Partida Rol por web

Asiento sin voltear a mirar a Matt, siento como si hubiera regresado al principio de la carrera... voy a empezar a correr de nuevo, pero esta vez inicio cansado y estoy compitiendo con... no están a mi lado, están detrás y vienen por mi... no importa si estás cansado, corres o te mueres.

-Necesitamos balas, muchas balas... ¿quién sabrá cómo hacerlas? eso y entrenar, solo disparar a la cabeza. Necesitamos empezar a eliminar todos los enemigos... retornados u hostiles. -Mi mente divaga en muchas cosas, la monotonía de la carretera me hastía cada vez más rápido y más en este momento... así que divago.

La furgoneta se detiene. Tras tantos kilómetros recorridos, tras tantos mordedores que hizo puré, tras tanta adrenalina que se condensó dentro de su chásis.

Miré por la ventana que daba a la parte trasera la reacción del resto. Jae estaba absolutamente emputecido, lo comprendía.

Al salir ambos, armados, yo tomé un bidón de combustible mediano que yacía a mis pies junto a una manguera plástica, lo habíamos dejado allí esperando recoger petróleo refinado de algún vehículo que nos cruzáramos. Pedí a Amandha que me cubriera y me dediqué a recuperar la gasolina (¿o funcionaba a diesel?) que pudiese.

-¿Estará bien el otro grupo?- pregunté retóricamente a Jae y Amandha mientras nos dirigíamos lentamente al vehículo donde estaban los demás.
Sería un viaje apretado, sin dudas.

Me quedé mirando hacia atrás, despidiéndome de la furgoneta. No me había podido dar ese lujo con muchas personas desde que todo esto comenzó, la ironía me sentó agridulce.

Cuando Roland detiene la suburban bajamos para ayudar a pasar lo más que se pueda de la furgoneta, al subir miro a Amandha aunque no le digo nada, ya habrá tiempo después para preguntarle qué demonios estaba pensando al irse de esa manera y sola en busca de su prometido, pero en fin lo principal es que está viva.

Nos acomodamos como se puede en la parte de atrás y continuamos el camino. Apesar de haber tenido "éxito" en la misión no se puede percibir un buen ánimo, a final de cuentas perdimos el St. Rosalie y a Franklin, no, aquello no era para celebrarse. El futuro que se nos plantea ahora es bastante incierto, pero vamos que es el mismo que al que me enfrentara tan solo unos días antes de encontrarme con el grupo de Matt, sería que por un breve momento realmente creí que había encontrado un sitio en el cual ya no tuviera que estar peregrianando. -"En fin, de nada sirve llorar por la leche derramada"-  Ahora solo es concentrarse en el viaje y cómo sobrevivir (lo que es el pan diario de cada día), no me creo demasiadas expectativas de lo que encontraremos en Washington, a estas alturas seguramente no habrá mucho que encontrar.

La voz de Roland llamando por radio al otro grupo me saca de mis pensamientos, Matt menciona la última comunicación que tuviera con Mike, de eso ya hace bastante rato desde el día anterior. En verdad espero que el silencio sea una buena señal de que están con bien. Recargo la frente en el cristal de la ventanilla, observando el paisaje desolado al pasar sin dejar de estar atenta a cualquier peligro que pueda notar.

El más rezagado, Mike, consiguió salir de ese maldito infierno. Thomas suspiró con alivio. - ¿Estáis todos bien? - Con evidente preocupación formuló lo preguntó con sus ojos azules que se posaron en unos y otros. Todos vivos, en apariencia, aunque no ilesos. La herida del joven enfermero era tan evidente como preocupante, y pese a que en principio él se encontrase bien, sería cuestión de tiempo que su contador llegase a cero y convertirse en un monstruo más, al igual que el resto que se encontraron durante días y meses sin tregua.

