Partida Rol por web

- No os falta razón, y también yo sopesé entre ambas rutas. Reconozco que si elegí la que os he comentado fue por el gran número de colonias. Es cierto, será una zona peligrosa, pero a río revuelto, ganancia de pescadores. Además, los mercantes sin duda irán de una a otra colonia, y nuestra velocidad, y la gran cantidad de islas, es probable que nos permitan huir de los barcos mas peligrosos, gracias a nuestro pequeño calado... Pero lo que observais no es ninguna tontería. Ambas rutas nos pueden dar grandes beneficios. Probablemente la que yo señalo conlleve algo mas de riesgo, pero también un mayor número de presas potenciales. En la que señalais corremos el peligro de estar durante mucho tiempo sin encontrarnos con presa alguna posible, lo que podría mermar la moral de la tripulacion

Me acerco a las bellas mujeres que se alejan en tierra firme...-No os inportará que os acompañe,¿no?- comento cojiendolas por la cintura...-si no valen vuestros encantos,o por si alguien se os sobrepasa,tres aceros son mejor que dos.-

Sentí una mano posarse en mi cintura y antes que pudiera replicar, escuché la voz de Jack. Por un momento creí que no podría ocultar lo que pasaba por mi cabeza pero pronto me pude controlar.

-Una ayuda siempre es bienvenida, ¿no, Mony?-dije guiñándole un ojo a mi compañera.-Esperemos que el señor Swann no se arrepienta de esta empresa.

Lo miré a él y sonreí como si no sucediera nada entre nosotros.

Bien, de nuevo en tierra, lo primero de todo, a echar un traguito.
Me dirijo a una de las posadas del lugar, en busca de un trago de ron y de alguna joven a la que atraer con mis rarezas inglesas o a la que deslumbrar con mis acrobacias o juegos varios.

-Claro, si un hombre es útil...no hay por que desaprovecharlo.-contesto a mi compañera picaramente.

Le sonrío a Mony y sabe que estoy de acuerdo con ella. Nuestro paso por la taberna es muy importante y logramos conseguir algunos hombres pero aunque nadie me lo dice, sé que algo ha pasado con Jack y aunque sea atándolo conseguiré sacárselo. Pero no sé cuán pronto, pues por desesperante que esto sea, no sé cuándo partiremos y los días en altamar se me hacen eternos.

Me presento ante el rojo por si me quiere encomendar alguna otra tarea.

tras haber robado una manzana camino feliz mente entre los puestos, no a sido facil sustraerle la pieza de fruta al tendero con toda la gente que me rodeaba, ahora quizas coja algo mas... o no... miro en direccion acia otro puesto, un puesto de baratijas y chatarra, mierda! digo mientras veo que el vendedor me ve y busca con los ojos un guardia, me a reconocido doy media vuelta y agilmente me escabullo entre la gente portuaria en direccion acia el barco, si no me ve entrar en el alli estare a salvo.

Cuando te presentas en el barco a preguntarle a Adam si hay algo mas que puedas hacer el primer oficial del barco está de un humor de perros. Se ha desabrochado la casaca y está sentado en la sala de mapas, con una botella de ron abierta, y el sombrero sobre la silla. Da largos tragos a su bebida, y al escuchar como la puerta se abre mira en dirección a la misma con visible enfado

- ¿Quién mierd....? - deja morir el juramento al ver que eres tú y da un nuevo trago a la bebida- Eres tú. Ya veo. Dime qué quieres Kat. Y cierra la puerta detrás tuya. No estoy de humor para conversaciones multitudinarias - luego parece recordar algo- ¿Cómo fue el reclutamiento?

Cerré la puerta tras de mí, un tanto cohibida por la bienvenida de Adam.

-Yo..., bueno, si lo desea puedo volver en otro momento-digo cerrando la puerta pero sin soltarla.-La reclusión ha ido bien, conseguimos a cinco hombres, señor. Creo que servirán, son jóvenes en su mayoría y vigorosos, confío en que si dan problemas, los hombres nuestros los reduzcan. Eso en líneas generales, ya tendrá tiempo de juzgar por sí mismo...

Me acerco un poco a donde esta sentado, veo su sombrero y el ron, parece que no fue un buen momento después de todo.

-Insisto, Adam... Si molesto...

Adam negó con la cabeza

- Ese maldito petulante hijo de mala madre del gobernador no quiso recibirnos. Y dio a entender que la captura del mercante no era "nada importante". Mal rayo me parta si tarde o temprano no le hago tragarse sus palabras. - dijo tras pensar unos segundos- Buen trabajo con los tripulantes, Kat. Está visto que el capitán sabía lo que hacía cuando te reclutó - Adam te mira a los ojos y luego te repasa de arriba abajo- Saldremos esta noche... pero aun estamos en tierra. .- reflexiona en voz alta casi para sí mismo- Sois una mujer hermosa. No molestais en absoluto. Y si aceptais beber conmigo, molestareis aun menos - digo tendiéndole la botella

Me acerqué un poco más y luego de escucharlo, me senté frente a él. Cierto, quizás no era lo mejor que podíamos hacer con aquella excelente tripulación pero debían de darnos un poco de tiempo. Cuando sus palabras se dirigieron hacia mi hermosura, sonreí con aire displicente, sabía que no era tan así; si no fuera una pirata, nadie me vería, excepto..., quizás, Jack. Recargué mis codos sobre la mesada y lo miré a los ojos.

-Una buena bebida no se rechaza nunca...-dije.-Y entiendo tu malestar pero bueno, ya tendremos oportunidad de callarle la boca al gobernador. De hacer que se trague sus palabras. Somos fuertes, tenemos de todo en la alineación, no dudo que pronto seremos tan temidos, que nos convertiremos todos en leyenda, Rojo...

