Ailara permanecía silenciosa acariciando el pelaje de Mazgul, su loba. Estaba inquieta, como solía sucederle siempre que se encontraba en el interior de una ciudad y, lo que era peor aún, en el interior de un edificio de piedra. Los guardias no habían mirado con buenos ojos a su peludo acompañante pero los dientes afilados de Mazgul y la mirada retadora de la druida hicieron desistir a los soldados de cualquier intento de negarle la entrada. El secretario del Conde ni siquiera se había dignado a hacer mención alguna ante la presencia del lobo, así que por el momento Ailara escuchaba y callaba. Prefería que otros más dotados para el trato social se encargaran de la negociación.

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13/01/2009, 13:14
Bathalias de Emdelis

-Tambien necesitaremos viveres, agua y unos caballos, que deberan ser rapidos y resistentes, ademas, seria buena cosa que dos hombres mas nos acompañaran para condicir la carreta que portará el tributo, ya que esa cantidad de dinero, no cabe en una bolsa...nosotros cinco podemos proteger la carreta peron no hacerlo a la vez que conducirla, quizas el Capitan de la guardia...- No van a querer pero hay que intentar sacar todas las ventajas posibles sino moriremos en el intento... Pensó Bathalias mientras su cara se tensionaba debajando clara y ostensible su preocupacion por la vida de los que iban a acometer semejante viaje. 

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13/01/2009, 16:09
Merkus

Y ese perfume...puaj hasta Morevius sería capaz de encontrarle en un bosque siguiendo su rastro..Al igual que otros bárbaros, Merkus no era muy dado a bañarse (de todos era sabido que un exceso de jabón le hacía a uno más susceptible a las enfermedades) y menos a echarse potingues por encima que debilitaban...De repente algo en las palabras de la paladín le hicieron prestar de nuevo atención en la conversación. Bueno, él tampoco estaba de acuerdo en que la cosa fuese a ser tan fácil aunque había que reconocer que la idea del cebo era buena. Cambiando el peso de un pie a otro, el hombre volvió la vista hacia la druida que cerca de ellos permanecía en silencio acariciando a su loba. De todos los componentes del grupo ella era la que sentía más cercana a él, quizás porque tampoco le gustaban excesivamente la gente, ni hablar, y se encontraba más a gusto fuera de las ciudades. Merkus se preguntó si, como ocurría en su caso, la misión tampoco le hacía gracia. El bárbaro sabia que necesitaban urgentemente dinero y que, al menos de momento, debían dejar de lado la búsqueda de Dalherin que tan vilmente os había engañado y al cual tarde o temprano partiría su magnífico cuello, pero no podía estremecerse interiormente cada vez que recordaba que su destino era la Torre Negra. Llevaban poco tiempo en la zona, pero lo que había oído y visto le había bastado para saber que, si podían evitarlo, era mejor no acercarse a sus muros. Jamás lo habría reconocido en voz alta, ni siquiera a sí mismo, pero la Bruja cuya maldad y poder eran de sobra conocidos le hacía temblar de miedo. Los ritos oscuros de los brujos de su tierra estaban tan gravados a fuego en su sangre, en su piel y habían marcado su vida en tan profundos niveles que cualquier mención a ellos le hacía inclinarse lleno de temeroso miedo. Merkus no entendía mucho de ello, Morevius quizás sí que para éso era el mago aunque no lo pareciese, pero suponía que la Bruja no sería muy diferente de los de su tierra y por ello era mejor no meterse en sus asuntos. Bueno...algo tenemos que hacer y al fin y al cabo sólo le vamos a entregar su dinero...caviloso, intentando autoconvencerse el bárbaro volvió a perderse en sus ensoñaciones. 

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13/01/2009, 20:37
Ashadir

Ashandir asintió ante las palabras de Alfren:

- Sí, es posible que haya más bandidos... Precisamente por eso os estamos contratando. Cuando decimos que esto es coser y cantar queremos decir que es coser y cantar para un grupo de aventureros con recursos y valor. Para unos pusilánimes - dijo recalcando esta palabra mientras miraba a los soldados de la guardia - es una misión incierta. ¿A que grupo pertenecéis vosotros? Porque de pusilánimes ya tenemos el cupo completo.

Después se giró hacia Bathalias:

- Víveres, caballos y una carreta. Todo muy razonable, aunque la carreta debáis conducirla vosotros mismos. Nuestro capitán tiene la orden de conseguir que sus hombres no huyan aterrados en cuanto aparezcan los bandidos... ¿Seréis capaz de cumplir esa sencilla misión, capitán Neomen?- dijo el secretario mirando al capitán de la guardia.

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13/01/2009, 20:43
Capitán Neomen

Si las miradas pudieran matar, la mirada del capitán Neomer al secretario probablemente causaría estragos terribles. Las miradas, aparte de matar, tendrían también que poder deshollar, descuartizar y arrancar ojos para reflejar todo el odio acumulado en el rostro del capitán. Sin embargo su voz sonó tranquila, casi servil mientras contestaba:

- Estoy seguro de que podré llevar mi misión a buen puerto, noble Ashandir.

