Partida Rol por web

El virus se extendió demasiado deprisa. Nadie supo de donde venía, ni que lo provocó, pero eso no importaba. Lo realmente importante es que el mundo se estaba yendo a la mierda, los muertos resucitaban convertidos en espeluznantes seres, bautizados como zombies, una especie de nuevos depredadores cuyo único objetivo parece ser acabar con los vivos...

Poco conoceis de esos zombies, salvo que por norma general son lentos, se guían mas por el oído que por cualquiera de los otros sentidos, tienen un hambre voraz y un simple mordisco u arañazo es suficiente para infectarte y convertirte en uno de ellos...

Vuestras vidas han quedado atrás, habéis huido de vuestros hogares lo mas rápido posible en medio del caos y por una razón u otra, acabasteis en un pueblo llamado VillaOso, una pequeña localidad situada entre las montañas y, a simple vista, bastante bien protegida.

En la entrada del pueblo os encontrasteis con dos militares que comprobaron que no mostraseis mordiscos, arañazos o similares para después meteros en una pequeña sala con sillas y una pequeña ventana por la que entra tenuemente la luz del sol.

Tres personas os encontráis en la sala. No os conocéis de nada y esperáis pacientemente que alguien venga a deciros algo...

Alek estaba sentado, serio, tamborileando con sus dedos sobre la superficie de la mesa. De vez en cuando el sonido rítmico se detiene, sus ojos parecen perderse en algún recuerdo tenebroso, luego sigue haciéndolo como si con eso apartara una parte de su vida que recién empezaba a conocer.
-Cuando mierda piensan venir- murmuro apenas moviendo los labios mirando a su alrededor. Estaba a punto de llegar a su límite, queria respuestas o por lo menos comenzar a hacer algo y no sentirse tan inutil.
Había pasado demasiado tiempo en movimiento, huyendo, creyendo que el próximo paso sería el último. Una mañana despertó con ganas de fumar, camino los escasos metros hasta un almacén, después recuerda que una niñita de solo cinco años trataba de morderlo. Por suerte era alguien grande y bastante fuerte. La mantuvo apartada tratando de hablarle, pero solo recibía el chasquido de sus dientes y los gemidos apremiantes cuando estaba cerca de conseguir su objetivo. Se vio de repente rodeado, así que arrojó a la niña hacia la multitud y empezó a correr… después de eso fue correr por su vida. Muchos idiotas habían tratado de luchar y ahora se pudrían en las calles o en algún callejón.
Miró a los demás unos segundos, de seguro terminarían muertos. Como a todos los que conoció en el camino. Ni se molesto en hablarles.

Estaba en una pequeña sala con otras dos personas más, aunque apenas había reparado en ellas, mi mente todavía estaba en lo que antes había sido el mundo, en las calles llenas de gente que andaba sin miedo, en las risas, en una madre comprándole una piruleta a su hija, en los besos de John.....

Todo eso había cambiado y ya nunca volvería a ser como antes, ya no me levantaría por las mañanas para ir a la clínica, no me tomaría ese café sin apenas leche que tanto me gustaba, no vería los niños esperando a que abrieran la puerta del colegio con sus caras de sueño y sin preocupación alguna en su cabeza..... ¿y John? ¿que sería ahora de John? cuando empezó todo aquello intenté llamarlo pero no hubo respuesta. ¿sería ahora un zombie? ¿estaría muerto? ¿que sería ahora de nuestras vidas? acabariamos muertos todos tarde o temprano....

El comentario de un hombre me sacó por unos segundos de mis pensamientos. yo no tenía ninguna prisa....¿por que tanta impaciencia, es que acaso tenía que volver a casa con su familia? ya pocos podían decir que tenían familia....

Thomas estaba sentado y eso era de agradecer después de correr durante el caos que hubo en la ciudad. El coche era una trampa mortal y aunque era caro era simplemente eso, dinero. Pensó en la enorme suerte que tuvo al llegar hasta un lugar "seguro" pero sabía que eso podía cambiar en cualquier momento, lo que le inquietaba es que nadie hubiera venido a recogerlo aun, era realmente extraño. Miró a los presentes y no parecía que nadie le hubiera reconocido. Ante la frialdad de la situacion y del caos vivido pensó que no sería mala idea presentarse.

-Bueno parece que van a tardar un buen rato aún, al menos estamos vivos es mas que nada. Mi nombre es Thomas Edginsen, ¿como os llamais vosotros?