Un monstruo devorador de carne humana, incansable, insaciable, carente total y absoluta de razocinio y restos, de lo que una vez fue el joven lleno de buenas intenciones pero inseguro. Y es entonces cuando se percató de la gravedad de su situación. Mike no perdió tiempo en examinarla, pese a que curarla sería en vano, la infección había empezado, y ya nada la podría detener.

Apretó los dientes angustiado, y el otro llego a la misma conclusión. - Tengo suerte de que ha sido ahí, si llega ser en el torso estaría acabado. - Comentó con una sonrisa tranquila y triste en un intento de ser optimista sin conseguirlo del todo. La sugerencia de perder la mitad de su brazo izquierdo y la consiguiente mano le provocó un escalofrío, no obstante, devolvió la mirada al marine y estuvo de acuerdo. - Sí, es lo que hay que hacer. Gracias Mike, pensé que tendría que suplicarlo. - Añadió sin perder aquel timbre de voz.

Antes de que Alexandra encendiese la fogata, Thomas miró a Jenine con una medio sonrisa tranquilizadora y rebuscando en su bolsillo. - Necesito un favor Jeanine, cuida de esto, es de Jae, si no lo consigo, ¿podrías dárselo y decirle que lo siento? ¿lo harías? - Le rogó a la morena mientras tendiéndole un objeto pequeño, en forma de colgante que guardaba celosamente una foto presumiblemente familiar, con contenidas lágrimas, consciente de que existiese esa posibilidad, no por el mero de hecho de perder una extremidad y la futura limitación, si no de que con limitados medios no sería tarea nada sencilla la que le esperaba al rubito. Complicada y dolorosa hasta el extremo.

Gotas de sudor frío empezaron a humedecer el pequeño y lampiño cuerpo del chico, y buscó algo que le ayudase a contener el desgarrador grito de dolor que le esperase. Cogió unas telas y las hizo un buruño. - Entonces, ¿sabes lo que tienes que hacer, no? - Que Mike supiese todos los pasos le tranquilizó bastante, aunque los nervios seguían creciendo. - Golpe seco, cauterizar, desinfección, y vendaje. - Intentó permanecer tranquilo. - Por favor. Y si esto no funciona, un disparo a la cabeza, no quiero convertirme en uno...en uno de esos monstruos. - Rogó el chico, no quiso morir, pero tampoco acabar convertido en una de esas cosas y acabar atacando a la gente que había compartido supervivencia y angustias. Más cuando le habían salvado su vida, pese a estar en entre dicho su integridad.

Se metió aquel improvisado buruño en la boca con la intención de que él no llamase más infectados. Le echó una mirada al chico que se había convertido en un verdugo, que había echado su última esperanza en seguir aquel viaje apostando su extremidad, o ella o él. La respuesta fue absoluta. Tenía que aguantar aunque sea un día más. - "Un día más por favor." - Se dijo a sí mismo en su mente, cerró los ojos y esperó que fuese rápido, mientras gotas de sudor y algunas lágrimas recorrieron su asustada expresión. Sabía que era lo mejor, así que no opuso mucha resistencia.

El hacha bajó de forma rápida y contundente que sesgó en dos desproporcionadas mitades. Por fortuna, el chico no aguantó tal impresión y acabó perdiendo el conocimiento tras un ahogado grito que fue amortiguado por la tela, lo que facilitaría el cierre de la herida. Al menos no sufriría más. Restaba que su cuerpo consiguiese soportar el infierno médico que le esperaba ante aquella arriesgada apuesta.

Extiendo el brazo hacia Jeanine quien se ase a él para salir rápidamente, tiro fuerte, noto que ya no entreno a diario y no estoy en mi perfecta forma física pero la adrenalina que corre por mis venas suple y supera a la fuerza que alguna vez pude tener para golpear en el ring y con un grito subo a Jeanine. Una vez arriba la muchacha está temblando y la abrazo, siento en su pecho su corazón latir a mil por hora como si se le fuera a salir, y no es para menos pues había estado apunto de morir. Parece recobrar el aliento, tranquila, te has desenvuelto muy bien, yo… – me interrumpo y esbozo una ligera sonrisa que detengo cuando Jeanine se gira hacia Alexandra para ayudarla a sacar a Thomas.

