Partida Rol por web

Escucha la respuesta del bárbaro, pero la ignora por completo. Claramente no entendía (o no recordaba) lo que era morir de hambre. Ella podría apostar que todos aquí habían robado por esa razón al menos una vez en sus vidas. Con excepción, quizás, del tipo que le había besado la mano.

Un placer, Nikolay.

Música empezaba a sonar y por la intervención de la tabernera, parecía que el problema se había solucionado.

La verdad, volviendo a su invitación, es que mi compañero y yo ya tenemos bebida y comida. Sin embargo, estaría encantada si quisieses ir a sentarte con nosotros.

Como un oso polar en hibernación había estado, en un tubo como los de ensayo. Esperando, esperando a despertar de ese sueño largo y tedioso en el que me había sumergido cuando cerro la taberna. No perdía capacidades sensoriales, mi cerebro aunque dormido, observaba en su totalidad las cosas, como sí de una multitud de arañas con sus ocho ojos esparcidas por el mundo se tratará.

En este caso fue la música la que me invitaba a danzar entre los mortales, hice que todos sintieran el ruido de movimiento rápido que se presentaba en las tuberías de aire hasta salir disparada en dirección paralela a Derek, en el suelo.

Toda la taberna fue testigo de como un charco de agua se transformaba en un ser corpóreo con la fisiología de  una preciosa mujer fresca y clara como la mejor de las aguas. Aparentaba la desnudez de una, pero era obvio la diferencia cuando se miraba que no terminaba de formar las piernas, sino que en su lugar se veía un torrente acuático. Sí bien no salpicaba agua a su alrededor, cuando ladeo lo que parecía su rostro; sus cabellos se giraron de un lado para otro y esparció unas pocas gotas a todos.

- Agua - murmuro desganada a la mocosa ya crecida de Katherine, la cual estaba acostumbrada que su padre me sirviera agua cuando se lo pedía, pero ahora estaba a cargo ella de la taberna. Yo lo sabía todo por supuesto.

Las cosas habían sucedido realmente deprisa.

El amago de pelea entre el bárbaro del casco de hueso y el elfo tuerto me pusieron momentáneamente en guardia pero finalmente pasó sin gloria ni pena. En mis viajes había visto algunas como aquellas y no todas acababan bien, entendiendo como bien algunos moratones, huesos rotos y un pequeño pago por desperfectos al dueño de la taberna.

La fantasiosa historia consiguió arrancarme una amplia sonrisa que a duras penas conseguí ocultar tras mi mano, después la bella canción del bardo y la torpeza de un recién llegado, todo ello me trajo demasiados recuerdos del pasado. Está decidido, no puedo enterrar lo que sucedió, no hasta que las deudas queden saldadas.

Cuando mi vista se cruza con la de la joven pelirroja hago una ligera reverencia y me levanto -Siento haber tardado en responder. Mi nombre es Marcus y si me disculpa ahora debo irme, aunque no creo que tarde en volver. Repitiendo el saludo mi dirijo a la puerta de la taberna y salgo, antes de nada debería mandar un par de mensajes y esperar respuesta.

[Volviendo al gordito cuando cae y vuelca la mesa]

Cuando el chico de la panza cae sobre la mesa en uno de sus lados partiendo las patas y haciendola volcar, mi pequeña compañera salió volando en dirección norte-noreste (porque todos los bárbaros sabemos en todo momento donde está el norte aunque hayamos perdido el nuestro) y tenia toda la pinta de aterrizar sobre alguien que podría salir herido, no por el golpe en sí, si no por la posible represalia de Clotis. No es aficionada a volar y se enfada bastante cuando le obligan. Sin más, salto de mi taburete cual rana escapando de una rapaz (la imagen visual sería algo así como Gollum pero con barba y tuerto) y dandome impulso sobre el barrigón de nuestro nuevo amigo, tras medio tirabuzón, propiciado mas bien por la falta de equilibrio que por agilidad, consigo atrapar al vuelo a mi tortuga antes de que nadie salga herido.

