Partida Rol por web

Las llamas parecía provenir precisamente de la escalera de la trampilla, pues había ardido, pero cuando Lucas se asomó para preguntar el estado de Ismael, escuchó la respuesta del hombre:

¿Alguien puede ayudarme? Se le escuchaba con voz desesperada, y sin duda era él. O quizá, fuera una nueva trampa de las gemelas asiáticas que una vez más estaban tratando de emboscarles.

La luz de la trampilla por la que habían venido se iluminó con tonos verdes. De pronto pudo leer un letrero que decía "EXIT". Pero rápidamente se desvaneció todo. Solo él había sido capaz de vislumbrarlo. Pero si algo tenía claro es que la única salida posible era através de las trampilla que estaba ardiendo.

Ismael pudo escuchar ´la voz de alguien gritando al otro lado de la trampilla. Sin duda era Lucas que lo estaba llamando por su nombre. ¿Sin duda? ¿Seguro? ¿Aquello no sería una nueva trampa de las asiáticas que estaban haciendo todo lo posible por hacerles volver a ese estado de paranoia en el que se habían encontrado desde el momento en el que habían entrado en aquel Palacio de los Deportes?

Sí, tranquilo. Dijo Elena arrodillándose ante su hermano. Estoy bien. Dijo. No sé por qué pero he desarrollado yo también poderes como los vuestros. Yo también soy ahora una de los vuestros y el fuego ese no era capaz de quemarme. No sé cómo lo hice, pero así ha sido. ¡Estoy perfectamente! Así que haz el favor de colocarte a mi lado. No te separas pues necesitamos salir de aquí y creo que yo ahora sí que puedo protegerte. Ahora a Elena se la veía mucho más confiada y segura de sí misma. Seguía sin entender nada de lo que eran o de lo que estaba pasando, pero el haber desarrollado aquellos poderes de protección como por arte de magia le habían hecho volvere mucho más confiada, y ahora se sentía con la seguridad suficiente como para proteger a su hermano pequeño.

Lucas, desde el borde de la tramilla alcanzó a escuchar una voz. 

- Eh Creo que Ismael aun está vivo allí abajo. He escuchado su voz. - Les dijo al resto. - Tranquilo! Ahora buscamos la manera de ayudarte! - Le gritó para que le escuchase. 

El policia se levantó buscando algo de ayuda, pero no veia ningun extintor ni nada parecido. Desesperado se dirigió al joven Luis.

- Eh chico, Se te ocurre alguna manera de que desaparezcan todas esas llamas? Extintores? Aspresores de agua anti-incendios? - Le preguntó al chaval. Lucas tenia una ligera idea de como funcionaba su poder, aunque era muy extraño. Cuando queria que parasen las copias los habian retenido unas cadenas, y cuando Marcial necesitaba que lo curaran la sala se habia convertido en una enfermeria. Tal vez hiciese desaparecer las llamas como por arte de magia. Pero sospechaba que seria algo mas mundano. 

Ketsu Sen rebuscaba por todos lados, pero no encontraba nada. No sabía si el calor que desprendía la trampilla y el propio suelo la estaba perturbando sus sentidos, pero no lograba otra salida.

Escuchó a la muchacha y puso una mueca que podría pasar por sonrisa Yo tengo una ligera idea de lo que te ha pasado estuvo a punto de decir, pero rápidamente se recordó qué eran esas personas: Simples monigotes que deberían servir a su propósito de salir de allí con vida.

Si es listo, habrá adoptado la textura del fuego y no arderá. La parte fundamental de esa frase era "si es listo". Ketsu Sen lo dudaba. Ismael era un hombre.

La única salida que encuentro es esa dijo, señalando la trampilla en llamas, y mirando al niño. O alguien conseguía otra salida, o él se tendría que encargar del fuego.

-Lucas! Estoy aquí abajo!-gritó Ismael.

Cierto, era posible que aquella voz fuera producto de un nuevo engaño de aquellas mujeres sanguinarias. Pero no tenía muchas más opciones donde escoger. Por un lado estaba solo y sin aparente salida, teniendo solo una posible posibilidad de reencontrarse con el resto de grupo.

También podía volver atrás, pensó, pero tenía la sensación que todo lo que habían estado haciendo hasta el momento era avanzar dejando atrás puertas cerradas por donde no poder salir.

No, aquello era lo único que podía hacer. Era un riesgo que debería correr...peligroso, pero la única opción.

-Ayudadme a subir!

Por desgracia no parecía haber más salida que la trampilla por la que habían entrado… claro que ahora la trampilla daba a un mar de llamas al cual no parecía haber otra opción que descender.

Luis miró a su hermana, aliviado al ver que estaba bien y sintiéndose algo más seguro al ver en ella esa nueva confianza, por lo que se puso a su lado como él había indicado y apretó fuertemente su mano mientras miraba a la trampilla y a su hermana alternativamente.