Thomas les dedico una sonrisa confiada y tranquilizadora, en esos momentos lo que menos se necesita es mas caras serias y no amistosas

La puerta se abre de repente y entran tres personas, a simple vista cada una mas peculiar que la anterior:

-El alcalde vendrá en breve a hablar con vosotros - os dice el militar que acompaña a los recien llegados. Y acto seguido os deja allí a los seis.

Escucho la voz suave del muchacho presentándose, Alek le dedicó una mirada agria, aun no decidiéndose si a ignorarlo, contestarle o simplemente descargarse con él. Respiró hondo y exhaló fuertemente por la nariz, como si de un viejo y cansado toro se tratase.
-Dukovich- dijo como si esas palabras le provocaran un gran cansancio-. Alek Dukovich.
Lo cierto es que no se sentía para nada vivo, simplemente creía que la muerte le estuviera dando un poco de ventaja, lo dejaba correr un poco mas, alejarse lo suficiente de ella, para después caer sobre él en cuanto lo deseara y acabar con su patética vida. Pero de todos modos no se rendía. Tercamente había sobrevivido y lo seguiría haciendo mientras aun le quedara esa fuerza tosca que solo él poseía.
Observo a los dos que estaban sentados con él, no parecían estar muy bien que digamos. Ambos eran atractivos, pero el cansancio y el horror habían dejado su marca en sus rostros y su postura. No quería imaginarse como se veía él…

Justo en ese momento entraron mas personas en ese cuarto, pensó que iban a hablar pero solo dejaron a tres mas para volver a irse.

-Genial...

Un chico joven y apuesto se presentó, su voz sonaba dulce a diferencia del señor Dukovich. La verdad es que lo que menos necesitaban ahora era seguir pensado en aquello, quizás una conversación agradable vendría bien.

Doctora Emmy Stone me presenté diriguiendome a Thomas y devolviéndole la sonrisa.

Tres personas más entraron en la habitación , la verdad es que todos los allí presentes eramos muy diferentes y en cambio, ahora teniamos algo en común, seguiamos con vida....

Lorenzo entra detrás de sus compañeros, desde el marco de la puerta observa el pequeño lugar. En su interior tan solo habían tres personas mas, tres personas totalmente desconocidas. La situación era muy similar a la vivida anteriormente.
Se acerca a los tres individuos y cortesmente se presenta- Hola... me llamo Lorenzo...
Con calma y sumergido en sus pensamientos busca un lugar para poder reposar, el viaje había sido largo y tenia mucha tensión acumulada en el cuerpo.

Finalmente se apoya contra una pared, manteniendose un poco ausente del grupo.

-que era eso...? estaba vivo...?- pensaba a la vez que susurraba algunas palabras sin sentido- ...el diablo...

Entro tranquilamente en la estancia, cojo una de las sillas y la acerco hacia una de las paredes, sin prestar mucha atención a los que están dentro. Intento calmarme para estar atento a todo lo que pase y intentar escuchar algo fuera de la sala.

Master los turnos tambienn sonnn los mismos para solo dialogar no?

EDITADO POR EL MASTER: No entiendo muy bien lo que me dices, si puedes replanteame la pregunta. Sorry.

Hernán entró a la sala y vio como se presentaban los tipos de esa sala. Se acercó a Alek y le dio unas palmadas en la espalda.

- Anímese viejo - dijo medio burlándose, refiriéndose a su cara su pose de cansancio. Antes de que este pudiera contestarle o casi reaccionar, se movió al otro lado de la habitación, pasando por detrás de la doctora.

Se agarró sus pantalones caídos en la típica pose de rapero y movió su gorra con un ademán. - Fffiu, vaya vaya que tenemos por aquí! - exclamó mientras rodeaba a la chica por detrás y se volvía a situar cerca del grupo con el que había llegado.

Los tres fueron dejados en esa habitación con ellos, eso se estaba convirtiendo en toda una convención. Era obvio que ya tenían mucho camino acumulado, se notaba en la actitud del tipo duro y en los balbuceos del cura. Lo peor era el latino, la palmada en la espalda de Dukovich hizo que este se pusiera rojo de la rabia.
-Si no tienes nada mejor que hacer, porque no das una vuelta por ahí y reconoces el vecindario- su rostro era una mascara, esbozo una sonrisa de dientes amarillentos y torcidos, pero en sus ojos se veía una mirada peligrosa. No le interesaba si se metía con los demás, solo quería que lo dejaran tranquilo-. ¿Nadie tiene un cigarrillo? Mierda, desde que empezó esto que no fumo…
Las pequeñas cosas son las que lo mantienen vivo a uno, le habría gustado una buena cerveza fría, pero era más probable que tuvieran lo primero. El tipo duro parecía estar tratando de ignorarlos, pero no dejaba de escuchar lo que pasara del otro lado de la puerta. Sin duda sabia lo que hacia.