- Tal vez... tal vez. Adam da un trago a su bebida y te acerca la botella para que bebas o te sirvas una copa a tu gusto. Luego se levanta con un punto de molestia- Pero el tal William debe moderar su comportamiento. Por ahora ha sido de tanta utilidad al barco como su rata. Y eso no es bueno. Ya es suficientemente malo tener que evitar que la disciplina desaparezca en la tripulación como para encima preocuparse de un idiota que no quiere hacer nada. Si sigue así va a tener un accidente. Más pronto que tarde. - Adam está evidentemente molesto con lo ocurrido con el gobernador, y espera a que bebas antes de continuar- Y bien, habías venido a verme, ¿qué quieres Kat?

Observo la botella y bebo de ella, limpiándome con el dorso de la mano al quitarla de mis labios; no dejo de escuchar con atención, la verdad es que yo estaría tan molesta como él pero también, sé que hay que intentar tranquilizarnos.

-William no es toda la tripulación-lo sigo con la mirada.-Quizás deberíamos intentar que haga algo, ver si puede servir para algo o bien, echarlo a los tiburones en caso de que no sirva para nada pero soy de la creencia de que todos servimos para algo. Algunos para cosas buenas y otros para cosas malas.

Levanté un poco la vista, volví a beber y le entregué la botella.

-Vine a preguntarte si deseabas algo más o si había algo más que pudiera hacer-respondo.-Pero quizás no ha sido bueno el momento, Rojo.

Adam mira a Kat fijamente y avanza unos pasos hacia ella, cogiendo la botella y sirviendose una copa mas, para luego dejarla sobre la mesa.

- Yo también creo que sirve para algo. Lo que me niego es a que no haga nada. Sirve para algo. Perfecto. Pues que empiece a hacerlo en beneficio de nuestro barco o lo uso para demostrar a la tropa las bondades del látigo sobre la gandulería. - tras estas palabras Rojo se queda pensativo y mira por uno de los ojos de buey al puerto- Ha hecho un buen trabajo por ahora, Kat. En cuanto a si deseo algo más... aun estamos en tierra Kat. Y sí, efectivamente hay algo que deseo. Alguien en realidad. Y en efecto hay algo que puedes hacer - dijo Rojo mientras se acercaba a tu espalda y te ponía sus fuertes manos con suavidad sobre los hombros.

Al sentir sus manos en mis hombros, sólo puedo pensar en una cosa pero me obligo a no pensar en ello porque siempre me puedo equivocar, mejor saber qué es lo que quiere de su propia boca. No me muevo, lo miro de reojo y respiro profundo.

-Sé que aún estamos en tierra... Lo que no sé es qué o a quién quieres y en qué puedo serte de utilidad-vuelvo a beber un poco de su botella.

Conservo la calma, siento como el barco se mueve en un vaivén que invita al descanso, a las horas de sosiego y pienso en Jack.

¡No está pasando!

Mi corazón late desacompasado pero me digo que aún debo esperar por sus palabras, esas son las que importar.

-Haré lo que esté en mis manos, Primero de bordo-digo con una mueca que intenta ser una sonrisa.

Las manos de Rojo ascienden por el cuello de Kat, acariciandole la nuca con un punto de rudeza. Las palabras de la mujer son todo lo que Rojo deseaba escuchar. Con firme suavidad Rojo hizo girar a Kat hasta que ambos estuvieron frente a frente, sus cuerpos casi pegados

- Si haces lo que está en tu mano, entonces está todo hecho - dijo Adam mientras sus manos bajaban ahora por los costados de la mujer

Mi cuerpo empieza a temblar sin que pueda hacer nada por controlarlo, al quedar frente a él todo es más confuso, borroso, lo miro a los ojos. La verdad es que así de súbito me ha sorprendido y sujeto sus manos a la altura de mis caderas.

-¿Es esto parte del trabajo o simplemente has bebido tanto que te da lo mismo quien sea la mujer que te reciba?-hablé sin dejar de mirarle a los ojos y sin separarme de sus labios.-Quiero saber qué te mueve más allá de esta soledad y este momento para intentar...

Sonreí.

-Dime que no estoy soñando...-murmuré.

Adam, cuyas manos has apoyado en tus caderas, te aferra con fuerza las mismas, y tira ligeramente de ti hasta hacer que las pieles de ambos esten completamente unidas

- Si lo deseas puedes tomarlo como un trabajo, pero te aconsejo que lo tomes como placer. Yo desde luego lo tomaré como placer. - susurró el inglés mirándote muy serio- Y no, no estás soñando

Las manos de Adam, aun aferradas por las tuyas, sueltan tus caderas y agarran las mismas manos que las sujetan. Sin dejar de mirarte a los ojos con lascivia y el punto de violencia que era evidente cuando entraste en la habitación. Un punto peligroso, y tal vez de alguna manera oscura, atractivo

-Me parece que no has entendido, Rojo...-digo intentando soltarme de él.-Mejor que quites tus manos de mí, te estás equivocando de mujer.

Cierto, en cualquier otro momento, yacer con el rojo habría sido sólo una anécdota más y que habría disfrutado pero ahora que mi corazón pertenecía a un hombre, mi corazón y los instintos más salvajes de mí también, no podía, simplemente no podía dejar que aquello sucediese.

-Creí que eras otro tipo de hombre, no uno vil y sucio-dije mirándole a los ojos.-No conseguirás lo que buscas y si no me sueltas ahora, Adam, comenzaré a gritar y Jack vendrá enseguida por mí...

Una preocupación ronda mi cabeza,despues de lo de aquel tipo y sus compinches...-tenemos que partir.- me presento a hablar con El Rojo.