-¡A ver si tienes mas cuidado muchacho! Acabo de evitar, otra vez, un baño de sangre en esta taberna. No quiero imaginar si Clotis llega a caer al suelo o sobre alguien. Se vuelve loca y no hay quien la frene. No corre mucho, pero tiene mucha paciencia y sabe esperar al momento adecuado. Además, sabe que has sido tú, vigila tus tobillos chico.

Al levantar la vista veo a Irine que se ausenta para cambiarse. Mierda, un plato de sopa sobre un vestido en el lugar adecuado puede ser todo un placer para la vista... Y me lo he perdido por el gordo torpe este... -Grrrrrr, vigila... tus... tobillos.

Estaba tocando cuando veo a este ser corporeo entre nosotros, me fascino tan solo al verla bailar con mi misusica. Como buen musico espere a terminar la cancion y me acerco a ella. -Sinceramente sabes como hacer una buena entrada.. Soy Derek y si me permite tomar contigo y hablar seria un honor.

Estaba algo molesto con el noble que lo habia dejado hablando solo. Otra seria la historia seria si le habria dicho que iba a hacerle competencia al cortuno, aunque en esta lo veia con mucha ventaja al nobleza. 

De repente vio como un ser hecho de agua se forma en la taberna y sin mayor razon que pedir agua parecia. Cuando la sorpresa se fue de mi rostro sonrei mirando a la dueña, al parecer se conocian por la naturalidad que el ser de agua hacia su pedido lo que la hacia un posible cliente habitual. Algo que ninguna otra taberna que habia visitado puede reclamar con orgullo.

Mira a Fianna y le sonríe.- Si me lo permite...- Luego mira a Edrick, y devuelve su mirada a Fianna.- He dejado a alguien hablando sólo, no se si será una molestia que nos acompañe, en caso de que quiera.- Le dice a Fianna sin dejar de sonreír y un tono amable.

Su mirada fue atrapada por una mujer compuesta de agua, le parecía extraño ver por aquí a alguien así, aún que lo que más le extrañaba no era que fuese agua en lugar de piel, si no que estuviese en la taberna, pero Nikolay no se quedó mucho mirándola, ya que rápidamente volvió su mirada a Fianna, con quien estaba hablando.

Distraída por la conversación, probablemente no habría notado la presencia de la elemental de no ser porque la vista de Nikolay se desvió por unos segundos. Era una mujer preciosa y pequeña, como se había imaginado eran las hadas cuando era pequeña y oía historias sobre ellas. 

Por mi no hay problema, no quisiera interrumpir. Incluso, si él no quiere incluirme en la conversación, podemos continuar la nuestra después. - contestó sonriendo

Espere un segundo.- Le dice a Fianna mientras se acerca a Edrick.- Siento haberle dejado hablando sólo, voy a acompañar a la joven con la que hablaba, ¿quiere usted acompañarnos?- Ofrece con cortesía a Edrick, y esperaba por una respuesta.

Miro a la joven para ver si de verdad no le importaba o estaba siendo educada. Pero como no le parecio ver un gesto negativo se levanto de su silla. Porque no, no tengo nada mejor que hacer.  comento divertido mientras lo seguia hasta la mesa.

Buenas noches señorita, no espere que bese su mano como mi compañero. Pero igual es un placer. se diriguio a ella con un poco mas de delicadeza de la que habia usado hasta ahora. Me llamo Edrick.

El barbaro abrio los ojos como ventanas al ver ese ser de agua danzando.- ¿Pero que brujeria es esa?.- gruño entre dientes. Tal vez un barbaro mas viejo hubiera visto esas criaturas antes pero Athor no. La observo en la distancia, con desagrado y disgusto, pensando que fuera algun tipo de señal magica ya que una bruja le habia mandado alli.

Cuando termino de reirme escucho las palabras de Yreth Darkblade

- ¿Responder a qué?

Pregunto sin recordar la pregunta, para darme con la palma en la frente al recordarlo.

- A si... tu pregunta, disculpa. Aguarda un instante.

Alzo el dedo indice indicándole que me de un segundo para recordar.

¿Cómo era la contraseña?, ¿qué hace un cerdo...?, mierda de trasgo, no me acuerdo.

- Escucha, se que la pregunta suena un tanto extraña, pero...