A nadie se le escapaba que la mano que apoyaba sobre el pomo de su espada envainada estaba blanca de la fuerza con la que lo agarraba.

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13/01/2009, 20:45
Conde Nesvind de Riaghul

En ese mismo instante se abrió una de las enormes y majestuosas puertas laterales. Media docena de soldados armados con espadones y cubiertos por corazas se situaron a ambos lados del umbral para dejar entrar a su protegido: el conde Nesvind de Riaghul en persona. Se trataba de un hombre de gran estatura y porte noble que lucía vestimentas de gran calidad, en tonos azules, navegadas por hilos de oro. Se adornaba con numerosas joyas, así como con un enorme broche de oro que le sujeta la capa. Su cabello largo y rubio caía sobre sus hombres, mientras que sus ojos eran apenas dos rendijas blancas sobre un rostro marcado y bien definido.

Lanzó una mirada breve a los presentes y acto seguido los ignoró, como si de mobiliario se tratase:

- ¿Está todo listo Ashadir? Espero que el envío del cofre no se retrase más. ¿Son estos los que han de llevarlo? Excelente.- sin esperar la respuesta de su secretario dijo con voz firme, del que está acostumbrado a ser escuchado y temido :- Parecéis un grupo valiente y con recursos, espero que no me defraudéis y podamos brindar por vosotros dentro de un par de días al calor de un buen fuego, por el éxito de la entrega. Si es así sabed que soy generoso con quienes lo merece.

Hizo una pausa antes de añadir:

-Espero que no se os ocurra siquiera la baladí idea de robar el oro. El año pasado lo intentaron ocho de mis mejores hombres. Ocho poderosos guerreros que se creyeron más listos que nosotros. Me costó mucho aceptar su traición porque no pensé que fueran tan estúpidos. Pero una vez confirmadas las sospechas no tardé demasiado en dar con ellos. Ahora cada uno de ellos languidece en un pozo en lo más profundo de las mazmorras. Se les da la comida suficiente para que sigan vivos y puedan enloquecer en la más absoluta oscuridad. Si alguno intenta quitarse la vida hay un guardia siempre pendiente para evitarlo. No hay piedad para los traidores.

Las bravatas del conde podrían sonar vacías si las dijera otra persona, pero por su porte y la autoridad que irradiaba estaba claro que era el tipo de persona capaz de llevar la venganza hasta los extremos más insospechados. Y además tenía los medios necesarios para hacerlo.

Tras decir esto el Conde se volvió hacia la puerta por la que había venido, como si tan solo tuviera la intención de examinar personalmente a quienes llevarían el tesoro hasta la torre negra.

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13/01/2009, 20:54
Bathalias de Emdelis

Bathalias examinó cuidadosamente al Conde, después vino un corto aunque intenso repaso a su grupo para confirmar por sus gestos si habia algun detalle mas que les preocupara o si habia alguno que quisiera preguntar cualquier tipo de cosa mas. Esperó y lo hizo con paciencia, pues una mision de tal envergadura no era cualquier cosa. Bathilias no se sintió en absoluto ofendido por las provocativas palabras del consejero del Conde, y tras su repaso a visitual a sus compañeros finalmente fijo su mirada en Merkus por ser el más impetuoso de todos, en su mirada podia leerse perfectamente el mensaje que queria enviarle, un mensaje de paciencia y de tranquilidad, no era bueno, enfrentarse con el consejero, habia que guardar fuerzas para las jornadas de viaje y los peligros que en ella seguro ibana acontecer. 

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13/01/2009, 22:21
Alfren Niubar

 

Al escuchar las palabras del secretario del Conde, Alfren clavó su mirada en la del hombre.

- Para que el encargo se lleve a buen  fin hay que medir bien los riesgos ¿no creéis?  No confundáis cautela con cobardía. Y añadió mirando al cortesano fijamente con una falsa sonrisa en los labios– ni bravuconería con valentía… 

La interrumpió la entrada del Conde. Según escuchaba las palabras del hombre, su rostro se encendió y su indignación fue creciendo. Tuvo que apretar los puños y morderse la lengua para no contestar con impertinencia a la amenazante advertencia del noble. Que dudaran de su honestidad y peor aún de de su honor le hacía hervir la sangre. Su mirada  se encontró con la de Bathalias  que pedía calma y contención pasando por cada uno de sus compañeros. Tiene razón, como siempre. No merece la pena sulfurarse por unas palabras. Además, nuestra miserable apariencia después de tantas semanas vagando por los caminos con apenas unos cobres en nuestras  bolsas no infunde necesariamente mucha confianza.

Respiró hondo y recobró la calma. Suponía que ya todo estaba dicho y sólo quedaba organizar los detalles para ponerse en marcha. Miró a Bathalias  y preguntó:

- Bueno, supongo que no hay mucho más que añadir ¿no?

