Partida Rol por web

El comienzo de la aventura...

Acabais de cumplir el gemmpuku y por vuestros meritos habeis sido enviados  a tierras fenix donde dicen que habra un festival anual al dragon del fuego....

Os traen hasta un pequeño patio donde veis que hay una pequeña multitud de jovenes de todos los clanes .

Teneis 2 heimnins que os ayudan ha hacer la estancia mas agradable por si quereis algo o si quereis preguntar cualquier cosa..

Jubei aspira el aire frío del patio. Huele como el de casa, a nieve y montaña. Los matices cambian, hay menos acero y más incienso. Pero la base de la montaña permanece, y reconforta. Agradece con una leve inclinación de cabeza la taza de té humeante que le brinda uno de los sirvientes que se escabullen por entre el patio. El nuevo aroma del té contrasta con el olor de la montaña, y sonríe. El contraste entre el aire frío y el té caliente resulta vigorizante, y sonríe. Saborea a sorbos cortos el humeante presente de sus anfitriones, disfrutando del sencillo placer que brinda el té, y sonríe. Paladea y nota el retrogusto amargo característico de la variedad de las montañas de la Libélula, y sonríe.

Acomoda su daisho y apoya la espalda contra una de las columnas del patio, sin dejar de sujetar la taza con una mano y apoyada sobre la otra. Observa a los samuráis reunidos, todos jóvenes como él. Salvo quizá el Cangrejo, pero esos a los diez años ya parecen tener treinta. Reconoce a uno de los samuráis como portador de los colores fénix, con porte de soldado. Se separa de la columna y se dirige hacia él. - Las fortunas os sonríen, Shiba-sama; ¿habéis comido arroz? - Le saluda con una reverencia.- Mi nombre es Mirumoto Jubei. ¿Asumo que estáis aquí para informarnos de para qué se nos ha llamado? - Añade, con una sonrisa educada.

Se encuentra de pie en un rincon, distante como siempre. La diestra de gruesos dedos cerrada en puño, con la siniestra cubriendola, juntas a la altura del plexo solar... Los brazos doblados en angulo, formando un trapecio perfecto con los hombros. El cuerpo erguido, las piernas firmes con los pies apuntando hacia adelante, formando una montaña con el...  La mirada esta mucho mas alla de los muros, como su corazon.

Silencioso, el gran Cangrejo repasa los inicios de su kata, encontrando en la paz de la tierra distraccion al aburrimiento que le representan estas ceremonias. Lleva el daisho bien sujeto en su obi, pero si por el fuera seria la armadura pesada, que es mas bien una segunda piel, en lugar de este kimono negro y azul.

*De todos modos, no hay una razon por la cual preocuparse en este lugar, salvo las afiladas lenguas de algunos de estos... Asi que lo mejor es mantenerse callado, evitar contacto, y pronto estare en casa...

Detiene esta linea de pensamiento, que lo podria llevar a una distraccion en su guardia. Y continua repasando la tecnica, dejandose llenar de fuerza...

El frio aire que recorre el valle desde las montañas anuncia el inicio del día y el preludio del festival del dragón de fuego.
 Tras las ceremonias del día me despido de mi joven esposa y parto hacia el lugar que se me ha indicado, cuelga de mi cuello bajo mi armadura un amuleto tejido a mano, a mi espalda mi arco y mis flechas, a mis costados mis armas.

La mañana sigue siendo fría, mas el sol comienza a calentar con sus rayos. Llego al punto de reunión y me presento con mis superiores.

Una figura vestida de rojo, negro y oro, se desliza entre el gentío que ocupa el patio. Sus movimientos pausados y elegantes parecen formar parte de una delicada coreografía. Observa a su alrededor, tras una imperturbable máscara roja y negra. El joven escorpión saluda al resto de invitados cortésmente. Su voz suave flota entre los arboles del patio, como una dulce melodía. Mientras su sonrisa radiante queda oculta tras la máscara.