Una vez fuera, Thomas, quien extrañamente parece calmado, quizá resignado, bosqueja una sonrisa mientras se mira el brazo que gotea sangre… pero se olvida de si mismo y extiende el brazo para ayudar a Mike. Yo, aún confundido por verle tan entero, soy incapaz de reaccionar pero Mike se agarra a la extremidad sana de Thomas y sale ayudado también por Jeanine quien tras la experiencia se muestra fuerte. Las desgracias y macabros sucesos que ocurren a nuestro alrededor sirven para endurecer y fortalecer el grupo.

Como buen soldado, nada más poner los pies en el suelo Mike se mueve como un autómata y da órdenes, estos chicos son de acero. En un segundo ya ha sacado el botiquín y nos comenta a todos que debe amputar el brazo. Trago saliva mientras escucho sus palabras tratando de asimilarlas, asiento con la cabeza sin decir nada, no sabría el qué. Oigo vomitar a Alexandra, no es para menos.

Yo sigo parado mientras Alexandra comienza a hacer un fuego y Mike vuelve del camión con una cuerda y un hacha, hermano, esto va en serio. Thomas está sobrenaturalmente sereno dando instrucciones del modo de hacerlo como si estuviera a punto de entrar en quirófano, se muestra tranquilo, le entrega algo a Jeanine y se acerca para que lo sujete, como había dicho Mike. Hago un abrazo del oso a Thomas mientras recuerdo el discurso de coraje que le lancé rodeado de mordedores, para disgusto de Stan, y le susurro esta vez unas breves palabras ánimo, todo saldrá bien, miro a Jeanine con el objeto en las manos y asiento queriendo expresar con la mirada lo mismo que le he dicho a Thomas, mientras pienso lo bien que nos vendría ahora Jae no hay tiempo para más. En un golpe seco, quizá practicado, Mike cercena limpiamente el brazo de Thomas y éste no opone más resistencia desmayándose. He estado tan atento de sujetar a Thomas y pendiente de lo que hacía Mike que no se como Alexandra se acerca con un cuchillo al rojo vivo, lo he visto antes en muchas películas. Con cuidado dejo a Thomas en el suelo mientras observo a Alexandra aplicar el cuchillo sobre la sangrante herida, se escucha un ruido que parece el que hace un filete sobre una plancha, el olor a carne quemada que emana impregna todo.

Alexandra no pudo evitar sentir nauseas al cauterizar la herida, aún así siguió colocando el cuchillo hasta que le pareció que el trabajo estaba hecho. Miró a Thomas, había sido lo mejor que perdiera el conocimiento antes de aquello.

-Listo- se levantó dirigiéndose a Mike quien esperaba le vendara la herida.

Sintió que su cuerpo temblaba ligeramente, un temblor involuntario por todo lo que había vivido, pues por más que ella se empeñaba en no dejar que las cosas la derribaran, no dejaba de ser humana y hacía tan solo unos minutos que había encarado muy de cerca la muerte logrando evitarla para luego auxiliar al enfermerito y su brazo mordido. Se sacudió un poco tratando de alejar el temblor, no quería que los demás lo notaran. Se llevó las manos a los brazos y el contacto con la tela mojada le recordó que toda ella estaba empapada, oliendo a podrido. Caminó hasta su mochila de la que sacó un cambio de ropa, tomó además una manta y una botella de agua y se fue a un costado del vehículo para no estar completamente a la vista, aunque debido a la situación de Thomas dudaba mucho que alguno de los demás reparara en ella. Se quitó toda la ropa, abrió la botella dándo un trago con el que se enguajó la boca y luego escupió, con el resto se limpió la cara y el cabello; con la manta hizo las veces de toalla secándose para vestirse con rapidez desde los interiores hasta el jean y una playera. Las botas las secó lo mejor que pudo -"Sería bueno tener periódico para que se secaran mejor por dentro".