Antes de que termine de hablar, una joven de agua toma forma en la taberna a partir de un charco de agua.

- ¡Mira eso!... me pregunto que pasaría si alguien orina en el charco de agua antes de que tome forma.

Digo sonriéndole de nuevo a Yreth Darkblade.

-Y por que no lo intentas?- dije sonriendo de costado- después de todo se te ve bastante emocionado por ver que pasará- tras decir eso lo tomé del hombro y aplicando poca fuerza le di un empujón para que quedara delante del elemental de agua, o al menos era lo que me parecía.

Con la otra mano terminé la cerveza y me voltee, acomodándome en la silla de forma tal que pudiera desenvainar la espada sin problemas.

Hay magia extraña el día de hoy...hice bien en venir aquí, debo de obtener respuestas...

 Ciertamente era un duro golpe para mi orgullo empezar mi noche de juerga sin recibir la atención de aquella bella señorita, a lo mejor mis habilidades en el lenguaje estaban demasiado oxidadas con el asunto de mis ultimas y largas aventuras, lastima, sería para otra vez.

 Pero no por eso me dejaría deprimir, no señor, buscaría entrar a la taberna esta vez, si fuese o no el lugar de leyenda que buscaba, ya no me importaba, solo estaba en mi mente el beber tanto como mi bolsillo me lo permitiese esa noche, tratar de encontrar a otro hermano o hermana de música y escuchar alguna que otra buena historia en lo posible.

 Así que con mi mejor sonrisa entre al recinto, notando lo poblado que se había puesto, realmente había esperado tanto afuera?, de igual modo me acerque hasta la barra para pedir un trago y empezar con buen pie aquella noche.

Vuelvo a entrar en la taberna con un vestido azul limpio. El otro lo he tenido que doblar sobre si mismo para que no ensuciase todo mi equipaje, mañana tendría que buscar el río para lavarlo. Aunque más en frío ahora supongo que no fue culpa del chico pero ¿Como puede nadie caerse de esa forma?

Miro la posada que ahora tiene un aspecto diferente, sobre todo por el elemental de agua que había allí en medio. Miro a MaskaRoka con Clotis en la mano y sonrío, la pobre ha debido de llevarse un susto de muerte, por suerte el bárbaro la cuida con mimo. Me cae genial ese hombre, con sus historias.

El resto de sus compañero de mesa estaban desperdigados ahora que la mesa era una tabla volcada con tres patas y media sobresaliendo y otra media rodando por el suelo. El encapuchado ya no estaba allí y Derek trataba de conversar con el elemental de agua. Por otro lado el bárbaro del casco de hueso seguía en su mesa, el noble charlaba con el elfo y la chica del halcón, el sátiro parecía más animado... y así seguí pasando la mirada por la taberna hasta que me fijé en una de las mesas más apartadas.

Allí estaba el chico gordo comiendo solo, en ese momento me compadecí un poco de él, recordé aquella vez en casa de Lord Parker cuando desatascando la chimenea golpeé un pajaro muerto que cayó sobre la alfombra llenándolo todo de hollín, la criada jefe me golpeó diez veces con la vara correctora, me estremezco de pensarlo. Sin embargo en otra ocasión trabajando en el teatro dejé caer el sol en mitad de una actuación, en esta ocasión Carlo se mostró sumamente comprensivo conmigo. Me preguntó que actitud habrán tenido con él, muy acompañado desde luego no esta.

Decido ir a hablar con él, y aclarar un poco los motivos de la tan extraña caída. Me siento en su mesa, justo en frente.

-Hola. Le digo en tono serio.-¿Estas mejor?¿No te habrás hecho mucho daño? Yo estaba sentada en la mesa que has derribado- Digo señalando el lugar donde seguían los restos de la mesa.-Menuda caída ¿No? A veces la gente tropieza de la manera más tonta. No hay sonrisa en mi cara, pero mi tono es desenfadado y tranquilo

[A Hans mientras me acerco a su mesa donde esta sentado con Irine]

-Tendrás al menos la decencia de reponer mi cerveza y la de la señorita con tan bonito vestido azul tan limpio como no has estado tú desde que naciste, ¿verdad? Pues ale, ya estas tardando. Nuestras 2 cervezas, la verdura fresca y lo que guste Irine, oh doncella de olor fresco como un ramo de lirios recién cortado.

