Partida Rol por web

Sin tener muy claro qué demonios está pasando al otro lado de la compuerta cerrada, Georgi lanza el mensaje de advertencia. No sabéis si Ford realmente ha enloquecido, o si, como ha dicho, la luz ayuda a esa cosa a acceder a vuestra mente. Pero no perdéis nada por tomar precauciones. Ejecutáis desde el terminal la orden necesaria y apagáis todas las luces de emergencia y los pilotos de luz que rodean la ISS. En un instante, dejáis la estación sumida en la más absoluta oscuridad, a excepción de la pantalla del ordenador que acabáis de utilizar.

Mientras termináis de poneros el traje, el sistema emite un mensaje:

Desacople de Soyuz TMA-17 completo. La nave está lista para el retorno.
Soyuz TMA-17 en rumbo hacia la Tierra. Puerto de atraque de Zvezda libre.

El aviso os deja petrificados. Y ambos os observáis, iluminados solamente por la tenue luz que emite la pantalla del ordenador, preguntándoos por qué demonios la Soyuz de Zvezda ha iniciado el viaje hacia la Tierra.

-¿Raf?- pregunta Georgi a quien ya ni siquiera sabe si está ahí -¿Has sido tu?¿Te has ido?-

"Mierda.... que no se haya llevado el meteorito.... que no se lo haya llevado" casi reza, más que pensar, el médico.

Apenas unso segundos después parece volver a activarse y pregunta a su compañero -¿Paolo?¿Estás listo? Venga, que nos vamos.-

Los problemas surgía casi de manera continua, la supuesta muerte de Ford no hacía más que acrecentar la sensación de que se estaba volviendo loco. Y ahora, Soyuz TMA-17 se desacoplaba con una carga no determinada.

Listo!!! Creo que es el momento de mandar un aviso de emergencia al centro de control y alcanzar otras de las Soyuz.

Paolo accede al ordenador encendido y envía un mensaje de emergencia a la tierra.

-Y también avisales que dejarás comunicacion abierta, para que puedan al menos oir lo que suceda aquí.- dice Georgi mientras se acerca a tientas hacia el módulo Soyuz que queda.

Abriendo otra vez las comunicaciones generales, Georgi pregunta (aunque ya no espera respuestas, lo hace mas bien para calmar su conciencia):

-Comandante ¿Me oye?¿Está usted ahí?-

- Así que por eso te has apagado. -pensó maravillado por las reacciones del cubo. Miró de nuevo a la oscuridad del espacio exterior.- Parece que ha funcionado. Lo de las luces, ¡ha funcionado! -se dijo, tratando de recuperar el optimismo.

De nuevo sonó la voz de Georgi por el altavoz, entrecortada por la estática, pero de lo poco que pudo entender dedujo que preguntaba por él. Tragó saliba.

- No tenían salvación, si me hubiese quedado, ¿cómo les habría ayudado? Hubiese muerto con ellos. Y el cubo... la humanidad habría perdido algo como eso para siempre. He hecho lo único que podía hacer.

Sin embargo ninguno de aquellos pensamientos le confortaban. En el fondo sentía que no podía irse de allí sin decir nada.

- Aquí Raf, desde la sonda Soyuz.- comenzó, en el tono más protocolario del que fue capaz.- He abandonado la estación con el objeto a bordo, y me dirijo a la Tierra aunque no sé si "eso" me dará alcance.

Era lo único que podía hacer, espero que lo entiendan y me perdonen. Lo siento. Que Dios les ayude.

Los altavoces internos produjeron un chasquido y una trasmisión cargada de estática producto de la lejanía, comenzó a sonar por ellos. Apenas se podía distinguir entre el ruido la voz de Raf.

- Aquí... crrrrcccccrrrrrrcscccrrrrrrrcs... Soyuz. Crrrrrrrrcs crrrrrrrrrrscccscscsccsrrrrrrc... si "eso".. crrcs... dará alcance.

Una pequeña pausa.

Crrrrcsccsss crrrrrrrcsccccrrrrcssss..., espero crrrrrrrcscs ccrrrrrrrrrcsc... perdonen. Crrcs... siento. Crrrcs... Dios crcs... ayude.

"Al menos uno tiene posibilidades de salvarse" pensó el médico cuando recibiço el mensaje de Raf. Por otra parte, el mensaje lo tranquilizó un poco, y terminó de enseñarle el camino que ya suponía que debían segui, asi que apurándose un poco dijo:

-Venga Paolo. Salgamos de aquí.-

Que coño le pasa al indio, le salvas la vida y así lo agradece ...

Un pequeño pensamiento pasa por la mente Paolo antes de responder a Georgi.

Si, es mejor que vayamos a la Soyuz más cercana para salir de aquí. Dejo las comunicaciones abiertas para que desde la tierra sepan lo que aquí ocurre.

Mientras entran a la cápsula, Georgi intenta una última vez contactar con Saint, aunque presupaoniendo que va a ser otro intento inútil.