En unos pocos minutos regresó con el grupo sintiéndose mejor al estar más o menos limpia y seca.

-Tendremos que buscar rápido otro sitio para pasar la noche. Solo asegurémonos que nuestra próxima elección sea mejor que esta- le dijo a Mike.

La pelirroja sonrió pensando en lo irónico del asunto, ellos habían dejado el St. Rosalie debido al peligro que representaba quedarse y a poco estuvieron todos de haber muerto, en definitiva ningún lugar era ya seguro.

me dirijo herido a mi habitación mientras entran retornados al recinto, cierro mi puerta a cal y canto, abro mi botiquín y me aplico un sobre de celox y luego un vendaje compresivo

me tomo un antibiótico para evitar infecciones y me quedo sentado durante unos 5 minutos descansando y pensado, se escuchan por el hospital os ruidos de los retornados como van invadiendo lo que antes era nuestro hogar, me asomo por la ventana y veo que en la parte de atrás no hay retornados ya que todo el ruido ha sido en la parte delantera, recojo las cosas que pueda meter en la mochila y que este comodo para salir por la ventana, vuelvo a mirar , saco la escalera de emergencia y la instalo en la ventana, sigue sin haber ni un retornado.

cuando llego a la altura de los generadores los pongo a plena potencia, para producir un cortocircuito en el hospital y que salte todo por el aire incluido el vehículo negro blindado

me monto en la liebre y me largo por el camino de tierra por el que vine la última vez que era todo campo y no había casas, que la carretera era de tierra, en unos 15 minutos aproximadamente el hospital saltara por los aires y yo estaré lejos, por el camino de tierra en dirección al almacén, que con todo el ruido que se ha formado no quedara ni un retornado en muchos kilometros a la redonda y como en el camino de tierra no hay casas no abra retornados, la explosión la escucharan estos.

- cuando tenga el almacen a la vista avisame o te roleo todo lo que hare de seguido hasta que vaya en busca del grupo??

Alana se queda sin palabras y prefiere no mirar pretextando vigilar el área, la zona es desértica y el único sonido es el del acero al rojo vivo cauterizando la herida del joven enfermero.

Rápidamente Mike con ayuda de Brianna desinfectan con alcohol la herida cauterizada y le aplican un vendaje para proteger lo que le resta de brazo.

Jafreese y Mike cargan al enfermero y lo colocan en la parte trasera del camión haciendo espacio entre las cosas que hubieran rescatado del St. Rosalie.

Todos se apresuran a movilizarse a los vehículos ya que la noche ha caído y el lugar se torna bastante inseguro, Mike Sanders avanza con el pesado camión mientras Brianna y Jafreese los siguen por unos minutos hasta un claro a campo abierto donde al menos a varios metros a la redonda se puede apreciar perfectamente cualquier movimiento que se acerque amenazante.

Después de que se instalan con algunas tiendas de campaña y en los vehículos una breve cena y una freca noche los envuelve, Brianna es la que se dedica a vigilar al Thomas quién es víctima de una intensa fiebre, le coloca en la frente un pedazo de tela mojada para intentar disminuir el síntoma de una posible infección.

La noche pasa demasiado angustiante mientras se turnan la guardia los sobrevivientes, el amanecer los sorprende con un Thomas visiblemente afectado por la fiebre, la cuál se extiende hasta casi mediodía.

Mike Sanders se comunica por radio con el grupo restante.

BZZZZZZ.... AQUÍ MIKE SANDERS... NOS ENCONTRAMOS ALGUNOS KILÓMETROS DESPUÉS DE OAK RIDGE... BZZZZZ...-

La noche se hizo eterna a Thomas, haber perdido un miembro de forma drástica, fue mucho para su cuerpo, sin contar el hecho de que la infección del tan extraño como temido virus podría no haber desaparecido de su cuerpo, si no más a extenderse hasta el tronco lo cuál significaría la muerte. No le quedó otra más que luchar entre delirios, algunos nombres, como el del veterinario, otros de sus hermanos, Laura y Gregor, mayores que él, también el de sus padres.