Ante la cara de susto de Hans reincido.

-¡Venga! O no quieres que te perdonemos -digo mientras alzo a Clotis a la altura de mi cara- Si no tiene el estómago lleno ella misma se encargará de llenarlo y lo mas apetitoso y con cuentas pendientes que tiene cerca eres tú chico.

- Es de mala educación cantar en la mesa - me digo a mi mismo (luego de tararear un par de versos).

Dejo uno de los panes (el que me entrega la tabernera) a un costado y le doy unas bocanadas al otro. Mientras mastico siento que alguien viene hacia mi y me habla, sin responder (para no hacerlo con la boca llena) la escucho sin mirarla. Aprieto el pan en mis manos y trague con fuerza.

La miro - Hola, yo... - me veo interrumpido por un viejo barbudo que me increpa por la caída y me reclama cerveza.

Bajo la mirada unos segundos, tomo el pan que estaba en la mesa y la copa de vino (con apenas un trago menos) y dejo el vino cerca del viejo y el pan cerca de la muchacha.

Con tono sumamente cortes y tímido digo - Ella tiene aroma a pastel de melocotón... - suspiro - esto es lo único que tengo señor... - y le señalo el vino para que se lo lleve - Desde que me ab... me deje olvidada, ¡si!, me deje olvidada mis ultimas monedas de cobre en algún lugar...

Aprieto mis labios al no saber que mas decir para remediar la situación.

- ¡Bonita tortuga! La sopa de tortuga, con choclo, zanahoria y boniato es muy rica... ¡No! - los ojos me quedan bien redondos - ¡Disculpe!, no es que me quiera comer su tortuga... - Bajo la mirada - Mejor me callo...

-¡Sopa de... me ca... pero tú... tú eres... -respiro hondo e intento calmarme- ssssshhhhhh, tranquila Clotis, que se ha equivocado y dice ¡TONTERÍAS!. Tú sigue probocandola y verás lo que sucede -digo mientras acaricio a Clotis para tranquilizarla.

Un poco más tranquilo, relajo mis hombros y mis puños y le hablo al joven.

-No pienso probar tus babas. Si es cierto que es lo único que tienes comételo tú. Yo soy un héroe. No dejaré a un pobretón sin algo que llevarse a la boca para llevármelo yo a la mia. Grrrrrrr. ¿Cómo es que estás así de gordo y si no tienes dinero para comprar comida? ¿No serás un ladrón? ¡Que te rebano el pescuezo como tan solo mires mi bolsa! -vuelta a empezar con eso de tranquilizarme-. -Anda, toma estas monedas y al menos traeme lo que te he pedido. Tras unos instantes de reflexión digo casi para mi mismo, aunque suficiente como para que se me escuche. -Tócate los cojones Mari Loli, que me toque perdonarle pagando yo. Vaya una juventud. Gordo y sin blanca.

-Siento mis palabras, oh belleza entre las bellezas, mujer de piel delicada y pechos firmes con mirada de cervatillo salvaje, pero es que siempre se las ingenian para sacarme de mis casillas.

Mientras el caballero va a buscar a su antiguo compañero de conversación, ella vuelve a su mesa y le da un par de trozos de carne cruda a Mason. En eso está, cuando ve a los hombres acercarse.

Buenas noches, Edrick. Mi nombre es Fianna, y él es Mason. - dice con una sonrisa mientras señala a su halcón, que a su vez emite un sonidito a modo de saludo - El placer es mío. Por favor, tomen asiento.

Les señala las sillas con un gesto de la mano, y toma un sorbo de su vaso.

Nikolay se sienta y mira a Fianna.- ¿Le puedo preguntar que le trae a aquí?- Pregunta con un tono dulce, mirando de reojo al ave, que está comiendo.- Aquí se reúne gente muy peculiar, una mujer de agua, una mujer con un ave... Amaestrar un ave tiene que ser un arduo trabajo.- Piensa Nikolay para si mismo y le da un trago a su cerveza.