La mujer parecía un poco extrañada y dice:
Mira a su hija y dice:
A la explicación de Aura asiente y dice:
Nadeshiko escucha y dice:
Decía la chica para a continuación sonreír y decir:
Decía la chica con una sonrisa mientras en la mesa de al lado Alex se sienta con un café y se pone a mirar aparentemente distraída su teléfono móvil.
- Sí, Oleg - dijo Maximiliam, asintiendo forzosamente mientras reía - Yo vine de sorpresa, Aura no sabía nada. Decidí tomarme unas vacaciones y conocer la isla. Como Aura vivía aquí, yo llamé. ¡Ciudad muy bonita!
Era comprensible que la madre de la pelirroja se sintiera incómoda con el hecho de que un chico extranjero viniera a visitar a su hija adolescente sin avisar, por eso forzó deliberadamente las culpas en su dirección. Lo último que quería era preocupar más a la mujer y que la tal Nadeshiko hiciera algo inesperado.
Evitó mirar a la cara a la oriental, porque temía que si clavaba sus ojos en los de ella, se lanzaría contra su cuello.
Quiso darse de cgolpes contra la mesa, no se podia crees que de verdad estuviera diciendo aquello. ¿Como se podia ser tan estupido?¿No entendia el problemon en que la metia? Que vale, en cuanto todo estuviera calmado se lo iba a explicar, pero es que no le entraba en la cabeza que no viera que aquello no ayudaba.
- Ya lo seeee jolines, pero es que se me olvido pedirtelo esta mañana. Respecto a lo otro dijo dirigiendose a la asiatica Dijeron que solo serian unas horas. El problema era que no sabia como responder a lo que decia "Oleg" porque lo unico que le despertaba eran ganas de darle una patada para que dejase de hablar.
Ante lo dicho por Oleg la mujer se queda sorprendida y mira de reojo a su hija, en su mirada podía verse claramente un “después hablamos de tener amigos extraños y extranjeros van a verte que parecen mayores que tu”. La mujer suspira profundamente y dice:
La mujer se pone de pie mientras dice:
Mientras la madre de Aura se levantaba y se iba marchando al servicio Nadeshiko mira a Aura y dice:
Al mismo tiempo podían ver como Alex también se levantaba con intención de ir al servicio
Max estaba convencido de que su interpretación había sido perfecta, y se mantuvo en su posición con una sonrisa en su rostro, aunque la tensión de su cuerpo crecía por momentos. En cuanto la madre de Aura se incorporó para ir al baño y Alex salió tras ella, sabía que a partir de ahí estaba a salvo. Sólo quedaba saber qué hacer con Nadeshiko, y la tranquilidad que demostraba ante dos jóvenes con habilidades sobrenaturales le ponía de los nervios.
Para no mostrar sus cartas se quedó callado, clavando sus ojos azules en los de la japonesa.
En su asiento, Ted se estampó la palma de la mano contra la frente y se restregó, incrédulo, haciendo el frote un sonido casi imperceptible de fssssg, fgsssss. ¿Para no llamar la atención la idea era CHICO EXTRANJERO QUE NO CONOCES DE NADA QUE VIENE A VER A TU HIJA? Dios. No era padre y aun así sentía la tentación instintiva de tener la escopeta a mano ante semejante declaración. 10/10.
-Esto no está pasando... -comentó en el coche, incrédulo, a nadie en particular.
Su madre sonaba normal. Bastante parecido a la suya, pero menos humillante para estar cerca. Pero ahora se acercaba el momento de que Nadeshiko revelara sus cartas.
La chica parecía bastante tranquila, como si fuera una turista normal y corriente tal y como habían dicho, da un sorbo a su batido y mira a los dos, con un tono de voz tranquilo y distendido dice:
La chica prácticamente había terminado su batido helado y dice con una sonrisa algo picara:
¿En serio eso era lo unico que se le ocurria decir a la tontolaba esta? Y de liberales poco, al menos en lo que respectaba aquel tema, la mirada de su madre habia sido todo lo previsible que se habia imaginado.
- Oh por favor, por que has pensado eso en primer lugar es mas adecuado. contesto rodando los ojos para luego mirar de soslayo a Max casi queriendo transmitir el pensamiento "¿Y ahora que?" ya que era el que parecia saber como manejar mejor la situacion, a excepcion de lo del amigo extragero, eso habia sido un fallo garrafal.
- Déjate de gilipolleces - espetó Maximiliam, aliviado de poder dejar de fingir ese acento norteño que tanto esfuerzo le estaba costando - ¿Qué coño hacías en su casa? ¿Y para qué la has hecho venir? Tienes un buen par de huevos para mostrarte a cara descubierta sabiendo lo que podemos hacer.
El joven tenía los puños apretados de tal forma que los nudillos se habían puesto blancos, y sus pupilas estaban dilatadas, como inundado por un peligroso cóctel de hormonas.
Nadeshiko parecía tranquila y en parte totalmente ajena a lo que estaba sucediendo, cualquiera que mirase podría pensar que era una chica normal y corriente, una turista más de la zona, cuando Maximiliam hablo ella se mantuvo serena e incluso removió los restos de su batido con la cañita mientras hablaba tranquila y pausadamente:
- Que desagradable, y yo que no he puesto impedimentos a que esa agente se lleve a su madre a un lugar seguro como muestra de amabilidad... Es verdad lo que dicen que los occidentales sois muy poco considerados...