Agitaciones, sudor frío, quejidos. ¿Cuánto tiempo le quedaría al enfermero? Difícil saberlo. Solo faltaba esperar, las primeras horas serían cruciales, la primera noche crítica, donde se decidiría su destino tan incierto. Su estado precario tenía altibajos. Y solamente su fuerza de voluntad, sus ganas de vivir, y su resistencia determinarían si viviría otro día más. Igual que si lanzase una moneda.

Por momentos parecía que lo conseguiría, y de pronto más agitaciones y delirios. Envuelto en su propia pesadilla habló en sueños con su familia y con algunos nombres conocidos. Charlas sin sentido fruto de la fiebre. En las peores partes de la noche, en los momentos más cruciales, mencionó el hospital, y no paró de repetir una vez a los bebés con voz angustiosa y llena de impotencia y desesperación.

Sin embargo, fueron los menos, más de la mitad de la noche estuvo tranquilo en cierto modo, dudando incluso si estuviese vivo por la respiración lenta y silenciosa.

Jae nota un nudo en su estomago cuando escucha lo que dice Matt sobre la ultima comunicación de los del otro grupo. El coreano mira a Stan con cara de preocupación, estaba claro que su pregunta de antes estaba mas que respondida. 

-Esto no tiene buena pinta.... Farfulla para si mismo el coreano mientras mira por una de las ventanillas del coche. En el mapa quizá salga algún sitio que nos pueda dar alguna idea de hacia donde pudieran ir. Jae apoya su frente sobre el asiento delantero mientras nota como su corazón se acelera. 

Se sentia como aterrado como la primera noche en el hotel nada mas llegar al país. En esa ocasión se sentía como si el mundo se hundiera bajo sus pies y no podía hacer nada por su familia que estaba en la otra parte del mundo. Ahora era lo mismo pero en una furgoneta, pero esa sensación de miedo que sentía por su familia, seguía siendo exactamente igual. ¿Matt cuanto tardaremos en llegar? Pregunta mientras se incorpora para mirar al militar.

La dura realidad era esa. No podíamos confiarnos nunca. Cogí el colgante de Thomas con tristeza y asintiendo a las peticiones del enfermero. En algún momento todos acabaremos como él... o como los del foso putrefacto...

Me quedé mirando mientras le sujetaban. Y mis hombros dieron un leve brinco cuando se hizo el hachazo. *Joder Thomas... 

La noche siguió larga, muy larga. No paraba de pensar, y no me dejaba dormir. Entre todo lo sucedido, no supe encontrar a Mimi después de lo sucedido... no apareció por ningún lado. Y los murmuros de Thomas... delirante....

Al final, acabé rendida ante la noche y desperté con los demás. Por fin había descansado... *Me siento rara... demasiado tranquila.

Me acerco a Brianna que cuida de Thomas. -Hola... Como está? - veo que tiene un aspecto más apaciguado, después de pasar la mañana con fiebre, parecía que por fin había remitido un poco. 

BZZZZZZ.... AQUÍ MIKE SANDERS... NOS ENCONTRAMOS ALGUNOS KILÓMETROS DESPUÉS DE OAK RIDGE... BZZZZZ...-

El mensaje de Mike Sanders me impide responderle a Jae, a lo que activo rápidamente el contacto con el otro grupo.

-BZZZZZ... ACÁ REAGAN... ¿DONDE  SE ENCUENTRAN EXACTAMENTE?... ESTAMOS A PUNTO DE LLEGAR A LA INTERSECCIÓN ENTRE LA 75 Y LA ESTATAL 162... BZZZZZZ... MIKE... MIKE... BZZZZZ...- La señal se corta y ya no hay respuesta. -Estamos a menos de 40 minutos de Oak Ridge...- Le respondo a Jae y luego me dirijo a Roland. -No nos detedremos en el pueblo, seguiremos de largo por la estatal 162... deben haber acampado a las afueras...- regreso a mi lugar fijando la mirada en la carretera mientras Roland imprime mayor velocidad al vehículo.