          Tras un largo y duro viaje, finalmente llego, siguiendo las indicaciones del Daimio, al lugar donde se celebrará el festival en honor al dragón de fuego. Nada mas llegar me encuentro con dos heimnins a mi disposición, a los que ruego me alluden a despojarme de mi armadura y guardarla en lugar seguro, y les dejo al cuidado de mi hija, pidiendo que me avisen a mi o a mi esposa en caso de que suceda cualquier cosa. Una vez aseado me dirijo al patio con mi kimono de gala, azul celeste con el mon Daidoji sobre el hombro y el del clan grulla bien grande en el pecho.

           Paseando junto a mi esposa, busco rápidamente un lugar agradable, lo más protegido posible del frío viento, desde donde observar el lugar. Puedo apreciar rápidamente los colores de un dragón hablando con un samurai a poca distancia, más hallá, oculto en un rincón, los colores del cangrejo revelan la presencia de un enorme samurai de aspecto frío y silencioso, pero es un destello de oro, rojo y negro el que capta inmediatamente mi atención, haciéndome acercar la mano instintivamente al pomo de la katana, movimiento que contengo mientras observo al escorpión con ojos desconfiados, situándome con un movimiento discreto enfrente de mi esposa, de manera protectora.

Ve con Shizuka - Susurro a mi esposa - Asegurate de que está bien atendida y segura...

Después del viaje en caballo hasta las tierras del Fénix, acompañada naturalmente de Koime, su yegua, después de seguir las indicaciones para llegar al lugar del Festival Anual al Dragón del Fuego, desmontó a Koime, allí tenía a dos heimnins, al cual le dio las riendas de Koime, y les dejó remarcado que debía de cuidarla atentamente dado que no era un caballo como ellos conocían a los suyos.

Poco después entraba en aquel patio mirando a todos con sus ojos verdosos como la esmeralda hasta pararse cerca de una de las paredes, portaba una armadura ligera de color violáceo y dorado, con el mon del unicornio a su espalda, la daisho iba a su izquierda.

Veis como de repente los criados empiezan a apartarse y aparecen 3 personas.

Se presentan como shiba dorayo,isawa tenku e isawa Mai.

Es Mai la que habla en todo momento:

-Bienvenidos nuevos samurais al festival que se va a llevar a cabo ,por diferentes motivos habeis sido convocados aqui pero todos ellos honorables.-En este momento veis que el shiba se queda mirando al escorpion-

Ahora si me haceis el honor de acompañarnos hacia dentro dle templo deberiamos empezar con las preparaciones del festival..

Lo de la marca de la sombra y demas cosas que te cojistes mejor no te la pongas en la ficha porque con tanto shugenja suelto seria un suicidio

El gigante relaja (apenas) su cuerpo, dejando el repaso para despues. Parece que al fin va a comenzar.

Alisa el kimono, asegurandose que nada se halla corrido o desacomodado mientras hacia sus ejercicios. Una preocupacion por la apariencia poco frecuente en un cangrejo... pero realmente en este lugar, no hay mucho por hacer. Y mientras antes termine...

Camina despacio hacia los que, por sus nombres, deben ser shugenja o similar, dispuesto a ir al templo.

          La llegada de los tres fénix distrae mi atención del escorpión. Observo con curiosidad como el miembro de la familia Shiba dirige su mirada al samurai que yo vigilaba hasta hace un instante... Esbozando una media sonrisa al pensar en cómo las miradas de muchos suelen buscar a los escorpión según de que temas se hable, emprendo el camino hacia el interior en pos del Cangrejo, mientras estudio su kimono en búsqueda de una pista que me indique su familia de procedencia, por si se diese el caso de tener que dirigirme a el.