El comentario de Maximiliam sobre el mostrarse a cara descubierta hace que sonría, mira a los dos y por un momento fuera y dice:
- Y tú sabes de lo que yo soy capaz de hacer? Por cierto... Creo que debo darte el pésame antes de nada... Ertz-san era un hombre muy sabio y es una lástima su perdida.
Lo había hecho, había empujado a Maximiliam lentamente hacia el límite de sus fuerzas con su tranquilidad y vehemencia, y ahora había dado el último golpe al joven citando a quien no debía. Todo estaba demasiado reciente, las heridas demasiado abiertas, incluso literalmente. Se había atrevido a todo, y Maximiliam sabía que buscaba que montase un alboroto.
El joven norteño apretó la mesa con tanta fuerza que el metal llegó a gemir por la presión, y por un momento la pupila de sus ojos se tornó fina como la de un gato salvaje. Se encogió como si fuera un lobo dispuesto a entrar en combate, y Aura pudo sentir la tensión de todo su cuerpo como una cuerda de piano.
Y sin embargo, no llegó a saltar. Relajó visiblemente la postura y se incorporó, dejando la postura recta y elegante. Una sonrisa de suficiencia afloró en sus labios, que contrastaba con una gota de sudor que se deslizó por su frente, tímida.
- Eso es lo que sabes hacer - dijo, ladeando la cabeza - Hablar... hablar y hablar. Aura, tu madre ya está a salvo, de nada sirve darle más conversación a esta perra.
No le dio tiempo a replicar a la japonesa cuando Max parecio encenderse y estar apunto de atacar abiertamente. Afortunadamente no lo hizo, de todos modos la asiatica tenia razon, no sabian lo que podia hacer. Su maldita insolencia le daban cada vez mas ganas de arrebatarle el aire de los pulmones y ademas regodearse de ello.
- ¿Entonces podemos irnos? pregunto un poco sorprendida al rubiales
Nadeshiko mira a Maximiliam cuando le dice que lo que sabe es hablar la chica no perdía la sonrisa y el aspecto de inocente turista que estaba pasando unos días allí, jugueteaba con la cañita de su baso, suspira levemente tras mirar a Maximiliam y añade en un tono tranquilo y casi sin mirarle ni prestarle mucha atención:
Decía con una leve sonrisa, Nadeshiko escucha la pregunta de Aura y niega con la cabeza, se queda unos momentos mirándola, parecía examinarla finalmente mira a los ojos a la chica y dice ahora en un tono bastante más sería que los que había estado usando hasta el momento:
"¿Esto... esto es un fetiche? ¿Debería estar escuchando esto?"
La miro estupefacta, aquella tipa estaba muy mal de la azotea.
- Em... No. Luego miro a Max aun con la confusion de a que venia aquella pregunta, aunque tampoco le importaba, solo queria largarse de alli y acabar de una vez con aquel asunto ¿Ya podemos?
Satisfecho por ver cómo Nadeshiko intentaba devolvérsela - para él estaba claro que había hecho daño en su autoestima con sus palabras - Maximiliam estuvo a punto de decirle a Aura que se marcharan, cuando la japonesa tuvo una última petición.
- ¿Qué? - la voz casi no escapó de su garganta de pura incredulidad, y cuando Aura respondió, rompió a reír ruidosamente - ¡Ostia, menuda rarita! Vámonos, Aura. Aquí no hay nada que hacer ya.
Se giró para que la pelirroja abriera camino, quedándose entre ella y Nadeshiko. Sólo por si acaso.
La chica cambia su expresión y se pone mucho más seria de lo que había estado desde que entro en ese lugar, se pone de pie tranquilamente y dice:
Se queda callada unos momentos suspira da un pequeño vistazo a los que están en la cafetería, realmente no era mucha gente, los dos trabajadores y apenas un par de mesas con tres personas cada una y dice mirando a Maximiliam y a Aura a los ojos:
Decía mientras volvía a sonreír inocentemente y su pelo se empezaba a mover como si el viento lo estuviera moviendo, sin embargo, no corría tanto viento como para mover el pelo de la chica, además de que a nadie más se le movía el pelo. Aura podía sentir además gracias a sus habilidades como el viento parecía rodear a Nadeshiko
¿Ombligo? Ted estaba bastante seguro de tener ombligo: una cosa no muy grande (al parecer los lagartos no gastan de eso) pero obligo a fin de cuentas. Empezó a pensar en las posibilidades de aquello. ¿Creía esa mujer que eran clones? ¿Hombres-vaina?
"Dragón. Dra-gón. Yo no hago eso con la leng-"
Podemos hacerlo por las buenas o por las malas con lo que estas personas que están aquí saldrán bastante heridas
"...!!!!"
Echó la mano al pestillo del coche tan rápido como una bala, listo para abrirlo al más mínimo movimiento y salir pitando hasta el lugar. Que supieran que estaba allí no le importaba tanto como el hecho de que estaba amenazando con atacar a la gente de aquel lugar.