-Comandante Philips. Aquí Grenchko. Responda por favor.-

No sabía bien cuánto tiempo se había quedado allí paralizado, observando el cuerpo sin vida de Ford mientras su sangre salía del casco del traje espacial convertida en pequeños cristales. ¿Cuándo tardaría aquella criatura en devorarla como había hecho con Wurst? No fue hasta que su radio crepitó en varias ocasiones, y escuchó la familiar voz del doctor ruso llamándole que volvió en sí.

- Aquí el Comandante Philips - respondió, con voz cansada - Grechko, Raf, Torboli, hagan todo lo posible por alcanzar una Soyuz y ponerla a punto para regresar a casa. La situación es extremadamente crítica y no podemos pararnos a intentar salvar la estación. Voy a intentar llegar hasta ustedes, indiquen posición. Me volveré a poner en contacto con ustedes. Si no respondo... váyanse sin mí.

- Bueno, Stan. Ha llegado la hora de hacerlo - se dijo, antes de coger fuerzas para salir al espacio e intentar alcanzar la Soyuz donde se encontraba la única salida para escapar. Era prácticamente imposible, considerando que aquella criatura estaba ahí fuera, pero tenía que intentarlo. Una parte de él quería que se entretuviera con el cadáver de Ford para poder escapar... pero decidió que esa parte no era propia de él.

Rezando un padre nuestro antes de salir, se santiguó y se impulsó hacia el espacio.

-Comandante...- respondió la aliviada voz de Georgi -Raf ha partido en Soyuz de Svezda y Tórboli y yo estamos ingresando a Soyuz UDM. Soyuz DSM está lista y libre ¿Necesita ayuda?-

- Intentaré llegar hasta ustedes, Georgi... - dijo, antes de que se cortase la comunicación.

Es el momento crítico. El instante del héroe. En tu cabeza puedes escuchar el himno de tu gran nación, y empiezas a imaginar como te recibirán en la Tierra cuando llegues con el cubo y habiendo acabado con esa abominación rusa.

Apuntas con precaución, teniendo en cuenta el retroceso, y aprietas sin dudar el gatillo. El proyectil sale hacia delante, tú te impulsas hacia atrás. Tu cuerpo gira en el aire, e intuyes que has errado el tiro antes de que todo sea caos a tu alrededor. Te olvidas por un instante del experimento ruso, y te concentras para no acabar dando vueltas en el espacio vacío. Ves pasar a tu lado pequeños fragmentos afilados de cristal y metal que podrían haber causado un roto en tu traje, con el fatal desenlace que eso hubiera supuesto, y alargas el brazo en el momento adecuado para aferrarte a Zarya. Tan solo unos pocos metros te separan de Zvezda y de...

La Soyuz...

La Soyuz no está ya en la ISS. No está siquiera cerca tuyo. En el horizonte, con destino a la Tierra, ves la Soyuz que hace un momento estaba anclada a Zvezda. En su interior, probablemente Raf esté regocijándose mientras se ha olvidado de todos vosotros, habiendo escapado él solo. No, solo no. Con el cubo. Con ese maldito objeto y todo el mérito que conlleva entregarlo. Te gustaría gritarle, machacarle, patear su indio trasero, pero algo llama tu atención.

La criatura sigue viva y coleando, y sigue el mismo camino que tú has hecho. Puedes verla mucho más cerca ahora, con todos sus detalles atormentando tu visión. De una de sus bocas cuelgan restos del traje de Wurst, y su superficie ya no es completamente negra. Está bañada de diminutos gotas de sangre congelada que ha salpicado cuando ha partido en dos al científico. Sus ojos parecen ansiosos por alcanzarte, y si tuviera lenguas, dirías que se está relamiendo. Al parecer, el alemán no la ha saciado.

Observas aterrado como Ford queda paralizado frente a la criatura, y súbitamente un fogonazo junto al piloto te deja aturdido. No comprendes bien lo que ha ocurrido, pero sabes que es el momento para tratar de llegar de nuevo al interior de la estación. Esa horrible mole negra ha desaparecido de tu campo de visión, por lo que, con cautela, te impulsas hacia el espacio abierto de nuevo.

Una vez fuera de la estación descubres el cuerpo de Ford muy cerca de la brecha de Zvezda. ¿Realmente ha muerto? ¿O acaso era solo una alucinación? No tienes tiempo de pararte a pensar. Hacia él se dirige la criatura, dejando en su camino restos congelados de la sangre de Wurst. Su cuerpo choca con varios fragmentos de cristal, pero parece no preocuparse por ello. En su lugar, todos sus ojos están enfocados en el piloto.

Podrías intentar ayudarle. Podrías tratar de llevar a ese americano de vuelta a su país. Pero sabes que las probabilidades de conseguir algo así son muy bajas, si es que es posible hacerlo. Ahora debes decidir. Puedes quedar como un héroe, o puedes aprovechar que esa cosa no se está fijando en ti para volver lo más rápidamente posible al Airlock y salvar tu vida.