 

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14/01/2009, 09:54
Merkus

La mera sugerencia de que no estuviesen a la altura de la misión hizo que Markus volviese a la realidad. Frunciendo el ceño con furia cambió de posición y afianzó los pies en el suelo mientras agarraba fuertemente la empuñadura de la espada y se erguía en toda su estatura. Cómo se atrebe a dudar de mi, Markus, por cuyos músculos corre la sangre de mis antepasados guerreros, rompedores de hielo, azote de las estepas...Agitando la cabeza para apartarse los grasientos mechones de la cara abrió la boca para decir algo pero sus ojos captaron la mirada de advertencia de Bathalias y haciendo un gran esfuerzo se contuvo. Sólo el hecho de que necesitaban el trabajo con urgencia le hizo morderse la lengua y callarse su exabrupto, pero no por ello sus hombros dejaron de endurecerse por la tensión y sus dientes rechinaron. Mientras luchaba contra su instinto la puerta se abrió y un hombre vestido elegantemente y con aire altanero entró en la estancia estrechamente escoltado. Envuelto en un silencio ominoso escuchó las arrogantes palabras del hombre, aunque sin prestarles realmente mucha atención ya que interiormente aún se imaginaba lanzándose sobre el secretario y apuntándole a la garganta con su espada. Inmerso en su ensoñación se recreó con la imagen de él saltando sobre el hombrecillo mientras veía el terror pintado en sus ojos... 

Cita :
 

- Bueno, supongo que no hay mucho más que añadir ¿no?

Sobresaltado parpadeó y volvió a la realidad para descubrir que el Conde se había marchado. Soltando ligeramente la espada para recuperar el riego en las manos, movió la cabeza a un lado y otro para desentumecer los hombros mientras ligeramente entristecido dejaba ir la visión del secretario temblando ante él. Sabía que Bathalias no lo aprobaría,  pero su orgullo de bárbaro le impedía el guardar silencio. Echando ligeramente los labios hacia atrás para esbozar una sonrisa siniestra avanzó un paso en dirección a Ashadir  y por vez primera desde que habían entrado habló con voz ronca y raposa como el trueno al caer contra la tierra reseca de las estepas en verano.

-No temas, Ashadir, el cofre será entregado dentro de plazo. Este grupo se ha enfrentado a cosas peores que unos cuantos bandidos muertos de hambre. Nosotros no somos tan cobardes como para eludir una misión como ésta- su tono era orgulloso, confiado, y a la mención de la palabra cobarde sus ojos se desviaron durante unos segundos hacia los soldados que les rodeaban pero también se fijaron en el secretario dejando entreber el profundo desprecio que sentía por éste y la pobre opinión que tenía de él.

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14/01/2009, 13:47
Bathalias de Emdelis

Bathalias sabia que las palabras del secretario habían llegado a lo más hondo del ser de sus compañeros y en cierto modo comprendía el esfuerzo que suponía el no hacer frente a las mismas, él mismo hace mucho tiempo hubiera dado buena cuenta del que osara dudar de tal forma de sus intenciones y de su honorabilidad, pero el tiempo había calmado su ímpetu y le haía proporcionado oídos sordos ante los improperios y las bravuconerías. Vió sin duda el sufrimiento por dichas palabras en la expresión de Alfren y comprendió las palabras y el tono que Merkus había empleado y dedicado al Consejero del conde. -Esto realmente es lo minimo que podría haber pasado- Pensó para si mismo, y se enorgulleció por el ejercicio de paciencia y de contención que habían hecho su dos compañeros ante tales injurias y provocaciones. Luego con voz tranquila y segura volvió a hablar. -Bien, si ya está todo, solo falta la hora de la partida, ¿para cuando calculaís que estaran listas las monturas y vituallas Consejero?. Cuando Bathalias pronuncia la palabra consejero la remarca para asi dejar claras las distancias que hay entre ellos y el.

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14/01/2009, 15:13
Ashadir

- Si no tenéis más preguntas partiréis dentro de unas horas. Mientras se ultiman los preparativos podéis acudir al comedor de la guardia, situado en la base del castillo. Os servirán una buena comida que reconforte vuestro cuerpo antes del viaje.

El secretario levantó una mano, como indicando que la sesión había terminado, y un lacayo se aproximó al grupo de aventureros para conducirlos al comedor.

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14/01/2009, 20:41
Bathalias de Emdelis

Apesar de la escasez de medios con los que ibamos a emprender la marcha, Bathalias pensó que si alguien era capaz de conseguir eludir a los bandidos, pagar el tributo y volver esos eran ellos, cuando vió que el lacayo comenzaba a caminar hechó un último vistazo al lugar donde habia tenido lugar la reunión y comenzó a seguir al mismo por los distintos pasillos que había en el castillo Condal. Una vez en el comedor de la guardia hechó un vistazo general y tomó asiento en una de las sillas de madera que habia libres, para relajarse mientras esperaba la prometida comida.