Perdona master, me expresé mal porque estaba en el movil escribiendo y debía ser breve.

Me refería a que si podemos intervenir posteando tan solo dialogando si lo vemos oportuno o si debemos esperar a que "de la vuelta" el turno de palabra.

Empiezan entrar más personas a la sala. un cura, un tipo algo extraño y el típico chulo rapero. El que más me inspira confianza es el cura, antes los otros dos no me inspiran confianza ninguna.

Hola digo sin más cuando los veo entrar.

Me siento muy incómoda cuendo el latino se acerca a mi y empieza a rodearme y a comerme con la mirada. Miro para todos los lados evitando su mirada, intento que se aburra y se vaya. No soportaba a ese tipo de chicos y me hacían sentir muy incómoda. ¿como un estúpido como esos podía seguir con vida?

Thomas mira a los nuevos que habian entrado a la habitación con una leve sonrisa, parecía que estaban saliendo bastantes supervivientes aunque el propósito de juntarnos a todos no era del todo claro y era una cosa que pensaba enterarse en cuanto salieran de ahí. Tras ver las formas de los nuevos se levantó suavemente y movió las manos en señal de calma.

-Bueno señores creo que será mejor sentarse, aun no sabemos cuanto tardarán en venir, pero lo que si es mas que probable es que nos esten mirando ahora mismo y por ahora supongo que es mejor comportarse con buenas maneras, no creo que sea conveniente hacer enfadar a los mismos que nos han ayudado ¿no?. Ademas la doctora es la unica chica en esta habitación y no creo que sea de buenas formas hacerla sentirse incomoda con insinuaciones

Thomas se volvió a sentar y mirando a los nuevos dijo.

-Perdonen mis modales, mi nombre es Thomas Edginsen, encantado de conocerles. Es una alegría que despues de esta catastrofe existan mas supervivientes emergentes.

Mirando a Alek era mas que obvio que estaba muy molesto con la actitud del muchacho que había entrado,

Señor Dukovich mantenga la compostura, estoy de seguro que este chico no tenía intencion de molestarle, Por cierto ¿Cuales son su nombres? .

Puedes intervenir cuando creas conveniente, no tienes que esperar turno de palabra ni nada de eso ;)

Otra de las cosas que odiaba es que le dijeran que hacer, el chico joven quería actuar de mediador entre ellos, y él no tenia ninguna intención de ser amable. Estaba en un mundo dado vueltas y ser como siempre había sido era la única libertad que tenia. De todos modos cerró la boca, no quería empezar una discusión aunque seria bastante relajante.
Después de todo no había dicho nada malo, simplemente lo mandó a que paseara por ahí, si se lo comían los zombis seria una gran perdida para la humanidad pero, que diablos, estaba dispuesto a superarlo.
De todos modos estaba completamente seguro que a ninguno de ellos le importaba como se comportase el muchacho rebelde. Tenia todo lo que le molestaba a Alek: era joven, creído y posiblemente pandillero. Se rasco la barba pensando que quizás había demasiadas cosas que le molestaban. El cura no seria problema, eso si no comenzaba con algún discurso o a parlotear sobre el día del juicio final, donde quiera que iba le salían con lo mismo. Y el tercero, no parecía importarle nada. Todo un grupo, si señor, seria interesante si se enfrentaban contra alguna horda. Ya se imaginaba quienes huirían primero, quienes tratarían de salvar al resto y quienes morirían. Esperaba no estar en el último grupo…

Lorenzo sigue apoyado en la pared, se deja caer al suelo y comienza a zarandearse. Había llegado a su limite, el agotamiento le estaba pasando factura- oh...dios...ayudanos...-dice entre susurros, finalmente se queda medio dormido. De vez en cuando decía alguna palabra incomprensible, hablaba en sueños.

Dos militares entran de repente en la sala y os sacan de ella con una simple palabra: "Seguirnos". Despiertan al cura con un leve zarandeo y se encaminan afuera.

VillaOso es un pequeño pueblo, sus casas están bastante pegadas entre si y casi todas parecen iguales. Os conducen a un edificio grande, un albergue. Se ve poca gente por la calle pero, desde luego, no estáis solos. Lo mismo pasa en el albergue, varias personas os saludan, sin mucha alegría en el rostro. En el edificio hay dos grandes habitaciones con literas, una para hombres y otra para mujeres. Tras depositar allí vuestras pertenencias (si es que queréis dejar algo, eso es decisión vuestra) los militares os conducen al ayuntamiento. Parece que el alcalde quiere hablar con vosotros...