Las palabras de Mai-sama y la Mirada de Dorayo-Sama me llaman la atencion, ¿Quienes decia mi esposa que se presentarian al festival?. Perdido en mis pensamientos aminoro el paso, me empiezo a rezagar. Despierto a la realidad para encontrar cerca a un joven Bushi Dragón, recuerdo mi papel, tengo que guardar la compostura. Camino a su lado. ¿Donde estara el escorpión?

Nakata observó a los recién llegados. Sin duda gente importante. Escuchó atentamente sus palabras. Cuando observó que Isawa Mai le miraba, el joven Bushi inclinó su cabeza, en señal de respeto.

Al parecer, su presencia entre los invitados no había pasado desapercibida. Todo un honor para el joven samurai, que emprendió el camino hacia el interior del templo.

Jubei recibe con una honda reverencia y una sonrisa sincera a los dignatarios fénix, y mantiene la reverencia mientras hablan. Se yergue para serguirlos y camina con las manos cruzadas bajo las mangas. El samurái Fénix acaba caminando a su lado, y Jubei le habla por la comisura de la boca.- ¿Habéis estado en años anteriores en estas celebraciones, Shiba-sama? Admito que siento curiosidad por ver como honran los Fénix a los elementos. - No se molesta en preguntarse por qué ha sido llamado. Todo se revela siempre a su debido tiempo.

Por segunda ocasión Hide volvía a fundirse con sus pensamientos, y el ¿Quiénes vienen este año? empezaba a sustituirse por la imagen de una bella samurái-ko. Las palabras del Dragón cayeron como el agua y disolvieron aquella imagen.-Estoy seguro que las celebraciones cubrirán las expectativas Mirumoto-sama, la familia Isawa se esmera cada año, aun que parece que lo ha hecho especialmente en este.- Sus labios apenas se despegaron.

Cruzais un pequeño pasillo empedrado hasta que llegais a un gran espacio abierto un patio al aire libre .

El suelo es de piedra y hay un gran dibujo que recorre todo el suelo ,un gran dragon rojo.

Os van colocando en las esquinas donde veis que hay como una especie de gradas llena de gente samurais de todos los clanes.

Los 3 samurais que os acompañaban os dejan en vuestro sitio y siguen hasta el centro.

Alli mai empieza a decir unas palabras mientras multiples shugenjas de corta edad (parecen haber cumplido recien el gemmpuku le traen toda clase de objetos e ingredientes hasta un altar que se encuentra en el centro del patio justo en uno de los ojos del dragon rojo

Observa el despliegue de los shugenja, impasible... Ciertamente ha tenido oportunidad de hablar y ver en accion a sus compañeros Kuni, pero los shugenja del Cangrejo, sus rituales, sus formas, eran radicalmente distintas a estas... Casi lamento no haber aceptado la oferta de estudiar un poco de hechiceria o teologia. Aunque no tuviera talento alguno en la magia, le permitiria reconocer al menos la mayoria de los conjuros y rituales... un conocimiento util para apreciar mejor lo que ocurria, tal vez.

Pero en su entrenamiento le habian dicho que la mejor manera de lidiar con un shugenja que trataba de lanzar un conjuro, no era esperar a ver que hacia, sino correr y estrellar el dai tsuchi en su craneo, y eso es lo que define a un bushi. Por ende, se mantiene guardando respetuoso silencio, pero siguiendo la ceremonia con apenas el minimo interes...

Al atravezar el pasillo del Dragon Rojo Hide cede respetuosamente el paso al joven Miruto.
La vista de la plaza (patio) era maravillosa, y apesar de de estar acostumbrado, las ceremonias de los Isawa nunca dejaban de sorprenderle. -Un arte, en definitiva un hermoso arte- susurró levemente al aire. ¿Alguien mas le habria escuchado?

Nakata ocupó el lugar que le indicaron los shugenja. Observó con atención a los presentes allí reunidos, y el ritual que se celebraba. Con el rostro inmutable, cubierto por su fría máscara.

Tenía ganas de saber de que iba todo esto, y la paciencia era una gran virtud.