Tengo que apagar el fuego o no podremos salir- pensé, concentrándome en esa idea, y aunque lo primero que vino a su mente fue el agua, desechó la idea al ver a Elena, pues sin el agua no se iba no sabía si podría nadar, así que pensó en otra cosa -Frio- se dijo, visualizando como la habitación inferior se veía inundada por un potente frio capaz de apagar por completo aquellas llamas.

Fuera como fuese las llamas terminaron extinguidas. Era como si lo que hubiera estado ardiendo antes se hubiera terminado de consumir o de apagar. Así que ahora eran libres de retroceder y de reunirse con Ismael si es que él continuaba allá abajo.

Y fue entonces cuando escucharon una voz que parecía ser claramente la de él, a menos que fuera una trampa de alguien capaz de imitar la voz de alguno de los presentes.

-¡Lucas! ¡Estoy aquí abajo! ¡Ayudadme a subir!  Gritó desesperado.

Lucas pareció escuchar a Ismael y rápidamente le dijo que harían algo para ayudarle. La trampilla terminó de extinguirse y por consiguiente la escalera que subía hacia arriba se había deshecho en miles de cenizas. Ahora estaba atrapado allá abajo, sólo y...

... y algo empezó a suceder. La temperatura, que hasta hace unos momentos empezaba a ser sofocante comenzó a descender a ritmos vertiginosos, y de pronto todo comenzó a helarse. Las paredes parecían recubrirse de un tono blanquecino y el suelo se cubrió por completo de escarcha. La temperatura en aquella sala había descendido casi hasta los 0 grados, y el frío comenza a colarse en los huesos del desdichado Marcial.

Y para colmo de males, la puerta por donde habían llegado a esa sala se abrió. Y dos mujeres asiáticas aparecieron ante sus propios ojos.

Sishuja miró a Soshuke, se llevó las manos a los brazos e hizo gestos de desagrado por la temperatura de aquella sala. Daba la sensación como que ellas no tuvieran nada que ver con ello. Pero rápidamente Soshuke materializó una bola de fuego en sus manos y comenzó a agrandarla.

Sishuka sonrió a su melliza, cuyo aspecto ahora era totalmente diferente al de antes y con un gesto se lo agradeció. Mucho mejor, gracias. Dijo al sentirse un poco más caliente.

Veo que te han dejado solo. Le dijo para romper el hielo mientras sacaba un cuchillo cuya hoja era curvada. Me temo que ya no saldrás de ésta tú solo, Ismael. Hemos venido a por ti, especialmente a por tu poder. Le dijo.

Los gritos de Ismael hicieron que la asiática dejara de mirar a Luis y se centrara en la trampilla. Para ella era obvio lo que ocurría: Una trampa. Por eso decidió no ser la primera en bajar esta vez... Si bajaban. Esperaba que las situaciones que se habían dado lugar en ese circo les hubiera enseñado algo a sus compañeros.

Busquemos otra salida

-Malditas cabronas!- dijo Ismael apretando los dientes con rabia.

Era cierto lo que decía aquella mujer. Estaba solo y sus posibilidades de salir airoso de aquella encerrona eran bastante poco posibles. Pero no se daría por vencido tan fácilmente... Por unos segundos, la imagen de sus hijos aparecieron en su mente. No podía morir sin decirles los importantes que eran para él, de lo que sería capaz de hacer para estar de nuevo a su lado, de conseguir que su vida fuera como la de antes.

-Veo que lo estáis consiguiendo... Separarnos uno a uno, para poder acabar con nosotros. Una táctica realmente cobarde... Pero os aviso que conmigo lo vais a tener jodido. Puede que no tenga un gran poder, pero una cosa la tengo bien clara: si queréis algo de mi, vais a tener que sudar para conseguirlo!

Ismael se concentró, puede que por última vez, para transformar de nuevo su cuerpo. La mejor opción era de la obtener algún tipo de poder del frío que reinaba en la habitación. Puede que pudiera congelar, endurecer su cuerpo como el hielo o lanzar un alud con la mirada... Quién sabe, era cuestión de sobrevivir!

Lucas, intentando ver a Ismael para ayudarle a subir, se tumbó en el suelo junto a la trampilla. 

- Donde estás! No te veo! - Le gritó. Se agarró al suelo, tratando de clavar sus acerados dedos de una mano en el suelo para hacer fuerza y subir a Ismael. - Acercate y salta que te cogeré y te alzaré! - Le gritó tratando de ayudarle. 

Al escuchar la voz de Ismael, Luis se giró en dirección a la trampilla, observándola con suspicacia.

No hay otra- le dijo Luis a Ketsu cuando la escuchó, sin apartar la mirada de la trampilla. Demasiadas cosas había visto en ese sitio como para no sospechar de una trampa, y sabiendo que si bajaba, Elena bajaría con él, no quiso ponerla en peligro… el hecho de si realmente era Ismael o no, no le importaba. Claro que por desgracia, la única salida de allí parecía ser la trampilla, así que tenían que bajar de todas formas.

Tengo que ver que hay abajo- pensó Luis mientras miraba la trampilla -Comprobar si hay peligro- se dijo, decidido a evitar cualquier peligro para su hermana. Y para ello, tenía que bajar… o bajar algo en su lugar.