En silencio llegamos hasta el poblado de Oak Ridge, nos recibe una placa de metal la que parece un memorial de lo que fué la ciudad.

Las amplias avenidas y sus casas pintorescas indican que en algún momento fué próspera, pero ahora abandonada y con varios cuerpos infectados deambulando por las calles de esa ciudad entiendo el por que nuestros compañeros decidieron pasar de largo.

Seguimos de frente cruzando el pueblo y en menos de 20 minutos ya estamos a las afueras de la ciudad, después de unos minutos de camino notamos una desviación casi imperceptible, una manta verde militar cuelga deliberadamente de un árbol, Mike la debe haber dejado ahí para señalarnos la desviación que tomaron, le indico a Roland que entre al terreno, después de unos cuantos metros percibimos la caravana montada en posición defensiva, el camión y las dos camionetas junto con algunas tiendas de campaña y una fogata casi imperceptible.

Los hemos encontrado.

Había sido una noche muy larga. Entre la adrenalina acumulada, la incomodidad del lugar y las guardias, la pelirroja poco había podido descansar. Una noche demasiado diferente a la anterior, se preguntaba cuanto tiempo pasaría para volver a tener una noche así y si en verdad la volvería a tener algún día. Levantándose se desperesó,el cuerpo le dolía. Tomó agua para después ver su reflejo en el espejo de la camioneta. -Estás para dar un susto Alexa-el reflejo era la de una chica más pálida de lo acostumbrado con unas terribles ojeras. Se pasó los dedos por el cabello tratando de desenmarañarlo, lo olió y arrugó la nariz, el olor a podrido no se había ido del todo. Suspirando comenzó a hacerse una coleta alta, en eso estaba cuando escuchó ruido de vehículos, por instinto tomó el arma apuntando hacia donde provenía el sonido. -Atentos, alguien se aproxima-alertó a sus compañeros. Entrecerró los ojos escudriñando a los que se acercaban, entonces una sonrisa acudió a su rostro al reconocer a los recién llegados.

Nada que destacar del camino, la desolación y destrucción se puede notar cada que nos aproximamos a cualquier signo de civilización que pudo existir. Vehículos abandonados es lo más común, mayor presencia de retornados, cioasas abandonadas, cuerpos destrozados... la muerte es el pan de cada día y a pesar de ser cada vez menos sensible en cuanto este tópico, espero nunca llegar a acostumbrarme del todo.

Mike se reporta nuevamente, una buena señal o eso me agrada pensar. Pasamos de largo el sitio que nombró Mike y nos topamos con una señal de hacia donde debemos dirigirnos. -Allí están. -Algunos detalles me dan a pensar eso aunque no los halla visto diréctamente y mediante nos acercamos van apareciendo algunos de nuestros compañeros. Detengo la suburban y bajo.

Lo que veo me tranquiliza un poco. -Está bien

Habíamos viajado un largo tramo, preocupados por la falta de respuesta, cuando finalmente Mike responde por la radio. Me volteo casi de un salto en el pequeño espacio que ocupaba en el vehículo.

Recorrí con menor ansiedad la hora que nos quedaba de viaje para alcanzar el destino. Había habido bajas, dolor y agotamiento pero finalmente llegaríamos con los demás.
Sabía bien que ahora deberíamos volver a sobrevivir, como antes del Campo de Golf, arriesgándonos todo el tiempo. Pero la gente que estaba a mi alrededor eran capaces y, pese a parecer locos, confiables.

Habíamos llegado, bajo del vehículo y pregunto -¿Qué ha pasado?- intentando una sonrisa y con el rifle a cuestas.

Al verlos bajar Alexandra sonrió más, entonces su vena de impulsividad volvió a dominarla y bajando el arma corrió hasta Roland abrazándolo por el cuello al tiempo que le dió un beso. Realmente hacia muy poco de haberse visto pero dadas las circunstancias habían pasado por mucho, además la pelirroja necesitaba un alisiente de que seguía con vida y que lo importante era el aquí y ahora. Al separase le volvió a sonreír, aunque extrañamente no encontró mucho paradecir. Miró a los demás, estaban todos más la razón de que se hubieran dividido, la trigueña. Stan preguntó por lo ocurrido y Alexa pensó que lo mejor sería que uno de sus compañeros del campo de golf se lo dijera o bien lo viera por él mismo. -Tuvimos un desafortunado incidente...Jafresee podrá contarte-

-Tuvimos un desafortunado incidente...Jafresee podrá contarte-

La curiosidad muta nuevamente en preocupación cuando escucho las palabras de Alexandra, miro hacia Jae, buscando respuestas en él, respuestas que claramente no encontraría. Hago una señal con la cabeza al asiático para que me siga y troto hacia donde están los demás vehículos.

-¿Qué? ¿Qué sucedió?- pregunté preocupado mirando a los lados. Intenté encontrar a Jafreese, la pelirroja había dicho que el podría tener respuestas. Ya estaba hasta las bolas de malas noticias.

Antes de que pueda responderle Matt, todos escuchan la voz de Mike por la radio. Están bien... Dice en voz baja el coreano mientras se acomoda de nuevo en el estrecho asiento. 

El resto del viaje permanece callado, solo se dedica a mirar por la ventanilla observando su reflejo lleno de sangre en el cristal de la ventanilla. Esa imagen era un recordatorio constante de lo que estuvo apunto de pasarle de no haber intervenido sus compañeros. 

Tras no se sabe cuantas horas de viaje, finalmente llegan a un pueblo llamado Oak Ridge, pero Matt sugiere que habría que buscarlos a las afueras a lo que Jae asiente con su cabeza mientras sigue mirando por la ventanilla. Al llegar a las afueras Matt divisa una manta que indica la entrada a un pequeño camino y sugiere que quizá sean ellos. En ese momento el coreano reacciona y mira hacia delante viendo por fin su reflejo en un espejo de verdad. -Parezco uno de esos seres..... Piensa pero sin darle mucha mas importancia al ver un poco mas adelante los vehículos de sus compañeros.

Algo mas tranquilo Jae suspira mientras observa como sus compañeros bajan del vehículo. - Estará todo bien, estarán todos bien... Va pensando mientras sale del coche y camina detrás de Stan. De pronto Stan pregunta que es lo que sucedió y Jae puede escuchar como una voz de mujer le responde. Era la pelirroja y por lo dicho algo malo a pasado y lo peor es que solamente afecta a Stan y a el. 

Jae nota como sus rodillas fallan un par de veces pero consigue aguantar lo suficiente como para adelantar al docente y dirigirse en busca de Jafreese y el resto.

En cuanto oigo ruido de vehículos, salgo a ver que sucede. Por fin nos re-encontramos. Al parecer todos han llegado... todos?...

Permanezco de pié, inmóvil, con cara de circunstancias y las manos sujetando algo. Cuando les veo bajar no puedo evitar sentir una enorme sensación de alivio. Primero veo a Stan y luego a Jae. Estoy bastante pálida. 

Hablan con Alexandra y luego se acercan en busca de los demás. Si me vienen a recibir con una sonrisa yo no puedo devolverles lo mismo. Me acerco dos pasos a Jae y le extiendo el objeto que tengo en mi mano. Mientras trago saliva.

Un objeto pequeño, en forma de colgante que guardaba celosamente una foto presumiblemente familiar.  Aún no sé como decirle la "peor" parte... así que me limito a decir - Venid... está despierto. - Entonces les dirijo a la tienda de Thomas para que entren y lo vean por ellos mismos. Miro de reojo a Jae...

...

Definitivamente no sé como actuará cuando no encuentre a Mimi por ningún lado.